Lección 21: Reviviendo Santos

Lección 21: Reviviendo Santos

Pasaje Bíblico: Santiago 4:7-10.

¿Está usted buscando avivamiento espiritual? En este pasaje, el apóstol Santiago nos dará las instrucciones necesarias para dirigirnos hacia el camino al avivamiento.

Transcripción

Introducción

Hace unos años, leí la historia acerca de un piloto que se encontró en una situación de mucho riesgo. El estaba volando una avioneta ligera hacia un pequeño aeropuerto municipal, y estaba retrasado, habiendo partido un poco mas tarde de lo que quería.

Cuando llegó cerca del aeropuerto en el que debía aterrizar, el sol justo se escondió detrás de una montaña y todo se oscureció. Fue como si de repente alguien hubiera apagado la luz. Para cuando él logró estar en posición de aterrizaje, ya no podía ver bien la pista y no había nadie trabajando en el pequeño aeródromo para ayudarle.

El dio un par de vueltas para intentar aterrizar, pero la oscuridad ahora hacia que fuera una tarea imposible. Estuvo unas dos horas sobrevolando el aeroparque, mientras la oscuridad se acentuaba mas y su necesidad se transformaba en desesperación. Él sabía que podía morir si es que se le terminaba el combustible.

Cuando el pánico ya comenzaba a apoderarse de él, algo maravilloso sucedió. Un hombre que vivía cerca del aeródromo escucho al avión dar vueltas y vueltas, y se dio cuenta de que el piloto debía estar en problemas.

Este buen hombre se metió a su automóvil y manejó hacia la pista de aterrizaje. Él encendió las luces altas y fue de una punta de la pista hasta la otra, mostrándole el camino al piloto. Luego estacionó su auto en la cabecera de la pista, con las luces encendidas.

El piloto logró aterrizar bien y se salvó de un accidente que seguramente le habría costado la vida.

El apóstol Santiago ha sido ese buen hombre para cada uno de nosotros. Él nos ha iluminado el camino que lleva a la satisfacción, y no a la destrucción.

Él no solo nos esta enseñando a donde debemos aterrizar, sino que también como debemos vivir.

Para el que lee la Biblia de forma causal – como quien lee una revista en la sala de espera del doctor – volteando rápidamente las páginas, leyendo solo los encabezados, mirando las imágenes y luego dejándola de lado – a ese lector, Santiago le da un consejo bastante duro y directo.

Y Santiago está hablando de esta manera, porque él sabe que las cosas de las que está hablando son muy importantes.

Santiago no solo quiere evitar que usted se quede sin combustible y se estrelle –sino que quiere evitar que aterrice en la pista equivocada.

Así que, guiado por el Espíritu Santo, él ilumina el camino para nosotros en esta maravillosa epístola.

Lo que Santiago va a hacer a continuación es darnos 10 imperativos- 10 verbos con signo de exclamación. Piense en ellos como si fueran 10 reflectores que iluminan su caminar con Cristo.

Aparecen en secuencia, comenzando en Santiago 4, versículo 7. Allí leemos:

“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.”

Puede que alguien diga, “Santiago obviamente no le esta escribiendo a creyentes, sino a inconversos. Santiago le esta mostrando a la gente el camino de salvación.”

“Un creyente no puede ser adicto al placer –versículo 1; no puede ser un asesino –versículo 2; o un adultero espiritual, hostil para con la voluntad de Dios- versículo 4, etcétera.”

“Es imposible que a un creyente lo describan con esos términos. Así que Santiago le debe estar hablando a inconversos.”

Bueno, como hemos repetido una y otra vez a través de nuestro estudio, ese no es el caso. Santiago no esta hablando de la cruz ni de la redención –esta no es una invitación a la cruz de Cristo ni una descripción de la obra expiatoria de Cristo para la salvación.

Santiago no le esta hablando a incrédulos que necesitan redención, sino que le está escribiendo a creyentes que necesitan actuar como tales.

