Lección 1: Cambio de Guardia

Lección 1: Cambio de Guardia

Pasaje Bíblico: Josue 1:1-6.
Conozcamos un poco mejor al sucesor de Moisés – su niñez, su carrera y atributos al momento de tomar el mando – y aprendamos a partir de estos versículos varias lecciones en cuanto al liderazgo.

Introducción

Desafortunadamente, hay personas en la Escritura que, por lo general, las relegamos a solo uno o dos eventos, como por ejemplo:

  • Si yo menciono el nombre de Daniel, ¿qué es lo primero que le viene a la mente? Probablemente diga “Daniel en el foso de los leones”
  • Si menciono a Noé, ¿Qué le viene a la mente? El arca de Noé.
  • Si menciono a ‘Josué’ y le preguntara que es lo primero que le viene a la mente, puede que se rasque la cabeza por un momento y se frote la barbilla, porque no es un personaje tan familiar. Pero luego se acordaría y me dirá: “Ah, sí, Josué y la batalla de Jericó.” Eso es lo que la gente normalmente recuerda de él.

Bueno, el día de hoy comenzamos una serie de estudios a través del libro de Josué, y espero que, mientras reflexionamos juntos en la palabra de Dios, podamos encontrar y aprender muchas cosas en cuanto a este hombre de Dios.

La Preparación de Josué

Su nombre y lugar de nacimiento (Números 13:8)

Comencemos explorando el lugar donde nació Josué, y eso no lo encontramos en el libro de Josué, a todo esto.

Josué nació en la tierra de Egipto bajo el mandato de Faraón. Su nombre, según Números 13:8, era Oseas, (Hoshea en hebreo) que significa ‘salvación’. Moisés, en algún momento, le cambio el nombre a “Yoshua”. En castellano lo llamamos “Josué” y significa  “Jehová es salvación.”

Su Niñez (1 Crónicas 7)

Ahora, si se pregunta cómo debe haber sido criarse en Egipto en aquel entonces, debe saber que sus experiencias en la niñez no deben haber sido muy agradables que digamos. Josué se crio en una época de mucha opresión. Los egipcios habían esclavizado a los judíos. Él probablemente vio muy poco a su padre; de hecho, lo poco que vio de él debe haber sido un hombre exhausto y golpeado, llegando a casa tarde después de servir a un patrón abusivo que poco le importaban los judíos. Sin duda su hogar debe haber sido algo inusual, debido a las dificultades de la esclavitud.

No sabemos cuál era el estado espiritual de su familia, sin embargo, sabemos que Josué estuvo en el lugar y momento adecuado para ver el regreso de un hombre llamado Moisés. El escuchó que Moisés se presentó ante Faraón y le dijo, con gran fe y valentía: “Deja ir a mi pueblo.”

Josué espero ansioso, al igual que los demás, pensando que iba a hacer el Faraón. El Faraón, desde luego, respondió “No.”

1 Crónicas 7:27 nos informa que Josué fue el primogénito de la familia. El nombre de su padre era Nun.

Saber que Josué era el primogénito, le da un significado especial a esa primera pascua; ese día cuando Moisés dijo: “Dios quiere que cada familia tome un cordero, lo sacrifique y con su sangre pinte los dinteles de sus casas, para que el primogénito no pierda la vida.”

Josué vio a su padre marcando, por fe, el dintel de la casa con la sangre del cordero y así estuvo a salvo.

Entonces, vemos que desde muy temprano su vida fue marcada por dificultades y adversidades, pero también por expresiones de fe en Dios y de hombres fieles. Josué, evidentemente, escogió aceptar el estilo de vida Hebreo de sus padres y seguir el liderazgo de Moisés, el hombre de Dios. De hecho en Números 11:28 leemos que:

“…Josué hijo de Nun, [era] ayudante de Moisés desde su juventud…”

Su crecimiento hasta llegar a ser ayudante de Moisés (Éxodo 17 & 24)

Hay otras cosas que marcarían a este hombre de Dios, mucho antes de encontrarlo en el libro de Josué. Permítame señalar varios eventos que ayudaron a Josué a desarrollarse como el asistente de Moisés.

En primer lugar, estaría la guerra con Amalec, tal como leemos en Éxodo 17:8-16. Moisés le ordenó a Josué que liderara el contraataque frente a los Amalecitas. Esta era una batalla que los Israelitas jamás podrían haber ganado en sus propias fuerzas. Sin embargo, Josué vio el poder sobrenatural de Dios cuando derrotaron al enemigo. Esto debe de haberlo marcado de por vida.

