Érase una vez

Estudio de Rut, Lección 1 de 10

El libro de Rut es una historia inspiradora de fe, amor y redención. En la primera lección, nos adentraremos en el contexto histórico y cultural que da forma a esta conmovedora narrativa. Este conocimiento nos preparará para apreciar más profundamente las enseñanzas que iremos descubriendo en las próximas lecciones.

Introducción al libro de Rut.

Introducción

Una revista cristiana a la que me suscribí tenía un artículo con unas cuantas ilustraciones chistosas acerca del amor y el romance.

Este es un poema que encontré en el artículo. A ver si los hombres pueden identificarse con el poema. Dice.

            Las rosas son rojas

            Las violetas azules

            Los narcisos cuestan treinta dólares

            Así que un diente de león será suficiente

Quizás es por eso que algunas van a poder identificarse con la siguiente historia del artículo: Había una joven soltera que había estado de novia por varios años. Ella había tratado de todo, pero su novio simplemente no se atrevía a proponerle matrimonio. Cansada de esto, puso un anuncio en el periódico con su número de teléfono, y debajo, 3 palabras. “Se busca marido.” Al siguiente día recibió más de 100 llamadas, todas de mujeres que le dijeron lo mismo, “te regalo el mío.”

¿Se preguntó alguna vez qué piensan los niños acerca del amor?

En el artículo leí de dos niños que fueron entrevistados y dieron algunas respuestas interesantes.

  • Roger de 9 años, un pequeño filósofo dio su opinión acerca del amor cuando dijo, “enamorarse es como una avalancha, cuando la ves venir tienes que correr por tu vida.”
  • Janet de 9 años respondió, “Nadie está seguro de porque surge el amor, pero he escuchado que tiene algo que ver con cómo uno huele”

Nunca voy a olvidar una conversación con mi hija menor cuando ella tenía unos 11 o 12 años. Estábamos andando en mi camioneta un día y le pregunté si alguna vez alguien le había dado un beso.

Ella seriamente me respondió, “no papa.”

            –“Eso está muy bien. Excelente.” Le dije.

Después de unos segundos agregó, “pero una vez, después de la escuela dominical hace unas semanas atrás, un niño trató de darme un beso.”

            –“¿Que?” Le dije.

Me contuve de preguntarle el nombre del niño, pero en mi mente pensaba “tengo que saber quién es ese niño – voy a ponerlo en disciplina o algo peor.” Sin embargo, le pregunte, “bueno, ¿y que hiciste?”  

            –“Le di un puñetazo en el estómago.”

            –“¿En medio de la sala?” le respondí.

            –“Si papa.”

            –“Le pegaste en el estómago.”

            –“Si papa”

            – “Excelente hija, así se hace.”

Bueno, si usted tiene hijas en la casa, como yo, probablemente ha gastado varias horas leyéndoles cuentos de hadas. Uno de mis mejores recuerdos es el estar con mis hijas, apretados en el sofá, leyéndoles un clásico cuento de hadas.

Como les gustaba escuchar las historias de la Cenicienta, Blanca Nieves, y la Bella durmiente. Y aunque escuchaban las mismas historias una y otra y otra vez, siempre se emocionaban cuando el Príncipe finalmente aparecía a rescatar a la princesa.

Ahora, aunque a todos disfrutemos hasta cierto punto los cuentos de hadas, sabemos que estos no se convierten en realidad.

Sin embargo, hay una historia que tiene todos los elementos de un clásico cuento de hadas – tiene una madrastra enojada y deprimida, una damisela hermosa pero muy pobre, y un príncipe adinerado que aparece para salvar el día – y ésta historia realmente ocurrió y la encontramos registrada en la Biblia.

  1. Vernon McGee escribió, “esta historia es como una novela, solo que no es de ficción.”[i]

Esta historia es real. Y aunque en esta historia de amor no vemos ninguna manzana envenenada, ninguna bruja malvada o algún zapatito de cristal, podemos ver claramente la mano de Dios obrando detrás de escenas, arreglando todos los detalles para que la damisela en apuros sea rescatada en el momento preciso, y de la manera precisa, por el hombre correcto.

