Lección 38: ¿Que Tiene en Su Mente?

Pasaje Bíblico: Filipenses 4:8-9.
Un creyente no solo se distingue de un no-creyente por cómo actúa, sino que también por cómo piensa. El apóstol Pablo, aquí, nos da seis adjetivos y dos sustantivos que describen cómo debe pensar un hijo de Dios.

Según los editores del Diccionario Abreviado Oxford, el sustantivo usado con más frecuencia en el idioma ingles es la palabra, tiempo.

            Un artículo dice que las personas cada día piensan más acerca de cómo hacer más, lograr más, y resolver más cosas en menos tiempo.

            Simplemente mire los títulos en las librerías y se dará cuenta: Una Vida Mejor en Treinta Días, La Experiencia Sanadora de Un Minuto, Terapia de Un Minuto, o Sesenta Segundos para la Serenidad.

            Más de cien títulos por ser publicados tienen la palabra instante en el título. Puede encontrar de todo, desde Aprenda Idiomas al instante a Sanación Emocional Instantánea. Y si se le está acabando el tiempo, lea, Administración instantánea del tiempo.

            El mundo cristiano no es inmune a esta moda. Puede comprar sus propias copias de Sesenta Segundos con Dios, Oraciones Diarias de Sesenta Segundos, y Sermones instantáneos para Pastores ocupados.[i]

            Creo que debería comprar ese.

            Hay un hermoso himno en ingles que se titula “dedica tiempo a ser santo.” En nuestra generación seguramente cambiaríamos el himno a “Como ser santo en 60 segundos.”

            Pero la verdad es que no se puede. Y nunca se podrá.

            El ser transformado por la renovación de nuestra mente no es un trabajo de 60 segundos… sino de una vida entera.

            El apóstol Pablo escribió a los creyentes en Roma que ellos necesitaban presentar no solos sus cuerpos sino ser transformados mediante la renovación de sus mentes, su entendimiento (Romanos 12:1-2).

            En otras palabras, ellos ahora tenían el potencial de pensar completamente diferente a lo que alguna vez hubieran podido como incrédulos.

            El Nuevo Testamento describe que la mente del ser humano, fuera de Jesucristo, es:

  • Corrupta (1 Timoteo 6:5)
  • Enfocada en su propio cuerpo (Romanos 8:5)
  • Hostil para con Dios (Colosenses 1:21)
  • Endurecida a la verdad espiritual (2 Corintios 3:14)
  • Incapaz de discernir las cosas de Dios (1 Corintios 2:14)
  • Cegada por Satanás (2 Corintios 4:4)
  • Consumida por la vanidad
  • Y corrompida (Tito 1:15).[ii]

            Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, hace una notable distinción entre el creyente y el no-creyente. La distinción no se encuentra simplemente en como uno actúa – sino en cómo uno piensa.

            El rey Salomón señala este problema cuando escribe, Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él (Proverbios 23:7).

            En otras palabras, la razón por la cual su vecino, colega, o compañero de colegio no-creyente actúa como actúa es porque piensa como piensa.

            Como un escritor lo puso – usted no es lo que piensa que es; sino que lo que usted piensa, eso es.[iii]

            Así que una de las preguntas más profundas que usted puede preguntarse es “que tengo en mi mente,” “que estoy pensando.”

            Lo que sea que tenga en su mente es un sinónimo de lo que sea que está en su corazón; y lo que sea que tenga en su corazón y mente, eventualmente va a reflejarse en sus manos y pies y en el resto de su vida.

            Los judíos solían levantarse cada mañana y orar el famoso Shema – la oración de Deuteronomio capítulo 6. La oración dice algo como esto, “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.”[iv]

            Es fascinante que Jesucristo citó el mismo versículo, pero le agregó su propia revelación. Cuando lo recitó frente a las multitudes, el sin duda sorprendió a todos cuando agregó las palabras… amaras al Señor tu Dios… con toda tu mente (Marcos 12:30).

            Cuando usted se convierte en cristiano, usted no pierde la cabeza; no deja de usar su mente. Realmente, usted empieza a usarla como Dios siempre quiso que la usara desde el día que lo creó.

            Usted no pone su mente en neutro; usted finalmente pone su cerebro en marcha.

