Lección 37: Cinco Prácticas para Alistarse para el Fin

Lección 37: Cinco Prácticas para Alistarse para el Fin

Pasaje Bíblico: 1 Pedro 4:7b-9.

La Palabra de Dios enseña de forma inequívoca que la venida del Señor es inminente. Esa verdad puede generar muchas reacciones. En este estudios encontramos cinco formas en que el Señor desea que respondamos ante esa verdad – cinco cosas que debemos poner en práctica a medida que se acerca el fin

Transcripción

Introducción

Quince años después de la Reforma Protestante, un pastor predijo que Cristo regresaría a las 8:00 am del 19 de octubre de 1533. Su predicción terminó causando un gran revuelo porque Martín Lutero, el famoso reformador, no estuvo de acuerdo con él. A pesar de la división, una gran multitud se reunió con este pastor temprano esa mañana. Ya que las 8:00 am llegó y nada ocurrió, y poco a poco se fue yendo la gente hasta que finalmente el pastor se quedó parado allí solo.

Siglos más tarde, un grupo de creyentes en Canadá predijo el regreso del Señor por Su iglesia en un día específico de 1902. Sería durante un mes de invierno. Pero para probar su fe, y dado que el rapto significaba que dejarían todo atrás, incluso su ropa, se desvistieron y esperaron al Señor, al aire libre, en medio del invierno canadiense, completamente desnudos. El artículo decía que no hubo ningún avistamiento del Señor, pero hubo varios casos de congelamiento. ¡De no creer!

Mencioné en nuestro estudio anterior que las predicciones de los creyentes, entre otras cosas, solo aumentan la burla del mundo incrédulo.

Pero esto no solo hace que los incrédulos se burlen del evangelio; también diluye la credibilidad del juicio venidero y el cristiano.

Cuando pasó el 2011, que fue otra fecha donde se predijo la venida de Cristo, esto es lo que dijo la asociación de ateos y humanistas de Carolina del Norte: “Aunque lo absurdo de esta [predicción] es obvio para la mayoría del mundo, esta es una gran oportunidad para resaltar estas extrañas creencias y crear conciencia de la necesidad de la razón.”

Para comenzar, permítame darle unas tres advertencias que Dios mediante, nos protegerán de desacreditar el evangelio o diluir la advertencia de las Escrituras mientras vivimos nuestra fe en Cristo y anhelamos y buscamos la esperanza bienaventurada que es, como Pablo escribió:

la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo (Tito 2:13):

  • Advertencia #1: La Escritura no proporciona ninguna predicción de un día, año o siglo para ningún evento futuro.

¿Por qué no? porque el Señor dijo: En cuanto al día y la hora, nadie sabe. (Mateo 24:36)

El predecir cualquier hora, día, semana, mes, año, siglo o milenio está equivocado y, de hecho, es desobediencia.

  • Advertencia #2: No hay ninguna señal que deba cumplirse antes de que la iglesia sea arrebatada.

Todos los libros sobre señales de terremotos y lunas de sangre y hambrunas y desastres – esas son cosas que se cumplirán durante el período de la Tribulación. Los desastres naturales de los que escuchamos todos los días no son los que se han predicho para la tribulación, descritos por el apóstol Juan en el Libro de Apocalipsis.

Desde la creación de la iglesia, descrita en el Libro de los Hechos, hasta el día de hoy, unos 2000 años después, no ha habido nada en el camino del regreso de Cristo por Su Novia.

Pablo alentó a los tesalonicenses en su segunda carta que estaban pensando que la persecución que estaban sufriendo, de alguna manera, indicaba que se habían perdido el rapto y estaban en la Tribulación.

Pablo les dijo que la tribulación será un tiempo de gran apostasía y el engaño del Anticristo, así como el juicio de Cristo – ese Día de Jehová, profetizado en las Escrituras, cuando se derramará la gran ira de Dios sobre la tierra (2 Tesalonicenses 2:1-5).

Como nada de eso había sucedido, Pablo les aseguró a los tesalonicenses que ciertamente no se habían perdido el rapto.

De lo que sí hablan los Apóstoles es del inminente regreso de Cristo. Es decir, podría suceder en cualquier momento.