Este pequeño libro que cuenta esta historia tiene solo cuatro capítulos de largo; lo que significa que uno puede leerlo fácilmente en menos de media hora.

Hay algunos que creen que este libro fue escrito por un autor anónimo y otros que encuentran buenas razones para creer que fue escrito por el profeta Samuel.[ii]

No hay completa seguridad acerca de esto, pero la tradición Judía considera que Samuel es el autor de esta pequeña historia de amor.

Hay seis escenas llenas de acción y cargadas de emoción en esta dramática historia de amor verdadero.

De hecho, las primeras palabras del versículo 1, que dicen “Aconteció en los días que…” suenan bastante al comienzo de un cuento de hadas, “había una vez que…” ¿cierto?

Antes que empecemos a leerla, permítame darle varias razones de porque Dios preservó esta breve historia de amor en nuestras Biblias. Cada una de estas va a profundizar nuestra apreciación por las verdades que encontramos en este, el libro de Rut.

 

El Libro de Rut – ¿Por qué Dios lo Preservo?

  1. Una de las primeras razones por la que Dios nos dio el libro de Rut es para demostrar el evangelio de la gracia.

En la cultura Hebrea, Rut era uno de cinco rollos que eran leídos anualmente en un festival. Entre los otros rollos que eran leídos estaban Ester, en la fiesta de Purim, Eclesiastés, en la fiesta de los tabernáculos, y luego Rut era leído en la fiesta conocida como Pentecostés.[iii]

 

Es más que una coincidencia que esta historia, que trata de un pariente que redime a su esposa, era leída en la fiesta de pentecostés – ya que siglos más tardes, en el mismo día de pentecostés, el Pariente Redentor iniciaría la redención de su esposa, mientras la esposa de Cristo, la iglesia, es formada en aquel día.

En esta historia, hay una joven gentil, descendiente de Moab, condenada por la ley, quien tenía prohibido adorar en el templo, tal como la ley lo declaraba,

No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová… (Deuteronomio 23:3)

Sin embargo, esta joven le pide a Booz que la redima, lo cual es un paralelo fascinante a nuestra salvación. Él la redimió, no porque ella cumplía con los requerimientos de la ley, sino por su gracia.

  • La ley decía, “no puedes”; la gracia dijo, “tu puedes.”
  • La ley decía “aléjate”; la gracia dijo, “bienvenida”

Esto nos lleva a otra de las razones de la preservación de esta historia de amor. El libro de Rut no solo demuestra el evangelio de la gracia, sino que hay algo más.

 

  1. Una segunda razón por la que el libro de Rut fue preservado por Dios es para ilustrar el amor de Cristo por su Iglesia.

El libro de Rut provee el único ejemplo detallado en la Biblia de un “Goel” – un pariente redentor.

La ley de Moisés permitía que un pariente cercano se casara con la viuda de un pariente fallecido, para así proveer todo lo que ella necesitaba, incluyendo un heredero.

No cualquier persona podía casarse con la viuda. La persona tenía que ser un pariente de la familia, y el pariente más cercano tenía el derecho de escoger primero si casarse o no con la viuda, como veremos más adelante.

Booz era pariente con el esposo de Noemí, y podía redimir legalmente a Rut si él escogía hacerlo. Como resultado, él se convierte en una ilustración de Jesucristo y su amor por su novia.

En esto descubrimos una de las razones de la encarnación de Dios el Hijo. Él se convirtió en un ser humano – en un pariente de la raza humana – para, así, ser capaz de redimir a la novia.

Esto es lo que Pablo quiso decir cuando escribió a los Gálatas,

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley… (Gálatas 4:4-5)

Además, Booz no era responsable por la ruina en la vida de Rut. De la misma manera, Jesucristo no era responsable por la ruina espiritual de la raza humana, aunque más adelante decidió hacerse responsable, ya que

Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia… (1 Pedro 2:24)

Considere también el hecho que Booz pudo haber escogido a una novia más apropiada, que no fuera condenada por la ley de Moisés. De la mima manera, Cristo escogió redimirnos

            … siendo aún pecadores… (Romanos 5:8)

También, tal como Booz era lo suficientemente adinerado para redimir a Rut, nuestro Dios nos dio…

…redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia (Efesios 1:7)

En el caso de Booz, él uso dinero; en el caso de Cristo, el usó su sangre.

