Lección 7: La Nueva Normalidad

Lección 7: La Nueva Normalidad

Pasaje Bíblico: Tito 1:8
En lugar de amoldarse al mundo, los líderes de cada iglesia han sido llamados para ejemplificar un estilo de vida distinto… una nueva normalidad. En este programa veremos algunas características que todo líder espiritual debe tener – y que cada creyente debe imitar.

Introducción

Hace un tiempo leí acerca de una mujer que hizo un comentario muy interesante acerca de los hombres. Ella escribió: “He aprendido que una puede saber mucho acerca del carácter de un hombre por como este actúa en las siguientes situaciones: Primero, que hace cuando sus planes de jugar a la pelota se arruinan; segundo, como responde cuando la aerolínea pierde su equipaje; y tercero, que palabras salen de su boca cuando las luces del árbol de navidad están todas enredadas.”

El tipo de hombre que uno es, suele quedar expuesto durante experiencias como estas. Ahí queda demostrado quienes somos realmente.

Me acuerdo que, hace varios años, me invitaron a hablar a un seminario para una conferencia anual. Esa iba a ser mi primera visita al lugar, así que me tome el tiempo de escoger mi mejor traje, corbata y zapatos. Cuando fui a reclamar mi equipaje, me enteré que este no había llegado.

El presidente del seminario, muy cordial, me presto su ropa: El saco era unas 4 tallas mas grande. Los zapatos eran calzado 46, cuando yo solo calzo el 42. Aun recuerdo cuando me toco subir al escenario vestido así.

Esa mañana le conté a los estudiantes lo que había sucedido, ya que no quería que pensaran que siempre me visto así.

Las maletas llegaron al día siguiente.

El llegar a un lugar así por primera vez, es más o menos como ir a una entrevista de trabajo. Uno quiere que todo este a la perfección – dar una buena impresión. Uno pasa tiempo corrigiendo y puliendo su currículo, asegurándose de que no hayan errores y que todo lo que ha logrado quede plasmado en ese papel.

El que busque emplearlo va a querer a alguien con experiencia… gran personalidad…buen parecer… excelente educación y contactos sobresalientes.

Las personas que importan en la compañía son los de mayor intelecto, prestigio, poder y popularidad, y hasta la cantidad suficiente de orgullo para probar que uno es mejor que los demás candidatos.

Nadie obtiene el puesto por ser humilde… o santo. De hecho, se espera que uno se ajuste al nuevo ambiente, que no hable de religión, que sepa adecuarse al sistema.

Y esa actitud y ese tipo de pensamiento tiende a escabullirse en la iglesia ¿no es así?

Tito llega a la isla de Creta, en el primer siglo, y su labor apostólica es la de encontrar pastores idóneos que puedan servir como lideres en cada congregación.

El apóstol Pablo le dice en Tito 1:5, “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé;”

En otras palabras: “Tito, es posible que te veas tentado a poner en el liderazgo a los hombres incorrectos… así que haz como yo te mande.”

Aquí está la lista de requisitos – estas son mis órdenes.

Como verá, Pablo implícitamente le dice a Tito: Vas a encontrar muchos candidatos para el cargo; muchos van a querer ser ancianos, como Diótrefes, solo porque les gusta recibir atención. A él le encantaba el poder – decirle a los demás que hacer y que no, tal como vemos en 3 Juan 1:9.

“Tito, vas a correr el riesgo de querer establecer ancianos por motivos equivocados – hombres prestigiosos, elegantes, o llenos de carisma y personalidad.

Como Samuel, en el Antiguo Testamento, que fue a buscar a un rey entre los hijos de Isaí— y asumó que el más alto y de mejor parecer ciertamente seria el candidato de Dios.

Pero Dios le dijo: “Samuel, así es como el mundo hace las cosas. Ellos se fijan en lo exterior, pero yo no. Yo miro el corazón.”

