Lección 31: Viviendo la Buena Vida

Lección 31: Viviendo la Buena Vida

Pasaje Bíblico: 1 Pedro 3:10-12.

Si le pregunta al cristiano promedio ¿qué dice la Biblia acerca de vivir una buena vida? probablemente pensará que no es muy espiritual. Pero, en estos versículos, el apóstol Pedro, básicamente nos da una lista de consejos si realmente queremos vivir la buena vida… y habla en serio.

Transcripción

Introducción

Dave Freeman fue el autor de la famosa guía titulada “100 cosas que hacer antes de morir.” El falleció en un accidente en su casa en California. Tenía solo 47 años en el momento de su prematura muerte.

Irónicamente, su libro comienza con las palabras: “La vida es un corto viaje, entonces, ¿cómo puedes asegurarte de llenarlo con la mayor diversión y visitar todos los lugares más geniales del mundo antes de hacer las maletas por última vez?”

En su lista personal de deseos, Dave Freeman incluyó cosas como asistir a la ceremonia de los Premios de la Academia y correr con los toros en España.

Así era como tenía la intención de vivir la buena vida, y estas eran las cosas que creía que llenarían su vida de manera significativa.

Según los comentarios de su padre, Dave solo había llegado a la mitad de su lista de deseos antes de morir.

Pregúntele a la persona promedio en el planeta qué es lo que hace que la vida sea plena y significativa y qué le brinda la mayor felicidad y escuchará una variedad de respuestas, pero la mayoría de ellas tendrán que ver con hacer algo divertido o experimentar algo emocionante o visitar muchos lugares alrededor del mundo, o tal vez todo lo anterior.

¡Esto es lo que significa vivir la buena vida! Así que escriba su lista y adelante.

Si le pregunta al cristiano promedio ¿qué dice la Biblia acerca de vivir una buena vida? probablemente pensará que no es muy espiritual o que ha estado escuchando los predicadores de la prosperidad.

No se habla de la vida en esos términos. Aquellos más educados en las Escrituras quizás le digan que la Biblia habla de santidad, no de felicidad, ¿verdad?             Que la Biblia no le dice cómo vivir una buena vida, le dice cómo vivir una vida piadosa. Y la mayoría de los creyentes estarían de acuerdo y dirían “¡Amén!”

Pero en este estudio de nuestra serie a través de la primera carta de Pedro, que hemos titulado “curso de Cristianismo Básico”, Pedro, el profesor apostólico, se acerca a la pizarra y esencialmente dice: “Ahora nuestra lección de hoy es”, y él comienza a escribir sorprendentes palabras que dicen: “Cómo vivir la buena vida”.

Es decir, aquí está la lista de deseos si realmente quiere vivir la buena vida. Y habla en serio.

Abra su Biblia conmigo en 1 Pedro 3, donde nos detuvimos en nuestro último estudio. Comencemos solo con la primera parte del versículo 10. Dice:

Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos,

Otra versión lo traduce: el que quiera amar la vida y gozar de días felices (NVI). Otra versión lo parafrasea: Si quieres disfrutar de la vida y ver muchos días felices (NTV) esto es lo que debes hacer. ¿En serio?

¿La Biblia, de verdad, está diciéndonos cómo vivir la buena vida? Absolutamente.

Pero tenga cuidado: Como verá en esta lección, Pedro no está hablando de una vida sin problemas o sin dolor, sino de una buena vida.

De hecho, él está a punto de incluir en su carta una larga cita del Salmo 34, donde David reflexiona sobre el tiempo cuando estaba huyendo del rey Saúl estaba desanimado, enfrentando tribulación y gran estrés; y, sin embargo, él comienza este Salmo escribiendo: “Bendeciré a Jehová en todo tiempo”.

Incluso en medio de la adversidad, puede tener una buena vida. ¿Cómo?

Mire nuevamente cómo Pedro comienza esta cita – Porque: El que quiere amar la vida…

En otras palabras, la buena vida es una decisión y una mentalidad; una decisión que tiene que tomar cada mañana cuando se levanta de la cama.

Podría traducir esta frase como – “el que desea” – literalmente, “el que quiere” o “el que se decide a amar la vida y ver días buenos”.

