Lección 32: Cómo Tratar con Un Ateo

Lección 32: Cómo Tratar con Un Ateo

Pasaje Bíblico: 1 Pedro 3:13-17.

Aunque ciertamente es importante conocer los distintos argumentos científicos, morales, y filosóficos a favor de la existencia del Dios de la Biblia, el apóstol Pedro nos enseña cuál es el argumento indiscutible de la  verdad del Cristianismo… y es un argumento que usted puede usar el día de hoy.

Transcripción

Introducción

  • ¿Cómo puede tratar con un ateo?
  • ¿Cómo puede responderles a personas cínicas, escépticas e incrédulas?
  • ¿Cómo vivir en una cultura que niega y desafía al Dios de la Biblia?
  • ¿Cómo se empieza a hacer discípulos en un mundo que niega lo sobrenatural y lo milagroso, junto con un Dios Creador?
  • ¿Cómo responde a comentarios como el de un profesor de la Universidad de Oxford que admitió que moriría feliz si pudiera convencer a al menos una sola persona a no creer en Dios?[i]
  • ¿Cómo lidiar con un mundo enojado y antagónico?
  • ¿Cómo logra que, por lo menos, consideren y escuchen la verdad, cuando están cerrando los ojos deliberadamente a la realidad de un Creador?

Vivimos en un mundo bien representado por un profesor de la Universidad de Harvard que admitió sus propias creencias materialistas (esto es la perspectiva evolutiva que niega el trabajo sobrenatural de un Dios Creador). Él escribió unas palabras que se han vuelto bastante famosas, y cito: “Nos ponemos del lado de la ciencia a pesar de lo absurdo que sean algunos de sus conceptos, a pesar del incumplimiento de muchas de sus promesas [respecto a] la vida, porque tenemos un compromiso previo con el materialismo. Y el materialismo es absoluto porque no podemos permitir un pie divino en la puerta.”[ii]

En otras palabras, haga lo que haga, no le de ni un centímetro a Dios en la conversación; ni siquiera empiece a abrir la puerta a la posibilidad de un Dios Creador. El materialismo, el universo, la naturaleza, debe ser la respuesta.

Como un apologista escribió: el mundo se aferra al materialismo a pesar de que no tiene una respuesta para el minucioso diseño del universo – y la tierra – tan perfectos para sustentar la vida; el materialismo no tiene una respuesta para las leyes de la naturaleza o las leyes de la lógica o incluso las leyes de las matemáticas, lo que apunta claramente a un diseñador, incluida toda la información incrustada en el código genético junto con la complejidad de la mente humana, junto con un estándar universal de moralidad – que algunas cosas son malas y algunas cosas son buenas – y todo el mundo lo sabe. ¿De dónde vino ese estándar?[iii]

Y tal vez esté pensando, es por eso que necesitamos grandes teólogos y otros expertos en retórica, filosofía y lógica – apologistas brillantes que respondan a los escépticos. Ese es su papel en la vida y estamos muy contentos de tenerlos cerca para defender el evangelio.

Pero, lo que es interesante es descubrir que, en la mente del Señor, revelada a través de las Escrituras, cada creyente es un apologista, cada uno de nosotros debe dar una respuesta, no necesariamente sobre matemáticas o genética, sino sobre otra cosa.

Si abre su Biblia en el capítulo 3 de Primera de Pedro, verá que el apóstol nos entrega el texto clave que respalda la disciplina de la apologética – la defensa de la fe.[iv]

Se encuentra en la mitad del versículo 15;

estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.

Y en este momento, la mayoría de nosotros pensamos: “¡Oh, no, nunca voy a ser un gran teólogo ni nada parecido!” Ese no es el punto.

Cuando mira el contexto de lo que Pedro está escribiendo, aunque ciertamente puede mejorar sus habilidades para responder a los ateos, agnósticos, evolucionistas, materialistas y los defensores de las miles de religiones del mundo – por lo que le animo a leer y estudiar estos temas – cuando mira el contexto aquí en este párrafo, Pedro le informa al cristiano que sus actitudes son tan críticas como sus respuestas.