            Ahora, ya que la disciplina de tener nuestra mente renovada es tan crítica para el crecimiento del creyente, podrá preguntarse; ¿existe alguna guía para saber que podemos permitir en nuestra mente?

            Pablo responde a esa pregunta en esta carta a los Filipenses – así que abramos nuestras biblias en Filipenses 4, versículo 8.

            Pablo va a darnos seis adjetivos y dos sustantivos que delinean como debemos gobernar nuestros pensamientos. Pablo comienza un nuevo párrafo al escribir, “por lo demás hermanos.” Con esto, Pablo está queriendo decir que él esta terminando su lista de imperativos.[v]

            Pablo ha estado entregando un mandamiento tras otro en esta sección de su carta – como en el versículo 4 Regocijaos en el Señor siempre – versículo 6, por nada estéis afanosos…

            Y Pablo va a terminar esta lista de 8 directrices al darnos un imperativo más – otro signo de exclamación – al final del versículo 8 mandándonos a pensar.

            Necesitamos entender que estos mandamientos no son sugerencias para aplicar a nuestras vidas accidentalmente; periódicamente, sino intencionalmente.

            Estos no son ramos electivos en el plan de estudio de santidad – son clases requeridas con tareas diarias.

            que no duran 60 segundos tampoco – sino que todo el día.

            Ahora echémosle un vistazo a la lista.

            Por lo demás hermanos, todo lo que es verdadero.

 

  1. Todo lo que es verdadero.

            La primera guía o directriz va totalmente contra la cultura y las directrices populares de hoy.

            La gente ya no pregunta, “¿es verdad?” sino “¿funciona?” “¿como me hará sentir?” “¿que piensan los otros?” Este tipo de pragmatismo ha logrado hacerse paso exitosamente en la iglesia, donde, tristemente, la iglesia promedio esta más preocupada acerca de que si algo es ofensivo o potencialmente divisivo en vez de preocuparse de que si es o no la verdad bíblica.[vi]

            Todo lo que es verdadero puede también referirse a la necesidad de alejarse de todo lo que no es verdadero. Mentiras, rumores y exageraciones no son verdad; pensamientos y planes engañosos que corren a través de nuestra mente están fuera de los límites de la santidad porque no son verdad.

            Lo que es verdad es aquello que es fiel, confiable, real y genuino.[vii]

            ¿Que tiene en su mente? Primero que nada – necesita ser todo lo que es verdadero.

 

  1. En segundo lugar, Pablo agrega, todo lo honesto.

            La Biblia de las Américas traduce esta frase como todo lo digno. Esta misma palabra es traducida seriedad en Tito capítulo 2, donde Pablo usa esta palabra para describir la actitud de madurez espiritual que debían tener los ancianos de la iglesia en Creta.

            Es dejar la adolescencia atrás y convertirse en una persona noble, madura y digna. No significa que nunca más va a reírse o divertirse.

            Un lingüista clarifica que este tipo de mente simplemente se aleja de lo superficial o poco serio.[viii]

            La mente digna, noble, no está ocupada por pensamientos triviales o superficiales.

            Es interesante que esta palabra era usada por los griegos para referirse a todo lo relacionado con sus dioses y los templos de sus dioses. El Apóstol Pablo usa esta palabra para referirse correctamente al creyente quien se mueve a través del mundo como templo del Dios viviente.[ix]

            No es de sorprenderse entonces de que Dios nos pide pensar y actuar dignamente a la luz de quien vive en el templo de nuestros cuerpos (1 Corintios 6:19-20).

 

  1. Pablo agrega, en tercer lugar, Todo lo justo.

            Pablo está diciéndole a los creyentes en Filipos y a nosotros también que lo que deberíamos tener en nuestras mentes son planes y pensamientos y sueños que lleven a una vida justa. En otras palabras, estamos pensando en formas de hacer lo correcto.[x]

            En contraste, el hombre malo se recuesta en su cama a la noche pensando en nuevas formas de pecar – nuevas formas de engañar – nuevas formas de robar (Salmo 36:4).

            Esta directriz mental se relaciona con la integridad. Es decir, vamos a hacer lo que es justo, ya sea al hacer una tarea para el colegio, o al escribir ese contrato, o aun al secar los platos. Vamos a hacerlo de la manera correcta.