Y cuando miramos el currículo para ser pastor, en Tito capitulo 1, no encontramos ningún requerimiento de que debe tener buena oratoria, logros comerciales o ciertos atributos físicos. De hecho, la lista no tiene nada que ver con lo que el hombre haya hecho, sino con la forma en que esa persona es.

Lo que se consideraba normal en la isla de Creta, no podía ser normal en la iglesia. Y lo que se considera normal en nuestra cultura, nunca va a ser el estándar para el creyente.

Así que, el anciano se rige por otras normas. Su carácter y estilo de vida deben ejemplificar un nuevo patrón a seguir – una nueva normalidad.

Y esta es la nueva normalidad.

Características de un Buen Pastor

Note lo que dice Tito 1:8: “[El anciano/pastor/obispo debe ser] hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo,”

Al leer esto, no pude sino pensar: ¿Se imagina si en una entrevista laboral, el empleador le pregunta: ¿Es usted una buena persona? ¿Es realmente devoto? ¿Me podría dar un ejemplo personal de haber demostrado autocontrol?

La persona promedio respondería diciendo: “Eso no es de su incumbencia.”

Esas no son preguntas normales.

Bueno, resulta que si lo son para alguien que se postula como líder en la iglesia. Esta es la nueva normalidad.

Y no solo para los ancianos, ya que toda la congregación debe de ser de ejemplo e influencia –siguiendo el ejemplo e influencia del líder.

De hecho, podemos encontrar todos estos requisitos en el Nuevo Testamento- Dios nos anima y exhorta a que los pongamos en práctica. Muchos de estos están en Gálatas capitulo 5, donde Pablo describe

como es una vida controlada por el Espíritu Santo.

Y los ancianos son hombres llenos del Espíritu Santo que deben guiar a la congregación con el ejemplo, para que la congregación tenga un ejemplo vivo – un modelo visible – y puedan así ellos también vivir bajo la influencia del Espíritu.

El anciano es, ni más ni menos, que una muestra viviente de lo que debe ser normal.

Y todos debemos seguir ese patrón, ya que todos debemos someternos al Espíritu Santo.

En otras palabras, no nos sometemos al mundo, sino que estamos creando una nueva cultura. No intentamos encajar en el mundo, sino estamos determinados a redimir y reformar al mundo, una persona a la vez.

Y si nosotros no actuamos como creyentes redimidos dentro de la iglesia, ¿Cómo esperamos redimir a alguien fuera de ella?

Si nuestro pensar no ha sido reformado, ¿Cómo pretendemos reformar el pensar de otros afuera?

Y recuerde esta diferencia: mientras que la congregación puede progresar o no en estas características, el anciano debe hacerlo si o si.

Así que , esta es la nueva normalidad.

En nuestro programa anterior, vimos que Pablo mencionó 5 vicios que los ancianos deben eludir. Ahora, él les va a dar 7 virtudes que deben adoptar.

Al primer requisito positivo de esta lista lo encontramos en el versículo 8. Allí vemos que el anciano debe ser hospedador.

En otras palabras, en primer lugar, el anciano debe ser un modelo de cuidado para con otros.

La palabra “hospedador” en el original, está conformada por dos palabras. Una hace referencia al amor fraternal, y la otra a un desconocido.[i]

Y creo que esa es una buena definición de hospitalidad. La hospitalidad es demostrarle amor a un desconocido.[ii]

No se usted, pero a mi me sorprendió que esta virtud fuera la primera en la lista. Yo esperaría que la primera virtud tuviera que ver con que el anciano demuestre amor para con los miembros de su congregación ¿no es así?

Con esto, podemos ver que el estándar para el pastorado es alto – porque es más fácil preocuparse por un conocido, un familiar, un hermano de la iglesia, que por un extraño.

Tito debe buscar hombres que demuestren cuidado y preocupación aún por personas con las que no tenga conexión familiar o espiritual.

