Lección 25: Propensos a Descarriarnos

Lección 25: Propensos a Descarriarnos

Pasaje Bíblico: 1 Juan 5:21.
En este programa estudiamos las últimas palabras del apóstol Juan en esta carta, y descubrimos una importante aunque ignorada verdad.

Introducción

En un artículo para el periódico de Wall Street, se encontraba una anécdota de la vida del gran beisbolista Joe DiMaggio, famoso a mediados de 1940.

Era el verano de 1945, la Segunda Guerra Mundial había terminado y los soldados estaban volviendo a sus hogares en los Estados Unidos. Uno de los soldados que regresó era el ex beisbolista de los Yankees, Joe Dimaggio. Él había ido al estadio con su hijito de 4 años, esperando ver el partido como un mero espectador, antes de reintegrarse al equipo.

Un fanático lo reconoció, luego otro, y luego otro más. Pronto, a través del estadio la gente estaba alentándolo. Coreaban, “¡Joe, Joe, Joe, DiMaggio!” DiMaggio se emocionó con el reconocimiento de la gente y miró a su hijito, a ver si se había dado cuenta de lo que estaba pasando. Su hijo lo miró y con una sonrisa de oreja a oreja le dijo, “¡Papi mira! todos me conocen.”

El pequeño Joe DiMaggio, Jr. cometió el inocente error de asumir que toda la gloria en el estadio de los Yankees esa tarde de verano le pertenecía a él, y no a su padre.

¿Pero no es ese mismo error, el mayor error de la humanidad? ¿No cometemos un error mucho menos inocente cuando vivimos como si nuestras vidas fueran el centro del universo, y como si debiéramos recibir toda la gloria, en lugar de nuestro Padre?[i]

Francamente, no es nada menos que idolatría cuando nos levantamos y nos salimos del altar donde estamos como sacrificios vivos y demandamos el trono de nuestro Soberano Señor.

Pregúntele a cualquier persona en la calle – o aún más, pregúntele al cristiano promedio si lucha con la idolatría y va a ver como lo mira raro. Va a pensar que se volvió loco.

Esa es una de las razones por la que las últimas seis palabras del apóstol Juan son, ya sea ignoradas o relegadas a un problema de la edad de piedra, o un asunto del pasado.

Volvamos a la última frase en 1 Juan capítulo 5 y leamos a partir del versículo 20. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios – o como recordará que lo tradujimos en nuestro estudio anterior – este es el Dios auténtico y real, y la vida eterna.

Ahora, versículo 21, Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.

A todo esto, Juan termina esta carta de la misma forma que la empezó. Siendo firme, pero a la vez tierno.

En el capítulo 2, versículo 1, él se dirigió los lectores de esta carta como hijitos – este es un término afectuoso que revela que Juan está escribiendo desde la perspectiva de un Padre atento y cuidadoso.

Aunque él ha sido completamente directo a través de esta carta – firme y drástico, a veces sin pedir permiso o disculpas – detrás de sus palabras siempre ha habido un sentido de cuidado pastoral y amor paternal.

De hecho, los términos que ha usado para referirse a nosotros, cristianos, no han sido nada menos que títulos maravillosos.

  • Seis veces a través de la epístola, Juan nos ha llamado “amados.” (2:7, 3:2, 3:21, 4:1, 4:7, 4:11)
  • Tres veces, Juan nos ha recordado nuestra conexión familiar unos con otros al llamarnos hermanos (3:13,14, 16) somos de la misma familia.
  • Pero 9 veces a través de esta carta, Juan se dirige a sus lectores como sus hijitos (2:1, 12, 13, 18, 28; 3:7, 18; 4:4; 5:21).

Juan comenzó su carta dirigiéndose a nosotros como sus hijitos y ahora concluye la carta con el mismo término.

¿Por qué? porque es el termino perfecto para comunicarnos no solo su amor por nosotros, sino que también su gran preocupación por nosotros en vista del peligro que enfrentamos.[ii]

La Advertencia Final de Juan

Él efectivamente está hablándonos como un padre atento que se preocupa por nuestra seguridad.

Y tal como lo hace un padre preocupado, las últimas palabras de Juan son una advertencia: Hijitos, él escribe, guardaos de los ídolos.

Este verbo “guardaos” es un imperativo. En otras palabras, podría aun agregar un signo de exclamación al final del versículo 21. Juan concluye su carta con un signo de exclamación.

Y es como si Juan estuviera diciendo, “hijitos, guardaos de los ídolos… en serio… ¡cuídense!

