Lección 52: Algunas Palabras Finales de Pedro

Lección 52: Algunas Palabras Finales de Pedro

Pasaje Bíblico: 1 Pedro 5:12-14.

Pedro concluye su carta reconociendo a un hermano fiel en Cristo y animando a la iglesia. Él anima a la iglesia a servir, a ser amorosa y amable entre sí. Eso significa que la iglesia llora unos con otros, se complementa, ora unos por otros y se alegra unos por otros. La iglesia es el cuerpo de Cristo y debe estar unida y mantenerse firme en el evangelio. No se trata de nosotros. No se trata de nuestro pequeño rincón del mundo o nuestra pequeña iglesia. Se trata de Dios y de compartir quién es Él con los demás.

Transcripción

Introducción

Hemos llegado a nuestro último estudio de la primera epístola de Pedro y este es nuestro estudio número 52. Esta ha sido una carta muy práctica y alentadora que he disfrutado mucho estudiando junto con usted… y, sinceramente, aún con todos estos estudios solo hemos rozado la superficie.

Una cosa es segura: la palabra inspirada de Dios a través de Pedro es tan vigente hoy como lo era cuando se leyó por primera vez en las iglesias esparcidas por todo el Imperio Romano… a los creyentes que sufrían por su fe en su Señor – creyentes que se preguntaban: “¿Cómo vamos a vivir para Cristo cuando todo se está poniendo de cabeza?”

Así que volvamos allí juntos por última vez: 1 Pedro capítulo 5. Nos quedan solo tres versículos, pero allí encontramos a algunas personas muy especiales a las que Pedro quiere agradecer.

Principios para nuestra vida

Mientras exploramos estos últimos tres versículos, quiero estructurar nuestro estudio en ocho principios que se pueden aplicar a nuestras propias vidas.

Y el primer principio es este:

  1. No pase por alto la importancia de ser una persona confiable

Ahora note cuando Pedro comienza escribiendo en el capítulo 5, versículo 12: Por conducto de Silvano, a quien tengo por hermano fiel, os he escrito brevemente (1 Pedro 5:12a).

Alto. Detengámonos allí y tomemos un momento para estudiar la descripción de Silvano, un hombre que Pedro llama un hermano fiel.

Esta palabra traducida “fiel” (pistos en griego), significa que era él era el tipo de persona en la que se podía confiar para una misión o tarea en particular.[i]

¿Quién era él? Para empezar, era un ciudadano romano culto y bien educado. Era mejor conocido, no por su nombre formal en latín, Silvano, sino por su nombre griego, Silas.

Cuando lo encontramos en la Escritura por primera vez, él es un líder en la iglesia primitiva, parte de ese importante concilio en Jerusalén que reconoció en Hechos 15 que los gentiles podían ser parte de la iglesia sin convertirse en judíos.

Luego, durante el primer viaje misionero del apóstol Pablo, Pablo y Bernabé habían traído al viaje a un joven llamado Juan Marcos. Pero algo sucedió durante ese viaje que hizo que Marcos simplemente renunciara. Fue repentino, inesperado e increíblemente decepcionante. Independientemente de lo que ocurrió, Juan Marcos decidió hacer las maletas y volvió a casa.

Más tarde, cuando Pablo y Bernabé comenzaron a prepararse para su segundo viaje misionero, Juan Marcos se ofreció nuevamente como voluntario, y Bernabé quería llevarlo. Pero Pablo se negó. “vamos a arriesgar nuestro viaje misionero con ese desertor en el equipo” Dijo.

Su diferencia de opinión acerca de Juan Marcos se convirtió en un debate que finalmente, dividió a Pablo y Bernabé después de años de compañerismo ministerial. Sabemos que más tarde volvieron a trabajar juntos, pero mientras tanto, Bernabé se fue con Juan Marcos como su compañero, y Pablo se fue con este líder de la iglesia llamado Silas al campo misionero.

Silas era el tipo de compañero de ministerio que le gustaba a Pablo: fiel, trabajador, perseverante, positivo, y siempre listo.

Ambos cumplieron condena en la cárcel por su fe. De hecho, probablemente se acuerde que ese dúo de Pablo y Silas comenzaron a cantar desde su celda una noche.

Más tarde, Silas pasaría tiempo sirviendo con Pedro, quien, por cierto, había tomado como su discípulo a Juan Marcos, conocido simplemente como Marcos. Hablaremos más sobre eso después.