La verdadera prueba de hospitalidad, no es lo que hacemos por las personas que nos agradan y pueden recompensarnos de alguna forma, sino lo que hacemos por otros simplemente porque nos preocupa su bienestar.[iii]

Y esto no solo es para el anciano en la iglesia, sino para toda la congregación. El apóstol Pedro le dijo a la iglesia en general: “Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones” 1 Pedro 4:9.

De hecho, en los días de Pablo, el viajar era muy peligroso, si uno no tenia adonde hospedarse en el camino.

Los hoteles no solo era muy caros, sino que no eran seguros. Los viajeros sabían que los podían asaltar en cualquier momento.[iv]

Además, las posadas eran famosas por la inmoralidad. Generalmente servían como burdeles. Ese era el último lugar donde querría pasar la noche.

Es por esto que la sociedad creó un sistema informal, en el que varias familias se ponían de acuerdo para albergarse entre ellas. Ya que, con el pasar de los años, no todos los miembros de las familias se reconocían, lo que se hacia era acuñar una moneda y cortarla por la mitad. Una mitad quedaba con una familia, y la otra mitad con la otra, de manera que si un miembro de la familia viajaba y necesitaba quedarse en con la otra, solo tenia que mostrar su mitad para verificar que era un miembro legítimo de la familia con quien tenían el acuerdo.[v]

Es por esto, en parte, que el primer requisito que el Apóstol Pablo da es tan importante y a la vez, en contra de la cultura de su época.

Pablo esta diciendo que la base de la hospitalidad bíblica no son los arreglos familiares o el poseer la otra parte de la moneda, sino que se trata de demostrar amor por personas desconocidas – amar y cuidar a aquellos que realmente lo necesitan .

A propósito, la misma palabra griega traducida hospitalidad aparece en nuestro vocabulario castellano en las palabras “hospital” y “hospicio” – con buena razón.

Aún los griegos, con su dios de la medicina, no construían hospitales ni ofrecían tratamiento gratuito para los enfermos.

Los que acudían al templo de la diosa griega de la sanidade (Askulepia), no iban allí buscando tratamiento medico, sino que esperaban dormir allí en ese templo esperando que la diosa les apareciera en sueños y les revelara el tratamiento que debían seguir.[vi]

No se trataba de un hospital para la gente.

Tanto los Romanos como los Griegos tenían enfermerías para sus tropas, pero no ofrecían nada por el estilo para el resto de la población.[vii]

Lo que hoy en día conocemos como hospitales, fueron creados por la comunidad cristiana. Surgió de un deseo de vivir el evangelio, y se convirtió luego en un método para entregar el evangelio.

Un historiador dijo: “No existe evidencia alguna de una institución medica apoyada por donaciones voluntarias sino hasta la llegada del cristianismo… los hospitales cristianos revolucionaron el tratamiento de los pobres, los enfermos y los convalecientes.”[viii]

Los griegos y los romanos construyeron estatuas, templos, acueductos, coliseos y rutas, pero jamás construyeron hospitales.

¿Por que? Porque, en las palabras de un historiador, la norma en los días de Pablo era la siguiente: “El mundo Romano era un mundo sin caridad.”[ix]

No había preocupación por los enfermos –especialmente si no eran parientes suyos. Y uno jamás se disponía a ser voluntario para cuidar a un enfermo que ni siquiera conocía. Tampoco iba a invitar a una persona necesitada a su hogar.

Esa era la norma.

Pero Pablo dice: “Tito, es hora de encontrar personas que guíen a la iglesia a una nueva normalidad.”

¿Y quienes son esos hombres? Van a ser hombres que muestren una preocupación genuina por aquellos que no les pueden devolver el favor.

El anciano debe ser un ejemplo en cuanto a cuidar de otros.

Segundo, el anciano debe ser un modelo a seguir en cuanto a sus convicciones personales.

