Lección 36: Preparándose para el Fin del Mundo

Lección 36: Preparándose para el Fin del Mundo

Pasaje Bíblico: 1 Pedro 4:7a.

“El fin de todas las cosas se acerca” dice el apóstol Pedro. ¿Que debemos hacer entonces? Muchos gastan enormes cantidades de dinero juntando provisiones y construyendo refugios. Otros ignoran la realidad mientras que aun otros entran en pánico sin saber muy bien que hacer. Como veremos en este pasaje, Dios tiene algunas cosas que decirnos sobre cómo prepararnos para el fin del mundo, tal como lo conocemos.

Transcripción

Introducción

Uno de los programas de televisión más vistos en los últimos años se llama “Preparados para el fin del mundo” y el eslogan dice: “¿Estás preparado?”

Millones de personas lo han visto y ha generado tendencia; miles de personas ahora están invirtiendo de alguna manera en algún tipo de preparación para algún tipo de desastre imprevisto, ya sea una lluvia radiactiva o un pulso electromagnético o una pandemia global que potencialmente acabe con la raza humana.

Se están gastando millones de dólares en preparación: comprando sistemas de purificación de agua o sistemas de filtro de aire para evitar la entrada del virus no deseado y hasta búnkeres subterráneos.

Un hombre sobre el que leí ya ha gastado más de $7 millones en la construcción de una casa subterránea que le permitirá sobrevivir a todo, desde un holocausto nuclear hasta alguna pandemia o incluso el colapso del mercado global.

Obviamente, estar preparado para los problemas no es un concepto del todo equivocado. La mayoría de nuestros automóviles vienen con una rueda de repuesto, ¿verdad? Varias personas tienen un generador de energía o por lo menos velas y linternas.

Pero ¿cuánto se puede preparar? Investigué un poco sobre este tema la semana pasada y finalmente encontré lo que estaba buscando; era una lista de lo que necesitaría comprar para sobrevivir una catástrofe global como una guerra nuclear.

Encontré una lista llamada Preparativos mínimos para una crisis. Suponiendo que tiene un búnker subterráneo o una cabaña en el bosque, debe tener como mínimo:

  • Una radio a pilas;
  • Un pico y una pala;
  • Una sierra con hoja extra;
  • Un martillo y muchos clavos;
  • Una bomba de ventilación para el refugio;
  • Láminas de plástico y cinta adhesiva para cubrir las ventanas;
  • Grandes recipientes para agua;
  • Una botella de lejía;
  • Una estufa portátil;
  • Fósforos de madera en un envase impermeable;
  • Recipientes y utensilios para almacenar y cocinar comida;
  • Un botiquín de primeros auxilios y un tubo de ungüento antibiótico;
  • Una lámpara de aceite;
  • Una linterna;
  • Suministro de alimentos deshidratados para 2 semanas;
  • Y un suministro de velas para 2 semanas.

Me di cuenta de que todo esto era para 2 semanas. No sé qué va a hacer después de 2 semanas, pero nuevamente, esta es la preparación mínima para una crisis.

Seguí leyendo en otros sitios y finalmente encontré una lista de 5 páginas a espacio simple. Esta es la lista para las personas que quieren prepararse en serio para vivir el resto de sus vidas por su cuenta.

Sabía que leí de un hombre que enterró 52 autobuses escolares y los reconvirtió en un refugio subterráneo. ¡52 autobuses! De todos modos, hagas lo que hagas, incluso si sólo tiene un contenedor enterrado en el patio trasero, llénelo con todo lo que ya he leído; pero ahora incluya:

  • Un sistema de almacenamiento al vacío;
  • Un sistema de purificación de agua;
  • Muchas verduras y frutas enlatadas junto con docenas de tarros de conservas vacíos y con sistema de enlatado a presión;
  • Muchas armas y municiones;
  • Cambie su dinero que tiene en la cuenta bancaria por oro y plata y póngalo en su caja fuerte subterránea;
  • Consiga un calentador de queroseno;
  • Y un calentador de propano;
  • Y una estufa a leña;
  • Y un horno solar;
  • Y un montón de herramientas y un suministro de tablas;
  • Y barriles y barriles de trigo y harina y levadura y sal…

y la lista continúa e incluye comunicadores de radio; todo tipo de equipo imaginable para acampar, cazar, buscar comida, limpiar y purificar y así sucesivamente.

