Lección 2: Escogido con Entusiasmo

Lección 2: Escogido con Entusiasmo

Pasaje Bíblico: 1 Pedro 1:1b.

El apóstol Pedro nunca quiso que la doctrina de la elección fuera motivo de división o un simple tema controversial para que los filósofos y teólogos debatan mientras toman una taza de té. Esta preciosa doctrina se enseña para que los cristianos perseguidos y rechazados en el mundo tengan esperanza y gozo en medio del sufrimiento.

Transcripción

Introducción

Hace un tiempo atrás, un proyecto de ley contra el terrorismo fue aprobado por ambas cámaras del Parlamento ruso y promulgado por el presidente Vladimir Putin. El proyecto de ley fue etiquetado como antiterrorista, pero en realidad era una maniobra para aprobar nada menos que una nueva ley anti-misionera. El proyecto de ley restringe severamente cualquier actividad religiosa no autorizada, con una excepción: la Iglesia Ortodoxa Rusa, que está obviamente conectada con el gobierno y, durante muchas décadas, ha sido enemiga del evangelio.

No es de extrañar que el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa sea un ex oficial de la KGB (agencia de inteligencia rusa). Él es el líder religioso más importante del país y llama al reinado de Putin en Rusia “un milagro de Dios”.

Según la Asociación del Evangelio Eslavo, esta nueva ley exigirá que sólo se pueda predicar el evangelio dentro del edificio de una iglesia aprobada por el gobierno y solo por un pastor o líder que haya obtenido una identificación oficial aprobada por el estado.

Si alguien sin licencia predica fuera del edificio de la iglesia registrada va a recibir fuertes castigos y multas.

Mientras oramos por nuestros hermanos y hermanas en Rusia, tenga en cuenta que el 90% de las iglesias evangélicas se reúnen en los hogares, porque durante la época comunista, a las iglesias no se les permitía adquirir propiedades. Incluso en la Rusia poscomunista, las iglesias locales no han podido obtener permiso para comprar propiedades o construir edificios.

Esta ley allanará el camino para que el gobierno cierre el 90% de las iglesias evangélicas en Rusia. Además, este proyecto requiere que los ciudadanos de Rusia denuncien cualquier violación a esta ley a las autoridades.

La puerta que se había abierto para predicar libremente en la ex Unión Soviética comienza a cerrarse. La verdadera iglesia, una vez más se adaptará a las reuniones secretas y clandestinas, vidas y testimonios cuidadosos, atractivos y gozosos que atraen la curiosidad del mundo para luego recibir preguntas sobre el evangelio de Cristo que los ha transformado.

Si amplía su oración más allá de los bordes de Rusia, descubrirá que, en promedio, en todo el mundo, cada mes:

322 cristianos son asesinados por su fe en Jesucristo; 214 iglesias y propiedades de iglesias son destruidas; Se cometen 722 actos de violencia contra cristianos como golpizas, secuestros, violaciones, matrimonios forzados y penas de prisión.[i]

Francamente, la iglesia en cada generación experimenta:

  • Mucha más violencia que seguridad
  • Mucho más antagonismo que aprecio
  • Muchas más amenazas, abusos y burlas que acuerdo, aprecio y respeto.

La iglesia en todo el mundo está experimentando lo que Jesucristo prometió cuando dijo: “Si a mí me han odiado, también a ustedes los van a odiar (Juan 15:18). Recibir difamación burlas y maltrato no es algo nuevo… de hecho, es normal.

Y esto es cada vez más obvio en nuestra propia vida:

  • Viendo como cada vez se vuelve más difícil expresar nuestras convicciones cristianas sin ser cancelados o enviados a clases de sensibilidad y tolerancia en la escuela o empresa.
  • Dónde estar en desacuerdo con la depravación moral de sus compañeros de trabajo es invitar una reprimenda abierta y tal vez la pérdida de su trabajo.
  • Donde, como maestro en una escuela, ahora se le dice, por ejemplo, que ya no se dirija a sus estudiantes como “niños” o “niñas”, porque eso los presionará mientras están en medio de determinar por sí mismos si son “un niño o una niña”.

Hemos despertado a una nueva normalidad, con nuevas definiciones y normas culturales que se han estado desarrollando durante décadas.