En otras palabras, su actitud sobre la vida es una parte tan importante de la apologética como sus respuestas sobre la vida.

Y lo que Pedro nos revela aquí es la mejor manera de vivir en un mundo en el que estamos rodeados de incrédulos, y donde su vida provoca su curiosidad e interés.

De hecho, el ateo y el religioso verán su vida como la evidencia irrefutable, ¡simplemente no pueden entenderlo!

 

Formas de Marcar la Diferencia

Analicemos estos próximos versículos donde encontramos 4 formas de marcar la diferencia en un mundo de incredulidad.

  1. ¡Considere el Sufrimiento como una Bendición!

1 Pedro 3:13.

¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?

Detengámonos por un momento: Pedro está haciendo una pregunta retórica.

¿Quién va a querer lastimarle cuando está ansioso y celoso por hacer cosas buenas? Y la pregunta de Pedro espera la respuesta: ¡nadie querría lastimar a personas como usted![v] Pero, aunque parezca contradictorio, vemos que es muy probable que haya personas que quieran lastimarle. Esa era la realidad en esos tiempos como ya hemos visto.

El verbo aquí traducido como daño aparece en otros pasajes para referirse al maltrato (Hechos 12:1); odio brutal (Hechos 14:2); persecución activa (Hechos 18:10).

En el versículo 14, Pedro agrega, que está sufriendo por causa de la justicia.

En otras palabras, está en problemas, no porque causó problemas, sino porque se mantuvo alejado de los problemas. Está sufriendo por causa de la justicia.

La palabra traducida padecer aparece 12 veces en 1 Pedro; más que en cualquier otro libro del Nuevo Testamento: 41 veces en el Nuevo Testamento esta palabra se refiere a experimentar algo desagradable o doloroso.[vi]

Entonces Pedro subraya el hecho de que la bondad no es una garantía contra el sufrimiento.[vii]

Pero, aunque no le traten bien, debe seguir haciendo el bien y viviendo bien. Aunque el mundo es cruel, usted es amable. Aunque lo lastimen, no le devuelves el daño a nadie. Y el mundo dice: “¿Quién eres?”

Ahora note la actitud del creyente – versículo 14 otra vez –

Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois.

¿En serio? No me siento bienaventurado. Me siento herido, degradado, ignorado, calumniado, pisoteado, burlado.

El Señor usó esta misma palabra en el sermón del monte. Mateo 5:10.

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

La palabra traducida persecución tiene la idea de que lo vienen corriendo con malas intenciones. ¡Podría traducirlo como “acosar”!

Por cierto, asegúrate de que lo están persiguiendo por hacer lo correcto. Cuando lo detienen por pasarse una señal de alto, no está siendo acosado por la policía que lo persiguió.

Lo que Pedro alude y lo que el Señor predicó también es una parte clave de la carta del Apóstol Santiago donde escribe:

Tened por sumo gozo, hermanos míos, cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” Madurez o plenitud espiritual. (Santiago 1:2-4).

Incluso el Señor Jesús, debido a su encarnación, desarrolló Su carácter perfectamente obediente, como dice el escritor de Hebreos, a través de las cosas que padeció (Hebreos 5:8).

Usted es bienaventurado – bendecido, ¿por qué?

Dos razones:

  1. Primero, porque el sufrimiento lo modela según el carácter de Cristo.

Si Jesús aprendió de joven a través del sufrimiento, usted también lo hará. Un autor lo expresó de esta manera: “las adversidades humanas son las universidades de Dios”.[viii]

El sufrimiento es un aula donde se enseña mejor la fe y el carácter.

  1. En segundo lugar, el sufrimiento no solo nos moldea en el carácter de Cristo, el sufrimiento nos enfoca en la venida de Cristo.

