Lección 26: Espera lo Inesperado

Lección 26: Espera lo Inesperado

Pasaje Bíblico: Eclesiastés 9:11-18
¿La vida te sorprende a menudo? Salomón, guiado por el Espíritu de Dios, reflexiona sobre los acontecimientos inesperados de la vida en Eclesiastés 9. Descubre cómo encontrar estabilidad en la vida a través de estos principios eternos. Acompáñanos mientras desentrañamos cómo la sabiduría divina, aunque a veces menospreciada, sigue siendo el camino correcto. Prepárate para una perspectiva renovada sobre la incertidumbre y cómo anclar tu corazón en tiempos impredecibles.

Introducción

Daisy Alexander puso una nota escrita a mano dentro de una botella de whisky y la arrojó al río Támesis en Londres en 1937. Dos años después ella murió.

Expertos calcularon más tarde el viaje de esta botella, que flotó por el estrecho de Dover, luego en el Mar del Norte, pasando por los Países Bajos hacia Escocia y el norte de Dinamarca. Esta botella sellada, habría viajado entre las Islas Shetland y la costa de Noruega, en las heladas aguas del Mar de Barents y luego de varios años de estar flotando en estas solitarias aguas, giró hacia el este con la corriente a través del Mar de Siberia Oriental. Desde allí habría sido arrastrada hacia el estrecho de Bering entre Siberia y Alaska, luego de unos años habría comenzado su viaje hacia el sur, para finalmente llegar con las olas del Océano Pacífico y llevada a lo largo de la costa oeste de los Estados Unidos.

Esa botella finalmente vendría a descansar en un banco de arena en la costa de la bahía de Francisco.

La botella viajó algo así unos 21.000 kilómetros en un unos 12 años.

Un hombre llamado Jack Wurm iba caminando a lo largo de ese tramo de playa, perdido en sus pensamientos sobre qué iba a hacer con su vida. Tenía 55 años. Su negocio de restaurantes había quebrado, ahora era indigente y no tenía un centavo.

Fue entonces cuando Jack vio esta botella medio enterrada en la arena. Todavía estaba cerrada herméticamente y observó la nota que había dentro. El corcho no salía, así que rompió la botella y sacó la nota escrita a mano que decía – y cito: “Para evitar cualquier confusión, dejo toda mi fortuna a la persona que encuentre esta botella.” La nota estaba fechada el 20 de junio de 1937, firmada por una mujer que vivía en Londres y de la que Jack nunca había escuchado hablar.

Aunque muy cuestionada, esa nota fue final y oficialmente autenticada en una corte como la última y legítima voluntad de Daisy Alexander, la hija de Isaac Singer, heredera de la fortuna de las máquinas de Coser Singer.

Entonces Jack Wurm, recibió su parte de esa fortuna – que en la economía de hoy tendría un valor de unos $10.6 millones de dólares.

No sé a usted, pero me dieron ganas de ir a la playa a buscar botellas.

Una moraleja de esta historia podría ser: “Nunca se sabe lo que va a llegar a su vida”. O quizás: “La vida está llena de sorpresas”.

O tal vez podríamos decirlo de esta manera “Espere lo inesperado en esta vida”.

Salomón evidentemente está pensando en este tema mientras es guiado por el Espíritu de Dios a escribir la siguiente porción de su diario personal.

La vida está llena de cosas inesperadas. Entonces, ¿a qué puede aferrarse usted cuando la vida le trae una sorpresa tras otra?

Cuando la vida se vuelve turbulenta y llena de sorpresas inesperadas, ¿cuál es su inclinación natural? ¿A quién acude normalmente? ¿A qué se aferra?

Salomón enumera una lista de sorpresas aquí en el capítulo 9 de Eclesiastés. Acompáñeme a estudiar unos principios inspirados, que pueden ser difíciles de digerir; pero que nos presentan la verdad sobre la que usted puede afirmar sus pies y corazón.

 

Sorpresas en la Vida

Nos encontramos en Eclesiastés capítulo 9 y versículo 11:

Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.” Eclesiastés 9:11

Es como si Salomón dijera: “déjeme mostrarle cinco sorpresas – cinco acontecimientos inesperados a lo largo de mi vida – cosas que nunca vi venir.

Primero, la carrera no siempre la gana el corredor más rápido

A veces pasan cosas extrañas: se le sale un zapato, o se tropieza, y los cuatro corredores detrás del líder se tropiezan con él y de repente, el que estaba quinto lugar termina ganando la carrera.

Recientemente leí de varios maratonistas que corrían para clasificar en la Maratón de Boston y terminaron siendo estorbados por el paso de un tren. Se suponía que todos los trenes debían estar suspendidos durante ese tiempo, pero de alguna manera éste terminó saliendo como de costumbre. Los corredores perdieron 11 minutos y no pudieron clasificar. Uno de estos corredores podría haber sido más rápido que todos los demás, pero esa sorprendente aparición del tren lo cambió todo.

Salomón añade en el versículo 11:

La batalla no siempre la gana el ejército más fuerte

Lea sus libros de historia, y encontrará que están llenos de victorias inesperadas de brigadas militares menos equipadas.