Y quiero que sepa que, en este periodo de la historia que nos toca vivir, me siento lleno de anticipación por lo que pasará con la iglesia. La iglesia ahora puede darse cuenta de la oportunidad que tiene de dar un testimonio claro en una cultura que ya no pretende creer lo que creemos.[ii]

Los verdaderos cristianos tienen la oportunidad de ser obviamente diferentes, porque lo que creemos no se acerca en nada a lo que cree nuestra cultura. Simplemente pídales a sus compañeros de trabajo, vecinos y compañeros de clase que definan palabras como:

Dios (¿quién es Dios?) pecado (¿qué es el pecado?) sagradas escrituras (¿cuáles son?); preferencia sexual; identidad de género; verdad; familia; matrimonio; juicio; eternidad…

Y luego agárrese de su asiento, porque no muchos estarán de acuerdo con sus definiciones sacadas de las Escrituras.

¡Qué oportunidad tan increíble! Al entender la palabra de Dios y la misión que nos ha dado, podemos enfrentar este futuro y esta cultura, sin apretar los puños con ira o frotarnos las manos con miedo.[iii]

Tenemos la promesa de nuestro Señor de que Él estará con nosotros hasta el fin, y evidentemente el fin aún no ha llegado.

Y nuestro objetivo final sigue siendo el mismo: La exaltación de Jesucristo y una iglesia completa, compuesta por toda tribu, lengua y nación.

Podemos hacer lo mismo que hizo Jesucristo, y Sus Apóstoles, y la iglesia en el primer siglo, en una cultura definía:

  • Dios en plural
  • El origen de la vida como una teoría
  • Las sagradas escrituras como una entre muchas de igual valor.
  • Consideraba el juicio venidero como nada más que una táctica religiosa para dar miedo
  • Definía el matrimonio como un contrato a corto plazo.
  • La bisexualidad era una práctica habitual
  • La verdad era lo que cada uno quería que fuera.

Bienvenidos al primer siglo… Salude al siglo XXI. Diga hola a la creciente tensión de vivir entre dos mundos – el mundo en el que vive actualmente y en el que trabaja, ora y testifica – y el mundo venidero donde Cristo reinará un día.

No puedo pensar en un mejor momento para abrir la primera carta del apóstol Pedro que en este momento de nuestras vidas. Porque cuando Pedro escribió esta carta, la persecución no era oficial ni en todo el imperio; no era sancionada por el Senado de Roma. Pero estaba creciendo; era localizada, aleatoria, brutal en algunos casos, como en el caso de Nerón, que odiaba el cristianismo; pero no era la persecución que eventualmente estallaría en una o dos décadas.

Sin embargo, cuando abrimos esta carta vemos que todas las señales están allí… La marginación del cristianismo había comenzado. Las amenazas de muerte eran comunes. Algunos ya habían perdido todo lo que poseían.

Como los judíos en Alemania durante los años previos al Holocausto; sus tiendas estaban siendo boicoteadas o vandalizadas; sus derechos y privilegios personales eran ignorados; eran el blanco de burlas y violencia sin repercusión.

Era sólo cuestión de tiempo. Cuando estudiamos el contexto de Primera de Pedro, vemos que la iglesia había comenzado apenas 30 años antes en Jerusalén y el Imperio Romano consideraba a la iglesia como una secta del judaísmo.

Entre todas las religiones paganas del mundo romano, el judaísmo era la única religión legal que no estaba obligada a ofrecer sacrificios anuales al emperador romano. En cambio, se les permitía ofrecer oraciones intercediendo por el Emperador. Mientras los cristianos eran considerados como una secta del judaísmo, gozaron esa exención religiosa.[iv]

Pero cuando los cristianos comenzaron valientemente a salir de la sinagoga y a adorar, no en las sinagogas el sábado, sino en casas y otros edificios el día domingo -llamándolo el Día del Señor – sabían muy bien que estaban revelando al Imperio romano que no eran una secta del judaísmo, sino algo completamente diferente.

Y con eso, su exención y su protección terminaría. Ser cristiano se volvería ilegal, tal como lo es en muchos países hoy en día, donde, por ejemplo, convertirse del islam al cristianismo es un delito con pena de muerte.

