Lección 30: Hambre de Dios

Pasaje Bíblico: Filipenses 3:10-11.
¿Es posible que una persona común llegue a ser un gigante espiritual? En estos versículos aprenderemos que para crecer espiritualmente, lo único que necesitamos es un mayor apetito por las cosas del Señor. 

Dwight Pentecost, escritor y profesor de teología, hizo la siguiente pregunta, “¿qué es lo que hace que algunos cristianos se conviertan en gigantes espirituales y que otros permanezcan iguales?”

Él mismo respondió, “muchos creen que es el resultado de una herencia espiritual o de algún tipo de personalidad – que simplemente nacieron más espirituales que otros. Sin embargo, las Escrituras nos dicen claramente que no hay nada en nuestra naturaleza o personalidad que haga a alguna persona más apta para ser espiritual que otra.

Aun así algunos sugieren que esto se debe a las circunstancias en las cuales cierta persona recibió la salvación – algunas tuvieron experiencias de conversión sensacionales que parecen haberlos levantado de las profundidades mucho más rápidamente. Sin embargo, la Biblia nos dice que todos somos igualmente pecadores y que cada creyente ha sido igualmente y milagrosamente traído de una vida de pecado a una nueva vida.

Otros sugieren que el ministerio o el servicio a Cristo es la clave, pero demasiadas ilustraciones en la Escritura y en la iglesia han demostrado que servir a Dios puede reemplazar un crecimiento espiritual genuino en vez de promoverlo automáticamente.

Luego Pentecost escribió, la clave fundamental para el crecimiento puede ser descrita en una palabra – apetito. El apetito hace la diferencia entre el maduro y el inmaduro, el infante y el adulto.[i]

            El apóstol Pedro lo escribiría de esta forma – desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis (1 Pedro 2:2)

            Hambre.

            Recientemente, al salir por unos minutos al patio de nuestra casa por la mañana, descubrimos con Marsha, mi esposa, un nido de pájaros – allí, un puñado de pichones habían estado creciendo por un tiempo. En nuestro patio todo suele estar en silencio hasta que un pájaro adulto aparece trayendo un poco de comida y allí comienza el alboroto. Los pichones empiezan a gritar, abriendo sus bocas lo más grande que pueden, estirándose y chillando por un pequeño bocado – sabiendo instintivamente, por diseño divino, que, si no abren la boca, no van a ser alimentados… y están con hambre.

            De la misma manera, Dios no se encarga de abrir bocas cerradas y meternos la comida a la fuerza. Él nos alimenta en respuesta a nuestro apetito.[ii]

            En su testimonio personal, el Apóstol Pablo dijo que el había llenado su vida con honores, logros, celo religioso y devoción.

            Pero después de encontrarse con el Señor, todo cambio, incluso su apetito.

            En su carta a los Filipenses, mientras Pablo escribe en el capítulo 3, él llega al final de la lista de lo que antes lo había satisfecho y resume con una sorprendente transparencia: “todo eso para mí hoy es basura.”

            Es excremento… es como comida podrida, y todo eso pertenece en la alcantarilla.

            Ahora, Pablo llega a su declaración más importante en su testimonio personal donde escribe en el versículo 10, a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.

            Ahora, vamos a dividir esta porción del testimonio de Pablo en 4 pensamientos separados. Creo que Pablo aquí está diciendo que él tiene hambre de:

  • Conocer a Cristo más profundamente
  • Lo que significa vivir por Cristo más intensamente
  • Sufrir por Cristo más dependientemente
  • Y buscar a Cristo más deseosamente.

 

  1. En primer lugar, él quiere conocer a Cristo más profundamente

 

            A fin de conocerle.

            Note que esto es un hambre, un deseo personal.

            Él no está diciendo, “quiero que la iglesia en Filipos pueda conocerle; quiero que mis amigos le conozcan” – este no es alguien diciendo – “quiero que mi esposo, mi esposa, o mis hijos le conozcan. Si solo mi jefe pudiera conocerle seria genial.”

            ¡Yo!

            A fin de yo poder conocerle.

            Pero Pablo, espera… tú ya lo conoces. Todos lo que aceptan a Cristo es porque lo conocen como Señor y Salvador.

            Pablo no está hablando acerca de salvación; él está hablando acerca de transformación.

            Llegar a ser cristiano no es el fin de la experiencia cristiana, es el comienzo.[iii]

            Esto tiene que ver con un apetito espiritual.