Escuche, esto va a tomarle toda la energía y tiempo que tiene y le costará todo lo que tiene. Esta es una preparación seria.

Encontré un blog que decía con bastante humor que pasarse la vida preparándose para un evento catastrófico solo le proporcionará tres resultados posibles.

Primero, escribió, es posible que después de toda su preparación, no suceda nada catastrófico y muera de viejo.

Un segundo resultado posible es que algo suceda y muera de todos modos. En otras palabras, tenía todo listo en su complejo subterráneo abastecido, pero estaba a unos kilómetros de distancia ese día cuando ocurrió el evento cataclísmico y no pudo regresar al búnker a tiempo – algo sucedió, pero murió de todos modos.

O, en tercer lugar, algo sucedió y sobrevivió en su búnker. Ese evento catastrófico ocurrió, usted y su familia se dieron un festín con alimentos deshidratados y agua desinfectada a través de su sistema de filtración y lucharon contra todos esos vecinos hambrientos que no estaban preparados, pero luego, eventualmente, se enfermó o simplemente envejeció y murió. Hay algo de sabiduría en esa perspectiva.

Querido oyente, en ninguna parte se le ordena al creyente ni se le anima a preparar su vida y dar su vida para prepararse para algún desastre mundial.

De hecho, hay un versículo del Antiguo Testamento que nunca será el lema de los que hoy se preparan para el fin del mundo. No lo encontrará en un cuadro colgado de la pared de un búnker.

En el Libro del Génesis, Dios juzga a la humanidad y destruye la tierra con un diluvio global. Todos y todo en la tierra se ahoga, excepto Noé y su familia y dos de cada especie de animal, junto con un grupo de animales para sacrificar; probablemente conozca la historia.

Luego, Dios hace un pacto en el que promete que no volverá a enviar un diluvio nunca más y pone un arco iris como señal perpetua de su pacto. Me imagino que sabía eso también.

Lo que a menudo se pasa por alto son algunos detalles en ese pacto que Dios le da a Noé, y dura por el resto de la historia humana, tal como la conocemos.

Dios le dice a Noé en Génesis capítulo 8: No volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho (es decir, enviando un diluvio) – ahora fíjese; Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. (Génesis 8:21-22)

¿Sabe que significa esto? A la luz de estas promesas, no solo vemos el arcoíris, sino que:

  • no tenemos que temer la extinción de la raza humana. La gente seguirá plantando semillas y cosechando cultivos tal como lo hacen hoy
  • No debemos temer que el sol nos queme por completo ni que la tierra se congele. No debemos temer eso porque Dios promete que vamos a seguir teniendo tanto frío como calor.
  • Además, no debemos temer el colapso del sistema solar, la destrucción del sol y la luna, porque Dios promete la continuación de la rotación de la tierra y los otros planetas y estrellas, que continuarán provocando el ciclo de 24 horas del día y la noche junto con las cuatro estaciones: verano, invierno, primavera y otoño.

De hecho, si estudia el periodo de la tribulación al fin de la historia humana, también descubre que la tierra todavía está llena de miles de millones de personas (que evidentemente no han sido destruidas por una guerra nuclear o una pandemia). También se nos informa que incluso durante el período de la Tribulación, justo antes de que Cristo regrese y establezca Su reino, la tierra tiene muchos árboles, animales, agua, ríos, océanos, peces y toda clase de alimentos.

Mire, cuando se trata de teorías y escenarios catastróficos mundiales, la Biblia simplemente le arruina la fiesta. Más importante aún, nos mantiene enfocados.

Querido oyente, nunca se nos dice que pasemos nuestras vidas preparándonos para una catástrofe global; lo que se nos dice en la Biblia que debemos hacer es prepararnos para vivir nuestras vidas a la luz de la eternidad – la vida que tendremos más allá de esta.

