Lección 17: En Defensa del Cristianismo

Lección 17: En Defensa del Cristianismo

Pasaje Bíblico: 1 Juan 5:1-3.
 ¿Cuál es la característica principal de un verdadero cristiano? Descúbralo mientras continuamos estudiando la primera carta del apóstol Juan.

Introducción

Varios años después de la muerte del apóstol Juan, alrededor del año 125 D.C., Arístides intentó explicarle al Emperador Romano Adriano que era el cristianismo. Su discurso fue escrito, y ese documento llegó a ser conocido como Apología – o Una Defensa del Cristianismo.

La leí, y una parte dice lo siguiente, “Los cristianos persuaden a otras personas a convertirse en cristianos por medio del amor; y cuando lo hacen, los llaman hermanos, sin distinción. Y si hay entre ellos un hombre que es pobre y necesitado, ellos ayunan dos o tres días para que puedan aportarle al necesitado la comida necesaria. Ellos guardan el mandamiento de su Mesías y ellos viven honesta y sobriamente… ellos alaban a Dios por su comida y su bebida, le dan gracias. Esa es la ley de los cristianos y esa es su manera de vivir.[i]

Mientras volvemos a la primera epístola de Juan, en los últimos dos párrafos del capítulo 4, el Apóstol Juan ha usado la palabra “amor” 27 veces.

No es de sorprenderse que su antiguo sobrenombre, “hijo del trueno,” eventualmente sería remplazado con “el apóstol del amor.”

Él amaba al Señor y él amaba a la iglesia y él amaba a sus hijos en la fe y quería que la iglesia demostrara amor para con todos.

Pero Juan también podría ser llamado, “el apóstol de la certeza.” De hecho, en este último capítulo 5, él va a usar el verbo “saber” siete veces. Las frases “sabemos…” y “para que sepáis…” aparecen una y otra vez.

Generalmente, el idioma griego es mucho más preciso que el idioma español. En este caso vamos a ver que hay un par de verbos diferentes traducidos “saber” en nuestra Biblia, pero que en el original son palabras diferentes que llevan distintos matices en su significado.

A veces Juan va a usar el verbo ginosko que significa, saber por medio de un descubrimiento o experiencia. En otras palabras, sabe que el horno está caliente porque acaba de tocarlo y descubrió la dolorosa verdad.

A veces Juan usa el verbo oida que significa saber porque ha sido revelado. Si alguien le advirtió que no tocara el horno porque estaba caliente; en este caso, usted adquirió ese conocimiento por medio de una revelación dada por parte de otra persona… si luego decidió tocar el horno de todas formas, ahí supo que el horno estaba caliente, no por revelación, sino por experiencia.

Juan va a cambiar de un verbo a otro dependiendo del contexto en este pasaje.

Ahora, ya sea que usted sepa algo de griego o no, una cosa es clara aquí en 1 Juan capítulo 5: el apóstol Juan quiere remover toda duda del corazón y la mente de estos creyentes – y también del nuestro.

Estas son verdades que él quiere que sepamos con certeza que estemos seguros de algunas verdades aprendidas ya sea por experiencia o simplemente porque Dios lo dice.

Si fuera a ponerle un título al capítulo 5, creo que un título que encajaría perfecto sería, “Sin Duda Alguna.”

Y la primera verdad que Juan quiere asegurar en nosotros es la verdad de lo que significa ser un cristiano – quien realmente somos.

Habiendo viajado tanto últimamente, no pude sino reírme de este incidente que leí recientemente. Contaba acerca de un vuelo que fue cancelado. Un cansado miembro del personal de la aerolínea estaba allí, atendiendo a la larga fila de pasajeros para cambiarles el pasaje, cuando de pronto, un pasajero muy enojado se abrió paso hasta frente de la línea a fuerza de empujones. El arrojó su boleto sobre el mostrador y dijo, “yo tengo que estar en este vuelo y tengo que estar en primera clase.”

“lo siento señor” respondió el empleado, “estaré feliz de ayudarle, pero necesito primero atender a estas otras personas.” El pasajero demandó – en una voz lo suficientemente alta como para que todos escucharan – “¿tienes alguna idea de quién soy?” sin vacilar, el cansado empleado sonrió, agarró el micrófono y dijo, “Su atención por favor, tenemos a un pasajero en la puerta de abordaje que no sabe quién es. Me acaba de preguntar si tengo alguna idea de quién es él y sinceramente no la tengo – si alguien puede reconocerlo, por favor acérquese al mostrador, gracias.”