Pedro se refiere a una mentalidad de fe que confía en que Dios está haciendo lo mejor en cada situación, sea cual sea. Se está refiriendo a una persona que elige por fe ver la vida como algo que amar.

Warren Wiersbe escribe sobre este versículo, en Primera de Pedro 3:9, que podemos elegir soportar la vida porque está llena de cargas; podemos elegir escapar de la vida huyendo de las dificultades; o podemos elegir disfrutar la vida porque confiamos en que Dios tiene el control.[i]

Entonces, ¿estamos decidiendo que tenemos que soportar la vida o tratar de escapar de la vida o disfrutar de la vida?

Wiersbe aclara que Pedro no está hablando de algún tipo de ejercicio psicológico, del poder del pensamiento positivo, negándose a enfrentar los hechos. Más bien, está instando al cristiano a adoptar un enfoque positivo de la vida y, por la fe en el control de Dios, aprovechar al máximo cada situación.[ii]

Entonces, este curso de cristianismo básico incluye una lección sobre cómo vivir su vida al máximo.

De hecho, la palabra que Pedro usa aquí para vida puede referirse a todas las experiencias y la riqueza de vivir la vida al máximo.[iii]

Puede entenderse en el sentido de vivir con entusiasmo. Pedro no está hablando de la duración de la vida, sino de la calidad de vida. Y para el que desea amar la vida, vivir la vida con un propósito y significado, él está a punto de darnos la lista divina de deseos. Y no tiene nada que ver con correr con los toros en España.

No tiene nada que ver con los lugares que visita y los paisajes que vea, aunque eso definitivamente puede agregar mucho interés y diversión a la vida. Vivir la buena vida no tiene nada que ver con el tamaño de su cartera financiera o su casa o sus bíceps.

Pedro escribe en la pizarra una lista de actividades o principios. Algunos son negativos y otros son positivos, pero todos ellos le llevarán a vivir la buena vida.

Por un tema de organización, he dividido los comentarios de Pedro en 6 principios.

 

Principio #1: No le dé rienda suelta a su lengua

Pedro escribe en el versículo 10,

El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal…

Este es un imperativo, un mandamiento; y, como escribió un erudito griego, implica un control enérgico.[iv]

En otras palabras, usa todas tus fuerzas para mantener la boca cerrada cuando se trata del mal.

La palabra traducida “mal” puede referirse a cualquier tipo de lenguaje profano, calumnioso, impuro o degradante.

La verdad es que, incluso antes de leer este mandamiento, ya sabemos que la mayoría de nuestros problemas se crean por nuestra boca.

¿Cuántos en la audiencia tuvieron que quedarse después de la escuela o los enviaron a la oficina del director por hablar en clase? Mire, uno nunca se mete en problemas por escuchar en clase. Pero pasé muchas horas en la esquina del aula y nunca me enviaron allí por escuchar demasiado, sino por hablar demasiado.

La semana pasada descubrí que mi maestra de tercer grado ha estado escuchando el programa. Ella nos mandó un correo, diciendo: “Yo era la maestra de tercer grado de Stephen”. Imagine la ironía ahora que mi trabajo es hablar. Me pregunto si se da cuenta ahora de que todas esas veces en tercer grado, ¡Dios me estaba preparando para el ministerio!

Me pregunto si se siente mal por todas las veces que me envió a la esquina. ¡Debería! Tendremos que editar eso más tarde.

No, la verdad es que ella tenía razón y probablemente merecía más castigo del que me dio.

La lengua a menudo no genera más que problemas. De hecho, Santiago nos informa que la lengua inflama el curso de nuestra vida (Santiago 3:6). Es decir, la lengua determina, establece el rumbo, la dirección de nuestras vidas.

Más que cualquier otra cosa, es su lengua la que va a determinar si vivirá o no la buena vida.

Es su lengua, no su cuenta bancaria, ni su guardarropa, ni la descripción de su trabajo, su lengua tendrá el mayor impacto en la dirección de tu vida.

No es de extrañar que la Biblia dedique tanto tiempo a advertirnos e instruirnos sobre el uso de:

  • Una lengua jactanciosa (Salmo 12:3)
  • Una lengua perversa (Proverbios 10:31)
  • Una lengua destructora (Proverbios 17:4)
  • Una lengua chismosa (Proverbios 25:23)
  • Una lengua lisonjera (Salmo 5:9)

Y así sucesivamente.

