Lección 31: Cómo Aprovechar Su Vida al Máximo

Introducción

Un periodista secular lo expresó muy bien cuando escribió: “Dentro de cada anciano hay un joven preguntándose qué pasó”.[i]

Dentro de cada persona mayor, hay un joven que se pregunta a sí mismo –y tal vez en voz alta – ¿cómo se pasó la vida tan rápido?

Y todos tienen más de una historia para contar cómo sucedió tal acontecimiento impredecible y cuando pasó tal serie de cosas de pronto y aparentemente sin ninguna explicación.

La vida es rápida y está llena de cosas inesperadas e inexplicables.

Si estuvo con nosotros en el último estudio, cuando empezamos el capítulo 11 de Eclesiastés, recordará que Salomón básicamente nos dijo que no debemos permitir que los eventos inesperados en la vida nos paralicen de miedo. Él continuó desafiándonos a no dejar que los eventos inexplicables de la vida nos roben la alegría.

¿Cómo lo hacemos? Bueno, a estas alturas de su diario personal, Salomón está trayendo a Dios de nuevo a la escena de la vida aquí debajo del sol.

Ese sentido de seguridad y alegría sólo se da cuando reconocemos que lo inesperado para nosotros fue orquestado por el plan de Dios para nuestras vidas.

Y lo que es inexplicable para nosotros, es totalmente conocido y entendido por la sabiduría de Dios.

Aprecio la letra de una canción cristiana que habla de este camino de fe que transita el creyente, y con una gran perspectiva bíblica dice:

Nosotros vemos el presente claramente

Pero Él ve desde el principio hasta el final

Dios va tejiendo hábilmente tu vida y la mia

Para que un día seamos como Él

 

Dios es demasiado sabio para equivocarse

Es demasiado bueno para ser cruel

Así que cuando no entiendas

Cuando no veas Su plan

Cuando no puedas sentir Su mano

Confía en Su corazón[ii]

Cuando entienda lo que pasa, cuando no vea su mano, confíe en el corazón, el perfecto carácter integro sabio y amoroso de su Soberano Salvador.

Salomón es ahora un anciano, y como cualquier persona mayor que teme a Dios y se preocupa por el pueblo de Dios, está a punto de acercarse y tener una importante conversación con los jóvenes. Él va a darles unos consejos inspirados mientras reflexiona en su vida.

Y hay un sentido de urgencia en el inspirado consejo de Salomón. Sin duda está pensando en su propio hijo que pronto sería coronado como rey de Israel. Estamos a punto de leer aquí una sorprendente conversación de padre a hijo.

Pero la intención de Dios el Padre es acercar la silla por así decirlo, mirar a cada joven a los ojos, darles su consejo que da dirección, protección y satisfacción en la vida, a través de este pasaje.

Dios quiere que hagamos las cosas bien desde lo antes posible.

Le invito a seguir la lectura de estos dos versículos de la Escritura:

Eclesiastés 11, versículos 9 al 10:

Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad” Eclesiastés 11:9-10

Esta es una conversación increíblemente profunda. Hay tantos principios importantes compactados en tan pocas palabras.

Permítanme ir desglosando el consejo divino para los jóvenes a través de las palabras de Salomón en tres afirmaciones.

La primera puede sorprenderlo, aquí está:

¡Disfrute de su Juventud!

Mire el versículo 9 otra vez: sólo la primera parte:

Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia” Eclesiastés 11:9a

Quizás observó que este mismo mandamiento aparece en el versículo 8 – para creyentes de todas las edades – regocíjese en todos sus años.

Pero ahora Dios aplica este consejo directamente al corazón de cada joven.

Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia.

Salomón no dice: “Escucha, eres joven, pero no olvides que un día serás viejo”.[iii]

Eso echaría un balde de agua fría en el joven que está entusiasmado con la vida.

Salomón no escribe aquí: “Eres joven, pero no olvides que no falta nada para que un día seas viejo como yo”.

Lo que él escribe es: Eres joven ahora, así que disfruta al máximo los días de tu juventud.

Este texto me ha traído convicción personalmente, porque me he dado cuenta de que estado haciendo comentarios a los más jóvenes y a los padres jóvenes como: “Disfruta estos días, porque en un abrir y cerrar de ojos se habrán ido. Antes de que te hayas dado cuenta habrán quedado en el pasado”. Es verdad, pero no es la mejor forma de decirlo. Trae melancolía y desánimo en lugar de edificación y aliento.

