Cuando el cristiano promedio piensa en el cielo, generalmente imagina un lugar distante, lleno de nubes, en algún lugar donde va a pasar el resto de su vida cantando y adorando a Dios. Sin embargo, cuando estudiamos los últimos capítulos de Apocalipsis, descubrimos que nuestro futuro hogar en la casa del Padre – el cielo – en realidad estará sobre la Tierra. El Cielo y la Tierra se unirán y disfrutaremos por siempre de la presencia de Dios en un mundo perfecto y sin pecado. A través de estos estudios responderemos a varias preguntas acerca de nuestro destino final y formaremos una perspectiva más clara acerca de nuestro hogar eterno.