            En las noticias salió, hace un tiempo atrás, que 31 estudiantes de universidad fueron descubiertos entregando trabajos plagiados del internet.

            Tristemente, esto no es para nada extraño estos días, y los profesores están al tanto del problema. Pero lo que hizo de esto una noticia, fue el hecho de que estos estudiantes estaban escribiendo un trabajo acerca de ética. ¡Así que hicieron trampa para pasar la clase de ética! Es como robar una Biblia para poder memorizarla.

            Todos sabemos intuitivamente que es correcto o justo (Romanos 2). Y aunque muchos rechacen la Biblia, igualmente dicen muy fácilmente, “hey, eso no es justo” a lo que sea que les haya afectado personalmente.

            Admiramos a quien hace lo correcto – y admiramos el hecho aún más porque pareciera que cada día hay menos personas dispuestas a hacer lo correcto.

            En el mundo de los negocios especialmente, admiramos la integridad.

            Me encontré esta anécdota histórica recientemente, acerca de un Mr. Leon Bean quien, en 1912, empezó un negocio de ventas por correo en el estado de Maine. En un principio, todo lo que vendía eran botas para cazadores con la inusual promesa de reembolso total si el producto era defectuoso. Sin embargo, los defectos en el diseño de sus botas llevaron a que el 90% de estas fueran devueltas junto con el pedido de reembolso.

            Mantener su promesa pudo haber arruinado su pequeño negocio, pero Leon Bean cumplió su palabra, reembolsó los dineros, corrigió el diseño, y vendió las botas mejoradas con la misma promesa de reembolso. Hoy, L.L. Bean es una de las compañías más grandes de ventas por correo en todos los Estados Unidos.[xi]

            Así que, ¿que tiene en su mente? Piense en lo que es justo. Y cuando piensa en lo que es justo, está a medio camino de hacer lo que es justo.

 

  1. Pablo agrega a la lista – todo lo puro.

            La palabra que Pablo usa aquí se refiere a las cosas que son moralmente intachables.

            Esta es una de las características favoritas de Pablo:

  • Él le escribió a Timoteo, consérvate puro (1 Timoteo 5:22)
  • En Tito, insta a las mujeres jóvenes en la iglesia a ser prudentes y castas (Tito 2:5)
  • Santiago describe la sabiduría de Dios siendo primeramente pura (Santiago 3:17)
  • Pedro anima a las esposas de no-creyentes a vivir con sus maridos casta y respetuosamente (1 Pedro 3:2)
  • Juan escribe que aquellos que confían en el regreso de Cristo deben purificar sus vidas a la luz de su venida (1 Juan 3:3)

            Para el apóstol Pablo, la pureza en la vida empieza en el pensamiento. Y porque esa es una realidad espiritual, la batalla más grande en el planeta no se encuentra entre ideologías políticas y naciones. El conflicto más grande – escribió Dwight Pentecost décadas atrás – no es político, económico, o social. El conflicto más grande en el mundo, hoy, es la batalla que toma lugar en su mente.[xii]

            No es de sorprenderse entonces que la Palabra de Dios nos advierte una y otra vez de que debemos guardar nuestra mente… nuestros ojos… nuestros pensamientos… nuestro corazón. Salomón escribió, Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida (Proverbios 4:23).

            ¿Que tiene en su mente? ¿cosas puras? Nuestra cultura no es muy amiga de la pureza o sí.

            En 1896, una película llamada El Beso indignó a la sociedad porque una pareja de solteros fue filmada dándose un besito. Los críticos denominaron la acción: absolutamente repugnante… un crítico dijo que esa acción meritaba un llamado a la policía.

            Aun, en los años 60´ y 70´, los programas de televisión requerían que siempre que se mostrara a una pareja en una habitación, tenían que estar dormidos y en camas separadas.

            Un análisis mostró que para los años 1990, el entretenimiento, incluyendo películas, tenían alusiones, comentarios, o comportamientos sexualmente explícitos cada cuatro minutos – de hecho, las estadísticas revelaban que la persona promedio ve a través de la televisión y las películas 14.000 escenas con contenido sexual al año. Casi todas ellas involucran personas no casadas.