Aún me acuerdo de la vez en que mi esposa había logrado abrigar a nuestros gemelos y salimos juntos de la casa; Ella estaba sosteniendo la puerta para que entráramos a una tienda y yo empujaba el cochecito con los gemelos, cuando una mujer un poco mayor que nosotros pasaba se detuvo, sonrió y me preguntó: “¿Son gemelos?”. Le dije: “Sí, ¿los quiere? Podemos pagarle para que les enseñe a ir al baño”. Ella sonrió y nos dijo algo que fue como música para los oídos de mi esposa especialmente. Ella dijo: “Yo tengo gemelos… se vuelve más fácil con el tiempo”.

Eso fue realmente alentador. Usted va a sobrevivir – disfrute lo que tiene ahora. Aproveche el hoy.

Y esto es especialmente importante para la gente joven, porque ¿qué es lo que quieren? Quieren crecer. En algún momento de la vida esto se invierte.

Uno de mis nietos cumplió 6 años y pronto nos mostró que no podía esperar a tener más. Él me dijo: “Luego cumpliré 7”. O sea, que importan los 6, él quería tener 7. Y siguió diciendo: “Y luego tendré 8”.

No podemos esperar a crecer; a ir a la escuela, no podemos esperar a ser mayores de edad, a poder conducir o a graduarnos. Todas esas cosas tiene un lado positivo, pero también hay otro negativo cuando uno crece. Cada etapa tiene su belleza y sus limitaciones.

Salomón quiere desafiarnos a abandonar el hábito de ser descontentos desde jóvenes. Esta actitud no necesariamente se supera con la edad o el lugar que logremos ocupar en la vida.

Así que aprenda a disfrutar del momento en el que Dios lo ha puesto.

Por cierto, no pase por alto el hecho de que regocijarse es un mandamiento. Él dio este mandamiento para las personas de todas las edades en el versículo 8 y ahora lo da específicamente para los jóvenes en el versículo 9.

Lo que es otra manera de decir, que el espíritu de descontento empieza desde joven.

Querido oyente, ¿tiene dificultades para contentarse con lo que tiene hoy? Quizás es la melancolía por el ayer o la impaciencia por el mañana. ¿Qué tipo de comentarios o pensamientos tiene acerca del hoy? ¿Lo conocen por ser una persona agradecida o crítica o descontenta? “cuando llegue a tal edad o tenga eso, las cosas van a ser mejor” o “nada ya es como antes”.

A lo largo de las Escrituras, este mandamiento confronta nuestro espíritu de descontento que empezó en el Jardín del Edén. “Eva, tienes todo lo que podrías desear en este jardín; ¿pero no te gustaría algo más?”.

Entonces, aquí Dios nos da este mandamiento a tener un espíritu alegre en la vida – que reconoce y aprecia lo que Dios le está dando hoy.

Al regocijarse con lo que usted es y lo que usted tiene, está combatiendo el enemigo del descontento.

Pablo estaba en la prisión, pero les escribió a los creyentes en Filipos: Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!(Filipenses 4:4)

Y hay una razón por la que Dios nos da este mandamiento que frecuentemente pasamos por alto.

Cuando usted le hace un regalo a su hijo, a un familiar o a un amigo, espera que le agradezca por él, que lo abra, lo use y lo disfrute.[iv]

¿Que pasa si abren el regalo, pero se quejan, no quieren usarlo, lo ponen en la caja o lo tiran debajo del sofá con una patada? Se sentiría mal por lo menos. Lo ofendería.

Dios nos ha dado el regalo de nuestras vidas a cada uno de nosotros. Una vida única y particular que él diseño. Salomón insiste a través de este capítulo 11 que cuando decimos cosas como: “Pero a mí no me gusta, quiero algo diferente, no es de mi preferencia, no es lo que yo quiero, ¿Por qué no tengo otra cosa?”; Dios se entristece, si es que no se ofende.

C.S. Lewis lo expresó muy bien, cuando le escribió a un amigo después de haber vivido la Segunda Guerra Mundial e incluso después experimentar el dolor de perder a su esposa de cáncer. Él dijo: “El deber del cristiano es ser tan feliz como pueda”. [v]

¿Cuándo es el mejor momento para empezar a practicar la obediencia y desarrollar un espíritu alegre?