El hombre se fue avergonzado, frustrado, y enojado, mientras que un estallido de aplausos brotó de la multitud de personas en el terminal.[ii]

A decir verdad, todos eventualmente nos hacemos esta misma pregunta – y fuera de la Biblia, hay frustración porque el mundo no tiene respuesta – ¿quiénes somos? – ¿y a quien pertenecemos?

El apóstol Juan no quiere que tengamos duda o inquietud alguna acerca de quiénes somos y a quien pertenecemos – así que él empieza escribiéndonos acerca de lo que llamaremos, nuestro lazo familiar.

  1. Nuestro Lazo Familiar

Note la primera parte del versículo 1. Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios.

Los tiempos gramaticales en los que se encuentran estos verbos clarifican que, lo que Juan está diciendo aquí es, que la persona que persiste en creer que Jesús es el Cristo está revelando que ha sido nacido de Dios.[iii]

Esa persona pertenece a la familia de Dios – ha nacido espiritualmente de Dios. Y la evidencia de esa nueva vida espiritual es que el cree que Jesús es el Cristo.

Creer significa poner su confianza en Él; creer que Jesús es el Cristo significa que usted cree que Jesús fue más que un hombre, él era el Mesías divino, el ungido de Dios.

Nunca podrá entender y aceptar quien es usted hasta que crea por fe quien es Jesús. Un artículo titulado, “Las sorprendentes creencias de nuestros futuros ministros” incluían los resultados de una encuesta tomada en seminarios de varias denominaciones.

Cuando les preguntaron a los estudiantes de estos seminarios,

  • ¿Cree que Jesús resucitó físicamente? El 54% dijo que no.
  • ¿Cree en el nacimiento virginal de Cristo? El 56% dijo que no.
  • ¿Cree en la deidad de Cristo? El 89% dijo no.
  • ¿Cree en la segunda venida de Cristo? El 99% dijo no.

Lo realmente preocupante acerca de esta encuesta es que fue tomada en 1961.[iv]

Juan no nos está dando algún tipo de credo que tenemos que firmar; él está señalándonos hacia la misma persona de Jesucristo. De hecho, quiero que note que Juan usa el tiempo presente – ¡Jesús es el Cristo!

No solo que él fue… sino que aun ahora – hoy – esto hace referencia a su resurrección – Él es. Quizás quiera subrayar esa pequeña, aunque poderosa palabra, “es,” en esta frase introductoria.

            Jesús es el Cristo.

Querido oyente, es posible que usted tenga una identidad eterna e inmutable en Cristo gracias a la eterna e inmutable identidad de Cristo como el Mesías.[v]

Juan efectivamente dice, “no quiero que duden de su eterno lazo familiar.”

Ahora note que Juan hace referencia a nuestra comunión familiar.

  1. Nuestra Comunión Familiar.

Versículo 1: y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.

Ese versículo se explica solo, ¿o no? Si ama a Dios, va a amar a Sus hijos. Si tiene comunión con el Padre, va a querer tener comunión con la familia del Padre.

Jesucristo les había dicho a sus discípulos, “el mundo sabrá que son mis discípulos – y agrego esto – no por cuantas veces oran, por cuantos versículos pueden recitar, o cuantas veces van a la iglesia – el mundo no va a preocuparse por eso. De hecho, hay otras religiones en el mundo que hacen un trabajo mucho mejor que nosotros en esas áreas – pero, esto es lo que van a reconocer que es únicamente de parte de Cristo; Jesús dijo, “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35).

Esa fue la característica que Arístides destacó en los cristianos cuando le escribió al Emperador romano.

El emperador romano Juliano, conocido como Juliano “el apostata” escribió en el cuarto siglo acerca de los cristianos diciendo, y lo cito, “su maestro ha implantado la creencia en ellos de que todos están emparentados.”

Ellos realmente se consideran como miembros de la misma familia. Y no es una cuestión de compatibilidad – es una cuestión de genealogía – somos hermanos y hermanas, nacidos de nuevo en la familia de Dios.

Y solo piense cuan diferentes somos.

Acabamos de empezar una nueva clase de membresía la semana pasada para personas que están considerando unirse a nuestra iglesia – es una de las clases más grandes que hemos tenido. Preguntando me enteré de que al menos 100 de ellos, sino más, empezaron a asistir a la iglesia solo en los últimos 10 meses o menos.