Entonces, cuando lee las primeras palabras de esta carta, los creyentes han sido desarraigados… rechazados, odiados. Estaban preparándose para más oleadas de persecución, que llegarían eventualmente.

El Consuelo de Nuestra Ciudadanía Celestial

Ahora, cuando se enfrenta a la burla y la persecución de una forma u otra, su instinto le dice que huya o que se defienda. Perseverar y responder con gracia es increíblemente difícil por no decir antinatural.[v]

¿Qué hace usted cuando le han ofendido? ¿…cuando le han discriminado por lo que cree? Imagine que ha perdido su casa; su trabajo; todo por lo que ha trabajado ahora está en juego. No está bien. No es justo. Quiere decir: “Oye, este también es mi país. Tengo tanto derecho como tú”.

Defenderse; contraatacar; vengarse es nuestra primera reacción. No habría sido distinto con los creyentes del primer siglo. Y Pedro les escribe para que recuperen la compostura y encuentren esperanza en la verdad que les va a dar.[vi]

Y lo hace de la manera más interesante. El comienza reconociendo su dolor.

Note en el versículo 1. Pedro, apóstol de Jesucristo; a los expatriados.

  1. Ese es el primer término; expatriado, o podría traducirlo también como extranjero.

Él los describe como extranjeros en su propio país. Y ellos hubieran respondido: “Sí, así es como nos sentimos, Pedro… ¡Tú nos entiendes!”

Este término hace referencia a un residente temporal, un viajero cuya estadía dura solo unas semanas o meses.

En el mundo actual, esta persona tendría una visa de turista y lo más probable es que solo empacaría una maleta o dos.

Cuando llegan, es obvio que no son de por aquí. Están aquí por un tiempo y no encajan perfectamente en la cultura en la que están. No necesariamente les gusta la misma comida, extrañan su cultura.

Este término que Pedro usa también indica que estos creyentes dispersos por el país no tienen ninguna protección legal o derechos personales como los que tienen los ciudadanos.[vii]

Están solos y se identifican con las palabras de ese pequeño coro: “El mundo no es mi hogar, yo de pasada voy”.

  1. Note el siguiente término que Pedro usa aquí en el versículo 1: a los expatriados de la dispersión.

La palabra dispersión se usaba para describir el esparcir semillas. También llegó a formar el término diáspora que significa pueblo de la dispersión, y se refería a los judíos exiliados que estaban dispersos entre el mundo gentil como minoría.

Pero aquí Pedro agrega el artículo definido y usa el término como una metáfora, no para referirse a la nación judía dispersa, sino a los creyentes gentiles y judíos que componen la iglesia. Los creyentes fueron esparcidos como semillas… dondequiera que pareciera que el viento los llevaba, dondequiera que pudieran encontrar un lugar para establecerse y sobrevivir, siempre iban a ser la minoría y nunca tendrían un sentido de pertenencia.

Ahora Pedro continúa diciéndonos adónde iba a viajar esta carta. Él tenía la intención de que su carta circulara – que se distribuyera una y otra vez en toda esta región.

Él menciona una región que hoy conocemos como Turquía. En el Nuevo Testamento, el término geográfico es Asia Menor.

Notará que Pedro se refiere aquí a:

  • Ponto: en el extremo norte, que era el hogar de Aquila y Priscila
  • Galacia: en la región central a donde Pablo solía viajar con frecuencia.
  • Capadocia: que estaba ubicada en la parte oriental de Asia Menor. Algunos judíos de esta región viajaron a Jerusalén y allí escucharon a Pedro predicar el día de Pentecostés (Hechos 2:9) y regresaron a Capadocia como los primeros misioneros a esa área.
  • Pedro luego menciona Asia: esto incluía la mayor parte de Asia occidental, con ciudades como Lidia y Frigia.
  • Por último, Pedro menciona Bitinia: que estaba en la costa sur del mar Negro, al oeste de Ponto.[viii]

En esta enorme área que menciona Pedro había millones de personas.

Esta no era una pequeña postal para un par de iglesias; era una revelación extensa y muy necesaria para miles y miles de cristianos que sentían que no pertenecían a ninguna parte, ¡¿Y qué se suponía que debían hacer al respecto?!