Mi vida solo va a durar unas cuantas décadas. De hecho, probablemente no necesitaré mis 10 dedos para contar las décadas que viviré. Pero mi vida, y la suya, más allá de esta vida, durará para siempre. ¡No tiene suficientes dedos en las manos y pies, incluso si cada uno de ellos contara por mil millones de años!

Pero este es el punto: entre esta breve vida y la vida eterna por venir, Dios tiene algunas cosas que decirnos sobre cómo prepararnos para el fin del mundo, tal como lo conocemos.

Y Dios nos entrega esta enseñanza a través del Apóstol Pedro. Así que volvamos a la primera carta de Pedro y al capítulo 4. Mientras encuentra el pasaje, puedo decirte con anticipación que el inspirado consejo de Pedro sobre la preparación no tiene nada que ver con juntar fósforos, baterías de repuesto o conseguir un bunker subterráneo.

 

Exposición

Pedro nos va a decir cómo prepararnos verdaderamente a la luz de nuestro futuro eterno – observe el versículo 7.

Mas el fin de todas las cosas se acerca (1 Pedro 4:7a).

Deténgase allí: esto es lo más lejos que llegaremos hoy.

De hecho, para comprender lo que Pedro va a decirnos que hagamos, tenemos que responder la pregunta inmediata: ¿cuál es el fin de todas las cosas?

Parece que Pedro es simplemente otro alarmista que intenta llamar nuestra atención.[i] Bueno, él no es un alarmista en lo que respecta a los gérmenes o las bombas nucleares, pero si está haciendo sonar una alarma.

De hecho, todos excepto 4 libros en el Nuevo Testamento hablan del final de la historia humana tal como la conocemos. Desde las primeras páginas del Evangelio de Mateo, escucha a Juan el Bautista predicar: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado (Mateo 3:2). Y si va hasta el final del Nuevo Testamento, al Libro de Apocalipsis, escuchará al Señor Jesús decir: “Sí, vengo pronto”, a lo que Juan responde: “Amén. Ven, Señor Jesús” (Apocalipsis 22:20).

Y entre Mateo y Apocalipsis, escucha el mensaje una y otra vez sobre el inminente regreso de Jesucristo.

Inminente significa que puede ocurrir en cualquier momento. Es útil entender que cuando Pedro escribe aquí: el fin de todas las cosas se acerca, la palabra que usa para fin es telos en griego, que no significa terminación, sino cumplimiento. Se refiere a algo que ahora está completo.[ii]

Se puede entender como un hito o una meta que se está por alcanzar. Entonces Pedro nos está diciendo que una meta, o el cumplimiento, está cerca.

El fin de todas las cosas está cerca. “Todas las cosas” significa que todo va concluyendo y nos conduce a esta meta escatológica, este hito profético, este evento del fin de los tiempos, que para el creyente es la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. (Tito 2:13).[iii]

Y Pedro esencialmente dice que el evento de la aparición de Cristo se acerca. De hecho, el verbo traducido se acerca, “el final se acerca”, está en tiempo perfecto, lo que enfatiza que está preparado y listo para materializarse.[iv]

Un teologo escribió: “Pedro está representando a Jesucristo en el cielo, sentado a la diestra del Padre, esperando una palabra: ‘¡Ve!’”[v]

Ahora, que tenemos la Biblia completa, podemos ver que la segunda venida de Cristo es en dos fases.

La primera fase es lo que llamamos el rapto de la iglesia. Pablo escribe que de pronto, y sin previo aviso, seremos arrebatados para encontrarnos con el Señor en las nubes.

Pablo lo escribe así a los tesalonicenses:

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. (1 Tesalonicenses 4:16-17).

¿No es descabellado pensar que Jesús va a venir a la atmósfera, rodeado de nubes, para llevar a Su iglesia?

Bueno, si viaja unos 2000 años atrás, cuando Jesús ascendió al cielo, Lucas escribe en el Libro de los Hechos lo que sucedió después de que el Señor entregó su mensaje final a sus discípulos.

Habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.

En otras palabras, el Señor desapareció de su vista en las nubes.

Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. (Hechos 1:9-10)

Entonces, si Jesús ascendió literalmente hacia el cielo a través de las nubes y luego desapareció como lo registra Lucas, no es descabellado que Jesús pueda reaparecer repentinamente en las nubes, solo que esta vez, para llamar a su iglesia a reunirse con Él en las nubes y luego regresar al Cielo.

Y esa es la primera fase de Su venida; la primera fase de Su segunda venida es cuando Él viene por Su iglesia.

La segunda fase es cuando Él viene con Su iglesia. Léalo alguna vez por su cuenta, pero hay un evento notable en Apocalipsis 19 donde se ve al Señor viniendo del cielo con la hueste redimida. Él desciende a la tierra donde establece Su trono y Su Reino (Apocalipsis 19 y 20).

Pedro se está enfocando aquí en esta primera fase: la aparición del Señor y la culminación de esta meta, la iglesia viviente siendo arrebatada y yendo con Cristo.

Pablo llena algunos espacios en blanco sobre cómo se ve esa primera fase, el evento del rapto, cuando escribe a los corintios:

He aquí, os digo un misterio… todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. (1 Corintios 15:51-52).

¿Cuánto tiempo tomará el rapto – la resurrección de los muertos, la glorificación de nuestros cuerpos que están vivos, siendo llevados a las nubes para encontrarse con el Señor en el aire?

Pablo escribe aquí: en un abrir y cerrar de ojos. Eso es como chasquear los dedos. Estamos aquí, y al momento siguiente, ¡nos hemos ido!

Cuando Pedro escribe aquí, El fin de todas las cosas se acerca, se está refiriendo al próximo evento en el calendario profético: la aparición de Cristo cuando Él llame y se lleve a Su iglesia.

Este es un evento inminente, puede suceder en cualquier momento. Y si estaba a punto y listo para materializarse hace 2000 años, ¡imagínese qué tan listo está ahora!

Pero, así como los que se preparan para un evento catastrófico harían bien en aplicar el capítulo 8 de Génesis y las promesas de Dios con respecto al planeta tierra, los creyentes, los líderes de la iglesia y los religiosos deberían tomar en serio el capítulo 1 de Hechos, donde Jesús les dijo a sus discípulos que no les tocaba a ellos – o a nosotros – saber las fechas de estos eventos proféticos. Solo debemos enfocarnos en ser Sus testigos.

O el Evangelio de Mateo donde el Señor Jesús anunció en cuanto a Su segunda venida: Pero de ese día y la hora nadie sabe (Mateo 24:36).

Pero eso no ha impedido que la gente trate de adivinar, ¿cierto?

  • A medida que la peste negra se extendía por Europa, los líderes de las iglesias interpretaron que esta era una señal de la ira de Dios y se predijo el fin del mundo para el año 1346.
  • Los astrólogos de Londres predijeron que el mundo terminaría en 1524 en una inundación que comenzaría en Londres. Al menos 20.000 personas abandonaron sus hogares y buscaron asentarse en terrenos más altos. (Leer la promesa a Noé podría haber ayudado un poco en este caso).
  • El influyente pastor puritano, Cotton Mather, hizo varias predicciones sobre el fin del mundo; la última fue para 1716.
  • William Whiston predijo que un cometa que chocaría con la Tierra destruiría toda la vida en 1736. Todavía están haciendo películas sobre esa posibilidad.
  • Un ministro presbiteriano llamado Christopher Love predijo que en 1805 el mundo sería destruido por un terremoto.
  • En 1806, Mary Bateman de Inglaterra, tenía una gallina que había comenzado a poner huevos en los que estaba escrita la frase “Cristo viene”. Creó una tormenta de interés hasta que descubrieron que ella escribía el mensaje en los huevos con tinta corrosiva, y luego volvía a meter los huevos en la gallina. ¡Estoy seguro de que la gallina no quería tener nada que ver con la profecía después de eso!
  • John Wesley, fundador del Metodismo, predijo que el Reino Milenario comenzaría en 1836.
  • Wilford Woodruff, un Apóstol de la Iglesia Mormona predijo que el Reino de Dios en la tierra comenzaría en algún momento entre los años 1875 y 1925. Se dio a sí mismo 50 años de margen.
  • Camille Flammarion predijo que el cometa Halley envenenaría la atmósfera y posiblemente acabaría con toda la vida en el planeta en 1910. Se vendieron píldoras de cometa para proteger a las personas de los gases tóxicos. Lo más probable es que Camille hizo una fortuna.
  • Charles Russell, el líder influyente de lo que se convertiría en los Testigos de Jehová, predijo que la batalla final tendría lugar en 1914.
  • Jeanne Dixon predijo una alineación planetaria que destruiría el mundo el 4 de febrero de 1962.
    • Harold Camping llegó a los titulares en todo el mundo, ya que él y sus seguidores gastaron millones de dólares anunciando el 21 de mayo de 2011 como el día en que el mundo sería destruido en el juicio.