Escuche a Salomón entregando esta categórica advertencia cuando escribe el proverbio,

La muerte y la vida están en poder de la lengua (Proverbios 18:21).

Él ya había oído a su padre, David, orar:

Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios (Salmo 141:3).

¡Ahora esa es una oración que vale la pena hacer todas las mañanas antes de que una palabra indebida tenga la oportunidad de escaparse![v]

Ahora, el problema con la lengua no la lengua en sí, sino que es un asunto del corazón, ¿verdad? Jesús dijo en Mateo 12:34, que

de la abundancia del corazón habla la boca.

En otras palabras, si hay amargura en su corazón, esa amargura saldrá de su boca. Si hay odio en el corazón, el odio saldrá por la boca. Si hay lujuria, codicia u orgullo en el corazón, cosas lujuriosas, codiciosas y orgullosa saldrán de la boca. Las palabras son ventanas del corazón.[vi]

Entonces, cuando Pedro dice que refrenemos nuestra lengua para vivir una buena vida, nos está diciendo que vivamos una vida que no solo se preocupa de las palabras que pronuncia, sino también que se ocupa y confiesa el pecado en su corazón.

Así que el principio #1 es este: con gran energía e intencionalidad y determinación diaria, refrene su lengua.

 

Principio #2: No sea deshonesto

Pedro continúa haciendo una declaración paralela que aborda específicamente el tema de la deshonestidad.

Note,

Refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño.

Podría poner este principio de manera positiva y decir que un creyente debe estar absolutamente comprometido a decir la verdad

Mi padre solía decirnos cuando éramos pequeños que siempre es mucho mejor decir la verdad porque así no tienes que recordar lo que has dicho.

Cuando dice una mentira, tiene que recordar esa mentira para que, cuando le agregue otra mentira, se asegure de no contradecir una mentira anterior.

¿Quiere vivir la buena vida? No sea deshonesto; en pocas palabras, diga la verdad.

No pude evitar reírme de esta ilustración que encontré hace poco sobre un pastor que estaba decidido a decir la verdad. Había dos hermanos que básicamente habían aterrorizado a su pequeño pueblo durante décadas, causando problemas, siendo abusivos con las personas y deshonestos en los negocios. Todos en la ciudad sabían que era mejor alejarse de estos dos hermanos o terminarían estafados o insultados.

El hermano menor murió inesperadamente. El hermano sobreviviente fue al pastor de la iglesia local de este pueblo y le dijo: “Me gustaría que dirigiera el funeral de mi hermano”, a lo que el pastor accedió. Pero luego el hermano mayor agregó: “Escuche, es importante para mí que durante el servicio le digas a todos que mi hermano era un santo”.

El pastor dijo: “¡Él fue cualquier cosa menos un santo! No lo haré. El hermano sacó su chequera y le dijo: “Reverendo, si me promete que dirá que mi hermano era un santo, sé que es un hombre de palabra, y le escribiré un cheque a su iglesia ahora mismo por $100,000.” El pastor estuvo de acuerdo y aceptó el cheque.

Se corrió la voz y la funeraria estaba repleta con casi todo el pueblo. El pastor comenzó diciendo: “Todos aquí saben que el difunto era un hombre malvado; un estafador; impío y criminal. Causó tantos problemas en la ciudad, maltrató a sus empleados, estafó y mintió en sus declaraciones de impuestos. Pero a pesar de lo malvado y pecaminoso que era este hombre, en comparación con su hermano mayor, fue un santo”.

Creo que es maravillosamente irónico que Pedro sea el Apóstol que el Señor eligió para exhortarnos a decir la verdad.

¿Por qué? Porque Pedro es el Apóstol conocido por decir la peor de las mentiras. Él es el Apóstol que era conocido por todos los creyentes en la iglesia, incluso mientras escribía esta carta, por haber mentido esa noche cuando Jesús había sido arrestado. Esa noche, Pedro comenzó a maldecir, usó su lengua para tratar de enmascarar el hecho de que había sido uno de los discípulos de Jesús.[vii]

Tres veces le preguntaron si conocía a Jesús. No una, ni dos, sino tres veces mintió, y fue la peor de las mentiras porque dijo que no sabía quién era Jesús.

