Cuatro preguntas sobre la crianza de los hijos

Escrito por Stephen Davey. Publicado originalmente bajo el título «Four Questions From Fathers«

Quiero responder algunas preguntas que he recibido de los padres a lo largo de mi ministerio pastoral.

¿QUÉ PODRÍA IMPEDIR MI HABILIDAD PARA CONDUCIR ESPIRITUALMENTE A MIS HIJOS?

Los padres fallan en liderar espiritualmente cuando no reconocen que tienen la responsabilidad primordial de pastorear espiritualmente a sus hijos.

He observado que la vacilación número uno de los hombres que asumen esta responsabilidad es el miedo al fracaso. Los hombres pueden sentirse espiritualmente inadecuados para liderar, mal equipados para asumir esta responsabilidad, o temerosos de que su fracaso resulte en un daño eterno para sus hijos.

Entonces, pasan la pelota y asumen que un maestro de escuela dominical, un pastor de jóvenes o un mentor tomará el relevo y asumirá la responsabilidad por ellos.

Permítame animarle: asumir la responsabilidad espiritual no requiere un título de seminario o una amplia formación bíblica. ¡Leer un pasaje de las Escrituras con su familia, conversarlo y luego guiar a su familia en oración es un excelente lugar para comenzar!

¿CÓMO ELIJO UNA BUENA IGLESIA PARA MI FAMILIA?

Muchas iglesias invierten gran parte de sus recursos financieros y voluntarios en el ministerio de niños porque saben que un programa para niños es el factor número uno que las familias consideran al elegir una iglesia.

Sin embargo, basar su decisión en un programa para niños aborda este problema en el orden incorrecto.

Debe buscar una iglesia que enseñe la Biblia, que sea saludable y esté bien dirigida. Como padre, su pregunta principal debe ser: «¿Se me enseñará la Palabra de Dios y se me retará a crecer como un hombre piadoso?» En segundo lugar, “¿Encontrará mi esposa ánimo espiritual y enseñanza también?” Recuerde, el crecimiento de sus hijos no es responsabilidad de la iglesia o de un maestro de escuela dominical, es suya. Cuando usted está siendo espiritualmente refinado y bíblicamente desafiado, su crecimiento personal afectará la vida de sus hijos a medida que los dirija bien en el hogar.

¿CÓMO ENSEÑO A MIS HIJOS A AMAR A LA IGLESIA?

Sus hijos lo están mirando; van a aprender muchas cosas imitando sus acciones y actitudes. Si bien no está garantizado, el amor de su hijo por la iglesia se ve influenciado de manera más significativa por la actitud de su padre hacia la iglesia.

Francamente, el domingo debería ser un día importante en su semana. Su amor genuino por la asamblea, el amor por la predicación de la Palabra de Dios y el amor por servir al Señor al servir en la iglesia harán del domingo un momento singularmente importante y significativo en el calendario de su familia.

Por cierto, si un torneo de fútbol infantil o su propia salida con amigos es una razón justificable para faltar a la iglesia, sus hijos verán que los deportes y la recreación tienen prioridad sobre la asamblea; pueden crecer y tomar las mismas decisiones.

La vida se trata de elecciones y sus hijos lo están viendo hacer las suyas.

¿QUÉ LÍMITES DEBO ESTABLECER PARA MIS HIJOS?

Si bien la responsabilidad de nuestros hijos en última instancia recae en nosotros, parte de ser un buen padre incluye ayudar a sus hijos a aprender a tomar decisiones sabias por sí mismos.

Obviamente, los límites cambian con el tiempo, y algunos son obvios. Cuando los niños son pequeños, hacemos prácticamente todo por ellos. Los vestimos, les damos de comer, les decimos cuándo ir a dormir y cuándo no jugar en la calle. El límite suele ser la cerca del patio trasero.

Pero a medida que crecen, los temas se vuelven más complicados: obtener/usar un teléfono celular, opciones de películas y entretenimiento, pautas de vestimenta y distribución del tiempo con amigos, y quiénes pueden convertirse en sus amigos. Se necesita un gran discernimiento por parte de los padres.

Permítame proporcionar dos breves pautas con respecto a este tema:

Primero, recompense la madurez con límites ampliados. No hay límite de edad para determinar las pautas de tiempo libre los fines de semana o la cantidad de tiempo para jugar videojuegos. Estas decisiones deben tomarse en función de la madurez del niño y de su capacidad para asumir una mayor responsabilidad.

Y en segundo lugar, aunque los límites se amplíen, aún se pueden ajustar cuando sea necesario. A veces, un niño falla y la libertad que se ganó tendrá que ser restringida nuevamente. Su hijo verá esto como un duro castigo; nadie quiere dejar de usar una computadora o un teléfono celular después de haber disfrutado de sus beneficios.

Un padre sabio y piadoso sabe que lo mejor para sus hijos no es lo que los hará felices, sino lo que los llevará a la santidad.

 

Este artículo ha sido traducido y adaptado con el consentimiento de su autor.