Otra ilustración de la fidelidad de Dios seria cuando Josué subió al monte Sinaí con Moisés, en Éxodo capitulo 24. Leemos en el versículo 13 que se levantó Moisés con Josué su servidor, y Moisés subió al monte de Dios. Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros.

La historia continua diciéndonos que cuando regresaron del monte, adonde tuvieron esa experiencia inolvidable con Dios, si bien Josué no estaba junto a Moisés y no pudo ver la gloria de Dios, leemos que:

“… el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.”

En otras palabras, Josué quedo tan impresionado con Moisés que solo quería estar con él, debido a su relación e interacción con Dios.

Que camaradería debe de haber tenido Josué con Moisés. Debe haber sido una relación cercana, ya que serviría a Moisés por unos 40 años antes de asumir el liderazgo.

Puede que usted haya experimentado el gozo de compartir su fe y visión con otra persona; puede que haya experimentado ese sentimiento de camaradería con alguien que comparte la misma carga y el mismo corazón.

En mi caso, ha sido maravilloso ver lo que Dios ha hecho. Pero pienso que no hubiera sido lo mismo si no lo hubiera compartido con mi esposa. Las muchas veces que llegue a casa diciendo “¡No vas a creer lo que pasó!” Y juntos nos asombrábamos de lo que Dios había hecho y lo que está haciendo.

En algunas ocasiones, llegábamos a casa, nos sentábamos a la mesa, nos mirábamos y nos poníamos a reír de alegría. Esa camaradería hizo que esos eventos de fe fueran más preciosos aun.

En su caso, puede ser un profesor o un amigo cercano que comparte su corazón –así era con Josué y Moisés. Ellos estaban juntos en la labor –eran compañeros de fe.

Su servicio como espía (Números 13-14)

Una de las cosas que también marcó a Josué fue su servicio como espía. Esto lo encontramos en Números capítulos 13 y 14. Abra allí su Biblia y leamos juntos los versículos 7 al 10. Esta es la respuesta de Josué a un pueblo que no quería entrar a la tierra prometida por miedo. Este es el momento en el que comienza a emerger como un hombre de fe.

Allí leemos lo siguiente:

“y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena.

Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.

Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.

Entonces toda la multitud habló de apedrearlos.”

Ahora, la respuesta de Josué a este incidente es muy pero muy importante. Nos dice muchas cosas, así que permítame mencionar algunas de ellas.

En primer lugar, esto nos dice que a él no lo intimidaron los enemigos de Dios sino que confío en Dios y su promesa de darles éxito en la conquista de la tierra.

Esto también nos dice que Josué no era el tipo de hombre que se dejaba llevar por la gran mayoría. Diez espías dieron un reporte negativo; dos dieron uno positivo. Josué estaba en la minoría, pero eso no le importó.

Josué tampoco tuvo miedo de advertirle a la gente que no pecaran contra Dios. Mire el versículo 9,

Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová…”

Él era un hombre de convicciones.

Además de todo esto, Josué no dejo su puesto porque la gente no quería escucharlo. Él no dijo en ese momento, “Moisés, hice lo mejor que pude. Puse mi vida en riesgo. No, gracias, hasta aquí llegue.”

Así que pienso que el próximo paso en el proceso de preparación de Josué es obvio.

Josué es designado por Dios (Deuteronomio 31:14-16)

Después de estos pasos en la preparación de Josué, vemos que Dios lo elige para liderar al pueblo. Abra su Biblia allí, en Deuteronomio capitulo 31.

Ahora, los que más me ha gustado de Josué mientras lo he estado conociendo, es que él era una persona bastante normal. No era una persona que la mayoría, al verlo, asumiría que un día iba a ser el líder del pueblo de Israel. Josué era un hombre que tenía los pies en la tierra – que estaba convencido de que todo lo que necesitaba hacer era obedecer a Dios. No había nada fuera de lo común en este hombre, el simplemente obedecía al Señor.

Tres lecciones de Liderazgo

¿Que calificaba a Josué para liderar? Josué estaba calificado porque había aprendido varias lecciones de liderazgo. En este pasaje vemos varias de ellas. Permítame señalar algunas.