A todo esto, cuando uno estudia e interpreta la Biblia, una de las preguntas que debe de hacerse es ¿A quien le esta escribiendo el autor? Eso puede determinar muchas cosas. La mayoría de los estudios bíblicos que se hacen en casas, luego de leer un pasaje se preguntan ¿qué significa esto para mi? Sin embargo, usted no va a saber que significa el pasaje para usted si es que antes no averigua que significó el pasaje para los recipientes originales de la epístola.

Santiago le esta escribiendo a cristianos judíos que comprendían las costumbres ceremoniales judías.

Santiago no les esta diciendo a los incrédulos que deben someterse a Dios –los inconversos no tienen relación con Dios; uno no le dice a un inconverso que se acerque a Dios –ellos huyen de Dios- ¿cómo van a acercarse a Dios sin antes haber oído el evangelio de Su Hijo?

Millones de personas en la actualidad intentan – a su manera- ameritar justificación fuera de Cristo y su obra en la cruz.

Un inconverso no puede lavarse las manos y purificar su corazón –ya que él no se ha sumergido en la sangre redentora de Cristo.

Santiago 4 no habla de ser justificado, sino de ser reformado.

Un autor dijo, correctamente, que uno puede titular a este pasaje como el pasaje del avivamiento.[i]

Y tenga en mente que el avivamiento no es para los inconversos, es para los creyentes. El inconverso esta muerto espiritualmente, tal como lo dice Efesios 2. Uno no puede revivir un cadáver –para eso se necesita una resurrección.

Uno revive a una persona que esta inconsciente o que duerme profundamente, pero esta con vida.

Entonces, el avivamiento no es para los que están muertos espiritualmente –el avivamiento es para los que están mal espiritualmente.

Santiago les esta diciendo a los indiferentes, a los indisciplinados, a los que se desviaron del camino: ¡Despierten!

Y la construcción gramatical del texto griego es mas que clara. Estos son 10 imperativos, 10 cosas que debemos de hacer. Y todo esto que debemos hacer como creyentes viene como consecuencia de nuestra conversión.

Uno nunca tiene que ir y decirle a alguien: “mire, si usted quiere ser salvo, tiene que hacer todo esto que Santiago dice en los versículos 7-10.”

Esa persona va a hacer lo que la mayoría de la personas hacen en la actualidad –dan vuelta la pagina, hacen un borrón y cuenta nueva, se perdonan a si mismos, pero aun no se han convertido a Cristo, es decir, no tienen vida espiritual.

Querido oyente, no anote estos mandamientos de Santiago y diga: “Voy a hacerlos, voy a cumplirlos, y tal vez así Dios me acepte…voy a dar lo mejor de mi, y tal vez así pueda ir al cielo.”

No, estos mandamientos son para los que ya tienen vida eterna, pero que necesitan avivar su vida espiritual.

Santiago le esta escribiendo a creyentes que necesitan convertir su fe en un estilo de vida. Sus palabras son para cada uno de nosotros que conocemos a Cristo como nuestro Salvador personal.

1. Someterse

Lo primero que Santiago nos dice aquí es que debemos someternos a Dios. Él escribe, en el versículo 7, “Someteos, pues, a Dios;”

Esa palabra ‘someteos’ que usa Santiago es una combinación de dos palabras griegas- la palabra para ‘bajo’ y el verbo ‘poner’.[ii]

Este era un término militar en la época de Santiago. Se usaba para el soldado u oficial que se sometía a su superior.[iii]

Y nosotros necesitamos recordar siempre que nuestro rango esta muy por debajo que el de Dios.

Es por eso que debemos ser transformados a través de la renovación de nuestro entendimiento, como dice Romanos 12:1, lo que, honestamente, nos va a llevar toda la vida.

Y Santiago aquí esta dando la idea de una subordinación voluntaria a Dios y su voluntad. Este creyente no se rehúsa, sino que coopera y obedece la voz de Dios.