Ahora, unos 25-30 años más tarde, encontramos a Pedro dictándole esta carta a Silas. El versículo 11 da a entender que Silas es el escribano de Pedro. Y esto ayuda a explicar la pulida gramática griega de esta carta, cuando Pedro era un pescador sin tanta educación.

Sabemos que los escribas usaban un sistema de escritura abreviada mientras escuchaban los dictados y luego lo volvían escribían todo más tarde. El escriba arreglaría las oraciones, acomodaría los pensamientos y arreglaría la gramática, y el autor finalmente editaría y aprobaría la copia final.[ii]

Esto es exactamente lo que Silas y Pedro hicieron juntos. Y lo que esto también significa es que Pedro ahora toma la pluma de Silas y él mismo escribe los versículos 12, 13 y 14… y no sorprende que haya algunos cambios de gramática y vocabulario, a medida que este viejo pescador toma la pluma.

Me di cuenta de que Silas no es conocido por este proyecto. De hecho, si Pedro no hubiera hecho este pequeño comentario, nunca hubiéramos sabido que Silas estaba en la habitación.

Pero por lo que conocemos sobre Silas, él habría estado perfectamente feliz de esa manera. Él estaba completamente contento de jugar un papel secundario ayudando a los Apóstoles y la iglesia primitiva.

Casi sin reconocimientos o aplausos y sin nada de regalías por parte de las editoriales, Silas simplemente pasa a la historia como un fiel y digno servidor de Jesucristo.

Escuche, hay mucha gente hoy que está dispuesta a hacer grandes cosas para Dios, pero no suficientes personas dispuestas a hacer cosas pequeñas para Dios… Cosas simples, redundantes, aburridas… cosas invisibles

¡Pero la verdad es que la iglesia de entonces y la iglesia de hoy no pueden sobrevivir y prosperar sin ellos!

Por cierto, aprendemos algo de Pedro aquí también, y permítanme hacer de este nuestro segundo principio;

  1. No se niegue a dar cumplidos a los que son fieles

Esta no es una frase insignificante. Mire nuevamente: Por conducto de Silvano, a quien tengo por hermano fiel (1 Pedro 5:12)

En otras palabras, he notado esto sobre Silas: es un hermano fiel, y quiero que lo sepan. Esta fue la forma en que Pedro se quitó el sombrero ante un hermano fiel que merecía escuchar las palabras “Bien hecho” no solo de Jesús, sino también de la iglesia.

Eso me llevó a preguntarme, ¿le hemos dado las gracias a alguien últimamente? ¿Qué hay de esas personas en sus primeros años como cristiano que le enseñaron, alentaron, marcaron, motivaron?  y en años más recientes, lo desafiaron, o tal vez se sentaron a su lado cuando estaba enfermo, o le dieron una palabra de aliento cuando estaba deprimido.

¿Qué pasa con las personas que lo servirán esta semana en la iglesia detrás de escena? cuidando a su bebé en la guardería y cantándole mientras grita como loco; enseñando a sus niños pequeños que no pueden quedarse quietos, discipulando a sus adolescentes a través de las transiciones de la vida; preparando el café o dirigiendo el grupo pequeño, o planificando la actividad o colocando las sillas, y así sucesivamente.

Envíeles un mensaje o dígales cuando los vea: “Sabes, estoy bastante seguro de que muchas personas ni siquiera saben lo que haces, pero quiero que sepas que me he dado cuenta de tu fiel servicio y solo quería transmitir mi agradecimiento!

Si lo hace en persona, es posible que quiera llevar algunas sales aromáticas porque es probable que esa persona se desmaye con la sorpresa de que alguien se haya dado cuenta.

Y, por cierto, no se limite a fijarse en ellos y agradecerles, considere unirse en ese papel de servicio. El hecho de que los haya notado podría ser la forma en que Dios mueva su corazón tomar ese puesto o función en el ministerio: no le importará si es al frente o al fondo, o detrás de escena. Estará contento de formar parte de la obra de Dios.

  1. No se guarde las buenas noticias

Pedro dice: os he escrito brevemente, amonestándoos, y testificando que ésta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis (1 Pedro 5:12b)

Este es el mensaje del evangelio – la palabra evangelio simplemente significa “buenas noticias”. Pedro escribe: Les escribí para animarlos y confirmar la verdad sobre la gracia de Dios. Y él se está refiriendo aquí al mensaje del evangelio.

Y Pedro dice, esto es lo que me motivó a escribirles. Escuche, es fácil pasar por alto el hecho de que Pedro no se quedó de brazos cruzados.