Jesús predicó esta verdad – Pedro la reforzó al igual que los otros Apóstoles – es bienaventurado porque va a dejar este mundo anti-Cristo y un día vivirá en el reino glorioso de nuestro Señor donde, como escribe el profeta, la tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor como las aguas cubren el mar (Habacuc 2:14).

En otras palabras, el sufrimiento vuelve a enfocarnos en la venida de Cristo. Y cuando está sufriendo, sea lo que sea, enfermedad, persecución, soledad, pérdida o cualquier otra cosa, eso tiene una forma de aflojar su agarre de las cosas en la tierra.

Los cristianos que son usados significativamente por Dios generalmente son cristianos que sufren significativamente.[ix]

Así que, así es como puede convertirse en un apologista efectivo en un mundo ateo: considere el sufrimiento como una bendición de Dios.

  1. En segundo lugar, sométase a la voluntad de Dios.

La última parte del versículo 14 dice.

Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis.

En otras palabras, el mundo que le rodea intentará intimidarle y obligarle a conformarse a la mayoría. No retroceda.

Recuerdo el valor de Martín Lutero que se negó a retroceder, incluso frente a una increíble intimidación y, francamente, siglos de tradición eclesiástica. Él dijo, mientras estaba parado allí en la corte de Worms: “Aquí estoy, no puedo hacer otra cosa, así que ayúdame Dios”.

Lo que él estaba defendiendo lo conocemos hoy como las cinco solas. Entre ellas sola scriptura – las escrituras solamente; sola gratia – la salvación es solo por gracia; sola fide – la justificación es solo por la fe; solus Christus – somos salvos solo por Cristo.

La palabra sola es lo que provocaba todo el problema.

El mundo dice:

  • que sean las Escrituras más otros escritos sagrados;
  • que sea la gracia más los méritos personales;
  • que sea Cristo más la iglesia;
  • que sea fe más obras.

Vamos, no seas tan dogmático. No estés tan comprometido con un solo Señor y una sola fe (Efesios 4:5).

Cristiano, no se deje intimidar. Y no borre las duras verdades del evangelio.

Pedro continúa en el versículo 15 diciendo,

sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones.

Santificar a Cristo significa tratarlo como santo. Considerar a Cristo como el Santo. En otras palabras, trate a Cristo con absoluta reverencia y colóquelo por encima de todas las demás lealtades.[x]

De hecho, Pedro aquí combina un texto de Isaías 8:13 con esta declaración para hacer una sorprendente referencia a la deidad de Cristo.

Isaías escribe: A Jehová de los ejércitos, a Él santificad. En otras palabras, Pedro está tomando esta frase de Isaías y aplicándola a Jesús: santificad a Cristo como Señor, como Jehová.

Imagínese: Pedro esencialmente le está informando a la iglesia que el Jehová del Antiguo Testamento es Jesucristo del Nuevo Testamento.

Y porque Cristo es Dios el Hijo en carne y hueso, entonces evidentemente merece ser nuestro líder y Señor. Nosotros debemos marchar al compás de Su divina voluntad.

Pero note que la marcha no comienza con sus pies, sino en su corazón. Mire nuevamente, sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones.

Hágalo Señor soberano en su corazón – donde solo usted puede ver y saber quién se sienta verdaderamente en el trono de su corazón, mente y vida.

Pedro dice claramente que santifiquen a Cristo como Señor en su corazón. ¿Por qué el corazón?

En los días de Pedro, el corazón se consideraba como el lugar donde habitaban las emociones más profundas: allí es donde habitaba el miedo, el amor; y la decepción.

De hecho, hasta hoy hablamos de tener el corazón roto cuando experimentamos desesperanza o pérdida.

Es como si Pedro nos estuviera recordando que en ese lugar donde habitan las emociones y anhelos más profundos, el lugar donde estos primeros creyentes y todos los creyentes hasta el día de hoy sienten el abandono; la pérdida; la burla; el sufrimiento; la angustia – Allí, en ese santuario secreto – en ese lugar debe coronarlo como su rey y Señor.

