Lección 2: La Verdad Acerca de los Problemas

Lección 2: La Verdad Acerca de los Problemas

Pasaje Bíblico: Santiago 1:2-12.

¿Son evitables los problemas en la vida del cristiano? ¿Cuál debe ser nuestro pensamiento y nuestra actitud al enfrentar problemas? Descubrámoslo juntos al estudiar los primeros versículos de la epístola de Santiago.

Transcripción

Introducción

Nunca voy a olvidarme de esta frase que dijo uno de mis profesores de seminario. “Dios nunca va a usarte antes de haberte lastimado.”

La razón por la cual nunca voy a olvidarme de esto es porque cuando lo dijo, pensé que se había vuelto loco. ¡Que pesimista! Recuerdo haber pensado, “En esto sí que se equivoca. Sufrir y ser útil no van necesariamente de la mano.”

Con el tiempo, me empecé a dar cuenta que él tenía razón.

Querido oyente, el poner la fe en práctica en su vida tiene más que ver con la forma en que responde a los problemas que quizás cualquier otra cosa en su vida.

Así que, no es de sorprenderse que, en esta pequeña epístola, mientras Santiago comienza su desafío a cada creyente a poner su fe en práctica, él nos presenta inmediatamente la verdad acerca de los problemas.

No pase por alto que la audiencia original de Santiago estaba en problemas. Es común ignorar la última parte del versículo 1, pero preste atención a lo que dice. Santiago está escribiéndole,

a las doce tribus que están en la dispersión.

En general, la palabra ‘dispersión’ (diáspora en griego) hace referencia a los judíos que estaban viviendo fuera de Israel.

La palabra diáspora puede traducirse “esparcidos,” como las semillas que el agricultor esparce con la mano. De hecho, la dispersión de estos judíos creyentes llegó a ser equivalente a la dispersión de las semillas del evangelio.

Más específicamente para la audiencia de Santiago, muchos de estos judíos habían sido esparcidos por causa de la persecución. El emperador Romano Claudio estaba exiliando a los judíos de su tierra y aún de Roma también.

La vida era insegura para ellos. [i]

Pero los Judíos que comenzaron a seguir a Cristo tenían el doble de problemas. Al ser judíos eran odiados y perseguidos por los gentiles; y ahora, al ser cristianos, eran perseguidos y rechazados por su propio pueblo.[ii]

¡Esos sí que son problemas! Ellos tenían problemas de todo tipo.

Todo había cambiado en sus vidas. Ellos habían sido literalmente esparcidos por el mundo; obligados a dejar sus hogares y correr por sus vidas a otras ciudades y aldeas.

Usted sabe lo difícil que es mudarse – cuando uno quiere y tiene el tiempo para prepararse y todo.

Todos los detalles… los planes, el empaque, el estrés, las horas, las preguntas…

¿Pero qué pasaría si escuchara en el noticiero de la tarde que todo el que cree en Jesucristo como Señor y Salvador, ya no tienen permiso de vivir en su ciudad, y que todos los cristianos tienen una hora para dejar sus hogares, y salir de la ciudad – y el quedarse está penado con la muerte?

Imagínese tirar todo lo que puede en cajas y maletas y salir corriendo por su vida.

Así que, cuando uno lee las palabras, “a las doce tribus que están en la dispersión….” – detrás de esas palabras existe una gran cantidad de problemas, estrés, interrogantes y sufrimiento.

Tal vez, es por eso que Santiago va directamente al grano. Apenas termina de decir ‘hola,’ y Santiago comienza a hablar del tema principal que está en la mente de estos judíos exiliados, y de todos los que quieren poner su fe en práctica, ¿Qué hacemos cuando estamos rodeados de problemas?

Así que, Santiago comienza esta epístola respondiendo una pregunta que él sabía que estos hermanos tendrían en mente – la misma pregunta que muchos creyentes se han hecho a lo largo de los siglos.

 

La Premisa

Santiago capítulo 1, versículo 2 dice:

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas…”

Quiero que comience subrayando en su Biblia y en su mente, la palabra “cuando,” allí en el versículo 2.

  1. La primera verdad acerca de los problemas, es que son inevitables.

Santiago no dijo: “tened por sumo gozo si es que se encuentran en diversas pruebas.” Sino “cuando os halléis en diversas pruebas.”