            Un análisis que encontré mientras investigaba el tema decía que rara vez los medios muestran las consecuencias de la falta de pureza. Ningún personaje en la película destruye su vida por falta de pureza; a nadie le da SIDA o herpes. Nadie queda embarazada tampoco. Nadie tiene que cambiar pañales, levantarse a media noche, o luchar por años para criar a un niño sin padre.[xiii]

            Y simplemente considere la educación que uno tiene a través de los medios de comunicación. Un reporte que encontré decía que el niño promedio en Estados Unidos entre el jardín de infantes hasta su graduación de la secundaria ve un aproximado de 15.000 horas de televisión y películas, y ese mismo niño gasta menos de 13.000 horas en el colegio.[xiv]

            Alguien dijo una vez que la televisión es un invento que lo entretiene en su sala de estar con personas que usted nunca permitiría que entraran dentro de su casa.[xv]

            Y ahora, la dificultad de la mantener pureza mental – para hombres y mujeres de todas las edades – se ha multiplicado gracias los teléfonos y el internet.

            He hablado con profesoras de 3er grado que dicen que uno de los desafíos más grandes que tienen es el hecho de que los niños están viendo pornografía en sus celulares – en 3er grado.

            Y debemos reconocer que vivimos en un mundo que no solo permite la pornografía y vende pornografía – vivimos en un mundo que es en esencia pornográfico. Es marketing, y logra vender hasta un lápiz si es que la publicidad tiene contenido sexual.

            Ya no hay límites. Pero la verdad permanece… y todavía no hay excusas para el creyente que quiere desarrollar la disciplina de su mente, el carácter y santidad y pureza, las cuales no son nada menos que la mente de Cristo.

            Incluso aunque la batalla ahora sea más abierta, la verdad sigue siendo la misma. Tal como Charles Spurgeon escribió 140 años atrás: Dios no habitará en el salón de nuestros corazones cuando escogemos entretener al diablo en el ático de nuestros pensamientos.[xvi]

            Así que, ¿que tiene en su mente? Esa es la batalla más grande de hoy en día.

            Pedro escribió a los creyentes y les recordó que debían estar alerta – literalmente estar despiertos porque el diablo – esa serpiente antigua – esta también como león rugiente, buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8).

            Ese verbo devorar literalmente significa desacreditar… él quiere desacreditar el creyente… el incrédulo no le apetece tanto.

            Y eso es porque él ya no puede tener su alma, pero él puede destruir el testimonio de su vida, y la integridad de su corazón y la paz de su consciencia. Él es un león rugiente y hambriento.

            Nadie juega con un león hambriento. Nadie se acerca a un león hambriento por diversión; nadie se acerca y lo acaricia en la cabeza y dice “lindo gatito… lindo gatito.”

             Satanás también es conocido como serpiente. Y uno no se acerca despreocupadamente a una serpiente peligrosa tampoco. Uno se aleja.

            Estaba manejando a casa unos meses atrás y una serpiente estaba deslizándose a través de la calle en mi vecindario. No era oscura o gris sino color terroso. No lo pensé dos veces. Pisé el acelerador y la pasé por encima.

            No frené para dejarla pasar; no me baje a hablarle… la aplaste con todas mis fuerzas. No le diga esto a la sociedad protectora de animales… prefieren a la serpiente que a las personas como yo.

            Pero este es el punto. No nos vamos a poner a negociar con un león… no vamos a ponernos a jugar con una serpiente… no frenamos y nos ponemos a conversar con el pecado… tiene la habilidad de envenenarnos y devorarnos y traer enorme destrucción a nuestra vida y a los hermosos planes que Dios tiene para nosotros.

            Así que, ¿que tiene en su mente? Asegúrese que sea puro.

 

  1. Pablo agrega, todo lo amable.

            Este adjetivo aparece solo aquí en el Nuevo Testamento. James Moffat lo tradujo en 1913 como encantador.

            Se puede entender como aquellos pensamientos que son placenteros, agradables, amorosos.[xvii]

            Un traductor lo parafraseó como aquello que produce amor; en otras palabras, no piense en aquellas cosas que producen amargura o temor o resentimiento o critica.[xviii]

            Pablo también nos anima a pensar en todo lo que es moralmente, mentalmente y emocionalmente bello; y aun lo que es estéticamente encantador.

            Permita que su mente piense en la hermosa creación; todo lo que es bello y sorprendente, majestuoso y glorioso, inspirador en la maravillosa creación de Dios alrededor suyo.