            Y para Pablo, lo que él ya ha probado de Cristo solo ha abierto su apetito aún más.[iv]

            Note que él escribe, a fin de conocerle.

            La palabra que Pablo usa aquí es instructiva.

            En el diccionario bíblico de Silva, se describe ampliamente el uso de este verbo griego ginosko (γινωσκω). En los tiempos de Pablo, el propósito del conocimiento era ver – y no solo ver lo pasajero, sino ver lo real y eterno – era captar personalmente la realidad del objeto en consideración.

            A través de la Biblia, podemos ver que esta palabra tiene más que ver con preocuparse, tener contacto personal con lo que es real.[v]

            Un comentario lo ilustra como una madre que salió corriendo del baño al escuchar a su hijito gritando de dolor – su hermanita de 2 años le había agarrado el pelo y no lo quería soltar. La madre abrió la mano de su hijita y le explicó a su hijo que ella no había tenido la intención de lastimarlo porque ella no sabía que eso dolía.”

            La madre apenas había salido de la habitación cuando escuchó que su hijita lloraba de dolor. Ella volvió corriendo devuelta a la habitación y preguntó, “¿que paso acá? Y su hijo le respondió, “bueno, ahora ella sabe que duele”[vi]

            Este es el conocimiento del que Pablo está hablando – no aprendido a distancia, sino de cerca.

            A todo esto, la idea de un Dios impersonal, despreocupado e insensible es totalmente ajeno a las escrituras.

  • Dios es descrito como alguien que conoce a los que en él confían (Nahúm 1:7);
  • Jehová conoce el camino de los justos (Salmo 1:6)
  • Dios le dijo a Jeremías, antes que te formase en el vientre te conocí (Jeremías 1:5).
  • David incluso describe la formación de un embrión en el vientre de su madre como algo profundamente personal – Tu (Dios) formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre… cuan preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos. Cuán grande la suma de ellos (Salmo 139).
  • Así mismo el creyente es ordenado a estar quieto y conocer que él es Dios (Salmo 46:10).

            Un día en el juicio final estarán de pie delante de Cristo muchos que hicieron milagros, muchos predicadores y profetas que se le serán negada la entrada al cielo, aunque ellos hayan hecho muchas cosas en el nombre de Dios – y Jesucristo les dirá, nunca los conocí (Mateo 7:23).

            El ciertamente los conocía… de hecho, el conocía todo acerca de ellos; y ellos sabían cosas acerca de Él; pero ellos nunca se habían relacionado con él a través del nuevo nacimiento por fe en Cristo.

            En otras palabras, Jesús está diciendo, “ustedes no me pertenecen” No los conozco.

            A través de todo el Antiguo Testamento, este es el verbo usado para referirse a una intimidad sexual – por ejemplo, en el caso de Adán y Eva la Biblia simplemente dice, y Adán conoció a su mujer.

            Esto es más que un conocimiento intelectual… es un conocimiento de contacto íntimo.[vii]

            Esto explica, a todo esto, porque en el Nuevo Testamento se nos dice que Jesús no conoció pecado (2 Corintios 5:21). Jesús ciertamente sabía lo que era el pecado – el sabía todo acerca de los pecadores – pero él no estaba relacionado íntimamente con ningún pecado personal – el nunca conoció pecado.

            Él nunca se involucró personalmente con el pecado.

            Así que, cuando Pablo escribe aquí que él quiere conocer a Cristo, lo que él está diciendo es que él quiere conocer a Cristo más íntimamente – personalmente – no solo saber datos acerca de Cristo para poder sacarse una buena nota en una prueba; él quiere preocuparse personalmente, estar en comunión, caminar con y ser guiado por su pastor y Salvador.

            Pablo quiere conocer a Cristo más íntimamente.

           

  1. En segundo lugar, Pablo quiere vivir para Cristo más intensamente.

           

            Pablo escribe en el versículo 10, A fin de conocerle y el poder de su resurrección.

            La palabra para poder es dunamin (δυναμιν) de donde sacamos nuestra palabra dínamo, o dinámico.

            Pero una vez mas nos preguntamos – ¿no ha experimentado ya Pablo el poder de Cristo?

            Y nosotros también, en nuestra conversión a través de la fe, nuestro espíritu fue llevado de las tinieblas al reino de vida – antes de la salvación éramos considerados muertos en delitos y pecados; pero Dios nos dio vida juntamente con Cristo (Efesios 2:5).