  1. El liderazgo se basa en la decisión de Dios

Lo primero que Josué aprendió es que su ascenso al liderazgo fue una decisión de Dios. Josué lideraría al pueblo, no porque recibió más votos o porque la gente se lo pidió, sino porque Dios lo escogió para que fuera el líder.

En Deuteronomio 31:14-15 leemos:

“Y Jehová dijo a Moisés: He aquí se ha acercado el día de tu muerte; llama a Josué, y esperad en el tabernáculo de reunión para que yo le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y esperaron en el tabernáculo de reunión. Y se apareció Jehová en el tabernáculo, en la columna de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.”

“Josué, ¿Por qué vas a liderar a este pueblo?”

“Porque Dios me escogió para liderar.”

Reconocer esto produce un par de resultados:

  • Primero, desalienta los esfuerzos de la carne.

Es decir, desalienta la codicia y la ambición en el Pueblo de Dios. De hecho, la palabra latina “ambición” se puede definir como “hacer campaña en busca de un ascenso.”

Esto sucede siempre en el trabajo, ¿cierto? Es casi seguro que, cada vez que el jefe aparece, está esa persona que se pone a trabajar enérgicamente y sonríe como si fuera un día hermoso. Usted sabe que la meta de esa persona es que lo promuevan. Ni bien el jefe se va, todo vuelve a la normalidad, ¿no es así?

Lamentablemente, esto también sucede en la iglesia. Algunos buscan mostrar piedad para impresionar – para que la gente se sorprenda. Pero en realidad eso no es piedad, solo están buscando promoverse.

El reconocer que el liderazgo es dado por Dios produce otra cosa. No solo desalienta los esfuerzos carnales, sino que también:

  • Segundo, anima a corazones desesperanzados.

No existe líder en la tierra que no le haya preguntado a Dios “Señor, ¿Debo realmente enseñar esta clase? ¿Tengo que estar al frente de este ministerio? ¿Seré la persona adecuada para estar liderando?”

¿Sabe cuál es la respuesta? No se trata de si usted está calificado o si es el más talentoso, sino que la respuesta proviene de Dios, de este pasaje: “Usted está ahí porque yo lo escogí para ese puesto.”

Creo que esto también anima a la persona que tal vez no sea líder y piense: ¿No son los líderes más importantes para Dios?

No. No lo son.

También es posible que piense: ¿No tienen ellos una ventaja espiritual por sobre los que lo siguen?

No.

¿Sabe por qué está en una posición de liderazgo? Porque Dios lo escogió para liderar. ¿Sabe por qué no está en una posición de liderazgo? Porque Dios lo escogió para no liderar.

  1. El liderazgo involucra adversidades y dificultades

La segunda lección que Josué aprendió en cuanto al liderazgo es que el liderazgo involucra dificultades.

Ahora, antes de ir al versículo 16, permítame decirle que esta es una experiencia muy emocionante en la vida de Josué. Él está por ser comisionado al ministerio de liderar al pueblo de Dios.

Una de las cosas más emocionantes que sucedieron en mi iglesia fue cuando encomendamos a dos misioneros que habían sido llamados a la obra. También recuerdo con gozo el día que me encomendaron para ser pastor. Fue un día hermoso. Todo es positivo y uno se siente en las nubes.

Ahora, fíjese en el versículo 16 de Deuteronomio 31. Esta es la reunión de encomendación de Josué. Él está allí parado escuchando.

“Y Jehová dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y…”

“…seguirá fielmente el liderazgo de Josué…”

Ah, no, perdón. La Biblia dice: Este pueblo se levantara y ¿hará que cosa?

“…fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él;”

Ahora, imagínese que usted es Josué. Póngase en sus zapatos por un momento, ¿pensaría usted, “oh, que buenas noticias ¡esto sí que me entusiasma! Cuando vaya a liderar a este pueblo, ni bien se muera Moisés, ellos se van a rebelar. Seamos realistas por un momento.

Cuando Josué recibe la comisión de liderar al pueblo, sabe que no va a ser fácil. El pueblo va a rebelarse y fallar miserablemente. Josué entonces va a aprender, rápidamente, que el liderazgo incluye adversidad.

  1. El liderazgo debe rendir cuentas a la Escritura

La tercera lección que Josué va a aprender es que el liderazgo conlleva rendir cuentas.