El compositor de un bello himno lo expresó así:

En tu corazón, dale Su trono
Allí déjalo someter
Todo lo que no es santo,
Todo lo que no es verdad
.[xi]

Samuel Wilberforce fue el tercer hijo de William Wilberforce. Tal vez recuerde a William Wilberforce porque fue el creyente comprometido que invirtió su vida a finales de 1700 para acabar con la esclavitud en Gran Bretaña.

Su hijo, Samuel, también era un creyente comprometido que una vez escribió que tener a Cristo como Señor en su corazón se puede definir en cuatro palabras:

Admitir. Someter. Encomendar. Transmitir.

Admitir nuestro pecado y la necesidad de Cristo como Salvador. Someternos a Él mientras abandonamos el pecado. Encomendar nuestro camino al Señor día tras día, y Transmitir a otros la verdad de Su evangelio.

Lo que me lleva al siguiente principio para el día de hoy.

  • No solo considera que el sufrimiento es una bendición;
  • No solo somete su vida a la voluntad de Dios;

 

  1. Tercero, recuerde, ¡usted tiene la respuesta final!

Versículo 15 de nuevo –

estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.

Escuche, cuando considera que el sufrimiento es una bendición y vive de manera distinta porque está sometiéndose a la Palabra de Dios, la gente le va a preguntar por eso.

La palabra traducida demandar (todo el que os demande razón) es un término informal, en lugar de algún tipo de interrogatorio formal.[xii]

En otras palabras, Pedro está describiendo una conversación normal. Puede ser en el trabajo, al frente de su casa, en el negocio, en el pasillo o en el salón de clases después de que suene la campana.

Quieren que les cuente la razón – una apología en el idioma original – que nos da nuestra palabra, apologética. Podría traducirse como “dar cuenta” o “dar defensa”. La apologética entonces significa defender o responder.

Entonces, como escribe Pedro, el mundo va a querer una respuesta, pero note lo siguiente: ellos no quieren que les dé razones de la fe que cree, sino de la esperanza que tiene. ¡Eso es lo que no pueden entender!

El primer siglo no fue muy diferente al siglo XXI. Cada era es una era de frustración, incertidumbre, angustia y pérdida. ¿Qué pasa con esos cristianos que ven el sufrimiento como una bendición y son fieles a su Señor y parecen tener una esperanza que trasciende esta vida? ¡Tengo que averiguarlo! ¡Tengo que preguntarles!

Y aquí está la implicación de este texto. No importa si:

  • no puede dar tres argumentos en contra de la teoría de la evolución.
  • o exponer el argumento cosmológico de la existencia de Dios.
  • o explicar dónde consiguió Caín a su esposa y cómo los caracoles llegaron al arca antes de que comenzara el diluvio.[xiii]

¡A final de cuentas, la gente quiere saber acerca de su esperanza! ¿Cómo puede manejar el sufrimiento de la manera en que lo haces y por qué ha entregado su vida a Jesucristo? ¡Quieren saber sobre eso!

Ahora, tenga cuidado. Eso no significa que viva una vida perfecta y que nunca se equivoque.

Solo recuerde quién está escribiendo aquí y le dice que esté listo para dar defensa de la esperanza que tiene en Cristo. ¿Quién fue? Pedro, el discípulo que salió corriendo después de mentirles a los incrédulos que le preguntaron acerca de Jesús.

No necesita un registro perfecto; solo necesita decirles que su esperanza está en un Salvador perfecto.

Entonces, cuando alguien le pregunte cómo está manejando esa situación difícil, no necesita pensar: “Será mejor que ponga una sonrisa y diga: ‘Estoy bien'”.

¡Ese incrédulo podría necesitar escuchar toda la historia! Cuéntales toda la historia.