La palabra aquí para guardar se refiere a estar parado como un guardia armado listo para cualquier ataque.[iii]

Esta es la única vez que el verbo aparece en 1 Juan.

Es obvio que, Juan piensa que los ataques van a llegar inevitablemente, así que él nos advierte que estemos listos.

Este verbo tiene un sentido de urgencia. ¡Cuidado! es peligroso allí afuera.

Muy parecido a como un padre termina de hablar por teléfono con su hijo sin importar cuantos años tenga. O cuando un ser querido esta por viajar, termina diciendo “cuídate… o ten cuidado.” y es que siempre puede haber peligro cuando viajamos, especialmente si manejamos de noche. Algún animal puede cruzarse por el camino y producir un accidente. La verdad es que, en el camino de la vida, lo más probable es que el cristiano se encuentre con un león. El apóstol Pablo les escribió a los creyentes en su primera carta – “sed sobrios y velad – cuidado, estén alertas – porque vuestro adversario el Diablo, como león rugiente anda buscando a quien devorar – literalmente, desacreditar… arruinar… crear un accidente y alegrarse del daño provocado (1 Pedro 5:8)

Hijitos… los amo y quiero advertirles… manténganse alertas como un guardia armado, atentos a los ídolos que pueden aparecer.

Quizás se tope con alguno. ¡Que no lo tomen por sorpresa!

Ahora, ¿a qué exactamente se está refiriendo Juan con la palabra ídolos?

Leí la disertación doctoral de un teólogo que presentó al menos 9 posibilidades diferentes.

  • Ídolos podían ser imágenes o estatuas de dioses paganos.
  • Ídolos podía ser una referencia a la comida ofrecida a los ídolos.
  • Ídolo podía representar el hacer concesiones con un estilo de vida pagano.
  • Ídolos podía ser religiones misteriosas y sus prácticas.
  • Podía referirse a las ideologías gnósticas.
  • Podían representar un cambio en la adoración en el templo en Jerusalén.
  • Ídolos eran cualquier tipo de pecado.
  • Podía ser una expresión figurativa para cualquier cosa que toma el lugar de Dios.
  • Podía representar un rechazo al evangelio.[iv]

Mientras hojeaba esta disertación de unas 200 páginas, me pareció bastante claro que el apóstol Juan pudo haber tenido varias de estas opciones en mente.

Seguramente los cristianos recibían burlas por reunirse en casas y adorar al carpintero crucificado que ellos llamaban su Señor y Mesías. O sea, ¿puede imaginarse el enorme contraste entre cristianismo en la ciudad de Éfeso a él gran templo de Diana?

Ese templo se sostenía sobre columnas de 20 metros de alto; adornado con detalladas e impresionantes esculturas. Alrededor del templo había enormes y bellos jardines, y adentro del templo estaba este enorme ídolo sobre una base de mármol negro.  La imagen de la diosa Diana, que había estado allí por unos 200 años.[v]

La religión de la diosa Diana había institucionalizado las orgias, la borrachera y rituales con drogas como formas de adoración.

El templo de Diana representaba la adoración del momento. [vi]

La idolatría sería una gran tentación para los creyentes. Aún algunos se alejarían y volverían a esta religión impresionante, poderosa, y sensual. La religión de la mayoría. Una religión enfocada en lo que puede ver, sentir y tocar – aquí y ahora.

La palabra que Juan usa aquí en este texto para ídolos es una palabra fascinante que se puede traducir como “sombras.”[vii]

También puede ser traducida reflejo o reflexión – tal como un reflejo en el agua o en un espejo.[viii]

Platón usó esta palabra cuando dijo, “los placeres de la vida son ilusiones [ídolos] del placer real… grabado en el pecho de los necios se encuentra esta ceguera por los ídolos del [placer].[ix]

En otras palabras, los ídolos son meros reflejos – son en realidad como un espejismo.

Esto concuerda hasta cierto punto con las enseñanzas del Nuevo Testamento. La gente adora el placer, el dinero, el poder, la moda y la fama, pero cuando logra tener alguna de estas cosas en sus manos – algún logro, alguna persona, algún título, algún dinero, algún juguete nuevo, descubre que es un espejismo… no le dio el placer que esperaba después de todo… aún está insatisfecho.

El espejismo nunca va a poder satisfacer su sed.