Y han venido de todos lados. Algunos nos encontraron simplemente mientras manejaban por la calle de aquí al frente, otros buscando en internet, otros escuchando la radio, la mayoría de ellos invitados por amigos y familia.

Hice una rápida encuesta y encontré que venían de una gran variedad de trasfondos. Algunos eran de California, Pennsylvania, Minnesota, China, África, Ucrania.

¿Como es que vamos a lograr llevarnos bien y tener unidad? Es fascinante observar a la iglesia primitiva en Antioquia, el lugar donde los creyentes fueron llamados cristianos por primera vez. Esta era una iglesia que fue plantada y guiada por hombres de diferentes etnias, y distintos trasfondos educacionales, sociales y raciales.

Y Hechos 11:21 dice – “y la mano del Señor estaba con ellos”

Ellos enviaron a Bernabé desde Jerusalén para ver cómo iban las cosas en esta nueva iglesia y el versículo 23 dice que él vino y vio la gracia de Dios.

El apóstol Pablo le escribió a los Efesios diciéndoles, “he oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos” (Efesios 1:15)

  • Una verdadera iglesia no abre sus puertas solo a un estrato social.
  • Una iglesia no se enfoca solamente en personas de cierta edad.
  • Una iglesia no busca alcanzar solo a un sector demográfico.
  • Una iglesia no acepta solo personas de un color de piel o de un trasfondo especifico.

Esa no es una iglesia, esa es una vergüenza para la gracia de Dios. Ese no es el evangelio tampoco. El evangelio de la gracia de Dios produce armonía en medio de la diversidad.

No es una cuestión de uniformidad – este es el principio de unidad en la sana doctrina (Tito 1:9)

De hecho, la iglesia ni siquiera es realmente considerada como una mezcla de razas, sino que es considerada como una nueva raza. Un lugar donde las personas que se reúnen se han convertido en real sacerdocio – nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9).

Estamos unidos por la fe, somos hermanos y hermanas en Cristo.

No solo compartimos un parentesco familiar en Cristo, sino que también debemos demostrar una comunión familiar, y si usted realmente ama al Padre, usted va a amar a sus hijos también, sin importar quienes son o de dónde vienen.

A través de esta carta, el apóstol Juan ha enfatizado esta característica del amor dentro de la familia de Dios.

En el capítulo 2 él escribió, El que ama a su hermano, permanece en la luz (2:10).

En el capítulo 3, él escribió, En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios (3:10).

En el capítulo 4, Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso (4:20).

También en el capítulo 4, él exhorta a la iglesia, Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios (4:7)

Minucio Félix, un abogado romano, que vivió en el segundo siglo después de Cristo, escribió esto acerca de los cristianos – algo sorprendido y confundido escribió – “ellos se aman unos a otros, aunque ni siquiera son familiares.”

¿No ha experimentado esa verdad en su vida? Conoce a alguien mientras viaja o en el trabajo o en el colegio y descubre que es un cristiano, e inmediatamente hay un parentesco, una hermandad – aunque recién se conocen.

Ahora Juan hace un giro en la siguiente frase – aun hablando acerca de la comunión familiar – note el versículo 2. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios.

Uno pensaría que Juan escribiría, “en esto conocemos que amamos a Dios, cuando amamos a los hijos de Dios.” Sin embargo, él escribe, “En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios.” (Juan 13:35)

Juan no se equivocó aquí. Él está diciéndonos que nuestra comunión familiar es como un círculo vicioso. Amamos a Dios el Padre y lo demostramos al amarnos unos a otros; y nos amamos unos a otros y lo demostramos al amar a Dios.

Él también está haciendo un punto interesante. Él está diciendo, “tal como no puede amar a Dios sin amar a sus hermanos, realmente no puede amar a sus hermanos a menos que ame a Dios.”[vi]

Este es el circulo completo del amor de Dios… y el amor por los demás… Este círculo de amor es exactamente la razón por la que podemos llevarnos bien con personas tan distintas a nosotros en la iglesia.

Este es nuestro parentesco familiar. Esta es nuestra comunión familiar.

En tercer lugar, Juan nos recuerda de nuestra mayordomía familiar.

  1. Nuestra Mayordomía Familiar

Note la última parte del versículo 2. Revelamos nuestro amor para con otros y para con Dios el Padre cuando nosotros – note:guardamos sus mandamientos…

La palabra para mandamiento aquí no está refiriéndose a los Diez Mandamientos – o a alguna lista de mandamientos que encontramos en el Antiguo Testamento.