            Y ese es solo el comienzo

            Pablo está deseoso, esta hambriento por ese mismo poder, para que lo acompañe el resto de su vida.

            Esto es lo que un escritor denominó, vivir la vida enchufado. Nosotros nunca obtendremos el poder de la resurrección por nosotros mismos, no podemos crearlo, manipularlo, encenderlo o apagarlo.

            No es generado por nosotros – es el poder de Dios, revelado a nosotros y demostrado a través nuestro – y Pablo está deseoso de vivir su vida con ese poder.

            Un par de semanas atrás nos conseguimos un nuevo portón eléctrico para el garaje con control remoto para abrirlo desde el auto. Es tan silencioso. El portón antiguo sonaba como si un tanque de guerra estuviera pasando por en frente de la casa.

            La razón del cambio no fue tanto por el ruido, sino porque una mañana traté de salir del garaje en reversa – antes de abrir el portón – un pequeño detalle. Lo suficientemente rápido como para abollar el portón y romper el sistema eléctrico. Así que tuvimos que conseguir otro portón.

            Resulta que el nuevo portón funcionó por un día y luego dejo de funcionar. Llamé a la compañía y enviaron a alguien para arreglar el asunto.

            Este hombre encontró que había una obstrucción en el cable y que la energía no estaba fluyendo. Él arregló la obstrucción, funcionó por otro día y dejo de funcionar nuevamente. Llamé a la compañía una vez más y vino el mismo hombre para reparar el portón. Revisó todo y me dijo, “es extraño, una parte del portón no está recibiendo energía, algo está obstruyendo el paso, así que, es como si ni siquiera estuviera enchufado.”

            El hombre terminó renovando todo el sistema eléctrico… y durante toda la semana ha estado funcionando perfectamente.

            Pero no pude dejar de pensar en la analogía.

            Tantas veces pienso:

  • Algo está obstruyendo el paso
  • Algo esta impidiendo que progrese – algo está impidiendo que mi vida sea como debería ser
  • El problema generalmente es con la energía, el poder. No hay un flujo constante… no estoy enchufado.

            El problema no está en el producto – tampoco en la maquinaria – el problema es que, oculto, hay algo que está bloqueando la dinámica del poder de Dios e impide que este fluya en mi vida como debería.

            Hay una obstrucción en el cable… puede ser pereza, o desobediencia, o insensibilidad o egoísmo.

            Jerry Bridges escribió: es tiempo para que nosotros, cristianos, enfrentemos nuestra responsabilidad de vivir santamente. Muy seguido decimos que somos derrotados por tal o cual pecado. No, no hemos sido derrotados, somos desobedientes. Sería mejor si dejáramos de usar términos como “victoria” y “derrota” para describir nuestro progreso… en vez, deberíamos usar términos como “desobediencia” y “obediencia.”[viii]

            El poder de la resurrección significa vivir a la luz del hecho que Dios nos ha dado el poder de guardar sus mandamientos.

            Pablo frecuentemente habla acerca del poder de Dios – este mismo poder dentro nuestro. Él lo llama:

  • El poder de Dios para salvación, el cuál es el evangelio (Romanos 1:16)
  • Su eterno poder y deidad, el cual es revelado en la creación (Romanos 1:20)
  • El poder de Dios, el cuál es la palabra de la cruz (1 Corintios 1:18)
  • El poder del Espíritu Santo que mora en nosotros (1 Corintios 2:4-5)
  • El poder de que nos levanta para caminar en vida nueva (Romanos 6:4)

            Pablo deseaba más – lo que significa que tenía hambre por demostrar el poder de Cristo en el – enfrentar la vida con un conocimiento íntimo de que la piedra ha sido removida y que Jesucristo está vivo y se encuentra en medio nuestro.

            Pablo puede estar encadenado a un guardia romano y aprisionado esperando ser sentenciado, pero el poder de la resurrección ha cambiado todo – y él quiere pensar, y creer y orar y vivir en el poder de su ciudadanía – no la romana, sino la celestial, la del reino de Dios.

            Sam Gordon escribe en su comentario acerca de un francés que se convirtió en inglés – Después de un largo viaje, después de haber admirado el imperio británico y la cultura británica, el finalmente se convirtió en un ciudadano ingles. Cuando un amigo le preguntó que diferencia hacia que ahora fuera ciudadano inglés, él pensó por un momento y luego respondió, “bueno, entre otras cosas, ahora sé que, en vez de perder la batalla de Waterloo, le he ganado.”[ix]

            Vivir en el poder de la resurrección significa que ahora estamos viviendo a la luz del hecho de que como un ciudadano del cielo, sin importar que es lo que las evidencias pudieran indicar, estamos ahora del lado ganador – por siempre.