No es como cuando un luchador somete al otro hasta que golpee el suelo o grite “me rindo.” Ese no es el tipo de sumisión que Dios quiere. El tipo de sumisión que Santiago está describiendo es voluntaria y gozosa.

Este tipo de sumisión queda en evidencia en el trabajo, cuando un empleado no solo se somete a su descripción de trabajo, sino que va mas allá. El trabajador que piensa: “Esto no me toca a mi, pero lo voy a hacer igual.”

Es como el atleta que corre durante el invierno sin que su entrenador lo mande. El sabe que hacer eso va a agradarle a su entrenador y ese es su objetivo.[iv]

Esta actitud transciende su autoridad inmediata y llega a su autoridad celestial.

Como el Apóstol Pablo, que en 2 Corintios 5:9 dijo: “Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.”

Howard Hendricks, uno de mis comentaristas favoritos, contó que en una oportunidad estaba en un avión que estaba demorándose en despegar. Después de esperar por un tiempo, los pasajeros comenzaron a irritarse más y más y se empezaron a escuchar las quejas.

Hendricks notó que una de las azafatas permaneció cordial incluso ante las quejas y criticas de los pasajeros. Cuando el avión finalmente despegó, él le dijo a la azafata que le iba a enviar una carta a la aerolínea, en apreciación por su profesionalismo y buen servicio. La azafata le respondió, “Muchas gracias, pero sabe, yo no trabajo solo para una aerolínea, yo trabajo para Dios. De hecho, esta mañana con mi marido oramos para que tuviera la oportunidad de representarlo bien.”[v]

Como verá, usted no solo se esta sometiendo a alguien que puede ver, usted se esta sometiendo a Jesucristo – a quien un día podrá ver cara a cara.

Entonces, Santiago no se esta refiriendo a un creyente que dice, “Muy bien, Señor, si me tuerces el brazo te voy a obedecer.” No. Este es un creyente que dice: “Señor, voy a someterme a ti porque quiero- me llena de satisfacción saber que Tu eres mi autoridad y yo voy a someterme.”

2. Estar firmes

El segundo imperativo es estar firmes.

Note nuevamente lo que dice el versículo 7, allí leemos: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”

La palabra ‘resistir’ también es un término militar que significa ‘ponerse en posición firme.’[vi]

Y al usar el artículo definido al escribir ‘el diablo’ Santiago deja en claro que el no cree en las supersticiones de que el diablo es alguna fuerza mística o un poder malvado.

Santiago cree que el diablo es a una persona- un ser, el ángel caído que quería ser superior a su creador. (Isaías 14)

El nombre ‘diablo’ es uno de sus muchos nombres y significa ‘acusador,’ que es una de sus funciones principales. Él nos acusa delante de Dios. Job es el ejemplo clásico de esto. Satanás fue delante de Dios y acusó a Job de adorarle solo porque recibía bendiciones – lo que no era cierto.

También vemos en la escritura que Satanás anda engañando, siempre buscando socavar la lealtad del pueblo de Dios haciendo que este viva una vida egocéntrica y mundana.[vii]

De esa manera, él logra cortar la adoración genuina que Dios merece. Satanás envidia la adoración que Dios recibe. Ese es su mayor deseo y su orgullo justamente fue lo que produjo su caída.

Y Satanás sabe como termina la historia, él ha leído la Biblia, sabe cual es el fin. Pero él odia tanto a Cristo y a su iglesia que hasta que Dios lo meta al infierno para siempre, él va a intentar todo lo posible para dañar el nombre y la reputación de Cristo y sus seguidores. Santiago dice que los creyentes deseen someterse a Dios deben prepararse y estar firmes. Deben resistir al diablo, y esto no implica decir cosas en voz alta o repetir oraciones especiales que solo saben los creyentes que estudiaron en el seminario.