Sin embargo, tenga en su mente que esta transacción no fue ni fría o sin emoción.

Si ha leído esta historia de amor anteriormente, recordará como es que la tensión aumenta hasta que se encuentra diciéndole en su mente al otro pariente de Rut, “¡no compres la tierra de Abimelec! ¡No redimas a Rut! ¡Booz la ama!” y podemos sentir que Booz está a punto de saltar en un pie cuando ese hombre le dice, “sabes que, tu puedes quedarte con tierra y redimir a Rut.”

¡Es emocionante! Y usted sabe, que en este punto, Booz apenas puede contener su gozo. Este es el gozo de un hombre que acaba de proponerle matrimonio a su novia y ella ha dicho “si.”

Jesucristo no está diciendo, “ok, voy a redimir a Stephen y a Marsha… si, ok, creo que voy a redimir a Daniel y Amy… seh, creo que con eso está.”

¡No! La redención de un pecador es la causa de una gran celebración y gozo en los cielos (Lucas 15:10)

¿Desde cuándo la doctrina de la elección, el avivamiento de pecadores redimidos, y el llamado de pecadores para unirse a la novia de Cristo, se ha convertido en una simple transacción fría y sin emoción con nuestro salvador?

Lo más probable esta forma de pensar viene de nuestro pasado teológico. Escritores como Jonathan Edwards, en su libro la Historia de Redención y Stuart Robinson, en Discursos de Redención, omitieron cualquier referencia al libro de Rut, aunque en sus libros estaban trazando la historia de redención a través de todo el Antiguo Testamento. Conceptualmente, estaban en lo correcto, pero pasaron por alto la pasión de Dios en esta doctrina.

  1. Vernon McGee escribió que esta literatura contribuyó a entender la redención a como una fría transacción de negocios. Pero la verdad es que ¡no! La redención es la historia de amor de un pariente que no estimó el costo, el beneficio, o la perdida, sino que pagó gozoso un precio exorbitante para redimir a su amada.[iv]

McGee continuó haciendo este comentario, “el libro de Rut declara que la redención no es una transacción de negocios sino una historia de amor.”[v]

El libro de Rut no solo demuestra la obra de la gracia y el amor de Cristo, sino que también.

  1. Una tercera razón por la que el libro de Rut fue preservado, es para defender el linaje de Jesucristo.

El libro de Rut provee el linaje entre David y Judá – el linaje del rey venidero. De hecho, esta genealogía que encontramos al final del libro de Rut provee el vínculo entre David y Jesucristo.

La genealogía de Rut fue usada por ambos Mateo y Lucas en sus genealogías.

Tan crítico es el vínculo que Rut provee en su registro genealógico que los eruditos en el Antiguo Testamento, Keil y Delitzsch creen que esta es la razón principal por la que se escribió el libro de Rut.[vi]

Esta es una teoría ampliamente aceptada – el libro de Rut es el que le da a Mateo y a Lucas la información necesaria para probar que Jesucristo es un descendiente del linaje real de David.

Permítame hacer un comentario más en este punto. Vamos a descubrir en este registro genealógico, que la madre gentil de Booz, Rahab, no solo se casó con cualquier judío – ella se casó con un hombre del linaje sacerdotal de Aarón.

De la misma manera, Jesucristo, cuya novia es la iglesia, no es solo un miembro del linaje sacerdotal, Él es el Ultimo Sumo Sacerdote.

El libro de Rut demuestra la gracia de Dios, ilustra el amor de Cristo por su iglesia, defiende el linaje real de Jesucristo, y también encontramos otra razón para la preservación de este libro.

  1. La cuarta razón para la preservación del libro de Rut es que es prueba de que una persona puede vivir una vida piadosa en una cultura malvada

Este cuento de hadas que se convirtió en realidad comienza con las palabras “y aconteció” o algo parecido dependiendo de su versión de la Biblia. Esta es una continuación del libro de Jueces. Rut 1:1 Comienza.

            Aconteció en los días que gobernaban los jueces

¿Qué tipo de días eran estos? ¿Como era la vida durante los días de los jueces?

