El sitio web de los récords Guinness es quizás la mayor vitrina de curiosidades y cosas extrañas que las personas se dedican a dominar. El sitio incluye historias como la de un hombre que había jugado tantas veces un videojuego titulado “Legend of Zelda” que pensó que podía completarlo con los ojos vendados, guiándose solo por los sonidos y su propia memoria. Terminó el juego exitosamente en 103 horas.
A un niño le encantaban los cómics de Spider-Man y se ganó un récord mundial Guinness al identificar correctamente 55 personajes de los cómics Marvel en solo un minuto.
El titular “El falsificador de Shakespeare más prolífico” me llamó la atención. Este récord, que se remonta a 1796, se le otorgó a William Henry Ireland, quien falsificó con éxito varios poemas, cartas y dos obras de teatro de Shakespeare para obtener la aprobación de su padre amante de Shakespeare.
Después de estudiar meticulosamente cada obra impresa que produjo el verdadero William Shakespeare, Ireland engañó a miles de personas con sus falsificaciones. De hecho, una de sus obras de imitación llegó al escenario y se representó en 1796, antes de que surgieran especulaciones y discrepancias sobre estas “nuevas” obras de Shakespeare.
Al considerar las innumerables horas que la gente dedica a estudiar cómics, videojuegos y literatura clásica, no pude evitar preguntarme cuánto tiempo dedica el creyente promedio a estudiar la Biblia, el manual divino de Dios para la vida.
Muchos cristianos pasan tiempo viendo la televisión, metidos en sus teléfonos, leyendo sus novelas favoritas y escuchando música, pero no invierten tiempo en la Palabra de Dios. Muchos hoy pueden hablar con profundidad sobre temas políticos y económicos y no saben nada de la perspectiva política de Pablo o las implicaciones históricas de los profetas del Antiguo Testamento.
El compromiso personal del sacerdote Esdras de “estudiar, enseñar y practicar la Ley de Jehová” (Esdras 7:10) es un desafío para nosotros hoy. Y observe que el primer paso es: “estudiar” o “inquirir”. Eso precede “enseñar” y “practicar”. ¿Cómo puede hacer lo que dice la Biblia sin saber primero lo que dice? Más importante aún, ¿cómo puede compartir la verdad de la Palabra de Dios con otros sin tener una comprensión firme de estas verdades usted mismo?
Esdras entendió que sus acciones externas —practicar y enseñar— comenzaban con su actitud interna: dedicarse al estudio de la Palabra de Dios.
A medida que seguimos el modelo de Esdras, hay cinco preguntas que nos ayudarán a guiar nuestro tiempo de estudio bíblico:
¿QUÉ DICE EL CONTENIDO DE LA BIBLIA?
Concentrarse en el contenido del pasaje que estamos leyendo es el primer paso hacia la comprensión. Antes de saltar a leer lo que dicen otras partes de la Biblia o mirar un comentario para obtener información académica, tómese unos minutos para simplemente leer el texto. Haga algunas preguntas periodísticas como quién, qué, cuándo, dónde y por qué.
Por ejemplo, hacer la pregunta “cuándo” ayuda a crear conexiones entre acciones secuenciales. Pedro negó al Señor tres veces después de ignorar la invitación del Señor a orar con Él en el Huerto de Getsemaní la noche anterior. Así, vemos que la negativa de Pedro a orar es el trasfondo de su negación del Señor al día siguiente.
¿QUÉ SIGNIFICAN LAS PALABRAS EN CONTEXTO?
Un principio clave para entender la Palabra de Dios es recordar que la Biblia no se escribió en el siglo XXI.
A menudo leemos la advertencia de Jesús sobre el sufrimiento o el mandato de Pablo de someterse a las autoridades con nuestra propia mentalidad moderna (Marcos 8:34-38, Romanos 13). Pero cuando ponemos estos pasajes en su contexto, podemos ver su significado original. Por ejemplo, estas órdenes se dieron mientras el emperador Nerón intentaba destruir la iglesia matando a todos los cristianos conocidos y aun a los que sospechaban que fueran cristianos.
Entender ese contexto nos ayuda a recordar que cuando el sufrimiento parece insoportable, o la sumisión demasiado exigente, los creyentes que recibieron estos mandamientos estaban enfrentando un sufrimiento mucho mayor del que podemos imaginar.
¿A QUÉ OTROS PASAJES PODEMOS COMPARAR ESTE TEXTO?
Ningún versículo de la Escritura está aislado. Al aislar los versículos de su contexto, corremos el riesgo de sacar interpretaciones no bíblicas. Por ejemplo, el mandato de Jesús a Sus discípulos de vender sus capas para comprar espadas (Lucas 22:36) no pretende justificar la violencia o el extremismo religioso.
Compare los relatos de los Evangelios entre sí; busque las profecías originales cuando Jesús declara que las ha cumplido; compare los relatos históricos en Reyes y Crónicas. Con eso, tendrá un entendimiento más completo del tema en cuestión.
¿CUÁL ES LA CULTURA ALREDEDOR DEL PASAJE?
Comprender la cultura y el entorno de un pasaje es vital para comprenderlo correctamente. ¿Por qué, por ejemplo, todos los vecinos de Noé se burlaron de él mientras construía el arca? Si bien la Escritura misma no es clara sobre ese punto, el contexto histórico parece sugerir que antes del diluvio, nunca había llovido. Además, la comunidad de Noé probablemente vivía a cientos de kilómetros del mar, en un área con muy bajo riesgo de inundación. ¡No es de extrañar que su mensaje de una inundación y diluvio pareciera invitar inmediatamente a la duda y la burla!
¿QUÉ DICEN OTROS SOBRE ESTE PASAJE?
Después de hacer el trabajo de examinar a fondo el texto por sí mismo, consulte también a eruditos bíblicos y lea sus comentarios. A menudo, pueden ayudarlo a comprender los idiomas originales hebreo, griego y arameo, proporcionar contexto adicional y confirmar o desafiar sus propias interpretaciones del texto. Estudiar la Biblia es un compromiso de por vida, y encontrar a otras personas conocedoras dedicadas a este trabajo fortalecerá su propia búsqueda de la verdad de Dios.
Comprometámonos a estudiar las Escrituras diariamente convirtiendo el estudio en un bello hábito. Le garantizo que cada vez que busque en el tesoro de la Palabra de Dios, encontrará una nueva joya para su vida.
Este artículo ha sido traducido y adaptado con el consentimiento de su autor.