De hecho, la mejor manera de resistir al diablo es obedecer la próxima pauta- acercarse a Dios…en un momento vamos a hablar de esto.

El famoso pastor y autor puritano Thomas Manton dijo: “El diablo no puede forzarlo a hacer algo, solo puede intentar persuadirlo.”[viii]

Él es como un perro que mueve la cola y mira a los comensales en la mesa, esperando recibir algo de ellos; pero si nadie le arroja nada, este se va.[ix]

Querido oyente, el diablo no puede hacerlo pecar sin su consentimiento. Él es un enemigo derrotado que ya no tiene poder sobre el creyente, excepto el poder de seducción. Y él y sus demonios no se van a cansar nunca de tratar de seducirlo.[x]

Él es nuestro acusador, pero Cristo es nuestro abogado. Ahora, Santiago nos manda a estar alertas –a estar firmes ante sus ataques –la ‘methodeia’ en griego, del diablo- de allí sale la palabra castellana ‘método’. En Efesios 6:11, Pablo de hecho describe los métodos del diablo. Así que esté alerta a sus métodos, a sus estratagemas, a sus maquinaciones.

Un autor dijo que Satanás estudia nuestras vidas. El nos observa como un entrenador observa los videos del equipo adversario. Él sabe contra quien se enfrenta. Él conoce nuestras debilidades y fortalezas y tiene un libro de jugadas para usar ambas cosas a su favor.

Él sabe qué cosas le gustan; cómo responde ante ciertas cosas; de qué cosas le gusta hablar; a que lugares le gusta ir y con quienes le gusta estar.

Así que, lo que debemos hacer es redoblar la defensa, estar firmes. Esa es la jugada que deshace el ataque del enemigo.[xi]

Para repasar entonces, el primer imperativo es sométase, el segundo manténgase firme y, ahora, el tercero es:

3. Acérquese

Santiago escribe: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.”

Esta es la parte positiva de la resistencia.

Usted resiste al diablo –usted disfruta su comunión con Dios. Esa era la oración de David cuando escribió, en el Salmo 27:8,

“Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh Jehová;”

O como el versículo 4 que dice: “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”

Se trata de la acción deliberada del creyente de ir y alabar a Dios. Este es un verbo utilizado para describir a los sacerdotes cuando, en el Antiguo Testamento, ellos se acercaban al Tabernáculo con los sacrificios.[xii]

Este versículo pone la responsabilidad en el creyente ¿se dio cuenta? Y es que alguien podría decir: “Bueno, si Dios me quiere cerca, por que no se me acerca y ahí si yo me voy a acercar a Él.”

Santiago esta haciendo énfasis en las acciones del creyente que quiere una vida satisfecha.

  • Dios no va a sacarlo de la cama en la mañana para que lea la Biblia.
  • El no va a impedir que su computadora se encienda si no ha orado.
  • No va a programar o sintonizar su radio en una emisora cristiana para que solo escuche cosas que lo edifiquen durante el día.

Esas son decisiones suyas. ¿De verdad quiere estar cerca de Dios o no?

Un misionero llamado Stuart Sacks, mientras estuvo sirviendo a Dios en Paraguay, escribió acerca de un aborigen llamado Rafael, que vino un día a sentarse a la puerta de su casa.

Él dice: “Yo estaba almorzando y salí a ver que quería este hombre. El aborigen me dijo: “Ham henek met.” Le pregunte nuevamente y me dijo lo mismo. Yo no entendía lo que quería decirme con eso, hasta que un misionero de la zona me lo explicó. Este me dijo que esta era un honor recibir esas palabras, Ya que significan: “No busco nada de usted, solo quiero estar cerca suyo….no pretendo nada de usted, solo quiero estar cerca suyo.” Ese hombre encontraba satisfacción con tan solo estar cerca mío.”

Ahora, póngase a pensar. Cuantas veces acudimos a Dios solo porque queremos algo o porque queremos que nos ayude con algo o que entre en escena. Todos hacemos fila para pedirle un milagro.

