A menudo se piensa que la felicidad es el principal objetivo de la vida. Por lo tanto, muchas personas asumen que, como un humano perfecto, Jesús debe haber sido un individuo muy feliz. Sin embargo, no veo a Jesús estando feliz muy a menudo en las Escrituras. De hecho, solo puedo identificar dos ocasiones en los evangelios en las que se describe a Jesús como feliz. Una de esas ocasiones es en Juan 11:15 donde Jesús se alegra de no estar allí para salvar a Lázaro, para que los discípulos vean el poder de Dios desplegado a través de Jesús. La otra vez que Jesús está feliz se describe en Lucas 10:21
“En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.”
Si queremos entender qué hace feliz a Jesús, diría que Lucas 10:21 es un pasaje importante para considerar. Hay tres preguntas importantes que deben responderse en este pasaje. (1) ¿Quiénes son los sabios y entendidos? (2) ¿Qué se oculta a los sabios y entendidos? (3) ¿Por qué esto hace feliz a Jesús?
¿Quiénes son los sabios y entendidos?
No es intrínsecamente incorrecto ser sabio y entendido. Proverbios habla muy bien sobre la búsqueda de la sabiduría (véase Proverbios 4:7). Además, en Mateo 22:34 Jesús dice que enviará sabios junto con profetas para predicar a la nación judía, pero serán azotados y asesinados. En el Antiguo Testamento, el mismo Daniel era conocido por su sabiduría. Por lo tanto, ser sabio y entendido no es intrínsecamente incorrecto. De hecho, al creyente se le ordena ser sabio y maduro (véase 1 Corintios 14:20).
Sin embargo, los sabios y entendidos en Lucas 10:21 solo son sabios y entendidos según los estándares del mundo. En este contexto, ciertamente se aplica a los escribas y fariseos judíos, personas que fueron estimadas por su aprendizaje y conocimiento de la Ley.
Más tarde, Pablo usaría un argumento similar en 1 Corintios 1:20-25 donde afirma que la sabiduría del judío y del gentil falla en comparación con la sabiduría de Dios. Entonces, lo que hace feliz a Jesús en este contexto es que aquellos que son sabios, sabios y entendidos según los estándares del mundo, no puedan encontrar algo que esté oculto.
¿Qué se oculta a los sabios y entendidos?
Jesús está feliz porque algo está escondido, pero ¿qué está escondido en el versículo 21? En Lucas 10:22 Jesús responde a esta pregunta. La verdadera identidad de Jesús es lo que se oculta a los sabios y entendidos. Ir a Jesús y al Padre no es algo que el intelecto o la sabiduría humana puedan lograr.
Esto es similar a la declaración de Jesús en Juan 6:44: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere”. Ir a Jesús solo es posible a través de la obra soberana de Dios. Uno no puede ir a Jesús por su propia iniciativa o voluntad. ¡Esto hace feliz a Jesús!
¿Por qué esto hace feliz a Jesús?
¿Por qué esto hace feliz a Jesús? Creo que Él está feliz porque la gloria y el crédito van exactamente donde deberían: no al esfuerzo o logro humano, sino a un Dios soberano que abre los ojos de los ciegos.
Al crecer, me encantaba jactarme de mis logros. Mi madre siempre me decía: “El que se gloría, gloríese en el Señor”. No creo haber aprendido esa lección todavía, pero Lucas 10:21 es otro recordatorio de que no tenemos ninguna base para enorgullecernos de nuestra relación con Dios. La Biblia es clara en que el mensaje del evangelio es difícil de recibir (véase 1 Corintios 1:18).
Nadie nunca abrazaría el evangelio y sometería su vida a Cristo a menos que Dios le abriera los ojos (véase Juan 6:44). La sabiduría y el intelecto humano no son los medios de nuestra salvación, sino el amor soberano de Dios. Por eso decimos con Pablo: “El que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:31).
Este artículo ha sido traducido y adaptado con el consentimiento de su autor. Puede encontrar el artículo original en la página web del autor.https://www.petergoeman.com/what-makes-jesus-happy/