Salomón acerca una silla, y les da este sorprendente consejo a los jóvenes. “Escuchen, ustedes son jóvenes, tienen toda la vida por delante; no busquen que pasen los días; disfruten del momento en donde están ahora mismo y empiecen a desarrollar un espíritu agradecido y alegre”.

¿Cómo?

  • Empiece por las cosas más pequeñas, y continúe desde allí.
  • Haga del agradecimiento un hábito diario.
  • Pídale a Dios los ojos para ver Sus regalos pequeños y grandes. Y luego no se quede esperando – no se haga viejo antes de empezar.

Francamente no importa la edad que tenga, nunca es demasiado tarde para empezar.

Salomón escribe, disfrute de su juventud a fondo.

Segundo:

Invierta su Juventud Sabiamente

Observe la siguiente frase del versículo 9:

 “y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos” Eclesiastés 11:9b

Podría traducir esto como: siga los impulsos de su corazón y los deseos de sus ojos.[vi]

Y usted estará pensando, ¿qué clase de consejo es ese? Debe ser una broma.

¿Cómo puede decirles a los jóvenes que sigan sus impulsos? Sería como darle a un joven de 16 años un carro deportivo y esperar que lo conduzca por debajo del límite de velocidad.

¿Cómo le dice a los jóvenes que sigan sus sueños y pensamientos creativos? ¿está loco?

Esto es exactamente lo que Salomón escribió. Salomón mira a una persona joven y le pregunta: “¿Qué es exactamente lo que te emociona de la vida? ¿Qué es lo que te interesa hacer con tu vida? ¿Qué es lo que realmente te gustaría conseguir?”.

Y aquí está el calificativo – fíjese en la última parte del versículo:

 “pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios” Eclesiastés 11:9c

En otras palabras, asegúrese de que lo que sea que quiera hacer, sea algo que Dios aprobaría.

La frase, “te juzgará Dios” no debe interpretarse como un baldazo de agua fría. Ya sabe: “Si, Disfruta de tu vida, porque un día te van a llevar a la corte y tendrás que comparecer ante el juez”.

No, ése no es el espíritu de esta frase. Salomón simplemente está recordándoles a los jóvenes que la libertad tiene sus límites.

Los privilegios incluyen responsabilidades. La libertad incluye rendir cuentas.[vii]

Y Salomón les recuerda a los jóvenes que un día van a rendir cuentas – en ese día donde todos compareceremos delante de nuestro Creador.

Invierta su juventud sabiamente, que es otra forma de decir, no desperdicie su vida.

Un autor escribe que, de niño, solía escuchar las ilustraciones que su apasionado padre usaba cuando predicaba. Una de las ilustraciones más apasionantes de su padre, era la de un hombre por el que la iglesia había orado durante décadas. Se resistía al Evangelio, tenía un comportamiento agresivo y un duro corazón. Él escribe: “Pero un día y por alguna razón, apareció cuando mi padre estaba predicando. Al final del servicio y para asombro de todos, vino y estrechó la mano de mi padre. Ellos se sentaron juntos en el primer banco de la iglesia mientras la gente se despedía.

Dios abrió su corazón al Evangelio de Cristo, fue salvo de sus pecados y recibió la vida eterna. Pero eso no le impidió sollozar y decir mientras las lágrimas corrían por su arrugado rostro – y el impacto que me causo escuchar a mi padre repetir lo que este hombre dijo entre lágrimas: “La he desperdiciado. La he desperdiciado”. El autor escribe: “Esto me conmovió más que la historia de los jóvenes que murieron en un accidente de automóviles antes de que pudieran nacer de nuevo; esta es la historia de un anciano llorando por haber malgastado su vida; despertó en mí el temor y la pasión para no desperdiciar la mía”.[viii]

Suena como Salomón, aquí en la última porción de su diario de vida.