Fácilmente podría haber pensado de que no era un autor. Incluso con la ayuda de Silas, probablemente pensó: “¿Qué tengo que decir?

Además, todos en la iglesia sabían que Pedro muchas veces había hablado sin tener nada que decir.

Pero ese no era el caso con Pedro. Él no iba a guardarse las buenas noticias para sí mismo.

Entonces, como Pedro escribe aquí, “Estad firmes en ella – en la gracia de Dios, el evangelio de Cristo. Hoy es Su portavoz, su embajador, su representante en ese hogar, en su trabajo, en ese salón de clases.

Entonces, ¿a quién le ha contado las buenas nuevas de Jesús en las últimas semanas y meses?

¿Qué hay de sus hijos? ¿Qué hay de sus nietos? ¿Qué hay de ese compañero de trabajo, ese vecino o ese compañero de clase?

Escuche, si la difusión del evangelio dependiera literalmente de usted y de mí, ¿quién lo escucharía este año?

No nos quedemos con las buenas nuevas de la gracia de Dios y no nos desviemos de nuestro compromiso con este evangelio de gracia.

  1. No ignore la realidad del sufrimiento en la vida de los demás.

Observe lo que Pedro escribe a continuación:

La que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan (1 Pedro 5:13)

Lo que Pedro está haciendo es simplemente referirse a la iglesia como un ente femenino – y eso no sería extraño ya que en otros lugares se la describe como la novia de Cristo. De hecho, el sustantivo traducido como iglesia es un sustantivo femenino.

Ahora note de nuevo – La que está en Babilonia. Si no entendemos el sentido figurado, va a ser confuso saber lo que Pedro quiere decir aquí.

Sabemos que, en la literatura judía, Babilonia era una palabra que se usaba para Roma, y Babilonia sería un término apropiado para Roma.

Un autor del primer siglo y líder de la iglesia conocido como Beda escribió que Pedro podía referirse a Roma como Babilonia debido a su idolatría e inmoralidad.

Fue Babilonia la que llevó cautivo al pueblo de Israel (2 Reyes 24); en el pasado, Babilonia era el peor enemigo de los judíos y ahora, Roma era el peor enemigo de los primeros cristianos.[iii]

La mayoría cree, y yo estoy de acuerdo, que Pedro usó la palabra Babilonia para hablar de Roma, simplemente para proteger a la iglesia que se encontraba allí, en caso de que se encontrara este manuscrito, y como ya hemos comentado, en caso de que las palabras potencialmente traicioneras de Pedro se sacaran de contexto.

Pedro estaba protegiendo la identidad de la iglesia. Lo que me lleva a sacar el siguiente principio: Pedro era sensible al hecho de que sus hermanos y hermanas estaban sufriendo. Él no quería añadir más sufrimiento y poner sus vidas en más peligro del que ya estaban.

Permítame sacar otro principio de esta frase: número 5;

  1. No olvide que su iglesia no es la única que importa

Pedro cuidadosamente incluye a las otras iglesias – observe nuevamente: La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros (1 Pedro 5:13).

Como si dijera, ¡estamos juntos en esto! Las iglesias que llevan el evangelio de la verdad y la gracia en cada rincón del mundo son todas importantes.

Todos somos miembros de Un Cuerpo de Cristo, adorando y sirviendo en distintas iglesias locales. Y es importante saludarse… y orar los unos por los otros.

Por lo general, mientras conduzco a la iglesia el domingo por la mañana, dedico tiempo a confesar mis pecados y mi necesidad de perdón y la fortaleza de Cristo… y luego oro por cada pastor que recuerde por nombre y luego por cada pastor en general que se ponga de pie y predique ese día la verdad del evangelio de Jesucristo. Estamos en esto juntos.

Querido oyente, es fácil pensar que a Dios solo le importa nuestro pequeño mundo que nos rodea, nuestro pequeño movimiento, nuestra pequeña asociación, nuestra pequeña denominación, nuestra pequeña iglesia local, nuestra región, nuestro país natal.

Me temo que mucha gente piensa que Dios es bautista, y que todo lo bueno va a salir de los bautistas; o peor aún, me temo que muchos cristianos piensan que Dios es de su ciudad. Ese cumplimiento profético está de alguna manera ligado a lo que está sucediendo en mi ciudad. Dios no es estadounidense o latinoamericano, alemán o australiano.

Dios está llamando a una iglesia a sí mismo, por el evangelio de la gracia, de todo el mundo; y es una iglesia formada por estadounidenses, latinoamericanos alemanes y australianos. Pero como Pablo nos recuerda a todos: nuestra ciudadanía está en el Cielo.