Todo lo que tenemos que hacer es dar vuelta la página hacia atrás y leer el ultimo versículo del libro de Jueces que dice,

En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía (Jueces 21:25)

Esto inmediatamente nos informa que la hermosa historia de amor de Booz y Rut va a brillar en medio del mundo abiertamente inmoral y pecador en que vivían.

Un autor escribió que el libro de Rut es una perla en el chiquero de los jueces.[vii]

Estos eran los días oscuros de los jueces donde todos hacían lo que querían.

Después de leer el libro de Rut, es posible llegar a la conclusión de que este era un tiempo genial para servir a Dios; que todos los hombres eran buenos con sus esposas y las esposas eran buenas y respetuosas con sus maridos. Puede quedarse con la impresión de que todos los jefes se preocupaban por sus empleados y el dinero siempre era usado para ayudar a los necesitados.

Nada podría estar más lejos de la realidad – es por eso que la historia de Rut y Booz es aún más admirable.

¿Como eran los días de los jueces? Estos fueron unos de los puntos más bajos en la historia de Israel, donde la crueldad, la apostasía, guerra civil, y desgracias nacionales, eran comunes entre otras cosas.[viii]

Los eruditos del Antiguo Testamento además creen que Booz era vivió en los tiempos de Gedeón y que probablemente se conocían.

Sin embargo, vemos en la biografía de Gedeón que su vida va de bien a mal. Él eventualmente se casó con varias mujeres que terminaron dándole 70 hijos que serían asesinados a sangre fría tan pronto como muriera (Jueces 8 y 9).

Vemos la vida de otro juez llamado Sansón cuya vida era un pecado de fornicación tras otro, hasta que le vende su alma a su ultima amante llamada Dalila. Ella descubre su secreto y le corta el cabello una noche. Los filisteos lo capturan y le sacan los ojos (Jueces 16). Ahí va otro de los jueces.

Luego, está la terrorífica historia del levita que consigue una amante Belén. Él viaja a Efraín donde ella es violada y asesinada entre muchos israelitas (Jueces 19). Y la historia se dispersa a través de todo Israel.

Así era la portada de los diarios de Belén. Así eran los días de los jueces.

Eran días donde encontrar una buena esposa, criar una buena familia y vivir para Dios era muy difícil. Sin embargo, en las vidas de Booz y Rut podemos ver.

  • Un hermoso hogar piadoso
  • El compromiso a servir humildemente a aquellos en necesidad
  • La descripción de un hombre piadoso que pastorea su familia
  • El ejemplo de una mujer piadosa que vive una vida virtuosa
  • La santidad en el voto matrimonial
  • Los altos estándares para el matrimonio y la fidelidad aun en los días de los jueces cuando tener amantes era tan común como tener una esposa.

Esos eran los oscuros días de los jueces – y este es el brillante testimonio de Booz y Rut.

  • Es posible vivir una vida piadosa en medio de una cultura malvada.
  • Es posible ser puro cuando está rodeado de impureza
  • Es posible resistir la influencia de la cultura – y aun permitir que nuestro carácter influencie nuestra cultura.

El libro de Rut es una demostración de la gracia de Dios, una ilustración del amor de Cristo, la prueba del linaje de Cristo, la prueba de que es posible vivir piadosamente aún en tiempos malvados, y hay una más.

  1. La quinta razón por la que el libro de Rut es preservado, es para revelar la providencia de Dios aún en los detalles más pequeños de la vida.

Permítame darle un breve panorama de todas las “coincidencias” que encontramos en este libro.