Hay un principio más aquí para la juventud de cada generación – y creo que, en la providencia de Dios, esto es lo que Él quiere que escuchemos hoy:

Disfrute de su juventud,

Invierta su juventud sabiamente:

Y en tercer lugar:

Cuide su Juventud con Diligencia

Versículo 10 – observe el primer mandamiento:

 Quita, pues, de tu corazón el enojoEclesiastés 11:10a

La palabra traducida “enojo” en el original combina dos ideas: ira y resentimiento. Y cuando estas coexisten en el corazón de un joven, termina en rebelión. Aleje la ira y el resentimiento – en otras palabras, quite de usted ese espíritu rebelde y resentido.[ix]

Y los jóvenes luchan con esto porque la vida parece interponerse en su camino, las personas mayores se interponen, sus padres, profesores y entrenadores.

Salomón dice efectivamente que debe aprender a lidiar con esto desde temprano en la vida, porque descubrirá que, a lo largo de la vida, algo o alguien siempre se interpondrá en su camino: esa enfermedad, esa pérdida económica, ese compañero de trabajo que le ganó la promoción – siempre algo se interpondrá en su camino hacia la felicidad. Aprenda pronto a resistir la ira y el resentimiento que pueden crecer fácilmente en su corazón”.

Una vez más, el principio tiene mucha relación con lo que estudiamos anteriormente, de que cuando esos acontecimientos inesperados e inexplicables ocurren en la vida – especialmente los decepcionantes – Dios no se sorprende. Él los permite para Sus propósitos, aunque por el momento usted no los pueda entender.

Cuando no puedas sentir Su mano, confía en Su corazón.

Ahora note la siguiente parte de este mandamiento en el versículo 10:

Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad” Eclesiastés 11:10

Esa palabra traducida, “juventud” también se puede expresar como “el amanecer de la vida, o la flor de la vida,” y al parecer, proviene de una palabra que literalmente significa negro.[x]

Se usaba normalmente para referirse a una persona joven con la cabeza llena de cabello negro. Salomón está escribiendo aquí, que la juventud y esa negra cabellera son pasajeras, momentáneas.

Ese pelo negro se va a poner gris, o tal vez simplemente se va a caer.

Así que durante esos días de juventud y vitalidad, Salomón escribe aquí: aparta de tu carne el mal.

La palabra traducida “mal” se refiere al pecado y la palabra “carne” se refiere al cuerpo. Entonces, la advertencia es a alejarse del pecado relacionado al cuerpo. En otras palabras, la inmoralidad. Salomón habla del pecado sexual que trae peligro, mal y dolor como consecuencias para el cuerpo. Es decir, ¿quiere disfrutar su juventud y el resto de su vida al máximo? Aléjese de la inmoralidad… que es lo contrario a lo que le dice el mundo ¿verdad?

Uno de los grandes fracasos de la generación mayor de hoy, es que aprueban, aplauden, promueven, venden y celebran la promiscuidad sexual de los jóvenes.

De hecho, una de las desgracias de nuestra generación como cultura, es que hemos juntado la palabra ” sexo ” a la palabra “seguro” – y por supuesto, en referencia al sexo fuera del matrimonio – que es pecado.

No existe tal cosa como un pecado seguro.

Esto es como ir a una playa infestada de tiburones y poner carteles que digan: “Playa segura para el nado”

Me parece interesante que Salomón escriba más sobre el pecado sexual, que sobre cualquier otro tema. Creo que es porque conoce muy bien del tema ya que desperdició décadas de su vida en eso.

Él les escribe a los jóvenes en Proverbios 5, sobre el peligro de la promiscuidad sexual y dice en el versículo 11, que al final de tu vida gemirás, cuando tu carne y tu cuerpo se consuman.

Esta es la advertencia que nunca se muestra en las películas, tampoco está en los libros de texto escolares; la actividad sexual entre los jóvenes está causando una avalancha de consecuencias.

Escuche la estadística del Centro de Control de Enfermedades que nunca verá en las noticias, y cito: “Una nueva infección de transmisión sexual se diagnostica cada 45 segundos y en sus secuelas produce dolor, ceguera, artritis, infertilidad, daño cerebral, cardiovascular y la muerte. A pesar de 50 años de penicilina y medicamentos milagrosos, millones de personas están contrayendo nuevas generaciones de enfermedades de transmisión sexual incurables.[xi]

Cada 45 segundos.

