Lección 7: Piadosos pero Ingenuos

Lección 7: Piadosos pero Ingenuos

Pasaje Bíblico: Josué 9:1-15.
Hoy, más que nunca, necesitamos tener discernimiento. Esa es la razón, creo yo, por la cual los próximos versículos del libro de Josué son tan importantes. Veamos los errores que Josué y el pueblo de Dios cometieron cayendo así en el engaño – errores que podemos cometer con facilidad – para así crecer en discernimiento.

Introducción

Creo que hoy, más que nunca, necesitamos tener discernimiento. El creyente es bombardeado constantemente con todo tipo de comerciales y publicidades. Leí en una ocasión que uno es atacado, por decirlo así, por dos mil comerciales por día. Pienso que la mayoría de esos comerciales asumen que uno es ingenuo.

El otro día vi una publicidad en la que un hombre decía: “tengo la nariz tapada, no puedo respirar. No logro oler nada.” Luego, alguien le venda los ojos y le pone una mitad de naranja debajo de su nariz y le pregunta: ¿Qué es? Desde luego que la persona no puede identificar que es. Luego le da una pastilla y en unos segundos, mágicamente él dice: “Es una naranja.” Esta para salir corriendo para comprar el producto ¿o no?

Parece que los publicistas están jugando con la ingenuidad de la gente. Ahora, la tragedia es que esto se ha metido también en la iglesia.

La iglesia, en la actualidad, y más que nunca, está siendo bombardeada con modas, publicidades, trucos y trampas que requieren que uno tenga discernimiento para saber si se trata de verdades piadosas o solo son mentiras populares. 

Desde afuera, el mundo busca enseñar y convencerle a la fuerza de su propia moralidad, filosofía, espiritualidad, etc. Y desde adentro, la iglesia lucha con  charlatanes, mentirosos y embusteros infiltrados que buscan engañar y sacarle dinero a quien sea.

Hoy más que nunca necesitamos discernimiento. Esa es la razón, creo yo, por la cual los próximos versículos del libro de Josué son tan importantes. Le invito a que abra su Biblia conmigo en Josué capitulo 9. Hoy solo vamos a ver algunos versículos.

 

Tres Errores que Llevaron a una Nación al Engaño

Comencemos la lectura de la palabra de Dios con los versículos 1 y 2 de Josué 9.

“Cuando oyeron estas cosas todos los reyes que estaban a este lado del Jordán, así en las montañas como en los llanos, y en toda la costa del Mar Grande delante del Líbano, los heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos, se concertaron para pelear contra Josué e Israel.”

Estos pueblos eran enemigos acérrimos, pero, como el enemigo de mi enemigo es mi amigo, todos ellos se juntaron para defender Canaán del pueblo de Israel que venía a tomar posesión de la tierra.

Ahora fíjese en los versículos 3-5:

“Mas los moradores de Gabaón, cuando oyeron lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai, usaron de astucia; pues fueron y se fingieron embajadores, y tomaron sacos viejos sobre sus asnos, y cueros viejos de vino, rotos y remendados, y zapatos viejos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso.”

Versículos 6-7. Tenga en cuenta que desde Gabaón hasta el campamento de Josué había una caminata de unos veinte minutos.

“Y vinieron a Josué al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los de Israel: Nosotros venimos de tierra muy lejana; haced, pues, ahora alianza con nosotros. Y los de Israel respondieron a los heveos: Quizá habitáis en medio de nosotros. ¿Cómo, pues, podremos hacer alianza con vosotros?”

Note esa pregunta. Ahora fíjese en los versículos 8-10,

“Ellos respondieron a Josué: Nosotros somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quiénes sois vosotros, y de dónde venís? Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de tierra muy lejana, por causa del nombre de Jehová tu Dios; porque hemos oído su fama, y todo lo que hizo en Egipto, y todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán: a Sehón rey de Hesbón, y a Og rey de Basán, que estaba en Astarot.”