Y un día las naciones del mundo dejarán de existir cuando Jesús cree una nueva tierra y nuevos cielos y todos nosotros como una nación santa (1 Pedro 2:9) finalmente lo adoremos para siempre como miembros de la nación redimida.

  1. Nunca concluya que el fracaso de alguien es permanentemente fatal

Pablo agrega que no solo las iglesias en su región envían sus saludos. Observe que Marcos también. 1 Pedro 5:13.

Sí, el mismo joven que se fue en medio del viaje misionero con Pablo y Bernabé. Sí, el mismo joven que provocó la infame división entre Pablo y Bernabé.

Era un desertor. . . había tirado la toalla. . . le había fallado al Señor y a Pablo y a la iglesia.

Pocos vieron potencial en el joven Marcos después de eso; y nadie hubiera imaginado que terminaría, con la ayuda de Pedro, escribiendo lo que conocemos como el Evangelio de Marcos.

Así como Pablo describió a Timoteo como su hijo, Pedro hace lo mismo con Marcos ya que lo había adoptado como su hijo espiritual; y sabemos por otros pasajes, junto con escritos de otros cristianos, que Marcos prosperó donde una vez fracasó.

Y aquí, en este texto, décadas después de su fracaso, envía saludos a través de la carta de su mentor espiritual, sirviendo junto al apóstol Pedro en la iglesia.

Por cierto, creo que no había nadie mejor para hacerse amigo, discipular y alentar a Marcos que un hombre que había sentido la vergüenza de abandonar a Jesús, de negar al Salvador. ¿Quién mejor que Pedro? El discípulo que lo había arruinado todo. El discípulo que para siempre se recuerda por fracasar en el peor momento posible.

Pedro escribe habiendo experimentado lo que es tener segundas oportunidades y muchas más.

Es necesario mencionar otro principio – número 7:

  1. No refrene su entusiasmo cuando viene a la asamblea.

Pedro escribe en el siguiente versículo;

Saludaos unos a otros con ósculo (o beso) de amor (1 Pedro 5:14).

Me encanta esta frase: cuando era adolescente, era mi versículo favorito. Y, por cierto, si tiene problemas con el mandato de Pablo de saludarse con un beso santo, que ordena 4 veces diferentes (Romanos 16:16; 1 Corintios 16:20; 2 Corintios 13:12; 1 Tesalonicenses 5:26) imagine a Pedro llamándolo un beso de amor.

La palabra amor viene del griego filia que se refiere a un afecto profundo. Salúdense unos a otros con un beso de amor fraternal. Lo que significa: ¡no se queje de los gérmenes cuando venga a la iglesia y le den la mano o un abrazo!

Ahora, ¿qué significa esto exactamente? Sabemos los creyentes se besaban en la mejilla cuando se reunían. Los discípulos besaban a su rabino en la mejilla cuando lo saludaban – eso es lo que hizo Judas cuando traicionó a Jesús (Marcos 14:44).[iv]

Así que este era un símbolo cultural de unidad, aprecio y amor. No era algo incómodo, sensual, inapropiado, no incluía abrazarse y darse un beso. Era un beso breve. Dependiendo de donde viva, esto suena completamente familiar ¿verdad?

En la iglesia primitiva, cada vez que se bautizaba a una persona, toda la asamblea la besaba.

Sin embargo, dadas las acusaciones de inmoralidad en la iglesia primitiva por parte del mundo incrédulo que malinterpretó este beso de amor y sus fiestas de amor, donde celebraban la cena del Señor, la práctica se desvaneció y en el siglo XIII, se limitó a besos entre hombres y besos entre mujeres.[v]

Aquí está el punto: en cualquier entorno cultural que sea apropiado, no solo se alienta, Pedro aquí lo ordena. Muestre afecto, unidad y amor de forma apropiada en la iglesia.

Dependiendo de donde viva, eso podría lucir como un apretón de manos ¡y una sonrisa! Pero si ese es el caso, haga que cuente. No dé un apretón de manos blando y desinteresado, sino un apretón de manos firme y una gran sonrisa y un saludo con mucho ánimo.

Imagínese la unidad, el compañerismo y el aliento que podría llegar a la iglesia si todos en la asamblea obedecieran el mandato de Pedro.

No llegue a la iglesia y murmure suavemente “hola” o evite conversar… o simplemente se vaya a sentar y después de va quejándose de que nadie lo saludó. Cuando llegue, Pedro está ordenando que debe ser amable, alentador y afectuoso con sus hermanos y hermanas en Cristo. Así que no se detenga.