El otro día leí una historia interesante. Eduardo fue a una reunión de avivamiento en una iglesia local y escuchó con mucha atención al predicador. En un momento dado, el predicador dijo que si alguien tenía necesidades, que pasara al frente. Eduardo se puso en la fila para pasar al frente. Cuando le toco su turno, el predicador le pregunto: ¿Cómo se llama usted? Eduardo, mis amigos me llaman Edu. “Bueno, Edu, ¿Por qué quieres que ore?” Eduardo le respondió: “Necesito que ore por mi audición.”  Asi que el predicador puso una mano en la oreja derecha de Eduardo y la otra en su cabeza y oró. Después de unos minutos, cuando le quitó las manos de encima, el pastor le puso el micrófono al frente y le pregunto: ¿Cómo esta ahora su audición? Eduardo respondió: “No lo se, pastor, mi audición será el próximo miércoles en el teatro municipal.”

Me encanta esa historia.

¿Donde esta la fila para simplemente acercarse a Dios? Puedo ver una larga fila que busca milagros… respuestas… regalos y bendiciones. ¿Adonde esta la fila para lo solo quieren estar cerca de Dios?

¿Se pondrá usted en esa fila? ¿Podemos decir, “He encontrado satisfacción en ti, oh Dios, y solo quiero estar cerca tuyo… ya sea que me ayudes con mi audición o no?

¿Y se dio cuenta de la gran promesa que da Santiago aquí? “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.”

En otras palabras, cuando usted quiera acercarse, Él esta allí dispuesto a recibirlo.

Nosotros no somos así. Alguien quiere acercarse a nosotros y es posible que nosotros no queramos devolverle el interés… puede que queramos estar solos; puede que no nos interese tener compañía en el momento.

Pero aquí están las buenas noticias…si usted esta interesado en acercarse a Dios, él esta interesado en acercarse a usted.

Si usted quiere adorar a Dios, Él esta siempre listo para corresponderle ese deseo de comunión.

  • Usted jamás podrá salir de la cama y preguntarse si es muy temprano para conversar Él;
  • Jamás tendrá que preguntarse al orar si Él esta escuchándolo o no;
  • Nunca tendrá que tomar una decisión sin que Él sepa todos los detalles;
  • Jamás tendrá que enfrentar un desafío y preguntarse si puede descansar en Él o no.

Si usted se acerca a Dios, Él siempre va a corresponderle. Ese es el punto que Santiago esta haciendo aquí.

Sométase, este firme, acérquese a Dios; y, ahora el cuarto imperativo es.

 

4. Límpiese

Note lo que dice la segunda parte del versículo 8, “Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.”

Probablemente usted este pensando, ¿Qué tipo de cristianismo es este? Para el lector judío, que era la audiencia original de Santiago, esto era una clara referencia a una limpieza ceremonial.

El lavarse las manos con agua era el procedimiento de la ley judía para poder estar ceremonialmente limpio y así acercarse a Dios y servirle –Éxodo 30 y Levítico 16.[xiii]

De hecho, los judíos lavaban sus manos de forma ceremonial antes de comer, tal como leemos en Marcos 7. Pero Santiago no solo esta hablando de un ritual externo –él está hablando acerca de la moralidad interior.

Mientras que limpiarse las manos hace referencia al comportamiento externo; el purificar el corazón hace referencia a la actitud interna.[xiv]

En otras palabras, si usted verdaderamente desea acercarse a Dios –tendrá que lidiar con el pecado en su vida.

Nosotros estamos limpiando continuamente nuestras vidas a través de la confesión y el perdón divino. No podemos acercarnos a Dios con las manos sucias con pecado, o aferrándonos a cosas que no deberíamos.

Santiago esta diciéndonos: “Vamos…Dios sabe que tienen en sus manos…el sabe que hay en sus corazones. El sabe quienes somos. No va a poder engañarlo. ¡Límpiese!