Déjeme contarle lo mejor que hicieron. Plinio, el Joven, un abogado romano a finales del primer siglo, escribió una carta al Emperador en la que describía que el cristianismo había influido en todo lugar, tanto en jóvenes como personas mayores, tanto en el campo como en las ciudades… tanto influyo que los templos paganos habían quedado casi completamente abandonados.[ix]

¡Qué testimonio del poder del evangelio de Cristo que llegó a estos creyentes esparcidos como semillas en casi 2 millones de kilómetros cuadrados!

Que les diría a ellos… Están vulnerables, sin protección de su gobierno, han sido desarraigados, ¡han sido marginados y victimas de burla! Cada día es un recordatorio de no pertenecen. ¿Qué les diría usted?

Exactamente lo que dice Pedro a continuación. Note nuevamente el versículo 1. A los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre.

¿Qué le dice usted a alguien que siente que no pertenece a este mundo? Dígale que pertenece al mundo venidero.

Pedro dice efectivamente: “Podrán ser forasteros en este mundo; pero quiero que sepan que son ciudadanos del reino de Dios”.

Ahora, lo que Pedro hace aquí es revelar la obra de salvación en lo que respecta a los tres miembros de la Deidad. De hecho, este es un texto poderoso para enseñar la existencia y las funciones de Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu, en cuanto a su salvación y vida.

El Gozo de Nuestra Elección Divina

Pero antes tratar ese tema, debemos abordar esta palabra que ha sido el foco de tanta división a lo largo de la historia de la iglesia – y aun hoy sigue dividiendo a creyentes y enciende duros debates en la iglesia.

Es esta palabra al final del versículo 1; la palabra elegidos.

Es de la palabra eklektos en griego que nos da los términos electo y elección. Esa palabra una vez estuvo reservada solo para Israel.[x]

De hecho, la mayoría de los cristianos no parecen tener ningún problema con el hecho de que Dios eligió a los israelitas a pesar de que demostraron no ser más merecedores del favor de Dios que cualquier otra nación que Dios no eligió, como los amalecitas o los hititas o los jebuseos o los Moabitas. Pero eligió a los israelitas.

Moisés le informa a la nación:

Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. (Deuteronomio 7:6).

Y ahora Pedro usa este mismo término para estos creyentes dispersos, compuestos tanto por judíos como por gentiles que fueron elegidos por Dios. De hecho, la forma pasiva de la palabra “elegidos” resalta aún más el hecho de que el creyente es el objeto de la acción electiva de Dios.[xi]

Que es exactamente lo que quiere decir el escritor de Hebreos cuando escribe que Dios es el autor de la salvación (Hebreos 5:9); eso significa que Dios da el primer paso. Él toma la iniciativa.

Y tiene que hacerlo, porque estamos muertos en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:1). Lo amamos porque Él nos amó ¿cómo? primero (1 Juan 4:19).

Pablo le dice a la iglesia en Tesalónica:

Siempre doy gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos, amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación (2 Tesalonicenses 2:13)

A lo largo de Su ministerio, Jesús nunca dudó en enseñar la verdad de la elección. Por ejemplo, en Juan 6:44 dijo:

Ninguno puede venir a mí si el Padre que me envió no le trajere“. Juan 13:18, “Yo sé a quienes he elegido“.

En el aposento alto, antes de Su crucifixión, habló nuevamente de la elección divina cuando les dijo a sus discípulos en términos inequívocos:

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca (Juan 15:16).

Cuando se predicó el evangelio después de la resurrección y la iglesia primitiva comenzó a evangelizar su mundo, Lucas registra que después de un sermón de Pablo y Bernabé,

Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. (Hechos 13:46-49).

Ahora tenga en cuenta un par de cosas. Primero, los escritores de la Biblia no responden a todas las preguntas que obviamente surgen en torno a esta doctrina. De hecho, ni siquiera intentan armonizarlo con la otra cara de la moneda que enfatiza nuestra respuesta a la iniciativa de Dios creyendo en el evangelio y arrepintiéndonos de nuestro pecado.[xii]

Eso sería un intento de armonizar una verdad eterna, desde la perspectiva de Dios, con una verdad terrenal, desde nuestra perspectiva.