Estoy de acuerdo con un autor que escribió que, el peligro de la idolatría está relacionado con el hecho de que fuimos creados para adorar; debemos adorar – vamos a adorar.[x]

¿Es la idolatría una cosa del pasado? ¿Está muerta la idolatría en nuestra sociedad? Todo lo contrario

Martin Lutero, ícono de la reforma escribió en el siglo 16, “un ídolo es sobre lo que una persona descansa; un dios es a lo cual miramos en búsqueda de satisfacción; es en lo que encontramos refugio; es a lo que el corazón se aferra. A lo que alguien se entrega por completo, yo digo, este es realmente su dios.”[xi]

J. I. Packer escribió, “su dios es lo que sea que usted busca, sirve, ama y permite que lo controle.”[xii]

El apóstol Pablo llamó a la codicia, idolatría y desafió a los creyentes a resistirla. La codicia, que también es idolatría, es desear algo o alguien con tal pasión que lo pone en el primer lugar de su vida.

Pablo le escribe a los Corintios, “Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.” (1 Corintios 10:14); mas adelante en Colosenses él escribe, “fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, es idolatría” (Colosenses 3:5)

Hoy en día hay millones de dioses e ídolos. No tendrán templos adornados con grandes columnas y jardines, pero estos dioses tienen billones de seguidores alrededor del mundo, y están siempre listos para sentarse en el trono de su corazón.

Packer los llamó los dioses del placer, las posesiones, y la posición. Él concluyó diciendo, “la lista de dioses es interminable, porque todo lo que una persona permite que controle su vida se ha convertido en su dios.”[xiii]

¿Pensó alguna vez en cuán rápido las cosas pueden convertirse en comodidades, y luego de comodidades se mueven a la categoría de necesidades y eventualmente se convierten en derechos – que Dios, si nos ama debería dárnoslo?

Un artículo escrito el 2012 hizo la observación de que en los últimos 100 años hemos cambiado los lujos de ayer en necesidades.

  • En 1900, menos del 10% de la población tenía una cocina eléctrica.
  • En 1915, menos del 10% de la población tenía un automóvil.
  • En 1930, menos del 10% tenía un refrigerador o un lavarropa
  • En 1945, menos del 10% de la población tenia aire acondicionado
  • En 1960, menos del 10% de la población tenía un lavaplatos o TV a color
  • En 1975, menos del 10% tenía un microondas
  • Y en 1990, menos del 10% de la población tenía un celular.[xiv]

Hoy pensamos … ¿cómo podía sobrevivir esta gente sin aire acondicionado, una televisión a color, un microondas y un celular? Lo que antes era un lujo, ahora lo consideramos como una necesidad.

Estudiando, encontré que Sir Francis Bacon identificó cuatro clases de ídolos – ídolos que plagan la mente del hombre. Él escribe, la primera clase son ídolos de la tribu; la segunda clase, ídolos de la cueva; la tercera clase, ídolos del mercado y la cuarta clase, ídolos del teatro.

Él continuó explicando que los ídolos de la tribu era un nacionalismo que se eleva como lo más importante en la vida; los ídolos de la cueva son las supersticiones religiosas; los ídolos del mercado es priorizar los negocios, la promoción, el dinero y el poder; y finalmente, los ídolos del teatro son una referencia al entretenimiento que se ha convertido en el mayor ídolo de muchos.[xv]

Michael Horton, quien citó a Sir Francis Bacon, continuó haciendo una crítica a la iglesia evangélica en general donde el nacionalismo parece ser un tema de mayor importancia; donde creencias supersticiosas se sobreponen a la exposición bíblica; donde se busca atraer a las personas con herramientas de marketing y modelos de negocios, y luego busca mantener a las personas con formas de entretenimiento que reemplazan la adoración que el Dios vivo y verdadero merece. Todo para que el [incrédulo se sienta cómodo y más en casa].[xvi]

Esto no es nada más que otro tipo de idolatría a la que este concepto que Juan nos enseña en su última advertencia puede ser aplicado.

Vimos como él presentó evidencia la deidad de Cristo y su igualdad con el Padre. Cualquier persona o iglesia que niega estos atributos ha creado otro dios… un ídolo.

Esto es exactamente lo que la iglesia protestante común hoy ha logrado efectivamente – ha hecho un ídolo a partir de Dios, al escoger los atributos que ha querido de Él y negar los que no son muy atractivos.

Él es el Dios de amor, pero no de justicia; él es el Dios de gracia, pero no el de ira; él es el creador del cielo, pero no del infierno.[xvii]

Esta forma de idolatría es fácil de identificar en una persona que dice, “Entiendo lo que la Biblia dice acerca de Dios, pero cuando yo pienso acerca de Dios, me gusta pensar en Él como alguien…” – usted puede completar la oración.

No hace nada más que cumplir las palabras de Rousseau quien una vez escribió, “Dios creó al hombre a su imagen, y luego el hombre le devolvió el favor.”