Vaya a Deuteronomio capitulo 34, en el versículo 9 leemos:

“Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría…”

Sabiduría, en la Biblia, nunca se refiere a una capacidad intelectual. Sabiduría, en la Biblia, se refiere a la persona que comprende las Escrituras y las obedece. Josué estaba dedicado a conocer y obedecer la Palabra de Dios. De hecho, permítame decirle que todos somos capaces de ser personas sabias.

Moisés fue un gran líder. Su impresionante epitafio se encuentra en el último capítulo de Deuteronomio y en el primer capítulo de Josué. En nueve versículos encontramos tres veces la misma frase:

“Mi siervo Moisés…”

Deuteronomio capitulo 34 nos dice que no hubo otro líder mayor a él ni lo habría, sino hasta que llegara el Señor Jesucristo.

Moisés fue un gran hombre, ¿pero que dice Dios? Él dice: Moisés, mi siervo… Moisés, mi siervo… Moisés, mi siervo. Con esto, Dios está diciendo que Moisés conocía Su palabra y la obedecía.

Josué tenía el mismo espíritu de obediencia. De hecho, puede que usted conozca la famosa frase de Josué 24,

“…pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”

¿Quién dijo eso? Josué. Esa no era la declaración de un nuevo seguidor de Dios – Josué dijo esto cuando ya tenía unos noventa años. Él no dijo esto pensando que la vida seria color de rosa. No, él dijo esto cuando ya había pasado por los altibajos de la vida.

El Anuncio dado a Josué

Entonces, llegamos al momento cuando Josué recibe el anuncio de que será el líder. Vaya en su Biblia conmigo a Josué capitulo 1.

Vamos a leer los versículos 1 y 2,

“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo:

Mi siervo Moisés ha muerto…”

Para saber un poco más en cuanto a ese evento, puede mirar unos versículos antes en su Biblia – Deuteronomio 34. Allí en el último capítulo, leemos lo siguiente, en los versículos 5 y 6,

“Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová.

Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy.”

Fíjese que el versículo 6 dice: “Y lo enterró” Nadie estaba presente excepto Dios. Así que Dios fue el que llevo a cabo el funeral; Dios enterró el cuerpo, y nadie sabe adónde esta.

Ahora, el Señor le da el mensaje al joven Josué: “Josué, Moisés ha muerto.”

Un líder no es ni irremplazable ni indispensable

A esta altura debemos agregar una lección más a la lista de lecciones en cuanto al liderazgo. Un líder no es irremplazable; y tampoco es indispensable.

En el libro de Josué, vamos a descubrir que Dios no queda limitado porque murió Moisés. De hecho, la Biblia nos dice que el murió según la palabra de Dios. El último capítulo de Deuteronomio nos dice, en el versículo 7, que:

“…sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.”

Él aún estaba con fuerzas y listo para seguir viviendo, pero murió. ¿Por qué? Porque Dios dijo “este es el final de tu vida.”

Los planes de Dios no están limitados a personas, necesariamente. Él nos utiliza en su gracia soberana, pero cuando Él saca a alguien de escena, sus planes no cambian.

Una de las grandes lecciones del liderazgo, si usted está en el liderazgo, es que usted no es indispensable. Dios puede hacer que otro tome su lugar.

¿Por qué Josué estaba asustado?

Entonces, Dios no se ve afectado por este cambio, pero según lo que sigue en el capítulo 1 es obvio que Josué esta con temor. De hecho, Dios le dice, cuatro veces en el capítulo 1,

“…Esfuérzate y se valiente…”

Dios no dice eso porque Josué está lleno de valentía. Él dice eso porque Josué obviamente tenía temor. Él le dice, “Josué, se valiente, se fuerte, no temas.”

La última frase del capítulo 1 es:

“…solamente que te esfuerces y seas valiente.”

¿A qué se debe esto? Evidentemente, Josué estaba lleno de temor.

¿Por qué cree que Josué tenía temor? Mientras estudiaba el pasaje me puse a pensar en esto y anoté algunas sugerencias.

  • La muerte de un líder nacional puede generar una crisis

Primero, permítame sugerir que la muerte de un líder nacional puede generar una crisis – y por lo general esto sucede.

Moisés era un siervo de Dios y un líder experimentado, pero ahora, estaba muerto. El liderazgo pasa a Josué. ¿Cuánta experiencia tenía él? Casi ninguna. Desde el punto de vista humano, podría haber preocupación en cuanto a esta transición. ¿Podrá hacerlo? ¿Será capaz?