En nuestro último programa, estudiamos ambas fases de Su segunda venida:

Fase 1 – Su venida en las nubes por los santos (1 Tesalonicenses 4)

Fase 2 – Su venida a la tierra/Jerusalén con los santos (Apocalipsis 19)

Y aquí está la perspectiva inequívoca de la iglesia primitiva: los Apóstoles continuaron diciendo que el regreso de Cristo podía ser en cualquier momento.

Ahora, nunca se hubieran imaginado que pasarían más de 2000 años. Solo escúchelos mientras escribían sus cartas en el primer siglo:

El Apóstol Santiago escribió,

Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor… porque la venida del Señor se acerca (Santiago 5:7-8).

El Apóstol Juan escribió:

Hijitos, ya es el último tiempo (1 Juan 2:18).

Pablo escribió que

los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados… para recibir al Señor en el aire (1 Tesalonicenses 4:17).

Aquí está la tercera advertencia a la luz de todas las predicciones y pronósticos que encuentra en la librería cristiana promedio hoy en día:

  • Advertencia #3: No nos estamos acercando a los últimos días, estamos viviendo en ellos.

En el Libro de Hebreos leemos:

En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo. (Hebreos 1:2)

Según el Nuevo Testamento, usted y yo estamos viviendo en los postreros días. Estos son los últimos días. La era – la dispensación – de la iglesia pasa a llamarse en las Escrituras, los últimos días.

Y todavía estamos aquí en estos últimos días esperando a Jesús, tal como lo hizo el Apóstol Pablo y el Apóstol Juan y Santiago y Pedro. Jesús viene por la iglesia.

Pero él no ha vuelto aún; entonces, ¿qué hacemos ahora? ¿Cómo nos preparamos para el fin de la era de la iglesia?

Eso es exactamente lo que Pedro nos dice a continuación en su carta. Si aún no lo ha hecho, abra su Biblia en 1 Pedro 4 y el versículo 7.

El fin de todas las cosas se cerca, por lo tanto… (1 Pedro 4:7)

En otras palabras, el próximo evento en el calendario profético es ciertamente el rapto de la iglesia. Pedro escribe, está cerca – o sea, es inminente.

Y ahora, él nos va a decir cómo prepararnos en los últimos días, mientras esperamos el rapto de la iglesia.

En este programa veremos 5 formas de responder a esa noticia: cinco cosas para poner en práctica a medida que se acerca el fin.

 

Esperando el Fin

Y creo que es gracioso que esta sea la primera respuesta que menciona Pedro:

  1. Mantenga la calma.

Pedro escribe: sed, pues, sobrios o prudentes.

La palabra en griego describe a alguien con la cabeza fría y una mente equilibrada.[i]

Esto describe a alguien ejerciendo dominio propio; en otras palabras, ¡no entre en pánico!

Un comentarista escribió que esta palabra implica: “Una medida de control sobre su pensamiento y acciones que permite una perspectiva equilibrada de cualquier situación. Cuando todo se sale de control, permanece sensato, dependiendo del Espíritu Santo que hace posible que persevere en la vida y el ministerio.”[ii]

Mantenga la calma porque Él tiene el control.

  1. Manténgase enfocado.

Pedro continúa escribiendo: sed, pues, sobrios y velad – o sed prudentes, y de espíritu sobrio. Velar o estar sobrio significa estar alerta, ser espiritualmente observador.[iii] No se queda dormido al volante, por así decirlo.

La palabra tiene la connotación de estar sobrio, que es lo opuesto a estar borracho, porque cuando alguien está borracho no tiene el control total de sus facultades y sentimientos.[iv]

No están discerniendo; realmente no saben dónde están. Y ciertamente no pueden caminar en línea recta, ni física ni espiritualmente. Sus pensamientos están confusos y mezclados y no pueden concentrarse en la vida. Esa es la idea detrás de la palabra aquí.

Pero el cristiano necesita saber cómo caminar y hacia dónde; debe poder pensar con claridad y verdad.

Así que Pedro está usando verbos que literal y metafóricamente significan mantenerse alerta. No entrar en pánico; pensar en la vida desde la perspectiva de Dios. Manténgase alerta; mantenga la calma y manténgase enfocado.