Fíjese que los Gabaonitas no mencionaron nada acerca del Jordán o de Jericó. Ellos eran astutos y sabían que de mencionar estas cosas, seria obvio que no venían de un lugar lejano, ya que las noticias no hubieran llegado tan rápido. Ahora, continuemos con el versículo 11,

“Por lo cual nuestros ancianos y todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en vuestras manos provisión para el camino, e id al encuentro de ellos, y decidles: Nosotros somos vuestros siervos; haced ahora alianza con nosotros.”

Ahora, voy a compartir algo que puede verse con facilidad en esta porción, y lo voy a hacer en tres puntos, tres errores que Josué y el liderazgo cometieron al preparar y firmar un pacto con esta gente. Y estos son errores que nosotros también podemos cometer con facilidad, así que preste atención.

  1. El primer error es que Josué pensó que la evidencia mostrada era real; que era verdadera.

Mire todas las evidencias que les mostraron, en el versículo 12,

“Este nuestro pan lo tomamos caliente de nuestras casas para el camino el día que salimos para venir a vosotros; y helo aquí ahora ya seco y mohoso.”

Versículo 13,

“Estos cueros de vino también los llenamos nuevos; helos aquí ya rotos; también estos nuestros vestidos y nuestros zapatos están ya viejos a causa de lo muy largo del camino.”

Para Josué, y el resto del liderazgo, todo parecía legítimo, pero en realidad, esto era un fraude. Ellos miraron los odres de vino, la ropa y las sandalias y pensaron: “Si, tiene sentido.”

Ese es el problema, se confiaron en sus sentidos.

  1. El segundo error, que es más sutil, fue no solo convencerse por la evidencia fraudulenta, sino también por el aparente conocimiento que los Gabaonitas tenían de la Escritura.

Nosotros lidiamos con esto todos los días – el uso de versículos bíblicos. Alguien nos quiere convencer de un principio supuestamente bíblico, y usa una frase o versículo de la Escritura para fundamentarlo; y tristemente lo creemos muchas veces sin fijarnos si realmente encaja con lo que la Biblia dice.

Ahora, ¿Por qué digo que los Gabaonitas tienen un entendimiento de las Escrituras? Ellos mencionan, tres veces, que vienen de un país lejano. Ellos también mencionan, en dos oportunidades, que son sus siervos –o que quieren serlo. ¿Por qué gastar tanto tiempo tratando de probar que no venían de dos kilómetros de distancia sino que habían caminado dos meses?

Le sugiero que los Gabaonitas conocían el mandato dado a Moisés, y luego a Josué. Ellos sabían acerca de los milagros de Dios y sabían que si uno vivía dentro de los límites de Canaán, iba a morir.

Veamos juntos lo que dice Deuteronomio 20:10-11. Vamos a verlo brevemente, y usted puede estudiarlo luego por su cuenta. Dios está hablando a Moisés y le dice: “Esto es lo que vas a hacer con todas las ciudades que estén lejos de ti.”

“Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. Y si respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá.”

Los Israelitas no debían hacer esto en las ciudades de Canaán; solo en las ciudades lejanas. Ahora vaya al versículo 16, Dios allí habla acerca de las ciudades dentro de Canaán y dice:

“Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida, sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado;”

Entonces ¿Por qué los Gabaonitas están esforzándose tanto para probar que vienen de un país lejano? Le sugiero que ellos habían entendido el mandato de Dios a Moisés. Obviamente sabían que si uno vivía lejos podía pasar a ser tributario, pero si vivía en Canaán, no se le permitiría vivir. Y ellos vivían a solo veinte minutos de camino, en la tierra de Canaán.

Ahora, también me gustaría agregar, para ser consistentes con los otros pasajes que hemos estudiado, que la muerte no era necesariamente garantizada. ¿Se acuerda de Rahab? ¿Por qué se salvó? Porque se arrepintió y siguió a Jehová, el Dios de Israel. Estoy convencido por lo que dice la Escritura que, si la gente de Canaán se hubiera arrepentido y seguido a Jehová, se les hubiera permitido vivir.

Los Gabaonitas estaban buscando algo que era bueno –ellos querían vivir y quizás unirse a la nación Israelita. Sin embargo, la manera en que buscaron esa meta no fue buena.