  • La muerte de un líder popular puede producir un conflicto en la gente

Permítame sugerir, en segundo lugar, que la muerte de un líder popular puede producir un conflicto en la gente.

Israel hizo duelo por la muerte de Moisés por treinta días (Deuteronomio 34:8). La nación se lamentó por la pérdida de este líder tan querido.

Josué, sin duda, se sentía intimidado por el legado de su predecesor. Podría sentirse abrumado de ocupar el lugar de este gran líder. Estoy seguro de que había un conflicto en la mente de Josué ya que tenía fresco en su memoria una situación que vivió unos 40 años atrás – cuando él volvía de espiar la tierra prometida con su reporte y le dijo al pueblo: “La tierra es buena, podemos tomarla. Si Dios se agrada de nosotros, podemos conquistarla.”

¿Que hizo la gente al escucharlo? Se prepararon para apedrearlo. Así que podría estar pensando ahora, “Un minuto, hace 40 años no me siguieron. No pude influenciarlos, ¿Que me garantiza que voy a poder liderarlos ahora?

Alguna vez se sintió frustrado en el ministerio y pensó: “Si tan solo tuviera la voz de tal persona… si tan solo tuviera su talento… si tan solo tuviera su personalidad… si tan solo… si tan solo… si tan solo”.

Josué puede haber tenido ese tipo de pensamientos en su mente cuando Dios lo encomendó al ministerio.

Fíjese en Josué capitulo 1, versículo 2, allí Dios dice:

Mi siervo Moisés ha muerto… ¿Qué vamos a hacer ahora?”

No, Dios no dice eso.

Mi siervo Moisés ha muerto… así que Josué, trata lo mejor que puedas de ser como él.”

No. Fíjese que Dios nunca le dice a Josué que procure ser como Moisés. Dios nunca le dice a Josué: “Actúa como Moisés. Se como él.”

Dios, de hecho, tal como vamos a ver, simplemente le pide a Josué que obedezca Su palabra.

  • La muerte de un líder efectivo puede destrozar la continuidad

Permítame sugerirle una razón más por la cual Josué pudo haber estado atemorizado. La muerte de un líder efectivo puede destrozar la continuidad.

Uno de los puntos principales que Dios le comunica a Josué, en el capítulo 1, es: “Josué, los lideres pueden morir, pero yo no. Josué, los lideres pueden cambiar, pero yo no cambio.”

El plan de Dios tiene una continuidad. Sus propósitos y Sus planes no se pueden obstruir. Dios es soberano. En otras palabras: “Moisés y el pueblo van a cambiar, pero Mis propósitos jamás cambiaran.”

Existe una continuidad a causa del carácter de Dios.

Alguien dijo una vez, “Dios no hace planes, Él siempre los tuvo.”

Fíjese en la manera en que Dios establece la promesa de continuidad en los versículos 2 al 5 del capítulo 1. Allí leemos:

Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.

Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.

Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.

Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.”

Ahora versículos 6 y 7,

“Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.

 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.”

Y ahora fíjese lo que dice el versículo 9,

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”

Y fíjese lo que dice la última frase del versículo 18,

“…solamente que te esfuerces y seas valiente.”

Aplicación

Ahora, esto es maravilloso para Josué, pero ¿Qué hay de nosotros? En Hebreos capitulo 13, versículos 5 y 6, Jesucristo le dice a los suyos:

“No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.”

¿Ha frustrado Dios alguno de sus planes? ¿Ha destrozado Dios el objeto de su seguridad – en lo que se apoyaba?

Por unos 40 años, Josué dependió de Moisés. Por 40 años, Josué escucho a Dios hablar por medio de Moisés. Por 40 años Josué siguió a Moisés y recibió guía por medio de Él. Ahora, Moisés está muerto.

El capítulo 1 nos hace saber que  allí se encuentra Josué – no siendo un hombre valiente, sino lleno de temores y sintiéndose solo. Dios le dice: “Moisés ya no está aquí, pero yo sí.”

Quizás Dios quiera que usted escuche el mismo mensaje en este día:

No te desampararé, ni te dejaré…”

Así que, basado en esto, esfuércese y sea valiente.

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado originalmente en 1991

© Copyright 1991 Stephen Davey

Todos los derechos reservados