Un principio más de esta conclusión de Pedro;

  1. No olvide que la paz no viene de ningún lado, ni de nadie, sino de Jesucristo.

Pedro termina con una oración: observe la última frase en su carta: Paz sea con todos vosotros los que estáis en Jesucristo. Amén (1 Pedro 5:14b).

Puede también entenderlo como: La paz sea con todos los que están conectados con Cristo.

Esta paz, por cierto, no es una actitud: Pedro no está diciendo que necesita sentirte en paz ahora.

Esta palabra griega se refiere un estado de paz. Es lo opuesto a estar en estado de guerra. Un diccionario bíblico dice que esta palabra estaba vinculada a los tratados de paz en el mundo antiguo.[vi]

Es por eso que Jesús llegaría a ese aposento alto después de su resurrección de entre los muertos y les diría a sus discípulos esta misma frase, que Pedro evidentemente nunca olvidó: Paz a vosotros (Juan 20:19).

¡Sus vidas eran cualquier cosa menos pacíficas! Jesús simplemente les estaba diciendo que Él era victorioso. Ahora podían vivir en un estado de paz con Dios a través de Su muerte y resurrección.

Pablo lo escribió de esta manera: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5:1).

El tratado de paz está escrito en la sangre de Jesucristo. Y todos los que vienen a Cristo por la fe solamente en Él pueden firmar ese tratado de paz… y tener paz y seguridad eternas con el Dios del universo.

Sí, Pedro ha sido absolutamente claro; los días no son pacíficos. Los días son oscuros. Hay un león invisible al acecho. La guerra ha sido ganada, pero el enemigo se niega a bajar los brazos. El sufrimiento y la persecución son inminentes.[vii]

Pero usted, creyente, vive en el estado de paz, dentro de los límites de la pertenencia a Dios… y mientras Pedro concluye su carta, quiere enfatizar: nos pertenecemos unos a otros en Cristo.

Conclusión

Entonces, ¿cómo vivimos en este mundo para Cristo? ¿Especialmente a medida que la cultura se vuelve hostil? ¿Cómo se supone que debe vivir el cristiano?

Pedro concluye su carta recordándonos algunos principios importantes. Permítame repetirlos antes de terminar nuestro estudio. Vimos 8 de ellos:

  1. No pase por alto la importancia de ser una persona confiable.

Dios no está pidiéndole que haga algo grandioso, simplemente le está pidiendo que sea fiel en lo que le ha dado y haga lo correcto hoy.

  1. No se niegue a dar cumplidos a los que son fieles.

Mire a su alrededor. Comience a dar cumplidos y palabras amables.

  1. No se guarde las buenas noticias.

Es nuestro deber y privilegio compartir el evangelio con nuestro mundo.

  1. No ignore la realidad del sufrimiento en la vida de los demás.

No minimice el sufrimiento de los demás; de hecho, haga su parte para aliviarlo, no para condenarlo.

  1. No se olvide que su iglesia no es la única que importa

En realidad, Dios está tan interesado en otras personas y otras iglesias como en la tuya.

  1. Nunca concluya que el fracaso de alguien es permanentemente fatal

Podría ser el preludio de un servicio fructífero para Cristo.

  1. No refrene su entusiasmo cuando venga a la iglesia.

Venga a la iglesia listo para saludar y compartir aliento, esperanza y amor con los hermanos.

  1. No olvide que la paz no viene de ninguna parte, ni de nadie, sino de Jesucristo, nuestro Señor y Redentor que viene pronto.

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el 2018

© Copyright 2018 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] Adapted from D. Edmond Hiebert, 1 Peter (BMH Books, 1984), p. 327

[ii] Hiebert, p. 327

[iii] Life Application Bible: 1 & 2 Peter/Jude (Tyndale House, 1995), p. 140

[iv] William Barclay, The Letters of James and Peter (Westminster Press, 1976), p. 279

[v] Adapted from Barclay, pp. 280-281

[vi] Gerhard Kittel, Theological Dictionary of the New Testament: Abridged in One Volume (Eerdmans, 1985), p. 207

[vii] Adapted from John Phillips, Exploring the Epistles of Peter (Kregel, 2005), p. 211

Esperamos que este recurso lo haya bendecido.
Nuestro ministerio es FORTALECIDO por su oración y SOSTENIDO por su apoyo financiero.

SU COLABORACIÓN HACE LA DIFERENCIA