Al comienzo de la epístola, Santiago nos está diciendo a todos qué podemos esperar de los problemas. Las pruebas son parte de la vida. De hecho, uno no tiene que ir buscando problemas – los problemas lo van a encontrar a usted.

Hay muchas personas, bien intencionadas, que creen que si uno tiene suficiente fe, los problemas van a desaparecer de su vida. Si uno realmente está siguiendo a Jesús, los problemas, las pruebas y tribulaciones van a convertirse en algo del pasado y usted va a vivir en un mundo color de rosa, con salud, dinero, un trabajo soñado, relaciones perfectas, y una vida sin problemas.

Pero eso no es lo que dice la Biblia. Eso no es lo que dice Santiago. Él dice, “…tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas.”

Tendría más sentido para nosotros si él hubiera dicho, “tened por sumo gozo cuando escapen de varias pruebas” ¿no es así?

Uno creería que el gozo estaría más relacionado con escapar las pruebas que con atravesarlas.

El gozo debería de ser la ausencia de pruebas ¿o no? Si uno es esclavo de Dios y quiere obedecer a su amo, el Señor Jesucristo, seguramente las pruebas deberían convertirse en cosa del pasado ¿No le parece?

Jesucristo dijo algo muy diferente en Juan 16:33. Él dijo: “En el mundo tendréis aflicción.” En Mateo 6:34 les dijo: “Basta a cada día su propio mal.” Pablo le dijo a los creyentes en Hechos 14:22, “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.”

En otras palabras, la experiencia cristiana es algo distinta, no por la ausencia de pruebas, sino por la presencia de las mismas.

Santiago dice, “cuando,” no “en caso de…”

Como verá, en un sentido, los creyentes de cada nacionalidad el día de hoy son el pueblo disperso de Dios – como semillas de su mano, esparcidas por Su soberanía por todo el mundo para ser luz y sal.

Warren Wiersbe dijo “Nosotros no somos Su pueblo cobijado, sino Su pueblo dispersado.”[iii]

 

  1. De hecho, la segunda verdad que Santiago nos revela en cuanto a los problemas, es que las pruebas no solo son inevitables, sino que son ilimitadas.

Él dice al final de esta frase que vamos a hallarnos

“…en diversas pruebas.”

La palabra griega para ‘diversas,’ nos da la idea de que la vida del Cristiano será salpicada y moteada con pruebas de todos tamaños, formas, y colores.[iv]

Dicho de otra manera, las pruebas pueden afectar su salud, sus finanzas, sus relaciones, su bien estar futuro; su trabajo; su pasado; sus esperanzas, sus hijos, etcétera.

Los problemas son tan variados como los colores del arco iris.

Santiago nos dice que las pruebas y los problemas, no solo son inevitables, sino que son ilimitados.

 

  1. La tercera verdad que él nos da es que las pruebas son inesperadas.

            Santiago escribe,

“…tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas.”

Esa palabra, “halléis,” se podría traducir “caigáis.” Creo que esa es una mejor traducción ya que transmite mejor la idea de algo pronto e inesperado.

Esta palabra que solo aparece dos veces en el Nuevo Testamento; una vez en Hechos 27, cuando el barco que llevaba al apóstol Pablo a Roma encalló, o se atascó de repente, y comenzó a despedazarse.

El otro lugar es en Lucas 10, cuando el Señor está contando la parábola de un hombre que viajaba a Jericó y cayó en manos de ladrones (10:30).

De repente y sin advertencia previa, este es sorprendido por los ladrones, queda rodeado de problemas y no tiene forma de escapar. Esa es la idea que se nos presenta aquí en Santiago capitulo 1 en cuanto a las pruebas.

Ahora, ¡Seguramente Santiago va a decirnos cómo podemos escapar de esto! No, Santiago no nos dice como escapar; él nos dice que hacer cuando nos encontramos con las pruebas.

Podríamos leer el versículo 2 de esta manera:

“Hermanos, cuando caigan en una variedad de pruebas, considérense dichosos.”

Ahora, puede que esté tentado a pensar de Santiago lo mismo que yo pensé de mi profesor de seminario – Este hombre se volvió loco.