            Pero antes que reciba su corona… este preparado y dispuesto a cargar la cruz.

            Pablo no solo desea conocer a Cristo profundamente, y vivir para Cristo más intensamente,

 

  1. En tercer lugar, Pablo quiere sufrir junto con Cristo más dependientemente

           

            Pablo escribe más adelante en el versículo 10, a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte.

            El asemejarse a Cristo nos guía a través del Calvario.[x]

            No sabemos exactamente a qué tipo de padecimiento se refiere Pablo aquí porque no lo especifica.

  • Él podría estar refiriéndose a su próximo y casi inevitable martirio.
  • Él podría estar refiriéndose a una vida de morir al pecado al ser unido con Cristo (Romanos 6:6)
  • Él podría estar refiriéndose a sufrir por causa del evangelio – lo cual cada creyente hace hasta cierto punto (Filipenses 1:29).[xi]

            Pero note que incluso, aunque Pablo ya ha hablado en su carta acerca del sufrimiento (1:29), él agrega aquí que esto es en participación con Cristo – la participación de sus padecimientos.

            Aquí está la palabra koinonia nuevamente – comunión. Pero Pablo no se refiere a lo que nosotros solemos pensar cuando escuchamos la palabra comunión. No es solo conversar, compartir un café, o aún reunirse a almorzar.

            Esta es comunión, pero una comunión en sufrimiento, una participación en los padecimientos de Cristo. Pero ¿quien querría tener ese tipo de comunión? Como que alguien le diga: “escuche de una iglesia que tiene un buen tiempo de sufrimiento – vamos a unirnos – ¿que estamos esperando?”[xii]

            Pablo no está hablando de estar teniendo comunión alrededor de una mesa – sino de tener comunión alrededor de la cruz.

            En su famoso libro, El Señor de los Anillos, Tolkien escribe de un grupo de varios hombres que se unen con el propósito de destruir el poder del Señor Oscuro y se unen en lo que es llamado la comunidad del anillo.

            La comunidad del anillo – eso no significa que se van a juntar en un parque, tener un picnic, para tener comunión. Significa que ellos van a depender uno del otro – y que van a luchar juntos y sufrir juntos.

            Pablo desea una comunión con el Redentor y con los otros que conocen al redentor.

            Las buenas noticias es que sufrir por Cristo es sufrir con Cristo. En otras palabras, no está solo. Hay muchos que no han doblado sus rodillas ante el enemigo.

            No está solo, y tampoco está por su propia cuenta.

            Note el orden en que Pablo escribe las cosas; el poder de su resurrección precede la participación de sus padecimientos.[xiii]

            Lo cual es crítico… nunca será capaz de participar en esos padecimientos a menos que tenga el poder de su resurrección.

            El sufrimiento nunca es el objetivo del creyente, pero al depender en el poder de la resurrección uno es capaz de seguir el ejemplo de Cristo, quien, por el gozo puesto delante de él, sufrió la cruz (Hebreos 12:2).

            El estar enchufado al poder de su resurrección y dependiendo en este, nos permite continuar.

            Pablo deseaba:

  • Conocer a Cristo más profundamente
  • Vivir por Cristo más intensamente
  • Sufrir junto con Cristo más dependientemente

            Una más:

 

  1. En cuarto lugar, Pablo quiere buscar a Cristo más deseosamente.

 

            Note el versículo 11, si en alguna manera llegase a la resurrección de los muertos.

            Y ¿que es lo que quiere decir Pablo aquí? Que él quería estar con Cristo por siempre.

            Pablo no está expresando incertidumbre acerca de su futuro en el cielo, él está simplemente reconociendo que él no sabe cuál es la ruta por la cual Dios lo llevará al cielo.[xiv]

            De alguna manera… no sé cómo… no se los detalles, no se él tiempo, pero eventualmente, mi padecimiento me llevará a la resurrección de entre los muertos – y estoy esperando deseoso terminar mis últimos metros en la carrera.

            Eso significa: estaré cara a cara en la presencia de Jesucristo – a quien he deseado, amado, por quien he vivido, a quien he obedecido todos estos años.

            Este es el deseo perdurable de Pablo, el hambre de Pablo. Él ha probado a Cristo… y quiere más de lo mismo.