Y el Evangelio registra que después de su tercera mentira, cantó un gallo – recordándole la advertencia que Jesús le había dado. Así que salió corriendo del lugar y lloró amargamente (Lucas 22:62).

Pedro sabía lo que es amargarse la vida por haber mentido. Pedro sabía lo que significaba dejar atrás la buena vida. Así que 1 Pedro 3:10 es solo un testimonio más de gracia y crecimiento en la vida de Pedro.

Este pescador que había mentido bajo presión no fue desechado por Cristo. Pedro se arrepintió y Cristo lo perdonó y más tarde Pedro sería comisionado nuevamente para la obra del Señor.

Y el hombre que ahora escribe esta carta, sin duda todavía muy consciente de su propio fracaso y pecado y, quizás, con más claridad que nunca escribe: hagas lo que hagas, si no quieres tomar un camino equivocado, si quieres vivir una vida que valga la pena, refrena tu lengua y nunca seas deshonesto. Confiésalo lo más pronto que puedas.

 

Principio #3: Manténgase lo más lejos posible del pecado

El tercer principio involucrado en la búsqueda de una vida verdaderamente buena se encuentra a continuación en el versículo 11. Apártese del mal. Permítanme ponerlo en forma de principio de esta manera: Manténgase lo más lejos posible del pecado

Eso suena obvio, ¿no? Pero el verbo traducido “apártese” implica un fuerte rechazo de lo que es pecaminoso. Da la idea de hacer un gran esfuerzo.

Pedro efectivamente dice, “Esfuércense al máximo para alejarse del pecado”.

El verbo también conlleva la idea de desviarse para evitar una colisión.[viii] Quizás, Pedro tiene en mente la importancia de evadir, apartarse de lo que puede llevarlo a pecar – para limitar la tentación tanto como sea posible.

Si no se mantiene alerta, no lo va a ver venir y va a chocarse con el pecado. Va a terminar en una zanja o en un callejón sin salida espiritualmente hablando.

Pedro insinúa que lo podemos ver venir y debemos apartarnos. La verdad es que la mayoría de las veces no tropezamos con el pecado, sino que corremos hacia él. Hacemos una cita para ello. Le dejamos nuestra tarjeta de presentación y la invitamos. Cerramos la puerta y lo llamamos. Abrimos el navegador y lo buscamos o encendemos la televisión para verlo.

¡Pedro dice que huya de él, que se desvíe del camino! Cuidado con eso. ¿Quiere vivir la buena vida? Cambie de carril o elija un camino completamente diferente, y luego tenga cuidado porque, lo más probable es que tendrá que alejarse de nuevo.

La buena vida no sólo demanda resistir, sino también persistir. Mire la siguiente frase en el versículo 11. Apártese del mal, y (fíjese ahora) haga el bien.

Francamente, comprometerse a hacer el bien es un método bastante efectivo para evitar la maldad.[ix]

¿Y se dio cuenta de que Pedro no solo dice que nos alejemos de algo? Él también nos dice que nos acerquemos a algo más.

Resistir no es suficiente. En la búsqueda de una buena vida, es increíblemente importante reemplazar aquello que está resistiendo con las cosas correctas.

El cristianismo no es solo negativo – no haga esto, deje de hacer esto otro – también es positivo. Permítame ponerlo de esta manera:

 

Principio #4: Bendiga a otros tan a menudo como pueda

Alguien dice: “¿Cuál es el punto de mi vida?” Pedro responde: “Estás aquí para hacer el bien a los demás”.[x]

Así que haga tantas cosas positivas, constructivas y abnegadas como pueda. Esta es una de las formas críticas en que puede vivir la buena vida.

Pero el mundo le dirá: “¡Oh, no, no, no! La buena vida es cuando los demás hacen cosas buenas por ti”. Pedro invierte esa lógica en su clase de Cristianismo Básico y esencialmente dice que la buena vida es cuando usted hace cosas buenas por los demás.

El modelo, por supuesto, es nuestro Señor Jesucristo, que no pecó (1 Pedro 2:22), sino que vivió una vida de bien (Hechos 10:38).

Aquí tiene este principio doble que debemos imitar: aunque de manera imperfecta, perseguimos el mismo objetivo, nos alejamos del mal y buscamos hacer algo bueno por los demás.