Un autor lo expresó de esta manera: “Ser prudente y de espíritu sobrio significa que cuando ocurre un desastre natural, no entra en pánico; o cuando se elige a un funcionario de gobierno que no le gusta, o las noticias de la noche parecen estar llenas de malas noticias, no se preocupa. Tampoco salta de un edificio. Esto también significa que no renuncia a su trabajo porque Jesús podría regresar hoy. Se mantiene trabajando diligentemente y viviendo con un sentido constante de propósito a la luz de la hora desconocida de la venida de Cristo.”[v]

Lo que Pedro ofrece a continuación es el secreto para mantener este tipo de equilibrio, calma, sensatez y discernimiento.[vi]

  1. Siga orando.

Sed pues prudentes y de espíritu sobrio para la oración.

  • Hay cosas que pueden alarmarlo. Pedro dice que empaque en su kit de supervivencia el elemento y el hábito y la práctica de la oración.
  • Los eventos actuales pueden confundirlo – así que ore.
  • El mundo parece estar fuera de control – ore.

Varias veces en el Nuevo Testamento se le manda al creyente a velar y orar (Mateo 26:41, Efesios 6:18, Colosenses 4:2).

Y aquí Pedro repasa una lección que aprendió de la manera más difícil, ¿verdad?

¿Cree que él alguna vez olvidó la invitación personal del Señor de orar con Él en el Huerto de Getsemaní?

Lo que Jesucristo estaba tratando de enseñarle a Pedro era que, cuando los desafíos, las sorpresas o las tentaciones se presenten en su camino, la oración lo prepara para la batalla.

No debe orar solo cuando venga la tentación, debe orar porque vendrá la tentación. No entre sin preparación.

Recuerdo una vez, cuando mis hijos tenían 5 años, que estábamos orando una mañana después del desayuno antes de ir a la escuela y nos turnábamos para orar. Era el turno de uno de mis hijos esa mañana y él anunció con bastante naturalidad: “No voy a orar”. Yo pensé: “¡Tengo un apóstata en la familia y solo tiene 5 años! Me quedé lo más tranquilo que pude y le dije: “Bueno hijo, ¿por qué no vas a orar?”. Y él dijo con indiferencia: “Porque no hace falta”.

Me llamó la atención después que mi hijo de 5 años simplemente dijo lo que vivimos. No lo diríamos en voz alta, pero solemos pensar que no necesitamos orar porque las cosas están bien.

Pedro recuerda ese momento cuando realmente no pensó que necesitara más oración. Lo que pensó que necesitaba era dormir más.

Mire, Pedro no se derrumbó espiritualmente cuando negó a Jesús en la casa del sacerdote. Se derrumbó en el huerto de Getsemaní. Antes de que entrara en esa casa, Pedro estaba preparado para caer.

No es de extrañar aquí que Pedro, un hombre mayor – un sabio discípulo, un hombre que escribe, no como alguien que domina la disciplina de la oración – él no está diciendo eso, o que nunca se pierde su tiempo de oración – no, él está escribiendo como un hombre que nunca olvidó cómo se perdió uno de los momentos de oración más importantes de su vida.

No es de extrañar que Pedro esencialmente le escriba a cada creyente, “Escucha… mientras te preparas para vivir en estos últimos días, recuerda, el final está cerca, así que ¡sigue orando!” Él aprendió la lección. Querido oyente, ¡nosotros también deberíamos!

Una versión de la Biblia traduce esta frase: Mantén la calma y la serenidad de espíritu con miras a entregarte a la oración.[vii]

Tenga en cuenta que Pedro no está sugiriendo 5 minutos o 15 o incluso una hora de oración. Se refiere a un estilo de vida que practica la disciplina de mantener una mente y un corazón en comunión continua con el Señor. Es a lo que Pablo se refirió cuando dijo “Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17)

Puede haber momentos dedicados para la oración, y debería haberlos, pero la oración es una conversación con el Señor que comienza cuando se despierta por la mañana y termina justo antes de que se duerma por la noche. La conversación se interrumpe, pero no termina.