Creemos en una religión y en un dios que esta de buenas con nosotros sin importar lo que hagamos o como seamos.

En una conferencia hace no mucho tiempo atrás, patrocinada por el Concilio Mundial de Iglesias – iglesias protestantes – se trató del tema de la soteriología – la doctrina de la salvación. El tema fue debatido acaloradamente por los delegados. Muchos atacaron la doctrina del sacrificio sustitutorio de Cristo porque decían que promovía la violencia. Un padre (Dios) matando a su hijo (Jesús) era una forma de abuso infantil. Un delegado dijo, “no necesitamos la doctrina de la expiación después de todo – no quiero ni pensar que necesitamos gente colgando en cruces y sangre – solo necesitamos escuchar al dios que tenemos adentro.”[xviii]

Imagine, iglesias protestantes el día de hoy, negando la revelación de la palabra de Dios y promoviendo nada menos que idolatría. Creen que están adorando a Dios, pero en realidad están adorando un ídolo que han creado – un Dios cuyos atributos y doctrinas han sido cambiadas y pulidas para hacerlo más agradable, aceptable y más correcto políticamente.

Así que dios es simplemente la luz que tenemos adentro; dios es la tierra; dios es la fuerza universal; dios es él o ella; dios es madre, padre, hijo; dios está evolucionando y aprendiendo; y más que nada; Dios no ha determinado un juicio futuro.

Ese es el tipo de dios al que la gente está dispuesta a arrodillarse.

En una encuesta que leí recientemente, casi la mitad de los estudiantes en colegios evangélicos y seminarios ahora creen que hablar acerca de juicio divino es de mala educación… falta de cultura… de mal gusto.[xix]

Cree usted que Jesucristo estaba siendo maleducado cuando les dijo a las personas que rehusaban a arrepentirse.  Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma,  que para ustedes. (Mateo 11:24).

Fue acaso de mal gusto que el apóstol Pablo predicara en Atenas acerca de Cristo, el Dios no conocido, y que al final de su mensaje les dijera, por cuanto Dios ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia (Hechos 17:31).

En otras palabras, estamos en problemas con el Dios creador del universo.

Querido oyente, no es mala educación decirle a alguien que viene manejando al lado suyo que su motor esta en llamas y que necesita salir del auto lo más rápido posible; siempre y cuando sea verdad.

No es de mal gusto, o falta de cultura decirle a alguien que hay humo saliendo de una ventana de su casa.

No es de mal gusto decirle a alguien la verdad acerca de Dios tampoco. Y creo que esta es también parte de la advertencia que Juan nos da aquí en el versículo 21. Tenga cuidado de los ídolos creados por los falsos maestros. Quizás lleven el mismo nombre del Dios a quien sirve, pero sus atributos y su carácter es completamente distinto. Ya no es el Dios del universo, sino un ídolo que solamente lleva su nombre.

Si cambia o quita algún atributo de Dios, está distorsionando su visión de cómo Dios realmente es. Sin importar como luzca el dios con el que termine después de escoger sus atributos, esté seguro de que ese no es el Dios de la Biblia.

Además, hay otro peligro que debemos evitar.

Y es que usted y yo – y toda persona sobre el planeta – estamos en el proceso de ser conformados a la imagen del dios que adoramos.

Salmo 115:8 nos revela el principio de que el idólatra llega a asemejarse al dios que crea – el versículo dice, Se volverán como ellos, los que los hacen, y todos los que en ellos confían.

En otras palabras, el idolatra se volverá tan superficial como el ídolo que apasionadamente persigue.

  • Si el dinero es su ídolo, va a terminar amargado al ver a aquellos que tienen más que usted
  • Si persigue fama y aprobación, va a terminar consumido por sus propios logros y decepcionado por haber logrado menos de lo que quería y recibido tan poco reconocimiento.
  • Si anda detrás de los ídolos temporales y superficiales de la belleza y la salud, mientras avance en edad va a vivir con frustración y miedo.

Warren Wiersbe lo puso de esta forma, “un ídolo representa lo que es falso y vacío; y una persona que vive para los ídolos, el mismo se convertirá en falso y vacío.[xx]

Hijitos – tengan cuidado. Juan está escribiéndole a creyentes aquí, y él dice que cualquier cosa que se interponga entre el cristiano y Jesucristo – ya sea una ambición, un deseo, un placer, una relación, un hábito, un plan – si niega los atributos y la soberanía de Cristo sobre su vida, si lo guía a desobedecer la palabra de Dios, y sin embargo lo sigue – siente que debe tenerlo – o tiene que hacerlo – ha llegado al punto te convertirse en un idolatra.