  • Pablo le pidió a Tito que predicara a su iglesia que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. (Tito 3:8);
  • Hebreos 10:24 desafía a la asamblea de creyentes a animarse unos a otros al amor ya las buenas obras;
  • Santiago hace la pregunta, ¿Quién de vosotros es sabio y entendido? Que muestre por su buena conducta sus buenas obras(Santiago 3:13);
  • Pedro ya ha desafiado al creyente a mantener buena su manera de vivir entre los gentiles, para que… al considerar sus buenas obras, glorifiquen a Dios (1 Pedro 2:12).

¿Alguna vez ha pensado en el hecho de que una de las cosas más importantes que puede hacer con su vida es bendecir a otros tanto como pueda? Y al hacer buenas obras en la vida de los demás, vivirá una vida satisfactoria, gratificante y enriquecedora.

¡Y parece que va a ser agotador también!

A veces lo será, porque hacer buenas obras requiere trabajo. Pero aquellos que están comprometidos a obrar están de camino a vivirla buena vida aquí y ahora.

Pero prepárese para gastar aún más energía con este siguiente principio:

 

Principio #5: Persiga la paz en cada oportunidad

Debemos huir de algo (el mal) – al comienzo del versículo 11; y ahora debemos perseguir algo – al final del versículo 11.

Note que Pedro escribe al final del versículo 11, Busque la paz, y sígala. Tenga en cuenta que esto está en el contexto de nuestras interacciones con los incrédulos. Y Pedro usa verbos que implican intensidad. Buscar y perseguir llevan la idea de buscar diligentemente, perseguir, incluso cazar.[xi]

El Apóstol Pablo escribió del mismo tema:

en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres (Romanos 12:18).

Como alguien dijo: los cristianos deberían ser conocidos en el mundo como pacificadores. No alborotadores, no agitadores, sino pacificadores.

Jesucristo predicó, Bienaventurados los pacificadores (Mateo 5:9)

Por cierto, Él no dijo: “Bienaventurados los pacíficos” o “Bienaventurados los tranquilos” o “Bienaventurados los amantes de la paz”. No, bienaventurados los pacificadores, y los pacificadores a menudo ven interrumpida su propia paz.

Jesucristo es el mayor pacificador de la historia –

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5:1).

¿Vivió Jesús una vida tranquila? ¡Para nada! Él hizo la paz por medio de su sangre, derramada en la cruz (Colosenses 1:20)

Él era un pacificador y ¿cuánto le costó? Todo.

Vivir la buena vida y buscar la paz con los que no creen puede costarle algo.

Le daré una ilustración práctica. Encontré este artículo hace poco. El autor escribe; “Tom Wiles se desempeñó como capellán universitario en la Universidad del Gran Cañón en Phoenix, Arizona. Hace unos años, me fue a buscar al aeropuerto de Phoenix en su nueva camioneta y me llevó a dar una conferencia en la universidad. Como también soy aficionado a las camionetas, nos hicimos amigos de inmediato. Compartimos historias de camionetas y nos reímos del hecho de que no hay nada como el vínculo entre un hombre y su camioneta. Mientras me subía a su nueva camioneta para el viaje de regreso al aeropuerto al día siguiente, noté enormes abolladuras y rasguños en la puerta del pasajero. ‘¿Qué pasó?’, pregunté. “Bueno, mi vecino tiene un aro de baloncesto portátil. El asunto es que, con el viento se cayó sobre mi camioneta y le hizo todo eso”, respondió Tom.

“¡Estás bromeando! Qué horrible, me compadecí. “¡Tu camioneta nueva!” Tom agregó: “Lo que es aún peor es que mi vecino se niega a asumir responsabilidad por el daño”.

Saliendo en defensa de mi nuevo amigo, dije: ‘Eso está mal. ¿te comunicaste con tu compañía de seguros? ¿Qué hay de ponerse en contacto con un abogado? ¿Cómo vas a demostrar que tienes la razón y hacer que tu vecino pague los daños?