Podemos entender nuestra voluntad, y la decisión que tomamos de creer en el evangelio y confiar en Cristo, podemos entender esa parte.

Pero solo podemos creer el lado de Dios, porque la Biblia nos revela clara y simplemente que fuimos elegidos por Dios incluso antes de nacer. Pero no podemos entenderlo bien.

Entonces, el creyente no solo vive en tensión entre dos mundos; vive en tensión entre dos verdades.

Dios nos eligió, en la eternidad pasada. Esa es la elección divina. Elegimos a Dios, en un momento específico. Esa es la voluntad humana que actúa con fe en la obra inicial de gracia de Dios.

Y, por cierto, la Biblia deja en claro que ambas son absolutamente necesarias para la salvación. De hecho, las Escrituras tienden a enfatizar una verdad en ciertos escenarios y la otra verdad en otros escenarios. La salvación involucra a ambos aspectos.

Cuando Pablo y Silas fueron liberados milagrosamente de la prisión después de un terremoto, el carcelero, que evidentemente había escuchado a Pablo predicar – y luego lo escuchó cantar un dúo con Silas en la prisión – se apresuró a ir a donde estaban y dijo: “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” Y Pablo no dijo: “Bueno, escucha, si estás haciendo ese tipo de pregunta, obviamente eres un elegido, así que no te preocupes… obviamente estás dentro”.

No, Pablo le respondió a este carcelero:

Cree en el Señor Jesús y serás salvo (Hechos 16:31).

Me parece interesante que Pablo tampoco dijo: “Cree en el Señor Jesús porque ya eres salvo”.

“Quiero decir, ya que estás preguntando cómo puedes ser salvo, es obvio que Dios el Padre ya ha tomado la iniciativa de abrir tus ojos al evangelio, por lo que realmente no necesitas hacer nada más.” No, Pablo dijo: “Cree en el Señor Jesucristo – pon tu fe en él – y serás salvo”. Y lo fue.

Tal vez se esté preguntando, ¿cómo sé si soy uno de los elegidos? ¿Cómo sé si he sido elegido por Dios?

Quiero decir, ¿no dijo Pedro que el creyente debe hacer firme su vocación y elección? (2 Pedro 1:10). Note que Pedro no le dijo que se sintiera seguro de su elección, sino que se asegure de su elección.

Eso no tiene nada que ver con cómo se siente. Tiene todo que ver con Aquel en quien confía para asegurar su elección.

Charles Spurgeon, el gran pastor y maestro de Londres a mediados del siglo XIX, a menudo habló sobre las doctrinas de la gracia. Él también fue un escritor y en uno de sus libros leí lo siguiente – allí presentaba un equilibrio y gran aliento para el creyente.

Comentando el texto en 1Tesalonicenses 1:4 donde Pablo escribe: “Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección“, Spurgeon escribe: Muchas personas quieren saber de su elección antes de [confiar] en Cristo. Pero la elección no se puede conocer de esa manera; sólo se descubre mirando a Jesús. Si desea asegurarse de su elección, hágase estas preguntas que van a asegurar su corazón.

¿Se [considera] un pecador perdido? Vaya enseguida a la cruz de Cristo, dígaselo a Jesús y dígale que ha leído en la Biblia:

“Al que a mí viene, no le hecho fuera”. Mire a Jesús y crea en Él, y tendrá prueba de su elección; porque tan ciertamente como usted cree en Él, usted es elegido. Si se entrega por completo a Cristo y confía en Él, usted es uno de los elegidos de Dios. Pero si se detiene y dice: “Primero quiero saber si soy elegido”, no sabe lo que está preguntando. Deje en paz toda pregunta curiosa sobre la elección. Vaya directamente a Cristo y escóndase en sus heridas. Así conocerá su elección. Recibirá la seguridad del Espíritu Santo, para que diga: “Sé a quién he creído y estoy seguro que es poderoso para guardar lo que le he confiado“. Vaya y ponga su confianza en Él, y Su respuesta será: “Con amor eterno te he amado“. Luego Spurgeon termina con esta declaración profunda, pero simple y sabia… No habrá duda de que Él le ha elegido a usted, cuando usted lo ha elegido a Él.[xiii]

Tenga en cuenta que aquí Pedro está hablando del tema de la elección para animar a estos creyentes. No para que se pongan a debatir. No para no crear dudas, sino para provocar en ellos gozo y gratitud a Dios por su gracia eterna y soberanía divina.