O capaz piense, “bueno, es un apóstol, se supone que diga cosas como esa.”

Primero que nada, asegúrese de que no está malentendiendo lo que Santiago dijo. El no dijo que usted iba a disfrutar sus pruebas.[v]

Él no está diciendo que al entrar al hospital, tenemos que decirle a todo el mundo, “Vamos, animo, Santiago dice que tenemos que sonreír.”

No, Santiago dice “tened por sumo gozo – considérese dichoso.”

La palabra “tener o considerar” es un término financiero que significa “calcular, contar, estimar, sumar, evaluar.”[vi]

El creyente que comprende que es un esclavo de Dios –versículo 1 – puede tener gozo cuando está en medio de sus pruebas porque vive para las cosas que más importan.

Su evaluación – la forma en que considera las cosas – es totalmente diferente ahora que vive para la gloria de Dios.

De hecho, el creyente entiende que las pruebas tienen valor. Santiago va a mostrarnos eso a continuación. Las pruebas nos conforman a la imagen de Cristo.

Es por eso que Satanás quiere que las pruebas nos derroten, mientras que Dios las usa para moldearnos.

Es con este tipo de confianza…es con este tipo de sumisión, como esclavos de Dios, que podemos evaluar las pruebas con un espíritu gozoso en vez de un espíritu quejumbroso, amargado, y resentido.

Así que, en las primeras palabras de Santiago encontramos esta premisa: Considérenlo como sumo gozo, mis hermanos, cuando se encuentren en diversas pruebas. ¿Por qué? Porque Dios tiene un propósito en mente.

Antes de examinar el producto de la prueba, hay algo que quiero que entendamos acerca de esta frase.

Quiero que recuerde esta premisa básica del libro de Santiago: aquí va – usted no puede elegir sus pruebas en la vida… Pero usted si puede elegir como responde ante ellas.

Uno no puede escoger sus pruebas… pero si puede escoger su respuesta.

Hablando por experiencia, como prisionero de los Nazis en un campo de concentración, el Dr. Víctor Frankl dijo lo siguiente: “A un ser humano se le puede sacar todo excepto esto, la libertad de escoger su actitud en cada circunstancia.” Cuan cierto. Las pruebas pueden quitarnos todo excepto nuestra libertad de escoger la actitud con la que las enfrentamos.[vii]

No podemos escoger nuestras pruebas… pero si como respondemos ante ellas.

 

El Producto

Santiago continua en el versículo 3 diciendo – y aquí está el producto de la prueba:

“sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.

Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”

La palabra traducida ‘paciencia’ es una palabra compuesta en el griego que significa “estar debajo,” es la habilidad de permanecer firme bajo presión.[viii]

Santiago dice, “Quiero que sepan que cuando su fe es desafiada, el resultado será paciencia/constancia.”

Como los pulmones que se desarrollan por medio del ejercicio. Uno puede estar más tiempo debajo del agua, o puede correr mucho más. Su fe práctica, que vive en público, tiene mayor resistencia.

Note como Santiago exhorta a los creyentes en el versículo 4, 

“Mas tenga la paciencia su obra completa…”

En otras palabras, no tome atajos cuando Dios está obrando en su vida a través de las pruebas. No trate de escaparse. Permita que Él desarrolle en usted paciencia y constancia – deje que la paciencia tenga su perfecto resultado.[ix]

¿Y cuál es ese resultado? La última parte del versículo 4 dice:

“…, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”

Y todos dicen inmediatamente, “Para que voy a intentar…es imposible que sea perfecto. Todos los problemas y tribulaciones en mi vida no me han acercado ni un centímetro a la perfección. Así que pienso que no hace falta que me anote en la clase de resistencia.”

Bueno, querido oyente. Es importante notar que la palabra traducida ‘perfecto’ hace referencia a tener una relación pura con Cristo, sin afectos divididos. Usted es su esclavo, recuerde el versículo 1.

Las pruebas tienen una forma de hacer esto, ¿no es así? En medio del sufrimiento, todo lo que el mundo ofrece deja de tener importancia y lo que realmente importa se convierte en nuestro enfoque.