En otras palabras, hay una forma correcta de hacer lo correcto.  Alguien dijo una vez, “Nunca está bien hacer lo malo, inclusive cuando tengamos la oportunidad de hacer algo bueno en el proceso.”

Puede que le sorprenda lo que voy a decir, pero en mi oficio, como Pastor, tengo la oportunidad de tomar atajos. Yo paso mucho tiempo estudiando para poder presentarle este sermón. Estimo que debo de estudiar como una hora por cada minuto que predico. Créame que  constantemente recibo ofertas para tomar atajos y hacer los mensajes más rápido.

El otro día recibí en el correo la siguiente oferta de una compañía que ofrece “dos años de sermones expositivos relevantes.” Todo lo que tenía que hacer era pagar por medio de una tarjeta o por correo. Y eso no es todo, la promoción decía: “Si usted hace un pedido ahora, le enviaremos gratis un paquete para ocasiones especiales.” En serio se lo digo. Si compraba los 126 sermones, me mandaban unos sermones para casamientos, navidad y pascua gratis. ¿Le gustaría que compre esos sermones prefabricados?

Los Israelitas fueron engañados por personas que querían hacer algo bueno por los medios equivocados.

Cuatro Esferas de Engaños Actuales

Ahora, antes de regresar a la historia, quiero dirigir su atención a cuatro esferas de engaño que nosotros enfrentamos a diario. Estas son cuatro áreas en las que no debemos ser ingenuos sino astutos de manera que podamos responder a personas que usan mal la palabra de Dios.

Algunas veces ciertas personas pueden convencernos si es que bajamos la guardia.

  • En primer lugar, podemos ser engañados por personas que redefinen la Escritura.

En otras palabras, algunas personas toman conceptos de la palabra de Dios, pero los redefinen. Al hacerlo, destruyen su significado y valor real.

Hace poco hice algo que nunca había hecho y nunca más voy a hacer. Me invitaron a una reunión de oración en nuestra comunidad. Ahora, yo no tengo una gota de sangre ecuménica en las venas; de hecho no soporto ese movimiento. Sin embargo cuando me invitaron para este evento pensé, “Bueno, es una invitación para estar con todos los lideres religiosos de la zona, ¿Por qué no ir y observar un poco de que se trata?

Lo hice. Y nunca más voy a ir a algo así.

Permítame contarle qué es lo que sucedió. Llegue al lugar y ya había una audiencia. Cada uno de los líderes religiosos recibieron un tema diferente por el cual orar. Unos minutos antes de comenzar, nos llamaron para darnos unas instrucciones de último momento. Éramos en total unos 35 líderes. Luego, justo antes de subir al escenario, un hombre dijo: “Oh, a propósito, no queremos ofender a nadie en la audiencia. ¿Deberíamos orar en el nombre de Jesús?

Me quedé solo porque me habían asignado un horario para que ore. La Biblia dice que solo hay un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo.

  • En segundo lugar, podemos ser engañados por aquellos que rechazan la Escritura.

Ni siquiera se toman el tiempo de redefinirla para que suene religiosa, sino que la rechazan.

He visto personas que representan este grupo. El otro día estaba mirando un evento cultural en la televisión. Pensé que podría aprovechar a aprender algo mientras me sentaba en el living de mi casa. Así que lo mire. Al llegar al final, anunciaron que como agradecimiento a la audiencia, un grupo iba a cantar el salmo 23 a capella.

Yo pensé, “Esto es fantástico, ¡qué bueno! Así que me prepare y subí el volumen.

El grupo subió al escenario y uno de los integrantes tomo el micrófono y dijo “Vamos a interpretar el Salmo 23 con los arreglos corales tradicionales, pero vamos a cambiar la palabra “El” por “ella”.

Cantaron el Salmo y al final dijeron: “Gloria sea al Padre, a la hija, y al Espíritu Santo, Amen.”

La multitud los ovacionó de pie.