Y aquí está la aplicación práctica de esta doctrina: estos cristianos dispersos tenían todos los motivos para para creer que quizás Dios no estaba en control del caos o que de alguna manera se habían escapado del radar Divino, que los había perdido de vista, o peor aún, que ya no los amaba ni se preocupaba por ellos.

Y habrían tenido muchos fracasos en su dispersión, muchos momentos egocéntricos, muchas dudas y recelos, mucho pecado… Quizás Dios se había cansado de ellos.

Entonces Pedro les informa que fueron escogidos por Dios para ser el pueblo de Dios, como para recordarles que, si Dios los escogió antes de la fundación del mundo, ¡Él no iba a abandonarlos ahora! Y a usted tampoco.

Si Él lo ha amado desde la eternidad y usted abrió sus ojos ciegos a la verdad del evangelio… Él no dejará de amarle hasta que la eternidad llegue a su fin… y eso nunca sucederá.

Usted no es un accidente, ha sido escogido por Dios. Todo en cuanto a usted, desde su concepción hasta su nacimiento, su nuevo nacimiento, cada habilidad y cada discapacidad, todo sobre su pasado, presente y futuro va de acuerdo con el plan soberano de Dios.

¡Y Él le ha dado de su gracia generosa y Su amor eterno e increíble simplemente porque Él lo eligió! ¡Lo amamos porque Él nos amó primero!

Quizás usted ha sentido la tristeza y el dolor de que lo elijan de los últimos cuando armaban los equipos en el colegio… si es que lo elegían. A los capitanes solo le quedan un par de personas para escoger, lo que hacen a regañadientes. Con cara desencantada uno elige al que cree que menos va a estorbar, uno que pueda poner a donde la pelota nunca llegue. Y luego eligen a los últimos de a dos – “Tú y tú” – porque no hay diferencia. Y los demás, los que sobran – van al banquillo – “Si yo escojo a este, tú tienes que llevarte a este”, a veces negociaban.

No se usted, pero yo esperaba con ansias que me eligieran primero, que el capitán dijera: “¡Tu! ¡Yo lo quiero a él! ¡Vamos!” Pero nunca me han elegido con mucho entusiasmo.”[xiv]

Querido creyente, piense en esto. ¡Dios lo eligió a usted! ¡con entusiasmo! No diciendo “Ok, tú y tú… y bueno también tú, vamos”. Al contrario, ¡Yo te elijo a ti!

¿Se imagina cuánto animó esta verdad a estos cristianos dispersos, marginados, despreciados, incomprendidos, desplazados y maltratados? ¿y a todo cristiano hasta el día de hoy?

Rechazado por el mundo… elegido por Dios para siempre.

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el 2016

© Copyright 2016 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] Juan R. Sanchez, 1 Peter For You (The Good Book Company, 2016), p. 15

[ii] Adapted from Russell Moore, Onward (Broadman & Holman, 2015), p. 9

[iii] Adapted from Moore, p. 7

[iv] Charles R. Swindoll, Insights on James and 1 & 2 Peter (Zondervan, 2010), p. 147

[v] Adapted from Swindoll, p. 147

[vi] Swindoll, ,p. 147

[vii] Scot McKnight, 1 Peter (Zondervan, 1996), p. 47

[viii] Adapted from John MacArthur, 1 Peter (Moody Publishers, 2004), p. 15

[ix] Adapted from D. Edmond Hiebert, 1 Peter (BMH Books, 1992), p. 49 & from Duane F. Watson and Terrance Callan, First and Second Peter (Baker Academic, 2012), p. 8

[x] William Barclay, The Letters of James and Peter (Westminster Press, 1976), p. 166

[xi] Hiebert, p. 46

[xii] Adapted from Hiebert, p. 46

[xiii] Charles Spurgeon, Morning and Evening (Hendrickson Publishers, reprinted 1995), p. 398

[xiv] Adapted from: http://www.preachingtoday.com/illustrations/2000/june/12499.html

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