Uno deja de aferrarse al mundo y a uno mismo, a sus pertenencias, a querer tener el protagonismo. Su enfoque pasa a ser Cristo y su suficiencia.[x]

Usted comienza…

“…a correr con paciencia la carrera que tenemos por delante,

puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

…Uno comienza

“a mirar a Cristo, quien sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.” (Hebreos 12:1-3)

Santiago dice que las pruebas producen un afecto único por Cristo; y luego, en el versículo 4, dice que las pruebas producen madurez.

A todo esto, Santiago usa la palabra “perfecto” y “maduro” más que cualquier otro escritor del Nuevo Testamento. [xi]

La madurez es algo muy importante para Santiago. Y desde luego, porque la fe que importa – la fe que marca la diferencia en la vida – es la fe madura, la fe en crecimiento.

Las pruebas nos son cursos opcionales en la escuela de madurez de Dios, son cursos obligatorios.[xii]

Uno tiene que hacer la tarea y tomar los exámenes.

En mi oficina tengo encuadrado un hermoso escrito que dice en parte:

Cuando Dios quiere entrenar a un hombre

Y emocionar a un hombre

Y facultar a un hombre

Cuando Dios quiere moldear a un hombre

Para hacer una obra noble;

Él perfecciona implacablemente

A quien escoge.

¡Como lo martilla y lo hiere

y con fuertes golpes lo cambia

en distintas formas preliminares

que solo Dios entiende!

¡Como lo dobla, pero nunca lo quiebra!

Pero ¡Como Él usa a quien escoge!

Pues con cada cosa que ha hecho

Mejor lo ha preparado

Para reflejar su gloria y esplendor.

Dios siempre supo que era lo mejor.

Ahora, Santiago es realista. Él sabe que para que aceptemos esta premisa y adoptemos una actitud de gozo en medio de los problemas, y luego que permitamos que la prueba produzca madurez en nuestra fe, hay un problema, o dos.

 

El Problema

¡El primer problema que tenemos es que simplemente no entendemos! Vamos a necesitar sabiduría para ver más allá del martillo, más allá del cincel, y ver la mano del maestro obrando.

Vamos a necesitar sabiduría para creer que la presencia de las pruebas no significa que Dios ha desaparecido. Vamos a necesitar ayuda para crecer y madurar.

Yo tengo cuatro hijos, y con los cuatro tuve el mismo problema… que por ahí por los 8 meses se convirtió en un gran problema. Ellos no quería dormir en la cuna en su habitación. Se la pasaban llorando y llorando hasta que los fuéramos a buscar.

Mis hijos, al igual que los suyos, asumían que ya que no podían vernos, nosotros estábamos ausentes.

Como cualquier padre, tenía que ir y poner en brazos a mis hijos por un rato y luego dejarlos  nuevamente en su cuna. Lo que uno quiere como padre, es que su hijo aprenda a irse a dormir sin que usted esté presente en la habitación.

Una de señal de madurez mental y física es que el niño puede dormirse cuando está solo.

Una señal de madurez espiritual es saber descansar cuando Dios parece estar ausente.

Y Santiago sabe que cada uno de nosotros necesita ese tipo de crecimiento; pero nosotros no lo entendemos, y necesitamos (como dice el versículo 5) pedirle sabiduría a Dios.

Si usted necesita sabiduría para evaluar los problemas en su vida y tener gozo mientras los soporta, pídale a Dios, que a todos le da. Me encanta esa frase ‘a todos.’ Dios no tiene favoritos. Él no dice, “Usted no es uno de los estudiantes selectos, así que no va a recibir tanta sabiduría como los que tienen mejor promedio.” ¡No!

Dios le da a todos –y fíjese en esto – generosamente y sin reproche – “esto es, sin insulto.”[xiii]

Dios nunca le va a decir: ¿Necesitas sabiduría para eso? ¡Pero si eso es fácil! Dios nunca le va a decir, “¿Otra vez?”

El da.

Note que Santiago no dice “Si algún hombre necesita conocimiento, pídalo a Dios.”

Hay una gran diferencia entre el conocimiento y la sabiduría. Conocimiento son datos – información que uno aprende. Sabiduría es saber cómo usar lo aprendido de manera correcta.