El rechazo a la Biblia abre la puerta a la confusión. Considere, por ejemplo, el tema de la muerte. Cada día es más popular y aceptada la creencia en la reencarnación. La reencarnación es la creencia que el alma progresa al pasar de una vida a otra, basada en el Karma de la persona. El Karma es la lista de las obras buenas obras y malas de uno. Si uno tiene un buen karma va a volver a la vida encarnado en algo superior –tal vez un escalón más arriba hasta que, eventualmente, alcance la divinidad. Uno que tiene un mal karma, va a reencarnarse en la próxima vida como una rata, un perro o un caballo.

Este concepto es totalmente opuesto a lo que enseña la Palabra de Dios.

  • En tercer lugar, podemos ser engañados por personas que le agregan a las enseñanzas de la palabra de Dios.

Hace un tiempo vi una publicidad en cuanto al libro del mormón. Era una foto con un Nuevo Testamento en una mesa, y arriba del Nuevo Testamento estaba el libro del mormón. Debajo de la foto dice: “El otro evangelio.”

Estas son adiciones a las enseñanzas de las Escrituras. Estos agregados destruyen su valor porque Dios dijo, en 2 Timoteo 3:16-17,

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

En otras palabras, no necesitamos nada más.

Y como dice Gálatas 1:8. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.

Otros movimientos espirituales como la nueva era y tantas otras corrientes de pensamiento positivo enseñan que hay otras fuentes de sabiduría. Un gurú espiritual dijo lo que se ha convertido en el mantra de nuestra sociedad: “Espero que usted haga solo lo que siente que está bien. Siempre confíe en la sabiduría de sus sentimientos.”

Compare esas palabras con lo que dice Proverbios 28:26,

El que confía en su propio corazón es necio…”

  • Esto me lleva a la cuarta área de engaño, la cual está relacionada con las experiencias.

Necesitamos hablar de esto. Querido oyente, somos engañados cuando ponemos nuestra experiencia por sobre la Biblia. Esta es una tendencia muy grande. Si las Escrituras dicen algo, pero no encaja con mis experiencias, debo corregirlo o ignorarlo. Al hacer esto estamos poniendo nuestros sentimientos en primer lugar.

Pienso que, probablemente, este haya sido el problema de Josué. Él estaba confiando en sus sentidos. Parecía estar bien; olía bien, tenía buen sabor; todo se veía perfecto. Sin embargo, estaba mal; era engañoso.

Hay un sin número de testimonios acerca de experiencias espirituales de personas. Uno de los más interesantes que he leído, fue escrito por un hombre llamado Gerald Jampolsky. Este hombre es supuestamente un individuo espiritual y apareció en más de una oportunidad en el programa de televisión llamado “La hora de poder.”

Él cuenta de cuando conoció a un gurú oriental llamado Swami Muktananda. Ahora, permítame citar sus palabras en cuanto a ese encuentro. Él dijo:

El Swami me tocó con una pluma y yo comencé a tener la impresión de que nuestras mentes se unieron. Luego me toco la frente con su mano y en ese momento, aparecieron colores hermosos alrededor mío. De pronto sentí como si hubiera salido de mi cuerpo y podía verme a mí mismo allí sentado. Vi colores cuya profundidad y belleza fueron más allá de mi imaginación. De pronto, un haz de luz entró a la habitación y decidí que en ese momento, tenía que dejar de evaluar y comenzar a experimentar. Después de esto y por tres meses, mis niveles de energía eran tan altos que casi no necesitaba dormir.

¿Tuvo este hombre una experiencia? No hay porqué dudarlo. ¿Vio esos colores que él dice? Creo que sí. Yo no negaría ni por un momento que tuvo esa experiencia. Sin embargo, esa experiencia ¿honró a Dios o le dio credibilidad a un gurú oriental? Creo que la respuesta es más que clara.

Si usted le sugiere a sus compañeros que las prácticas y pensamientos que hoy se venden como “espiritualidad” le abren la puerta al ocultismo, se le van a reír en la cara.  Alguien le puede decir, un momento, desde que comencé a hacer esas meditaciones o visualizaciones ya no tengo problemas de presión.”

¿Puede uno negar eso? No. Entonces ¿quiere decir esto que esas prácticas son buenas? No. Dios no prohíbe estas prácticas porque no hacen nada, sino porque son espiritualmente peligrosas. La palabra de Dios nos dice que nuestra meditación nunca debe de ser hacia adentro, sino en la palabra de Dios. David dijo, en el Salmo 119:97,

“¡¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.”