Hace poco me encontré con un relato bastante divertido que ilustra por qué necesita contar toda la historia. Un día, un anciano caminaba casualmente por un camino rural con su perro y su mula. De repente, una camioneta yendo a gran velocidad dobló la esquina, tirando al hombre, su mula y su perro a la zanja.

Más tarde, después de que el anciano se recuperó de su brazo y pierna rota, decidió demandar al conductor de la camioneta para recuperar sus gastos médicos. Mientras el anciano estaba en el estrado, el abogado defensor lo interrogó: “Ahora quiero que responda ‘sí’ o ‘no’ a la siguiente pregunta: ¿Le dijo usted o no al conductor después del accidente que usted estaba “perfectamente bien”?

El anciano respondió: “Bueno, yo, mi perro y mi mula estábamos caminando por el camino …” – el abogado lo interrumpió: “Señor, le pedí que me dijera ‘sí’ o ‘no’, ¿usted le dijo al conductor que estaba ‘perfectamente bien’ en el momento del accidente?

“Bueno, yo y mi perro y mi mula estábamos caminando…” El abogado apeló al juez, “Su Señoría”, dijo, “Este hombre se niega a responder la pregunta. ¿Podría insistir en que solo responda la pregunta en cuestión?

El juez dijo: “Bueno, obviamente quiere decirnos algo; así que déjelo hablar.

El anciano dijo: “Bueno, yo, mi perro y mi mula estábamos caminando por el camino y esta camioneta dio la vuelta a la esquina demasiado rápido, nos tiró a la zanja y me rompió el brazo y la pierna. El conductor se detuvo, salió de su camioneta, vio que mi perro estaba gravemente herido, regresó a su camioneta, tomó su rifle y le disparó. Luego vio que mi mula se había roto la pierna y le disparó. Entonces me dijo: “¿Y usted cómo está?”. Y le dije: “Estoy perfectamente bien”.[xiv]

Escuche, cuando le pidan que dé una respuesta, no la reduzca a: “Estoy perfectamente bien”. Eso puede sonar bien o espiritual, pero cuente más de su historia.

Los incrédulos necesitan saber que también está sufriendo. De hecho, está sufriendo algunas de las mismas cosas que ellos sufren, pero considera que es la obra de Dios en su vida que conduce a una bendición más profunda. De hecho, Pedro agrega a esta idea, en el versículo 17:

Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.

En otras palabras, solo sucederá si es la voluntad de Dios – y usted va a anclar su corazón a Él.

Sí, está sufriendo, pero está confiando en Su soberanía. Sí, nosotros también nos entristecemos, pero no como los que no tienen esperanza (1 Tes. 4:13).

¡Y el mundo simplemente no puede descifrar su esperanza!

Entonces, le preguntan sobre su esperanza, y Pedro agrega aquí que cuando les de su respuesta y les cuente toda la historia, se asegure de responderles, note al final del versículo 15, con mansedumbre y reverencia o respeto.

En otras palabras, evite cualquier tipo de arrogancia o falta de cortesía. No dé la impresión de que es superior o más inteligente que ellos.

Un autor comentó: No estamos tratando de ganar argumentos, sino almas perdidas para Cristo.[xv]

Ese es un buen recordatorio a medida que desarrolla sus habilidades y conocimiento de las Escrituras y del mundo que le rodea. A ningún incrédulo, agnóstico o ateo jamás lo han metido al reino de Dios a fuerza de argumentos.

Ese incrédulo con el que trabaja no está pensando durante la cena: “Vaya, ese tipo me gana cada vez que discutimos sobre la vida y la teología. Siempre tiene la mejor respuesta. Supongo que voy a tener que ser salvo”.

Dios nos ha llamado a ser testigos, no fiscales, cuando se trata de responder al incrédulo.

  • Considere el sufrimiento como una bendición;
  • Sométase a la voluntad de Dios;
  • Recuerde, ¡usted tiene la respuesta final!