Y habrá más por venir, seguro. Repaso algunas de estas predicciones para protegerle de distracciones e incluso de desilusiones.

 

Conclusión

Hacer predicciones incorrectas produce al menos 5 resultados:

  1. Les da a los incrédulos una excusa para festejar. (“¡No sucedió y todavía estamos aquí! Después de todo, no va a haber un juicio, así que celebremos “).
  2. En segundo lugar, la predicación y la promesa del regreso de Cristo invitan a la burla (Pedro en su segunda carta habla de esto. El mundo ya se burla de nuestra creencia en la promesa de que Jesucristo regresará, entonces, ¿por qué querríamos agregar combustible a la burla del mundo al darles una fecha que el Señor ya dijo que no se cumplirá? – nadie sabe el día ni la hora – Mateo 24:36.)
  3. Tercero, las iglesias y los líderes de las iglesias pierden una valiosa credibilidad. (En otras palabras, si están equivocados en esto, ¿quién sabe si tienen razón en cualquier otra cosa que creen que dice la Biblia?)
  4. Cuarto, los creyentes se distraen de su misión. (Hacer discípulos pasa a un segundo plano durante el frenesí).
  5. Y los creyentes pueden desanimarse y desilusionarse acerca de la Biblia que pensaban que entendían.

 

  • Así que no establezca fechas;
  • No se distraiga;
  • No se arriesgue a desilusionarse o desalentarse;
  • Manténgase enfocado.

El fin de todas las cosas se acerca, lo que simplemente significa que debemos vivir a la luz de la eternidad. Debemos buscar y anhelar la promesa de la esperanza bienaventurada de la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo.

Y mientras esperamos, Pedro escribe: El fin de todas las cosas está cerca, por lo tanto… ¿Se dio cuenta de eso? ¡Entonces! ¡Por lo tanto! ¡Sed pues…!

A la luz del inminente regreso de Cristo – en otras palabras, debido al hecho de que el próximo punto en la agenda profética es el rapto de la iglesia, hay mucho por hacer.

Tenemos algunos preparativos que hacer. De hecho, en el resto de este capítulo, Pedro nos da 10 artículos para empacar en nuestro kit de supervivencia.

Y este no tiene nada que ver con acumular provisiones y protegernos a nosotros mismos. Pedro no nos va a decir que nos olvidemos de los demás y nos enfoquemos en nuestro bienestar futuro. En cambio, nos va a decir que las personas y la iglesia, vivir el evangelio y hacer discípulos serán más importantes que nunca a medida que se acerca el fin.

Hay 10 cosas con las que debemos abastecernos a fin de estar preparados mientras nos acercamos al final de todas las cosas.

Comenzaremos esta lista el próximo programa, si todavía estamos aquí… ¡y no estoy haciendo predicciones!

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el 2018

© Copyright 2018 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] Adapted from J. Ramsey Michaels, Word Biblical Themes: 1 Peter (Word Publishing, 1989), p. 39

[ii] John MacArthur, 1 Peter (Moody Publishers, 2004), p. 235

[iii] Adapted from D. Edmond Hiebert, 1 Peter, (BMH Books, 1984), p. 268

[iv] Duane F. Watson & Terrance Callan, Paideia Commentaries: First and Second Peter (Baker Academic, 2012), p. 102

[v] Charles R. Swindoll, Insights on 1 & 2 Timothy, Titus (Zondervan, 2010), p. 218

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