Aun así, es difícil a veces hablarle a alguien que ha tenido una experiencia diferente.

La pregunta es ¿qué tiene más autoridad? ¿La Biblia o la manera en que nos sentimos?

A propósito, la iglesia está siendo atacada por teología pragmática como nunca antes. En otras palabras, si algo funciona, entonces debe estar bien; debe ser bueno. Entonces, si algo produce que venga mucha gente, debe ser bueno. Si algo hace que la mayoría de la gente se sienta a gusto, entonces es bueno. Esto no solo es común en el mundo secular, sino que se ha metido en la iglesia.

Leí hace poco acerca de un incidente en una iglesia evangélica que me dio vergüenza. Se trata de una iglesia muy grande. Los domingos por la noche no tenían mucha asistencia, así que se juntaron para buscar una manera de hacer que más gente viniera a la reunión. Se les ocurrió la idea de hacer lucha libre en la plataforma.

La iglesia construyó un cuadrilátero y una noche los pastores se pusieron a luchar. ¿Qué sucedió con la asistencia? Aumento muchísimo. ¿Qué paso con la credibilidad del evangelio? Cayó en picada.

Ahora, hemos estado hablando de otras personas, así que es tiempo de que nos miremos a nosotros mismos. ¿Permite usted que experiencias o sentimientos determinen como vive o está permitiendo que la palabra de Dios determine cómo vive? Permítame leerle unos pasajes y darle algunas ideas.

2 Corintios 6:14 es uno de los mandamientos más violados del Nuevo Testamento. Allí leemos:

“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos;…”

Seria millonario si me dieran una moneda por cada persona que me ha dicho “Oh, pero si es un buen muchacho; es una chica maravillosa. Además, la estoy trayendo a la iglesia. Si salimos por suficiente tiempo, pienso que va a aceptar a Cristo.”

O sino: “Si, ya sé que él no es creyente, pero me trata mejor que cualquier otro creyente con el que he salido. Tiene que estar bien.”

O: “Si, ya sé que no es cristiano, pero si hacemos negocios juntos, vamos a ganar mucho dinero.” Puede ser.

1 Timoteo 3:7 nos dice sobre un anciano, un líder en la iglesia que:

“…es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera…”

¿Es posible tener hombres que dentro de la iglesia tienen una muy buena reputación e influencia, pero fuera de la iglesia son conocidos por su mala ética en los negocios? Claro que sí.

Usted dirá, “Pero la iglesia tiene que perdonar.”

Bueno, esto no tiene nada que ver con el perdón, sino con ser calificado para el puesto y con ser irreprensible.

David desafía a los piadosos en el Salmo 101:3 con las siguientes palabras:

“No pondré delante de mis ojos cosa injusta.”

Esto se traduce a toda cultura, en todo periodo de tiempo; esto lo cubre todo. No voy a permitir nada malo frente a mis ojos. 

Mis padres encontraron ese versículo cuando yo era chico. Lo escribieron en un papel y lo pegaron al televisor. Yo pensé que habían ido muy lejos. Hoy les agradezco.

Permítame preguntarle, ¿Qué mira usted en la televisión? ¿Soy solo yo, o empezó a hacer calor? Mejor continuemos.

La verdad es que nosotros, en la iglesia, encontramos la manera de esquivar los versículos que podemos para vivir de la manera que queremos. Entonces, la Biblia no resuena en los corazones de los creyentes durante la semana. ¿Por qué? Porque ya no es la autoridad. Nuestras vidas y nuestras experiencias lo son.

Dos Observaciones acerca del Engaño

Permítame darle dos observaciones acerca del engaño, antes de ir más lejos.

  • Numero uno: es posible ser sincero, pero estar sinceramente equivocado.
  • Numero dos: Es posible estar seguro, pero estar seguro de las cosas equivocadas.

Ahora, regresemos a Josué capitulo 9 y a los errores que Josué y los lideres Israelitas cometieron – errores que llevaron a la nación al engaño.