Finalmente, número cuatro:

  1. ¡No ignore su conciencia!

Note el versículo 16.

Teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo.

Es posible que no pueda evitar ser calumniado, solo trate de no darles municiones.

Tenga una buena conciencia. Una conciencia, como escribió un autor, puede compararse con una ventana que deja entrar la luz de la verdad de Dios.[xvi]

Así que mantenga la ventana limpia con confesiones y limpiezas seguidas.

De nuevo, Pedro se refiere aquí a esa parte de usted que nadie puede ver. Nadie más que usted sabe lo que dice su conciencia.

  • Pedro ha hablado de considerar mentalmente el sufrimiento como una bendición;
  • Emocionalmente, a no entrar en pánico ante los problemas;
  • A exaltar a Cristo en la intimidad de su corazón;
  • Y ahora manteniendo su conciencia limpia.

Interesante, ¿no? Cuando se trata de una buena defensa de la fe, parece importar más cómo es en privado que lo que dice en público. Así que mantenga una buena conciencia, dice Pedro; lo cual, como verá, termina reflejando un buen comportamiento.

Incluso el mundo sabe lo que es un comportamiento malo, pecaminoso y malvado. Solo lea los periódicos. Y el mundo también sabe lo que es un comportamiento bueno y limpio.

Pedro parece estar dando una advertencia: si va a decirle a la gente que Jesucristo es la respuesta, asegúrese de que su vida no genere preguntas. Ese es el peor tipo de defensa.

De acuerdo con el apóstol Pedro, su vida debe una exhibición de la gracia, el poder, el perdón y la esperanza del evangelio de Jesucristo.[xvii]

Usted, querido creyente – su vida, actitudes, esperanza y confianza – usted es el argumento indiscutible de la verdad del cristianismo. Usted le enseña al mundo incrédulo.

  • Su angustia – y su esperanza en Cristo;
  • sus problemas – y su paz con Cristo;
  • Su sufrimiento – y sumisión a los propósitos de Cristo;
  • Sus fracasos – y el perdón recibido de Cristo;

Su vida redimida es la indiscutible realidad del evangelio de Cristo.

Así que, esa es la manera de lidiar con un ateo. Esta es la mejor defensa. Muéstrele y cuéntele a su mundo de ateos y religiosos sobre su propia vida – toda la historia siempre que pueda.

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el 2017

© Copyright 2017 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] Michael Bentley, Living for Christ in a Pagan World: 1 & 2 Peter (Evangelical Press, 1990), p. 132

[ii] Frank Turek, Stealing from God (NavPress, 2014), p. 153

[iii] Adapted from Turek, p. xxiv

[iv] Adapted from R.C. Sproul, 1-2 Peter (Crossway, 2011), p. 113

[v] Adapted from D. Edmond Hiebert, 1 Peter (BMH Books, 1984), p. 221

[vi] Hiebert, p. 223

[vii] Adapted from John MacArthur, 1 Peter (Moody Publishers, 2004), p. 197

[viii] Paige Patterson, A Pilgrim Priesthood: An Exposition of First Peter (Thomas Nelson, 1982), p. 123

[ix] Adapted from Paul Cedar, The Preacher’s Commentary: James/1 & 2 Peter/Jude (Thomas Nelson, 1984), p. 169

[x] Adapted from Hiebert, p. 226

[xi] Carolyn M. Noel, “At the Name of Jesus” quoted by Michael Bentley, p. 131

[xii] Hiebert, p. 228

[xiii] Adapted from Charles R. Swindoll, Insights: James, 1 & 2 Peter (Zondervan, 2010), p. 200

[xiv] Charles Price, from the sermon, In the Beginning: The Creator at Work, People’s Church Toronto

[xv] Warren W. Wiersbe, Be Hopeful: 1 Peter (David C Cook, 1982), p. 97

[xvi] Wiersbe, p. 97

[xvii] Adapted from Hiebert, p. 227

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