  • El patriarca de esta familia, Elimelec, en su falta de fe, deja la tierra y el pueblo de Dios, y justo, de todos los lugares donde puede ir vivir, se va a Moab.
  • Uno de los hijos de Elimelec, en su rebelión, se casa con una joven moabita que resulta ser Rut.
  • En vez de quedarse en Moab, Rut escoge seguir a Dios y volver a la tierra y el pueblo de Dios con Noemí 10 años más tarde.
  • Rut termina recogiendo trigo justo en el campo que le pertenece a Booz, quien resulta ser pariente de Noemí.
  • Booz justo estaba montando su caballo el mismo día que Rut escogió ir a su campo para recoger el grano sobrante
  • Por casualidad, Booz también estaba soltero, y era un hombre piadoso, hijo de una mujer Gentil llamada Rahab, que se había convertido al judaísmo años atrás y se había casado con un hombre judío. Gracias a eso, Booz estaba más abierto a la posibilidad de casarse con una creyente gentil, como su madre, que otro judío. Luego, Booz y Rut terminan casándose y convirtiéndose en parte del linaje de Cristo, quien no solo tendría sangre Judía, dándole a él el derecho de sentarse sobre el trono de David, sino que también tendría sangre gentil, como una ilustración de que la novia de Cristo, a la que el vino a rescatar, incluirían ambos, creyentes judíos y gentiles.

¿No es increíble como todas estas cosas pasaron por casualidad?

Si, es increíble porque no fueron mera casualidad. Este libro revela que Dios es el director de la sinfonía de la vida y que el orquesta todas las cosas para cumplir sus propósitos. Puede que algunas de estas cosas tengan sentido para nosotros ahora, y que algunas no les encontremos sentido hasta después de varias generaciones.

Al principio de esta dramática historia

  • Booz podría estar preguntándose, “¿porque Dios no me ha dado una esposa?”
  • Noemí podría estar preguntando, “Dios, ¿porque te llevaste a mi esposo?”
  • Ruth podría estar preguntándose, “¿qué tipo de Dios he decidido seguir? ¿Cómo será su pueblo, Israel?
  • Incluso Elimelec debe haber pensado, “mi falta de fe lo ha arruinado todo –lo he echado todo a perder, nada bueno puede salir de todo esto.”

Ellos no tienen la menor idea. Y la verdad es que nosotros tampoco.

 

Conclusión

Así, mientras esta historia comienza y mientras el telón comienza a levantarse, déjeme animarlo, querido oyente – Dios es quien está escribiendo su historia y la mía, para su gloria y conforme a su propósito.

Lo mejor que podemos hacer es seguir la guía de Dios y someternos a cada trazo de su divina pluma mientras Él escribe nuestra historia, una historia cuyo propósito es darle a él la gloria, y en el proceso, darnos a nosotros la mayor satisfacción. Nuestras vidas son simplemente el pergamino sobre el cual nuestro soberano Dios escribe sus propósitos y sus planes – su historia para nosotros. Él está en control.

Nosotros formamos parte de Su historia.

Años atrás leí acerca de un estudiante de universidad que, al final de una conferencia misionera, se paró y sostuvo un papel en blanco en frente de sus compañeros y dijo, “este pedazo de papel representa mi vida, que ahora dedico para Cristo. Simboliza que estoy dispuesto a someterme a lo que sea que él quiera escribir en mi vida… estoy dispuesto a todo. Lo único que sé es que he firmado mi nombre al pie de la página. Todo lo demás aun lo desconozco, pero ya me he enlistado… mi vida es Suya.” Que podamos nosotros decir también lo mismo.

Cuando nuestro Padre comienza escribiendo en nuestra vida, “Había una vez…” ya sabemos que va a terminar, “y vivieron felices para siempre,” y a todo esto, nuestra historia nunca va a decir “Fin,” porque en el cielo, nuestro “felices para siempre” nunca, pero nunca terminará.

Este es el contexto en el que se desarrolla la historia de Rut y Booz. Y el telón se va a levantar en nuestro próximo estudio aquí, en Sabiduría para el Corazón.

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el día 09/11/2008

© Copyright 2008 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] J. Vernon McGee, Ruth: The Romance of Redemption (Thomas Nelson, 1943), p. 14.

 

[ii] A. Boyd Luter, God Behind the Seen (Baker Books, 1995), p. 14.

[iii] David Shepherd, ed., Shepherds Notes (Broadman & Holman, 1998), p. 3.

[iv] McGee, p. 17.

[v] Ibid., p. 18.

[vi] C. F. Keil and F. Delitzsch, Commentary on the Old Testament: Volume 2 (Eerdmans, 1991 ed.), p. 494.

[vii] McGee, p. 20.

[viii] Warren W. Wiersbe, Be Committed (Victor Books, 1993), p. 14.