La palabra para mandamiento es usada más ampliamente como una referencia a toda la Palabra de Dios. De hecho, nuestro Señor Jesús llamó a sus enseñanzas un nuevo mandamiento (Juan 15:10).[vii]

Me gustaría que notara, que es lo que Juan dice que debemos hacer con estos mandamientos que aplican a los creyentes del Nuevo Testamento; en el versículo 2 el escribe que debemos guardarlos – la palabra guardar significa practicarlos.

Luego en el versículo 3 él escribe que amar a Dios es evidenciado por la forma en que guardamos Sus mandamientos – y este verbo en griego es diferente.

Tiene la connotación de vigilar; guardándolos cuidadosamente como un tesoro preciado.[viii]

Un autor escribió que el primer verbo para guardar tiene que ver con nuestras acciones, mientras que el segundo verbo tiene que ver con nuestras actitudes del corazón.[ix]

Nosotros administramos cuidadosamente este tesoro de la palabra de Dios. Y entendemos que Dios el Padre nos manda y nos dirige y nos prohíbe y nos guía a nosotros porque nos ama. Sus mandamientos no son pesos que nos cargan, un autor escribe, son alas que nos ayudan a volar.[x]

Lo cual es exactamente el mismo veredicto que Juan da aquí – note la última parte del versículo 3 y sus mandamientos no son gravosos.

La palabra “gravoso” viene una palabra griega que lleva la idea de un peso opresivo.[xi]

Es la misma palabra traducida rapaz, usada por el apóstol Pablo cuando advirtió a los ancianos de Éfeso que después de su partida vendrían lobos rapaces que no perdonarían el rebaño (Hechos 20:29).

Es también la misma palabra traducida “pesado,” usada por el Señor cuando describió las pesadas cargas legalistas que los Fariseos estaban colocando sobre los judíos (Mateo 23:4).[xii]

Si quiere agradar a Dios, tome – cargue este enorme peso…

¿No es ese el mismo pensamiento de hoy en día? “¿Es un seguidor de Cristo? Él es el gran aguafiestas cósmico. ¿El cristianismo? que molesto.”

No. La verdad es exactamente lo opuesto. No hay carga más pesada que una conciencia culpable; no hay mayor miseria que ser controlado por el tirano llamado pecado.

Jesucristo prometió que su verdad nos haría libres (Juan 8:32) no cargarnos más.

Jesús dijo – Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí… porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga (En Mateo 11:29-30).           

¿Mi yugo es fácil? – ¿qué significa? Cuando nuestro Señor estuvo aquí en la tierra, los bueyes araban usando un yugo de madera. Primero se traían los bueyes a un carpintero hábil que tomaba las medidas de los hombros y cuello del buey. El yugo era luego cortado y lijado. Luego, se traía al buey devuelta para que le ataran el yugo nuevamente. El yugo era cuidadosamente ajustado para que encajara bien – y así no le irritara el cuello o le hiciera más fuerza de un lado que del otro.[xiii]

Hay una leyenda que dice que Jesús hacia los mejores yugos en toda Galilea – no podemos estar seguros de eso – pero tenemos un registro de Justino Martir, un líder de la iglesia de Galilea que vivió el siglo 2 D.C., que escribió que los granjeros aún usaban los yugos para sus bueyes que habían sido hechos por Jesucristo, 75 años atrás.

William Barclay escribe que, sobre la puerta de esta tienda de carpintería, podría haber visto un cartel que decía, “mis yugos calzan bien.”

Esa era la idea. Hecho a medida. Diseñado personalmente. No es para cargarnos, sino para ayudarnos a crecer en la fe mientras aramos a través de las dificultades de la vida.

Jesús también dijo, “mi carga es ligera.”

Eso solo puede ser verdad cuando confiamos que Dios, nuestro Padre, ha colocado sobre nosotros solo lo que podemos cargar.

Y cuando amamos a Dios, rodeados por aquellos que se aman unos a otros y lo aman a él también, la carga se hace ligera.

La vida cristiana no es una carga… sus demandas se vuelven nuestro deleite por nuestro parentesco con el padre y nuestra comunión con nuestra familia espiritual.

Eso no significa que es fácil… es posible… pero hay cambio que hacer y una fe que desarrollar… sin embargo, el constante amor de Cristo nos fortalece y nos permite vivir sabia, justa y piadosamente.