Pablo escribe en el versículo 8 que el anciano debe ser: “…amante de lo bueno…”

Entonces, un anciano ama a los desconocidos y ama lo que es bueno.

Y, como recordará Jesús le dijo al joven rico “no hay ninguno bueno sino Dios.” En otras palabras, nadie es verdaderamente bueno en esencia, sino Dios.

Así que si uno quiere saber si alguien sigue a Dios en su diario vivir, fíjese, ¿ama esa persona las cosas que Dios ama?

Ahora, esto no significa que el anciano debe aislarse para evitar cualquier contacto con la maldad, sino que él no debe amar nada que sea malo. Él debe tener convicciones personales basadas en lo que el ama –y las cosas que ama deben ser las que a Dios le agradan.

Pablo lo puso de esta manera:

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” Filipenses 4:8.

En otras palabras, medite, piense, use su tiempo en estas cosas.

Warren Wiersbe escribió: “Esto incluye, buenos libros, buenos amigos, buena música, buenas causas, etc. Cosas excelentes –puras- que en ninguna manera van a violar u ofender la gloria y la bondad de Dios.”[x]

Ahora, ¿Por qué es tan difícil encontrar una persona así? Porque el mundo esta lleno de personas que aman lo malo.[xi]

¿Qué cosas ama el mundo? Cosas malas…causas malas… mala música… malas personas …malos pensamientos… malas palabras… malos hábitos.

Pablo le escribió a Timoteo que una de las características de la sociedad pecadora es odiar lo bueno.

La gente va a odiar lo que es bueno y amar lo que es pecaminoso. Van a amar lo malo.

Proverbios 2:14 dice [que los del mundo] “…se alegran haciendo el mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio;”

Y en Proverbios 10:23 dice, “El hacer maldad es como una diversión al insensato; Mas la sabiduría recrea al hombre de entendimiento.”

El pecado es solo un deporte más. En otras palabras, entre más se alejan de la bondad de Dios y rechazarle, más pierden su habilidad de distinguir entre el bien y el mal.

El mundo esta cada vez mas enamorado de lo malo – y lo dice abiertamente. A lo bueno llaman malo y a lo malo bueno.

Romanos 1:32 dice:“quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.”

Aquí Pablo esta diciendo: “Tito, encuentra hombres en estas iglesias para que sirvan de ancianos. Ellos deben tener en claro las definiciones de lo que es bueno y lo que es malo. Hombres que, con sus firmes convicciones personales basadas en la Palabra de Dios, puedan guiar a su congregación y decir: “Esto es lo que es bueno, y esto es lo malo.”

Y uno puede darse cuenta de quien es un verdadero líder no solo porque le dice a los demás lo que es bueno, sino que el mismo ama lo que es bueno.

Como verá, lo que un anciano ama, nos dice mucho de su persona. Las cosas en las que a el le gusta pasar el tiempo – lo que le gusta leer y escuchar. Las personas con las cuales el quiere estar.

Pablo pregunta ¿Son cosas buenas?

Y aquí esta el desafío para cada uno de nosotros: ¿Podría usted poner una etiqueta sobre las revistas o libros que lee, que diga “bueno”? Podría etiquetar a sus amistades, sus actividades favoritas, sus canciones favoritas, con la palabra “bueno.”

Ahora, esto no quiere decir que solo las cosas que hace en la iglesia son buenas.

Por ejemplo, después de la reunión del domingo a la mañana me gusta tirarme a la cama dormir una siesta. Cuando despierto, generalmente pienso, “Que buena que estuvo esa siesta.”

O sea, La disfruté. No fue una disciplina espiritual. No es algo que uno hace en la iglesia –bueno, algunos lo hacen, pero ese es otro tema.

A lo que voy es que esa caminata por el parque, o hacer esa manualidad, o ver ese partido de futbol no ofende el carácter de Dios. Es algo bueno que puede disfrutar. Y hay miles de cosas así que usted puede hacer.