            Pablo nunca se acostumbró a Cristo… y como el salmista, nos invita a probar y ver que el Señor es bueno (Salmo 34:8).

            ¿De que tiene hambre usted? ¿Y cuan hambriento esta por ello?

            ¿Ya ha identificado que es lo que hay en su vida que disminuye su hambre por Cristo? ¿Ha tomado tiempo últimamente para pensar acerca de esas cosas que terminan quitándole el apetito por las cosas de Dios?

            En otras palabras, ¿que roba su afecto por Cristo? ¿Que es lo que le quita el deseo de vivir por Él? ¿Que es lo que provoca su afecto por Jesús y el evangelio y su palabra?[xv]

            ¿Que va a hacer al respecto?

            O sea, ¿va a rodearse intencionalmente de personas o involucrarse en actividades que promuevan ese hambre de Dios?

            ¿Se mantendrá alejado de aquellas cosas que lo alejan de la mesa de Su presencia y poder?

            Querido oyente, su relación con Dios nunca será dinámica

  • Si su relación con su Palabra es casual
  • Si su obediencia hacia él es parcial
  • Si su comunicación con él es ocasional

            Pablo está informándonos apasionadamente que el está realmente deseoso de tener una relación con Cristo que no sea ocasional, casual o parcial, sino que sea permanente, habitual y continua.

            Jonathan Edwards, gran teólogo de los años 1700s escribió, “esta es la única felicidad con la cual nuestra alma puede ser satisfecha. Padres y madres, esposos, esposas, o hijos, o la compañía de amigos son solamente sombras; pero el disfrutar de Dios es la sustancia. Familia y amigos no son más que algunos rayos dispersos, pero Dios es el sol. Ellos no son más que arroyos, pero Dios es el manantial; estos son nada más que gotas, pero Dios es el océano.[xvi]

            Cuando tendemos a enfocarnos, vivir y perseguir las gotas de agua y los rayos de sol… recordemos… y deseemos, tengamos hambre y sed de la fuente… del océano… del sol.

            Un compositor tomó este párrafo de la escritura que acabamos de estudiar y creo una canción… dice lo siguiente:

Lo que anhelaba más poseer,

Lo que el mundo lucha por tener;

Todo ello es como pérdida,

No es nada en comparación.

 Conocerte más es mi anhelo y fin.

Ser hallado en tu voluntad,

 Poseer por fe lo que tú me das,

 El don sin igual de santidad

 Que yo sepa de tu poder sin fin,

Y tus sufrimientos entender;

Ser igual que tú en tu muerte vil

Y vivir contigo, y no morir.

 

Te anhelo a Ti, Cristo, Te anhelo a Ti;

Mejor que Tu no hay.

Mi Señor, Salvador, Vida y Luz, Mi Redentor;

Y Te Amo, Dios.[xvii]

           

            Te anhelo a Ti Cristo, mejor que Ti no hay.

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el día 14/06/2015

© Copyright 2015 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

[i]  J. Dwight Pentecost, The Joy of Living: A Study of Philippians (Lamplighter Books, 1973), p. 134

[ii]  Ibid.

[iii] Warren W. Wiersbe, Philippians: Be Joyful (Victor Books, 1978), p. 89


[iv] Adapted from Dennis E. Johnson, Philippians (P & R Publishing, 2013), p. 199

[v] Moises Silva, New International Dictionary of New Testament Theology and Exegesis (Zondervan, 2014), p. 575

[vi] vi Sam Gordon, Philippians: An Odyssey of Joy (Ambassador, 2004), p. 122


[vii] Ibid, p. 123


[viii] Charles Colson, Loving God (Zondervan, 1987), p. 137

[ix] Gordon, p. 125


[x] J.A. Motyer, The Message of Philippians (IVP Academic, 1984), p. 169


[xi] Adapted from G. Walter Hansen, Pillar New Testament Commentary: The Letter to the Philippians (Apollos, 2009), p. 246

[xii] Adapted from R. Kent Hughes, Philippians (Crossway Books, 2007), p. 140


[xiii] Hughes, p. 141


[xiv] Johnson, p. 201


[xv] Adapted from Matt Chandler, To Live is Christ (David C. Cook, 2013), p. 101


[xvi] Quoted by Stephen Davey in Overcoming the Me Attitudes (Charity House, 2010), p. 47


[xvii] Graham Kendrick, “Knowing You” 1994 Make way Music