“Tom respondió: ‘Francamente, esto se ha convertido en un gran desafío espiritual para mí. Y después examinar mucho mi corazón, orar y hablarlo con mí esposa, finalmente concluimos que puedo tener razón o puedo tener una buena relación con mi vecino no cristiano. Como mi vecino va a durar mucho más que mi camioneta, decidí que necesitaba estar en una relación con él mucho más de lo que necesitaba probar que tengo la razón.’”[xii]

Me pregunto si habría más paz en nuestras vidas como cristianos, si estuviéramos dispuestos a buscar tener una buena relación con los perdidos en lugar de tener siempre la razón.

Elegir una buena relación sin hacer transigencias en lo que respecta la verdad del evangelio, pero quizás haciendo concesiones en cuanto a nuestros propios derechos personales – como Jesucristo – que renunció al derecho a ser tratado como Dios.

Para que seamos pacificadores, para crear una condición propicia donde el evangelio pueda continuar fluyendo en la dirección hacia sus vecinos, quienes, por cierto, están queriendo buscar la buena vida, pero van en la dirección equivocada.

Ahora, es como si Pedro anticipara la reacción de muchos en el primer siglo que luchan en una cultura que se vuelve cada vez más hostil hacia ellos.

Probablemente estén pensando, ¿y si el cristiano quiere la paz, pero el resto del mundo quiere empezar una pelea? ¿Qué pasa si la buena vida se vuelve más y más difícil?

 

Principio #6: Recuerde que nunca, nunca está solo

Versículo 12.

Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones.

Pedro está recordándoles que los ojos y los oídos del Señor siempre están abiertos. En otras palabras, es como si Dios se inclinara para captar la más mínima oración dirigida a Él.[xiii]

Pedro dice: “Puede parecer que Dios no está al tanto de lo que está pasando, pero Él lo ve todo y ha escuchado cada oración. Y Él también está al tanto de los que están en tu contra” – mire, Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. A Él no se le escapa nada.

Lo cual es otra forma de animar al creyente, porque le recuerda que nunca, nunca está solo.

Y debido a eso, incluso si está rodeado de problemas, usted puede vivir la buena vida; la mejor vida; la vida plena, significativa y gratificante que glorifica a Dios y elige decir con David y el apóstol Pedro: “Me he decidido hoy: bendeciré a Jehová en todo tiempo”.

Mientras usted:

  • refrena su lengua
  • y se compromete a ser honesto
  • se mantiene lo más lejos posible del pecado
  • bendice a otros tanto como puede
  • y persigue la paz en cada oportunidad

En medio de todo, debe estar consciente de que Dios ve y escucha todo lo que pasa en su vida. Nunca, nunca está solo.

Así que no temas, contigo Yo estoy,
no desmayes, porque yo soy tu Dios,
Te ayudaré, te fortaleceré y te mantendré en pie,
Sostenido por mi bondadosa y omnipotente mano.

El alma que en Jesús se ha apoyado para descansar, Yo nunca jamás lo voy a abandonar,
aunque esa alma todo el Infierno
se esfuerce por sacudir,
Yo Nunca, no, nunca, la abandonaré.[xiv]

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el 2017

© Copyright 2017 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] Adapted from Warren W. Wiersbe, Be Hopeful: First Peter (David C Cook, 1982), p. 94

[ii] Adapted from Wiersbe, p. 94

[iii] John MacArthur, 1 Peter (Moody Publishers, 2004), p. 193

[iv] D. Edmond Hiebert, 1 Peter (BMH Books, 1984), p. 216

[v] Charles R. Swindoll, Insights: James, 1 & 2 Peter (Zondervan, 2010), p. 196

[vi] J. Allen Blair, Living Peacefully: 1 Peter (Kregel, 1959), p. 167

[vii] Adapted from John Phillips, Exploring the Epistles of Peter (Kregel, 2005), p. 148

[viii] Hiebert, p. 216

[ix] Adapted from Hiebert, p. 217

[x] Adapted from Michael Bentley, Living For Christ in a Pagan World (Evangelical Press, 1990), p. 128

[xi] Paige Patterson, A Pilgrim Priesthood (Thomas Nelson, 1982), p. 121

[xii] Leonard Sweet, Out of the Question (Waterbrook Press, 2004), p. 91: from preachigntoday.com/illustrations/2006/june/1060506.html

[xiii] Hiebert, p. 217

[xiv] How firm a Foundation, John Rippon–1787

 

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