La humanidad tiene el conocimiento suficiente como para poder viajar a la velocidad del sonido. Por el otro lado, la humanidad no tiene la sabiduría para ver que cada vez va más rápido en la dirección equivocada.[xiv]

¿Y no le parece interesante que Santiago nos dice que lo que debemos pedirle a Dios es sabiduría? ¿Por qué no pedirle fuerzas, gracia, o liberación? Porque necesitamos sabiduría para no desaprovechar las oportunidades que Dios nos da para crecer en la fe y la madurez espiritual.

En su comentario de Santiago, Warren Wiersbe cuanta acerca de una secretaria de su iglesia que estaba pasando por varias pruebas. Su marido había perdido la vista y ella había tenido un leve accidente cerebro-vascular. Luego su marido se enfermó y tuvo que ser internado. En el hospital, casi todos pensaban que él no se iba a recuperar. Wiersbe escribe: “La vi en la iglesia un domingo y le dije que estaba orando por ella. A lo que ella me respondió: ¿Y que es lo que le está pidiéndole a Dios? El pastor Wiersbe le respondió, “Bueno, le estoy pidiendo a Dios que la fortalezca y que la ayude.” Ella le respondió: “Le agradezco por eso, pero quiero que ore pidiendo una cosa más. Ore para que yo tenga la sabiduría para no desaprovechar todo este sufrimiento.”

Ella sabía el significado de Santiago 1:5 – que debemos pedirle sabiduría a Dios para que nuestro sufrimiento produzca paciencia/constancia y no lo desaprovechemos.[xv]

Santiago ahora pasa a darnos una advertencia. Mire lo que dice el versículo 6,

“Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. [siendo un hombre de doble animo].”

Y quizás esté pensando: “Bueno, eso me deja afuera. Sé que necesito sabiduría, pero a veces dudo que Dios me la va a dar.”

Y es verdad que una lectura casual de ese pasaje da esa impresión, pero, en realidad, eso no es lo que dice este versículo. Lo que Santiago está haciendo es describir al hombre impío, de la misma forma que lo describe el profeta Isaías– como un mar turbulento.

El termino “de doble ánimo,” se traduce de forma literal como, “de doble alma.” Un hombre que tiene dos almas o dos corazones – dos direcciones.

Santiago aquí está hablando da alguien que cambia de lealtad constantemente. Como verá, este es un problema mucho más profundo que dudar que Dios va a responder su pedido. Esto realmente tiene que ver con la falta de disposición de una persona para vivir en la voluntad de Dios.[xvi]

Un autor llama a este hombre de doble ánimo, “una guerra civil con pies,” porque lucha consigo mismo todo el tiempo entre confiar y desconfiar en Dios.[xvii]

Así que tenemos que entender que Santiago no está hablando de alguien que duda honestamente, y asume que Dios probablemente tiene cosas más importantes que hacer que responder su oración,.

Santiago está describiendo a una persona que dice querer la guía de Dios en su vida, pero que en realidad está abierto a considerar otras opciones.

Santiago dice, efectivamente, “Nadie va a recibir sabiduría de parte de Dios hasta que su única opción sea someterse obedientemente a Dios.”

Hasta entonces, Santiago escribe en el versículo 8, “este hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.” La palabra “inconstante” proviene de una palabra que significa “ser incapaz de comprometerse con algo.”[xviii]

Nos da la idea de una persona que un día se inclina hacia Dios y el próximo se inclina hacia el mundo.

Así que pida con fe – que significa que se ha decidido a querer la sabiduría de Dios para poder obedecer a Su voluntad.

 

La Perspectiva

Ahora, varios eruditos de la Biblia creen que el libro de Santiago es un sermón que alguien anotó.

Una posible indicación de que este sea el caso, es que Santiago emplea buena homilética e incluye ilustraciones en medio de sus puntos.

Note la ilustración en el versículo 9.

      “El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba.

      Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.”

Lo que Santiago dice con esta ilustración es que, al enfrentar el sufrimiento, el creyente pobre y el creyente rico se dan cuenta que se encuentran en la misma situación. Ambos tiene un nuevo estatus en Cristo y es en Cristo que ellos deben confiar.

El creyente pobre necesita considerar su posición de rey y sacerdote, incluso cuando la vida le dice que es de todo, menos un miembro de la familia real y santa de Dios.

El creyente rico necesita recordar que su confianza no puede estar en las riquezas, porque estas pueden desaparecer de la misma manera que una flor se marchita.