Recientemente leí una maravillosa ilustración de este tipo de oración. Contaba un evento detrás de escena en 1982 cuando un programa de televisión en la ciudad de Nueva York iba a entrevistar a Billy Graham, lo que le dice cuánto ha cambiado el contenido televisivo. Cuando llegó al estudio de Nueva York, uno de los asistentes del programa le informó al asistente de Billy Graham que se había reservado una habitación privada para el pastor para que orara antes de la transmisión. El asistente le agradeció al productor por el considerado gesto, pero luego le dijo que el Sr. Graham no necesitaría la sala. El personal de televisión se sorprendió un poco de que el mundialmente famoso líder cristiano no quisiera orar un poco antes de ser entrevistado en la televisión nacional en vivo. El asistente de Graham respondió amablemente: “El sr. Graham comenzó a orar cuando se levantó esta mañana; oró mientras desayunaba; oró en el camino hacia aquí en el auto y probablemente estará orando durante toda la entrevista.”[viii]

Como verá, puede mantener la calma y mantenerse enfocado porque sigue orando.

Pedro agrega otra práctica de alistarnos para los últimos tiempos. Aquí está, número 4:

  1. Continúe amando.

Note 1 Pedro 4 y ahora el versículo 8.

Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. (1 Pedro 4:8)

Ahora Pedro se enfoca en cómo debemos tratarnos unos a otros mientras esperamos la venida del Señor. Así es la vida en el cuerpo de Cristo.

Observe cómo Pedro comienza el versículo 8, con la frase, ante todo, es decir: esto es de suma importancia -lo más importante es esta práctica: que se amen unos a otros fervientemente, o podría traducirlo, profundamente.

La palabra ferviente se usaba en el mundo griego para describir un caballo al galope, con músculos tensos y haciendo un esfuerzo sostenido mientras corría.[ix]

En otras palabras, ponga todo el esfuerzo que pueda en mostrar amor hacia el cuerpo de Cristo.

Y aquí vemos uno de los motivos de por qué necesitamos este amor genuino. Pedro escribe, porque el amor cubrirá multitud de pecados. ¡Qué bueno es eso!

Ahora, no lo malinterprete: Pedro, ni ninguna parte de la Biblia nos dice que, como cristianos, podemos perdonar el pecado o ignorar el pecado y menos aprobar el pecado y no disciplinar el pecado no arrepentido en la iglesia.[x]

A lo que Pedro se refiere aquí es a una actitud de gracia. De hecho, casi todos los teólogos que leí señalaron el pasaje del Antiguo Testamento que Pedro hace alusión aquí.

Se encuentra en Proverbios 10:12:

El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas.

El contraste nos ayuda a entender lo que Pedro está diciéndole al creyente.

Lo que Pedro quiere que demostremos, mientras esperamos la venida de Cristo, es un espíritu lleno de gracia, evitando ser mezquinos o quisquillosos. Evita andar de chismoso difundiendo los pecados y defectos de los demás. Pedro quiere que evitemos un espíritu de odio que ama señalar las faltas de los demás para crear problemas.

Pedro nos manda a amar fervientemente. En otras palabras, a amar con todas sus fuerzas.

Permítanme mencionar una práctica más para nuestro estudio de hoy; número 5:

  1. Esté disponible.

Note el versículo 9 donde Pedro escribe; Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.

Vemos la actividad y el espíritu, sin quejas o reservas.

En el primer siglo, la hospitalidad era una necesidad práctica. Había algunas posadas, pero la mayoría de ellas también funcionaban como burdeles. Las posadas eran inseguras e indeseables.

Y a medida que aumentaba la persecución contra los cristianos, los creyentes eran excluidos e incluso expulsados de sus hogares.[xi]

Tenga en cuenta que durante los primeros 200 años no habían edificios dedicados para la iglesia.[xii]

Cada congregación se reunía en la casa de uno de los miembros más adinerados, quien tuviera el patio interior o alojamiento más grande para acomodar a todos.

En Romanos 16:5 y 1 Corintios 16:19, Pablo elogió a personas que recibían a la iglesia en sus hogares.

Ahora, el hecho de que Pedro aquí ordena ser hospitalarios nos enseña que no era más fácil serlo en el primer siglo que en el siglo XXI. No todos se ofrecían como voluntarios automáticamente.