            Incluso nuestro Señor desafío a su audiencia a pensar en las aves y el campo y las flores – piense y obsérvelos. Saque analogías acerca de la belleza de la extravagante gracia de Dios en su vida.

            Tome tiempo para observar la naturaleza… tome tiempo para pensar acerca de la belleza de la puesta de sol, o las olas que rompen en el océano; permita que su mente se sumerja en la belleza de alguna sinfonía o las maravillas de algún descubrimiento científico.

            ¿qué tiene en su mente? Salga fuera de su casa y considere la naturaleza, y observe los cielos, los cuales declaran la gloria de Dios día y noche – tal como El Rey David escribió.

 

  1. El siguiente adjetivo es, todo lo que es de buen nombre.

            En otras palabras, todo lo que vale la pena repetir… todo lo que es recomendable.

            Pablo nos está diciendo que no debemos dejar que nuestras mentes sean cautivadas por las cosas que realmente no deberían ser repetidas a nadie más. No permanezca en nada que no vale la pena repetir.

            Y ahora Pablo agrega dos frases condicionales. Note lo que escribe al final del versículo 8, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

            A todo esto, estas frases condicionales pueden ser entendidas de esta forma – si hay virtud alguna (y sí que la hay) si algo digno de alabanza (y también lo hay) … entonces aquí está el mandamiento – el imperativo… empiece a ocupar su mente con estas cosas.

            Vamos a dar vuelta el versículo para agregar un poco de claridad. Pablo está diciendo, “Por lo demás, hermanos, todo lo que no es verdad, todo lo que es trivial, todo lo que es injusto, lo que sea impuro, lo que no sea amable, lo que no vale la pena repetir, si hay algo que no sea moralmente excelente y si hay algo que no sea digno de alabanza, entonces no piense en esas cosas.”[xix]

            Una mente piadosa también involucra la disciplina del rechazo.

            Decir no a las cosas malas… y si a las cosas buenas. Pensar en esas cosas… reflexionar en ellas.

            El verbo pensar es la palabra logizomai de la cual sacamos nuestra palabra logaritmo. Pablo esta efectivamente diciendo que debemos poner el mismo esfuerzo en pensar en estas cosas, como pondríamos esfuerzo en resolver un problema matemático.[xx]

            Y aunque nunca lograremos dominar todas estas 8 disciplinas – y aunque nunca se vuelvan más fáciles de seguir – debemos mantener el mismo esfuerzo en seguirlas… para que no seamos nosotros dominados por lo malo.

            No va a pasar en 60 segundos… esta es una batalla de toda la vida.

            Alan Redpath estaba predicando a su congregación en la iglesia Moody varios años atrás; y él dijo, “no tengo ninguna fórmula mágica para su santidad; no tengo ningún tratamiento misterioso que ofrecerle; no se dé ningún atajo para la fortaleza espiritual. Todo lo que puedo decir es, “lea su Biblia… lea su Biblia.”

            Y es que uno no puede ser influenciado profundamente por lo que uno no conoce.

            Ahora Pablo agrega una ilustración personal – Versículo 9 dice, lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; – y aquí está la promesa – y el Dios de paz estará con vosotros.

            Pablo no solo nos dice que debemos pensar en estas cosas, sino que ahora debemos hacer – practicar – todas esas cosas.

  • Las cosas que aprendisteis (de las enseñanzas y predicaciones de Pablo)
  • Lo que recibisteis (en la forma de autoridad apostólica)
  • Lo que oísteis (con sus propios oídos mientras conversaban con Pablo y los otros creyentes)
  • Lo que visteis en mí (lo que observaron en Pablo – varios de los Filipenses conocían a Pablo; ellos habían visto la transformación en su vida – ellos podían atestiguar de los cambios que habían visto en él)

 

Esto haced

            En otras palabras, no solo piense en estas cosas… aplíquelas. Traduzcan estos principios bíblicos en prácticas bíblicas.

            Cuando decimos que el doctor tiene una práctica, y que vamos a ir a tomar un turno allí – no estamos diciendo que el doctor va a practicar algo nuevo en nosotros – o al menos esperamos que no sea así – lo llamamos practica porque eso es lo que hacen o practican día a día.[xxi]

            Estos pensamientos deberían ser lo que los cristianos practican y hacen día a día.