Craig Barnes, un pastor estadounidense escribió, “cuando era niño, mi padre trajo a casa a un niño de 12 años llamado Roger, cuyos padres acababan de morir por sobredosis de droga. No había otro pariente para cuidar de Roger, así que mis padres decidieron adoptarlo y criarlo como si fuera uno de sus propios hijos.

En un principio, le fue bastante difícil a Roger ajustarse a esta nueva casa – un ambiente libre de adultos adictos a la heroína. Cada día, varias veces al día, escuchaba a mis padres diciéndole a Roger

“no, no, así no es como nos comportamos en esta familia.”

“No, no, no necesitas gritar o pelear para tener lo que necesitas”

“No, no Roger, esperamos que muestres respeto en esta familia.”

Y Roger empezó a cambiar.

Craig Barnes hace el siguiente punto – ahora, ¿tuvo que hacer Roger todos esos cambios para convertirse en parte de nuestra familia? No. Él fue hecho parte de la familia simplemente por la gracia de mis padres. Pero él luego tuvo que hacer bastante trabajo porque era parte de la familia. Y le fue difícil cambiar – todo lo que él conocía era diferente – y el tuvo que trabajar en ello. Pero él estaba motivado por gratitud y por el increíble amor y gracia que había recibido.

¿Tiene usted un montón de trabajo duro que hacer ahora que el Espíritu lo ha hecho a usted un miembro de la familia de Dios?

Ciertamente, pero no para que pueda convertirse en un hijo o una hija – usted ya lo es por gracia de Dios a través de la fe en Cristo. Pero ahora tiene mucho trabajo por delante – y el Espíritu Santo frecuentemente le traerá convicción cuando vuelva a actuar según su antigua forma de vivir… “no, no, así no es como actuamos en esta familia.”[xiv]

Conclusión

Ahora, habiendo estudiado estos tres versículos, permítame terminar nuestro estudio, leyendo nuevamente el extracto de lo que Arístides dijo en defensa del cristianismo… y mientras la leo, ahora puede imaginarse como las palabras del apóstol Juan se han convertido en una realidad en la iglesia primitiva – y nosotros oramos que se conviertan en una realidad en nuestra iglesia hoy.

Arístides escribió, Los cristianos persuaden a otras personas a convertirse en cristianos por medio del amor; y cuando lo hacen, los llaman hermanos, sin distinción. Y si hay entre ellos un hombre que es pobre y necesitado, ellos ayunan dos o tres días para que puedan aportar al necesitado con la comida necesaria. Ellos guardan el mandamiento de su Mesías y ellos viven honesta y sobriamente… ellos alaban a Dios por su comida y su bebida, le dan gracias. Esa es la ley de los cristianos y esa es su manera de vivir.

Eso resume lo que dice 1 Juan 5:1-3 ¿no es así?

Permítame darle evidencia innegable en defensa del cristianismo.

  • La forma en que los cristianos responden en fe a Cristo.
  • La forma en que se relacionan en amor unos con otros.
  • Y la forma en que guardan los mandamientos de Cristo con adoración y acción de gracias.

Que se diga de nosotros – esa es la ley de los cristianos – y esa es nuestra forma de vivir hoy.

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el día 15/09/2013

© Copyright 2013 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] www.earlychristianwritings.com


[ii] Steve May, The Story File (Hendrickson Publishers, 2000), p. 246


[iii] Adapted from James Montgomery Boice, The Epistles of John (Baker Books, 1979), p. 125

[iv] Charles R. Swindoll, The Tale of the Tardy Oxcart (Word Publishing, 1998), p. 480


[v] D. Edmond Hiebert, The Epistles of John (BJU Press, 1991), p. 224

[vi] Adapted from The Expositors Bible Commentary: Volume 12 (Regency Reference Library, 1981), p. 348

[vii] Robert Lightner, The Epistles of John and Jude (AMG Publishers, 2003), p. 72


[viii] John MacArthur, 1-3 John (Moody Publishers, 2007), p. 181


[ix] Ibid

[x] Joel Beeke, The Epistles of John (Evangelical Press, 2003), p. 178


[xi] Fritz Rienecker/Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 794


[xii] John Phillips, Exploring the Epistles of John (Kregel, 3003), p. 160


[xiii] William Barclay, Matthew: Volume 2 (Westminster Press, 1975), p. 17


[xiv] Craig Barnes, “The Blessed Trinity” (5-30-99); posted at www.preachingtoday.com/site/utilities/print.html?type=article&id=23702