La hospitalidad puede ser inconveniente;

  • Puede ser costosa;
  • Toma tiempo;
  • Puede drenar recursos, o las personas que reciben pueden ser desagradecidas, no muy amables, ordenadas o limpio. Quizás no le digan ni gracias

Puede ser una necesidad repentina y no estabas listo para suplirla.

Incluso puede que le tome más tiempo de lo que esperabas. De hecho, es posible que se aprovechen de su hospitalidad… inocentemente.

Recuerdo cuando mi esposa y yo habíamos estado casados por solo unos meses y estábamos recién ordenando nuestro apartamento. Acababa de entrar al seminario a tiempo completo y ella trabajaba para sustentarnos.

Estábamos en la iglesia un domingo por la noche y sentado cerca de nosotros estaba una pareja de misioneros que visitaba la ciudad. Los reconocí porque habían vivido en mi ciudad natal. Después del culto los fuimos a saludar. Charlamos un poco y luego les dije: “¿Dónde van a cenar esta noche?” Ellos dijeron: “No tenemos planes”. Yo les dije: “¡Genial! ¡Vengan a nuestro apartamento para cenar! “

De camino a casa, mi esposa me dijo: “Cariño, me alegro de que los hayas invitado, pero evidentemente no sabes que no hay comida en la casa porque no me pagan hasta la próxima semana”. Ella me dijo que todo lo que teníamos en el refrigerador era una cabeza de lechuga y un tomate y un poco de aderezo para ensaladas. Suficiente para nosotros, pero apenas suficiente para cuatro personas.

Aun así, nunca se hubiera enterado de la crisis en cuestión; Mi esposa hizo una gran ensalada y nos sentamos en nuestra pequeña mesa de cocina para comer y hablar. Cerca del final antes de que se fueran, les pregunté: “Entonces, ¿dónde se quedan esta noche?” Me dijeron: “No tenemos planes”. Yo les dije: “¡Genial! ¿Por qué no se quedan aquí? ” Me dijeron: “Eso será perfecto”.

Teníamos un apartamento de una habitación. Mi esposa amorosamente les dio nuestra habitación, cambió las sábanas, organizó todo y nosotros dormimos sobre unas frazadas en el piso de la sala de estar. En realidad, a mí me mandaron a dormir afuera – broma.

El problema fue que, al levantamos a la mañana siguiente, yo me fui al seminario y mi esposa se fue a trabajar, pero ellos se quedaron en la cama. Y cuando llegamos a casa esa noche, ¡todavía estaban allí!

Evidentemente, no planeaban irse. ¡Y ya habíamos comido toda la lechuga!

Alguien dijo que la hospitalidad es hacer que las personas se sientan como en casa, cuando realmente desearías que estuvieran allá.[xiii]

Más tarde descubriríamos que esta pareja simplemente iba flotando de un lugar a otro sin ningún propósito o plan. Y nos habíamos convertido ingenuamente en los próximos en la lista. Nos reímos de eso ahora… después de años de consejería bíblica.

El final se acerca, escribe Pedro, entonces ¿nos escondemos del mundo? ¿Salimos de la iglesia? ¿Nos escapamos a las montañas?

No. No se asuste: manténgase enfocado, siga orando, continúe amando gentilmente a los demás y manténgase involucrado y disponible para los que pasan por necesidad.

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el 2018

© Copyright 2018 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] Fritz Reinecker & Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 763

[ii] R. Kent Hughes, 1 & 2 Timothy and Titus (Crossway, 2000), p. 175

[iii] John MacArthur, 1 Peter (Moody Publishers, 2004), p. 240

[iv] D. Edmond Hiebert, 1 Peter (BMH Books, 1984), p. 270

[v] Charles R. Swindoll, Insights on James, 1 & 2 Peter (Zondervan, 2010), p. 218

[vi] Adapted from Swindoll, p. 218

[vii] Warren Wiersbe, Be Hopeful: 1 Peter (David C Cook, 1982), p. 121

[viii] Citation: http://www.preachingtoday.com/illustrations/2012/august/7082712.html

[ix] Adapted from Hiebert, p. 272

[x] Adapted from Derek Cleave, Focus on the Bible: 1 Peter (Christians Focus, 1999), p. 128

[xi] Cleave, p. 129

[xii] Hiebert, p. 274

[xiii] Cleave, p. 129

 

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