Así que la pregunta es: ¿Esta usted desarrollando convicciones personales y un amor por las cosas que no ofenden a Dios? Ese es el punto.

¿Esta usted, como creyente, bajo la influencia de lo que es bueno?

Eso es algo a lo que todo creyente debe aspirar… pero, en el caso de un anciano en la iglesia, ese es un requisito. El anciano debe amar lo que es bueno…debe desarrollar convicciones personales y decisiones que concuerden y reflejen la bondad de Dios.

Así que el anciano no solo se preocupa de manera personal por los demás; no solo tiene convicciones personales;

Tercero, el anciano es un modelo de sentido común.

La palabra que Pablo usa en el versículo 8 es sobrio. En el original, esta es una palabra compuesta. Es una combinación de la palabra ‘sophos’ que significa sabiduría, y la palabra ‘froneo’ que significa poner la mente.

La idea entonces es tener la mente puesta en cosas sabias. O tener una mentalidad sabia. Y tenga en mente que la sabiduría es poner en práctica las cosas que uno sabe.

Un erudito bíblico escribió que esta palabra significa: “Pensar sensatamente; usar el sentido común.”[xii]

Y como usted habrá escuchado: “El problema con el sentido común, es que ya no es tan común.”

La palabra que Pablo usa aquí se la podría parafrasear de la siguiente manera: “mantener la cabeza en su lugar; tener cordura.”

Lo que Pablo esta diciendo aquí, escribe un autor, es que el anciano no debe ser un hombre dado a ideas alocadas o necias. Si, debe ser un hombre que cree que Dios es el Dios de lo imposible. Pero debe de mezclar esa fe con una buena dosis de sentido común. Ya que el Dios que nos dio nuestro corazón, es el mismo Dios que nos dio la cabeza.”[xiii]

La iglesia necesita líderes que usen tanto el corazón como la cabeza.

Lo cual es un ingrediente esencial, ¿no le parece?  Los ancianos necesitan tener este tipo de pensar por el simple hecho que van a tener que lidiar con personas y problemas y decisiones, y allí se necesita tanto fe como discernimiento practico. Sabiduría.[xiv]

Y permítame agregar algo más antes de continuar. El usar el sentido común, requiere muchas veces la capacidad de pensar diferente… de pensar distinto a los demás.

Tal vez es por eso que Pablo, mas adelante va a exhortar a la iglesia discernir y rechazar lo que el mundo considera normal. El cristiano debe pensar por si mismo.

Y pensar por uno mismo va a requerir valor.

Su pensar ya no debe ser influenciado por la multitud, sino por Cristo. Sus opiniones no deben cambiar según lo que digan las encuestas – como es el caso muchas veces con los políticos

Un ex presidente dijo en una ocasión: “No puedo imaginarme que hubiera predicado Cristo de haber realizado primero una encuesta en Israel. ¿Cuan lejos hubiera llegado Moisés de haber realizado una encuesta en Egipto? ¿Adonde habría quedado la reforma si Martín Lutero hacia una encuesta en Alemania? No son las encuestas o la opinión publica del momento lo que cuenta. Sino lo que esta bien y lo que esta mal. Eso es lo que implica un buen liderazgo –hombres con valor, honestidad y fe en lo que esta bien- eso es lo que marca un antes y un después en la historia mundial.”

No solo estoy de acuerdo con esa declaración, sino que le agregaría que eso es exactamente lo que hace a un buen líder en la iglesia.

Un anciano es ejemplo de cuidado; convicciones personales y sentido común.

Ahora, hay otra cualidad que encontramos en esta carta de Pablo a Tito…en el versículo 8 leemos que en anciano es…justo.

Cuarto, un anciano es un modelo de consistencia personal.

De hecho, estas ultimas tres características –justo, santo y dueño de si mismo, tienen que ver con relaciones correctas.

Justo– hace referencia a una buena relación entre el anciano y las demás personas.