Juan está advirtiéndonos que es posible que un cristiano se convierta en un idólatra. es posible que un cristiano vaya en búsqueda de espejismos – que codicie, persiga y viva por algo que va en contra de la palabra de Dios.

Tenga cuidado de los ídolos.

Querido oyente, nuestros corazones crean ídolos tan fácil y continuamente. Priorizamos cosas que nos alegan de los pies de Jesús y la gloria de nuestro Señor.

Sam Gordon escribe.

  • Cualquier cosa que desplaza a Dios de la posición número uno en su vida es un ídolo.
  • Lo que sea que relegue a Dios a un peldaño más abajo en la escalera de su vida es un ídolo
  • Cualquier cosa que lo mueva desde el centro hacia a los bordes de su vida es un ídolo.[xxi]

Hijitos… cuidado… estén alertas. Cada día se enfrentarán a un ídolo.

Me gustaría parafrasear este versículo, y así explayar la idea que se nos presenta aquí. Diría de esta forma – hijitos, cuídense de todo y todos los que puedan ocupar el lugar en su corazón que Dios merece; de cualquier forma o sustituto de Jesucristo quien debería tener el primer lugar en su vida.

Jesús es el Dios vivo y verdadero. Y es aquí, a los pies de Jesucristo en donde Juan busca dejarnos.

Conclusión

Una tarde el gran director de orquesta Arturo Toscanini estaba dirigiendo la Novena Sinfonía de Beethoven. La pieza musical fue tocada de forma absolutamente brillante y maravillosa – y al final de la presentación – en el crescendo final, la multitud se puso de pie y empezó a ovacionar al director.

La gente aplaudía y silbaba y gritaba – estaban absolutamente asombrados con la increíble presentación. Mientras Toscanini estaba allí en frente, el hizo una reverencia tras otra; luego reconoció a su orquesta, que también se puso de pie e hizo reverencia.

Pero cuando la ovación finalmente cesó, Toscanini se dio la vuelta, miró a cada uno de sus músicos y dijo: “Damas y Caballeros, yo no soy nada” y luego agregó, “ustedes no son nada” “pero Beethoven” dijo él con gran pasión – “él es todo, todo, todo.” [xxii]

Juan llega al final de esta carta y con pasión nos dice que,

Nuestro mundo es nada… es una mera sombra de lo que realmente importa

Y nosotros no somos nada – fuera de la gracia de Aquel que nos salvó. Oh, pero Jesucristo es lo es todo, todo… ¡todo!

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el día 24/11/2013

© Copyright 2013 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] “The Triumph of the Random,” The Wall Street Journal (7-3-09), and Stephen E. Farish, “The Concept of the Glory of God in the Writings and Life of Jonathan Edwards,” a paper submitted at the annual gathering of the Evangelical Theological Society (2009)


[ii] D. Edmond Hiebert, The Epistles of John (BJU Press, 1991), p. 272


[iii] Robert Lightner, The Epistles of John and Jude (AMG, 2003), p. 85

[iv] Terry Griffith, Keep Yourselves from Idols: A New Look at 1 John (Sheffield Academic Press, 2002), p. 12

[v] Adapted from John Philips, Exploring the Epistles of John (Kregel, 2003), p. 185


[vi] Ibid

[vii] Earl F. Palmer, Mastering the New Testament: 1,2,3 John & Revelation (Word Publishers, 1982), p. 79

[viii] Griffith, p. 29


[ix] Ibid


[x] R. Albert Mohler, Words from the Fire (Moody Publishers, 2009), p. 47

[xi] Hughes, p. 35


[xii] J.I. Packer, Keeping the 10 Commandments (Crossway, 2007), p. 47


[xiii] Ibid, p. 48


[xiv] Derek Thompson, The 100-Year March of Technology in 1 Graph, The Atlantic (4-7-12)


[xv] Michael S. Horton, The Law of Perfect Freedom (Moody Publishers, 1993), p. 49


[xvi] Adapted from Horton, p. 49


[xvii] Adapted from Philip Graham Ryken, Written in Stone (P & R Publishing, 2010), p. 82


[xviii] David Walls and Max Anders, Holman New Testament Commentary: I & II Peter, I, II & III John, Jude (Holman, 1999), p. 230


[xix] Ryken, p. 82


[xx] Warren W. Wiersbe, Be Real: I John (David C Cook, 1972), p. 183


[xxi] Sam Gordon, Living in the Light: 1, 2, 3 John (Ambassador, 2001), p. 218


[xxii] R. Kent Hughes, John: That You May Believe (Crossway Books, 1999), p. 44