Hace poco escuche una historia – sin duda ficticia – acerca de una mujer que fue a juicio oral. La corte le proveyó un abogado defensor, la puso en el banquillo y el abogado le preguntó: ¿Sabe quien soy yo? La mujer respondió: “Claro que si. Usted es John Morrison, un abogado mediocre que hace trampa evadiendo impuestos, cobrándole de más a sus clientes y que hasta le ha sido infiel a su esposa en dos ocasiones. Yo no confiaría en usted por mas que fuera la única persona con vida en este planeta.”

El abogado quedó estremecido. Él señalo al fiscal, y le dijo a la mujer: ¿Y sabe quien es él? Ella respondió, “Claro que si. Carlos Becket, un mediocre más que nunca hizo algo que valga la pena en su vida. Él no cuida a su esposa y tres hijos… de hecho, en este mismo momento esta engañando a su mujer con su esposa.”

Ambos abogados estaban enfurecidos. El juez, inmediatamente los llamo al estrado. Cuando ellos se acercaron, él les susurro: “Si le llegan a preguntar a esta mujer quien soy yo, los mando a la silla eléctrica.”

Imagínese ahora esta en presencia de Dios. ¿Quiere conocerle? Él ya lo conoce a usted. El sabe todo acerca de usted.

Con razón Santiago dice que si, en serio, queremos tener comunión con Dios, tenemos que ponernos serios acerca de nuestras otra relaciones, actividades y deseos.

Santiago escribe, en el versículo 9, “Afligíos, y lamentad, y llorad.”

Tres imperativos, tres exclamaciones, y todas reflejan una confesión y arrepentimiento genuino.

Estas no son las lágrimas de un criminal que lo descubren en el mismo momento del crimen; tampoco son las lagrimas de un político o predicador al que lo encontraron en un video haciendo lo que no deberían; No son lágrimas de personas que ponen excusas a su pecado explicando sus debilidades; sus problemas; sus errores; sus malas decisiones; no se trata de lágrimas de cocodrilo- estas son verdaderas.

¿Usted quiere ir en busca de la satisfacción- quiere recibir avivamiento? Dios dice aquí por medio de Santiago, que de ser así, ‘No lidie con el pecado como si este no fuera cosa seria.” Santiago dice, “Aflíjase”

Esta es la misma palabra que Pablo usa en Romanos 7:24 cuando dice: “¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”

Es la palabra que describe a Pedro después de negar al Señor Jesús y oír el cantar del gallo.

Las palabras que usa Santiago aquí para “lamentad y llorad” hacen referencia al lamento y angustia de un funeral.

Seguramente esto no es para creyentes -dirá alguno. Se supone que nosotros tenemos que levantarnos cada mañana llenos de gozo, victoriosos y con pensamientos positivos.

No…acuda a Dios y límpiese.

En un libro de Tim Challies titulado “La próxima historia” podemos leer lo siguiente: “En el año 2006, la compañía de comunicaciones America Online cometió un grave error. Como parte de su proyecto investigativo, ellos monitorearon el historial de búsquedas de unos 650 mil usuarios por tres meses y luego los publicaron. Antes que la compañía diera a conocer los datos, cambiaron el nombre de todos los usuarios por números para mantener su anonimato. Pero no paso mucho tiempo hasta que algunos lograron hacer la conexión entre los números y los verdaderos nombres de las personas. América Online se dio cuenta de su error y quitó la información de Internet. Pero ya era muy tarde. Algunos habilidosos hackers ya habían copiado toda la información y la habían publicado en Internet. Challies luego dice: “Ahora era posible reconstruir la vida privada de una persona, al menos en parte, basados en lo que esa persona había buscado en Internet durante esos tres meses. Un usuario pasó de buscar pornografía infantil a buscar juegos para la reunión de jóvenes de su iglesia. Otros, buscaron formas de vengarse o engañar a sus esposas. Esas búsquedas se convirtieron en una ventana que revelaba sus corazones.”[xv]

Entonces, Santiago- aunque no tenía idea de historiales y búsquedas en Internet – sabe mucho acerca del Gran Examinador de corazones.