 

La Promesa

Pero aquí encontramos al hombre verdaderamente feliz – versículo 12,

“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.”

El versículo 12 es la última parte de la exposición de Santiago en cuanto a las pruebas.

Está escrito en forma de bienaventuranza. ¡Bienaventurado el hombre! Literalmente, “Feliz, o satisfecho es el hombre que persevera.”

Este no es un simple deseo: “Que Dios le bendiga” o “Espero de todo corazón que sea satisfecho.” No.

Este versículo es un veredicto. Usted ya es bendecido – usted está satisfecho – ahora y siempre, ya que recibirá la corona de vida. [xix]

Santiago no está queriendo decir que usted puede obtener vida eterna si soporta el sufrimiento; él está diciendo que el creyente puede obtener una corona –una recompensa única por haber sufrido con gozo.

Usted no escoge sus pruebas… pero usted escoge como responde ante ellas. Y un día será premiado por cada vez que respondió con fe, oración, sabiduría y gozo.

Concluyo con una historia que solía contar el Dr. Howard Hendricks, quien fue pastor y profesor de Biblia en Estados Unidos.

Una vez, Hendricks tuvo la oportunidad de jugar a las damas con el campeón del pueblo. Hendricks, para entonces, era un joven confianzudo que sintió que era lo suficientemente bueno como para ganarle al veterano. El partido comenzó, y después de un par de movimientos, su oponente puso una pieza en la línea de fuego y dijo “sáltame.” Hendricks saltó la pieza triunfantemente y la quitó del tablero. Él pensó que tenía el juego dominado cuando su oponente puso otra de sus piezas en peligro y dijo, “tienes que saltarme otra vez.” Hendricks felizmente tomó la pieza. Y allí fue cuando su anciano oponente tomó una de sus piezas y empezó a saltar, y saltar, y saltar, y saltar una pieza tras otra. Su pieza saltó a través de todo el tablero, eliminando cuatro de las piezas de Hendricks con una precisión extraordinaria. La pieza de su oponente cayó en territorio de coronación. “Coróname” le dijo, y después de eso, perdió toda oportunidad de ganarle. Rápidamente, Hendricks perdió todas sus piezas y, por ende, el juego.

Luego, el Dr. Hendricks decía. “A ningún buen jugador de damas le importa perder una pieza ocasionalmente, [y lo va a hacer gozosamente], mientras que sepa que va de camino a ser coronado.”[xx]

Querido oyente, usted no puede escoger sus pruebas… pero si puede escoger como responder ante ellas. Y ánimo, porque, por la gracia de Dios, todos nosotros que hemos depositado nuestra fe y confianza en el Señor Jesucristo un día podremos cambiar todas esas cruces por una corona.

Así que siga en el partido de la vida… ya que el día se acerca cuando todo su sufrimiento se convertirá en gozo, y todas sus pruebas en coronas.

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey

© Copyright 2010 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] Charles R. Swindoll, James: Practical and Authentic Living (Insight for Living, 1991), p. 3.

[ii] Warren W. Wiersbe, Be Mature: James (Victor Books, 1979), p. 11.

[iii] Wiersbe, p. 23.

[iv] Swindoll, p. 17.

[v] D. Edmond Hiebert, James (BMH Books, 1992), p. 64.

[vi] Fritz Rienecker & Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 721.

[vii] Swindoll, p. 18.

[viii] Spiros Zodhiates, The Work of Faith (AMG Publishers, 1985), p. 26.

[ix] Phil Newton, Expository Sermons in James (Southwoods Baptist Church, 2005), p. 5.

[x] Ibid, p. 6.

[xi] David P. Nystrom, NIV Application Bible: James (Zondervan, 1997), p. 49.

[xii] John Phillips, Exploring the Epistle of James (Kregel, 2004), p. 28.

[xiii] Nystrom, p. 51.

[xiv] R. Kent Hughes, James (Crossway Books, 1991), p. 27.

[xv] Wiersbe, p. 29.

[xvi] Nystrom, p. 75.

[xvii] Hiebert, p. 74.

[xviii] Zodhiates, p. 44.

[xix] Hiebert, p. 82.

[xx] Phillips, p. 42.

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