            Cuando pospone obedecer a Dios, cuando le dice a Dios, “Señor, hay algo que has dicho que ha tocado mi corazón y mente y lo voy a cambiar la semana que viene – o el año que viene – o en mi nuevo trabajo cuando deje el que estoy ahora – o cuando me retire – o cuando mis hijos se vayan de la casa.”

            Todo eso podrá hacerlo sentir mejor por el momento – ha acallado su conciencia… el problema es que Dios quiere inquietar su consciencia. Y Él la está inquietando.

            Y eso es porque, tal como Paul Tripp escribió, el posponer los mandamientos de Dios es realmente desobediencia vestida en esmoquin.[xxii]

            Se ve mejor… pero aun así es desobediencia.

            Pero si obedece… el Dios de paz estará con usted.

            No trate de acallar su consciencia – límpiela, confesando a Cristo sus áreas débiles… y disfrute una conciencia limpia mientras pone en práctica estas directrices para una mente santa.

            Un domingo, de camino a casa desde la iglesia, una niñita le preguntó a su mama, “mami, el predicador me confundió hoy.” Su madre le preguntó que le explicara porque, y ella respondió, “bueno, él dijo que Dios es más grande de lo que nosotros somos ¿Es cierto? Si dijo su madre. “él también dijo que Dios vive en nosotros ¿no? Sí, eso también es cierto. “Bueno, si Dios es más grande que nosotros y también vive en nosotros, ¿entonces no debería verse o asomarse un poco?[xxiii]

            El ciertamente lo hará. Estos pensamientos reflejan la mente de Cristo. Y cuando nuestras mentes practican lo que Cristo demostró perfectamente – en esos momentos – él se asoma – él se ve en nuestras vidas.

            Así que… ¿qué tiene en su mente?

Es:

            Verdadero

            Digno

            Justo

            Puro

            Amable

            Recomendable

            ¿Es excelente o digno de alabanza?

            Bien, entonces siga practicándolo. Y mientras trabaja en estas disciplinas, su consciencia será capaz de descansar y disfrutar la paz de Dios… y el Dios de paz

 

 

    

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el día 01/05/2016

© Copyright 2016 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

[i] Adapted from David W. Henderson, Tranquility (Baker Books, 2016), p. 14

 

[ii] Adapted from MacArthur, Philippians (Moody Publishers, 2001), p. 286

 

[iii] Sam Gordon, Philippians: An Odyssey of Joy (Ambassador, 2004), p. 165

 

[iv] Adapted from R. Kent Hughes, Philippians (Crossway, 2007), p. 174


 

[v] G. Walter Hansen, The Letter to the Philippians (Eerdmans, 2009), p. 295

 

[vi] Adapted from MacArthur, p. 285

 

[vii] Life Application Bible Commentary, Philippians, Colossians and Philemon (Tyndale, 1995), p. 113

 

[viii] J.A. Motyer, The Message of Philippians (IVP Academic, 1984), p. 212


 

[ix] William Barclay, The Letters to the Philippians, Colossians and Thessalonians (Westminster Press, 1975), p. 79

 

[x] Adapted from Hughes, p. 175


 

[xi] Louis Upkins, Treat Me Like A Customer (Zondervan, 2009): citation: www.preachingtoday.com/illustrations/2010/april/3040510.html

 

[xii] J. Dwight Pentecost, The Joy of Living: A Study of Philippians (Zondervan, 1973), p. 197

 

[xiii] David G. Meyers, quoted in Arthur Boers, Living Into Focus (InterVarsity Press, 2012), p. 98

 

[xiv] R. Kent Hughes, The Disciplines of a Godly Man (Crossway Books, 1991), p. 74

 

[xv] —David Frost

 

[xvi] Gordon, p. 167

 

[xvii] Ralph Earle, Word Meanings in the New Testament (Baker, 1986), p. 346

 

[xviii] Barclay, p. 80

 

[xix] Adapted from Hughes, Philippians, p. 176


 

[xx] Hughes, p. 177


 

[xxi] Adapted from MacArthur, p. 291


 

[xxii] Adapted from Paul Tripp, Sex & Money (Crossway, 2013), p. 120

 

[xxiii] Gordon, p. 168