Santo, o devoto, hace referencia a la buena relación del anciano con Dios.

Y Dueño de si mismo hace referencia a una relación justa del anciano consigo mismo- es decir, con sus actitudes y apetitos.

La palabra justo nos da la idea de jugar limpio

Es así como uno tiene una buena relación con los demás ¿no es así?

Los griegos definían a un hombre justo como una persona que le daba a los demás lo que merecían.[xv]

Esta palabra, justo, esta relacionada a los esfuerzos de una persona por vivir lo que predica. Practicar lo que dice. Asegurarse de que su vida es consistente con lo que cree.

Y eso es importante porque la vida del pastor debe reflejar el carácter del Príncipe de los Pastores que el mismo representa.

La gente lo esta observando.

De la misma manera que nuestros hijos nos observan. Más de lo que nosotros pensamos.

De hecho, mas de lo que nos imaginamos. Lo hacen de tal manera que terminan caminando como nosotros y hablando como nosotros. ¿Qué miedo, no?

Que ese temor nos lleve a pasar mas tiempo de rodillas, clamando a Dios por nuestras vidas y las de ellos.

Me acuerdo cuando era mas joven y era líder de jóvenes. En una oportunidad me tocó trabajar en la vida de un muchacho que se la pasaba mintiendo – era casi imposible sacarle una respuesta honesta. Yo no sabia cuando me estaba diciendo la verdad. Más adelante me entere que su padre mentía en el trabajo y lo echaron de la compañía.

Ahora, no me malinterprete, yo no estoy diciendo que cada niño o adolescente deshonesto tiene un padre deshonesto – esto lo se porque de niño fui deshonesto y mis padres eran personas honestas. El problema comienza cuando los padres dejan de ser buenos ejemplos.

El niño escucha a mama o papa llamar al trabajo diciendo que está enfermo, pero sabe que esta bien. Él se da cuenta cuando uno le dice que responda al teléfono diciendo uno no está.

Eso se vuelve algo normal para el niño.

Hace poco leí que descubrieron a una mujer que cuando iba al supermercado, pasaba por los pasillos y  tocaba varios productos. Luego, detrás de ella, venían sus dos hijos pequeños y guardaban en su ropa los productos que ella había tocado.

Llegara el día en que esos chicos le van a robar a ella.

Hace unos años leí un artículo que me dio bastante risa. Era acerca de una convención de cardiólogos en la ciudad de Atlanta. Ellos se habían reunido para una conferencia especial acerca de la comida rápida y sus efectos nocivos para la salud cardiaca.

Cuando entrevistaron a uno de los cardiólogos, y le preguntaron acerca de lo que había comido en el almuerzo – ellos lo habían visto salir de un local de comida rápida con una hamburguesa – el periodista le preguntó si no era inconsistente. El medico respondió, “No lo creo; me asegure de quitarme la credencial antes de entrar al local.”[xvi]

Como si eso lo solucionara todo.

Pablo, en cierta manera, le esta diciendo a los ancianos que uno jamás se puede quitar la credencial… y eso no solo va para los ancianos… sino que es para todos los creyentes.

La credencial de cristiano nunca se quita… esa es la nueva normalidad.

La palabra que Pablo usa aquí, traducida “justo” significa que usted es un hombre de palabra, una mujer de palabra, y que vive sabiendo que el nombre “cristiano” es evidente para todos. Y si usted es un anciano, usted esta proveyendo el patrón para los demás.

Su descripción como cristiano es visible para todos.

Me acuerdo de una ocasión en la que fui a jugar golf. Como estaba solo me pusieron en un grupo con otros tres. Yo no quería estar con nadie, especialmente porque no se jugar bien.

Pero, en fin. Me pusieron en este grupo de desconocidos. Uno con una lengua más sucia que el otro… se la pasaban contando chistes en doble sentido… yo me retrasaba lo mas que podía para no escucharlos. Finalmente, en el quinto hoyo, me miraron y me dijeron: “Disculpe que lo hemos ignorado un poco díganos, ¿De que trabaja?