  1. El tercer error es que Josué no buscó el consejo de Dios.

Mire Josué 9:14-15,

“Y los hombres de Israel tomaron de las provisiones de ellos, y no consultaron a Jehová. Y Josué hizo paz con ellos, y celebró con ellos alianza concediéndoles la vida; y también lo juraron los príncipes de la congregación.”

Todo parecía tener sentido; había evidencia física, casi innegable. Ahora, ¿Por qué es que Josué no acudió a Dios? Yo me hice esa pregunta cuando estaba estudiando el pasaje. Al intentar buscar una respuesta, no encontré a ningún comentarista que dijera algo al respecto. Así que permítame sugerir los motivos por los que creo que Josué no acudió a Dios.

La razón por la cual Josué no acudió a Dios no fue porque era desprolijo o mediocre como líder. Él hizo las preguntas correctas; interrogó a las personas correctas y observó la evidencia que le mostraron. Josué hizo todo lo que tenía que hacer. Él hasta estaba preocupado de que lo engañaran. Él dijo: “Ustedes quieren un pacto con nosotros, seguramente viven en el país.”

¿Sabe cuál es la razón por la que pienso que Josué no acudió a Dios? Porque no pensó que necesitaba hacerlo. Este era un tema pequeño; una tarea simple – pan viejo, sandalias gastadas – todo tenía sentido.

¿Cuántas veces en nuestras vidas pensamos que algo es tan insignificante que no necesitamos la perspectiva de Dios, o Su sabiduría, o Su consejo? Luego nos metemos en problemas – nos encontramos atrapados en una mala decisión.

Un comentarista escribe lo siguiente:

Nunca, nunca, pero nunca confíe en su juicio, en lo que sea. Cuando el sentido común le dice que el curso que va a tomar es el correcto, acuda a Dios en oración. Cuando hay voces que le dicen que hay que actuar urgente; que hay que hacer algo inmediatamente, vaya al trono celestial. Si le piden que actúe y no tiene tiempo de orar, no actúe. Tenga el valor de esperar en Dios, porque las Escrituras dicen, en el Salmo 25:3,

“…ninguno de cuantos esperan en ti será confundido.”

Hay un hombre de negocios en nuestra iglesia cuya vida cristiana es de mucho ánimo para mí. Él me dijo en una oportunidad que la compañía para la que trabaja pretendía darle un ascenso y que lo iban a enviar a hacer un curso de capacitación específico. Se trataba de una posición ejecutiva en la que tendría muchas personas bajo su mando. Este hombre tuvo la audacia de decirle a su compañía que esperaran mientras lo ponía en oración. Él fue ante Dios en oración con su esposa y oraron por unas dos semanas. Dios los guio, por medio del estudio de Su palabra y dándole paz en su corazón, a rechazar el ascenso. Los ejecutivos no podían creerlo, no tenía sentido. Sin embargo, era la elección de Dios.

La tragedia en este capítulo de Josué, en estos primeros versículos del capítulo 9, es que Josué tenia a Dios disponible para pedirle consejo y no lo hizo; no le preguntó a Dios. Entonces, los Gabaonitas engañaron a la nación de Israel.

Ahora, querido oyente, la pregunta es, ¿La iglesia de Cristo, se está dejando engañar? La última moda o tendencia que quiere implementar ¿honra realmente a Dios?

¿Está usted involucrado en cosas que supuestamente son piadosas pero que están destruyendo su relación con Dios? ¿Alguna vez hizo un alto y dijo: Señor, quieres que me involucre en esto?

Hoy más que nunca necesitamos pedirle sabiduría a Dios. Necesitamos vivir de una manera que nuestras vidas se caractericen, no por apoyarnos en nuestro sentido común o entendimiento, sino por reconocer a Dios en todos nuestros caminos – Proverbios 3:5-6.

¿Sabe que significa reconocerle? Significa pedirle consejo; honrarle; darle el derecho a escoger.

La solución para creyentes ingenuos no es demostrar más piedad en público, sino pasar tiempo en oración con Dios en privado.

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado originalmente en 1991

© Copyright 1991 Stephen Davey

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