Otro autor escribió, que 300.000 personas contraen la hepatitis B cada año en todo el mundo. Es un virus que se transmite principalmente por contacto sexual, que causa daño hepático permanente y aún la muerte.[xii]

El Centro de Control de Enfermedades emitió una declaración hace unos meses que dice: – y cito – “Los casos combinados de sífilis, gonorrea y clamidia alcanzaron un máximo histórico en los Estados Unidos. Se produjeron más de 115.000 casos de sífilis registrados este año. La gonorrea aumentó a más de 580.000 casos y la clamidia aumentó a más de 1,7 millones de casos.

Por lo tanto, en un año se registraron 2,4 millones de casos de enfermedades de transmisión sexual, causando enfermedad, dolor, contagio e incluso la muerte.

Querido oyente, seguramente usted no ha visto ninguna conferencia de prensa al respecto. No ha leído un solo artículo al respecto en el periódico. No ha visto ningún reportaje alarmante, no recibió instrucción alguna. Ninguna restricción, advertencia, ni menos un estado de alerta.

¿Por qué?

Porque nuestro mundo no quiere los mandamientos de Dios, no quiere escuchar ningún consejo de Salomón o de la iglesia, que de alguna manera restrinja lo que desean hacer con sus cuerpos.

Van a ignorar el claro diseño y consejo de Dios junto con las consecuencias. Van a hacer oídos sordos. Van a hacer lo que sea para poder continuar satisfaciendo sus deseos pecaminosos y sacar del camino a cualquiera que aún insinué que lo que hacen está mal – aunque sus mismos cuerpos digan lo contrario. “¡Déjenme vivir! ¡Déjenme disfrutar de mi vida como quiero!”

Conclusión

Pero Salomón acerca su silla y dice: “Escuchen jóvenes, esta es la palabra de Dios, este es el diseño de Dios, esta es la protección de Dios, aléjese de esto tanto como puedan. Quiero que realmente disfruten de su juventud, quiero que la aprovechen al máximo; pero tienen que hacerlo a la manera de Dios. Dios sabe lo que es mejor, Dios los creó y Dios quiere que disfruten del don de la vida que Él les ha dado.

Así que:

  • Disfruten plenamente de su juventud años;
  • Inviertan su juventud sabiamente:
  • Cuiden de su juventud con diligencia.

Y permítame decir esto: no importa la edad que usted tenga hoy, nunca es muy tarde para empezar. Así que comience hoy.

 

 

Copyright 2020 Stephen Davey

Todos los derechos reservados.

[i] David Gibson, Living Life Backward (Crossway, 2017), p. 131

[ii] Babbie Y. Mason / Eddie Carswell, Trust His Heart lyrics; Warner Chappell Music, Concord Music Publishing LLC

[iii] Gibson, p. 135

[iv] Adaptado de Gibson, p. 136

[v] John Piper, The Dangerous Duty of Delight (Multnomah, 2001), p. 14

[vi] William D. Barrick, Ecclesiastes: The Philippians of the Old Testament (Christian Focus, 2011), p.190

[vii] Cita de Warren W. Wiersbe, Ecclesiastes: Be Satisfied (Victor Books, 1990), p.

[viii] John Piper, Don’t Waste Your Life (Crossway Books, 2003), p. 12

[ix] Charles R. Swindoll, Living on the Ragged Edge (Insight for Living, 1983), p. 117

[x] Daniel L. Akin and Jonathan Akin, Christ-Centered Exposition: Exalting Christ in Ecclesiastes (Holman, 2016), p. 114

[xi] Bruce K. Waltke, Proverbs: Volume 1 (Eerdmans, 2004), p. 129

[xii] Robert Jeffress, The Solomon Secrets (Waterbrook Press, 2002), p. 118

 

Pasaje Bíblico: Eclesiastés 11:9 -10
En este episodio, exploramos cómo enfrentar lo inesperado e inexplicable en la vida a través del capítulo 11 de Eclesiastés. Salomón nos desafía a no permitir que el miedo o la incertidumbre nos roben la alegría. Descubre cómo el rey sabio nos aconseja disfrutar de nuestra juventud, invertirla sabiamente y cuidarla con diligencia. Sumérgete en una profunda conversación sobre la fe, la sabiduría divina y cómo Dios orquesta nuestras vidas desde una perspectiva eterna. No te pierdas estos inspiradores principios que Salomón, en su vejez, comparte con los jóvenes y con todos nosotros. ¡Escúchalo ahora!