“Soy pastor” les respondí.

Se pusieron pálidos. Se disculparon conmigo. Hasta me llamaban ‘padre’.

El problema ahora era que tenía que ser mucho mas cuidadoso con mis palabras y actitudes. Ahora ya tenía un titulo… y hasta que no termináramos todos los hoyos, tenía que vivir como tal.

En realidad, esa presión es buena.

Hoy no vamos a terminar con las próximas tres características, así que permítame concluir con una ilustración de parte de un golfista que si sabe jugar.

El fue un hombre que sorprendió a todos con su ejemplo de integridad. Su nombre es Tom Watson, un golfista profesional que ha ganado varios torneos internacionales.

En el primer torneo profesional que participó, él llego a disputar el titulo. La presión era increíble: todos los ojos estaban puestos sobre este novato. El se moría por ganar el torneo – él había soñando con ese momento desde que era niño.

Pero, mientras él se preparaba para pegarle a la pelota, en una de las etapas finales del juego, sin querer toco la pelota muy despacito y esta apenas se movió. Tan mínima fue el error que nadie vio que la pelota se movió. Pero el si lo noto – y fue a uno de los supervisores del torneo y le dijo.

Tom Watson, sin que nadie viera lo que sucedió, admitió lo que le costaría más de un golpe- le podría costar el partido de su carrera. Pero el dijo la verdad…esa acción hizo que perdiera momentáneamente; pero luego llego a ganar el partido y con eso, el titulo.[xvii]

Y hasta el día de hoy, su decisión de ser justo- de decir la verdad cuando le podría haber costado el partido- valió mucho más que un trofeo que luego se llenaría de polvo.

¿Que es lo que más importa en la vida del creyente? –y mas aun en la del anciano, quien no solo tiene que decir lo que es justo, sino que también debe vivirlo.

Lo que más importa es demostrar en su vida…

  • Un cuidado personal por los necesitados;
  • Una convicción personal firme, amando lo que es bueno;
  • Un sentido común para tomar decisiones sabias;
  • Una vida consistente en cuanto a su integridad y justicia.

Oro, querido oyente, para que su vida y mi vida reflejen esta nueva normalidad – un estilo de vida distinto al del mundo – una vida que refleja a Cristo al mundo y le trae la honra y la gloria que solo Él se merece.

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey

© Copyright 2012 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] John MacArthur, I Timothy (Moody Press, 1995), p. 107

[ii] John A. Kitchen, The Pastoral Epistles for Pastors (Kress Christian Publications, 2009), p. 496

[iii] John MacArthur, Titus (Moody Press, 1996), p. 40

[iv] MacArthur, 1 Timothy, p. 107

[v] William Barclay, The Letters to Timothy, Titus and Philemon (Westminster, 1975), p, 81

[vi] Alvin J. Schmidt, How Christianity Changed the World (Zondervan, 2004), p. 154, quoting A.C. Merrriam, “The Treatment of Patients in the

[vii] Schmidt, p. 159

[viii] Ibid, p. 157

[ix] Ibid, p. 153

[x] Warren W. Wiersbe, Be Faithful (Victor Books, 1984), p. 101

[xi] David Campbell, Opening up Titus (Day One Publications, 2007), p. 30

[xii] Charles Ray, Twenty-First Century Biblical Commentary Series: First & Second Timothy, Titus and Philemon (AMG, 2007), p. 153

[xiii] John Benton, Straightening out the Self-Centered Church (Evangelical Press, 1997), p. 51

[xiv] Adapted from Alexander Strauch, Biblical Eldership (Lewis and Roth, 1995), p. 193

[xv] Barclay, p. 239

[xvi] Boston Globe, November 10p, 1993

[xvii] Ted W. Engstrom, Integrity (Word Books, 1987), p. 76