El Salmo 139 dice:

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.”

Esta es la transparencia del corazón y la mente y el alma que dice: “Señor, tu sabes todo acerca mío, y eso significa que debo hacer una limpieza en mi vida, para poder así resistir al maligno, acercarme a ti y tener mis manos y mi corazón puros.”

Estos son mandamientos para aquellos que quieren encontrar satisfacción genuina y duradera…no una satisfacción trivial sino profunda.

  • Sométase
  • Este firme
  • Acérquese
  • Límpiese

 

5. Manténgase humilde

Santiago escribe en el versículo 10, “Humillaos delante del Señor, y Él os exaltará.”

Y uno casi tiene que sonreír y decir: “Santiago, después de todo lo que has dicho, ¿podemos hacer alguna otra cosa que no sea humillarnos en la presencia de Dios?

Las palabras “Humillaos delante del Señor” provienen de una palabra griega significa ‘hacerse menos’ (ταπεινωθηντε).[xvi]

“…y él os exaltara.” –literalmente, “El los levantará.” El cuadro aquí es el de alguien que se postra ante un rey. El rey se levanta del trono, se acerca y luego levanta la cabeza del que viene a hacerle una petición.

Stuart Briscoe escribe que hace muchos años, el estaba sirviendo a Dios en Polonia. En medio del invierno, la persona que lo hospedaba lo llevó al medio de la nada- y cuando ya era de noche. Él entró a un edificio destruido que estaba lleno de jóvenes. Allí el predicó, con la ayuda de un intérprete, acerca de Juan 15 y el caminar con Cristo. A los diez minutos de haber comenzado el mensaje, se cortó la luz y todo quedó en oscuridad.

El interprete le dijo que siguiera predicando. Él no podía leer ni la Biblia ni las notas del mensaje., pero aun así, continuó.

Después de predicar en la oscuridad por 20 minutos, volvió la luz y lo que él vio entonces lo conmocionó- toda la audiencia estaba de rodillas- y quedaron de rodillas hasta que el sermón terminó. Al otro día, él compartió la experiencia con alguien, y esa persona le dijo: “Después de que usted se fue, todos se quedaron de rodillas, toda la noche, orando, desafiados por el mensaje y queriendo estar mas cerca de Cristo.”

Cuanta pasión…compromiso…crecimiento. Que podamos nosotros también vivir una vida de verdadera satisfacción en Cristo.

Ese es el camino al avivamiento.

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey

© Copyright 2011 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] William Baker, The Books of James and Peter: Faith, Suffering and Knowledge (AMG Publishers, 2004), p. 64.

[ii] D. Edmond Hiebert, James (BMH, 1992), p. 236.

[iii] John MacArthur, James (Moody, 1998), p. 204.

[iv] Daniel M. Doriani, James (R & R Publishing, 2007), p. 146.

[v] Lorne Sanny, “The Right Way to Respond to Authority,” Discipleship Journal (March/April 1982).

[vi] Fritz Rienecker/Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 737.

[vii] Hiebert, p. 237.

[viii] Thomas Manton, Crossway Classic Commentaries: James (Crossway Books, 1995), p. 251.

[ix] Ibid, p. 253.

[x] Hiebert, p. 237.

[xi] Anthony Evans, James: The Perfect Christian (Word Publishing, 1998) p. 159.

[xii] Hiebert, p. 237.

[xiii] William Barclay, The Letters of James and Peter (Westminster, 1976), p. 107.

[xiv] Phil Newton, Expository Notes: James (South Woods Baptist Church, 2005), p. 91.

[xv] Tim Challies, The Next Story (Zondervan, 2011), p. 176.

[xvi] Rienecker/Rogers, p. 737.

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