Salomón dice: “Aquí hay otra cosa sorprendente que he visto en la vida:

Las necesidades de la vida no están garantizadas ni siquiera para el más sabio

Salomón escribe en el versículo 11: “ni aun de los sabios es el pan.” En otras palabras, los más sabios no tienen garantizada ni la comida básica; los sabios pueden pasar hambre, incluso quedar sin hogar en los eventos imprevistos de la vida.

Número 4:

La riqueza no es el resultado automático del inversionista cuidadoso

Salomón escribe: ni de los prudentes las riquezas. Podría traducirlo: ni riqueza es para los astutos).

Cuando escucha la frase: Ese es un inversionista astuto, uno automáticamente asume que está ganando mucho dinero.

Pero esa es una de esas cosas sorprendentes sobre la vida – la persona astuta no siempre termina generando muchos recursos. No es garantía de un buen retorno.

El pastor Haddon Robinson, ahora está con el Señor, escribió tiempo atrás de su experiencia cenando con un hombre que era un asesor de inversiones de renombre. Robinson escribe: Cerca de la hora del postre, pensé que podría obtener un pequeño consejo gratis. Así que le dije, “Usted ha estado en este trabajo de inversiones por más de 20 años. ¿Qué es lo más importante que ha aprendido?” Él se inclinó, bajó la voz y dijo: “He aprendido que algunos de los más ignorantes de esta ciudad son los más ricos, y que algunos de los más inteligentes han quebrado”.

Usted puede tener toda su carrera planeada, todas sus inversiones aseguradas y ¿qué pasa? Ocurre un accidente. Un virus golpea. Una enfermedad ataca.

Y todo se pone de cabeza.

Salomón agrega una quinta sorpresa a todo lo que ha visto debajo del sol:

La promoción no siempre premia al mejor empleado

Salomón continúa escribiendo en el versículo 11: ni de los elocuentes es el favor.

La palabra traducida “elocuentes”, se refiere a tener el conocimiento para hacer bien las cosas – esta es la persona que tiene el conjunto de habilidades necesarias para hacer un trabajo.

Salomón escribe: la persona que recibe la promoción no siempre es la que se lo merece; no se le da la promoción y el reconocimiento al que lo merece.

Entonces ¿por qué suceden estos cinco acontecimientos inesperados?

  • ¿Por qué no gana el más veloz?
  • ¿Porque pierde el ejército más poderoso?
  • ¿Por qué el sabio pasa hambre?
  • ¿Por qué el inversionista prudente y astuto termina en la pobreza?
  • ¿Por qué al mejor empleado lo pasan por alto?

¿Por qué?

Salomón responde al final del versículo 11:

“(porque)… el tiempo y la ocasión acontecen a todos. Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se enredan en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos” Eclesiastés 9:11b- 12

Él no está hablando de la muerte aquí, sino de las situaciones inesperadas de la vida. Y ocurren debido al tiempo y la ocasión o “suerte” según su traducción.

Esta última palabra sólo aparece dos veces en la Biblia. Las dos veces aparece en un contexto negativo, y según los estudiosos del lenguaje del Antiguo Testamento, podría traducirse mejor como “accidente”.

De ser así, Salomón no estaría hablando del tiempo y la suerte, sino de los accidentes imprevistos, que aparecen de repente.

Aparecen de la nada. No los estaba esperando y por eso los llamamos “imprevistos”.

Los problemas nunca nos avisan con tiempo y parecen llegar en el peor momento.

Salomón lo describe como un pez que va nadando por ahí o un pájaro que va volando tranquilamente cuando, de repente y sin previo aviso, se ven atrapados en una red.

Inesperado, indeseado – y estábamos completamente desprevenidos.

 

Una Ilustración Desalentadora

Continuando, Salomón, el Predicador, nos da una ilustración bastante desalentadora – un ejemplo práctico para demostrar lo que nos quiere enseñar.  Versículo 13:

También vi esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande: una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta contra ella grandes baluartes.” Eclesiastés 9:13-14

Entonces, Salomón nos cuenta de esta pequeña ciudad con sólo unos pocos hombres en ella – tal vez se refiere a los pocos hombres que podían portar armas y pelear.

Y contra esta pequeña ciudad viene un gran rey – el énfasis está en el enorme contraste que hay entre los dos – la imposible tarea de estos hombres de la ciudad. Es una pequeña ciudad contra un gran rey. El rey parece salir de la nada y construye grandes baluartes, grandes estructuras para escalar los muros e invadir la ciudad.

La palabra traducida “baluarte”, representa la misma palabra en hebreo que Salomón usó antes para referirse a la red que atrapaba a los pájaros.

Estas personas están a punto de ser atrapadas inesperadamente en la red de este Rey.

Ahora el versículo 15 continúa diciendo:

“…y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre. Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras” Eclesiastés 9:15-16

Salomón dice: “Vi a este pobre plebeyo – a este campesino – usar su sabiduría para salvar esta ciudad y en vez de honrarlo con un desfile en su honor, lo tiraron a un lado.

Y si complementamos la historia con el contexto de los versículos anteriores, podríamos asumir que alguien más popular o poderoso se lleva todo el crédito.

Entonces, este hombre que los salvó es olvidado. La verdad es que, en la vida, la fama es fugaz y la gente es desleal.

Hasta el día de hoy decimos que alguien tuvo su minuto de fama. No su día, mes o año – su minuto de fama.

Este hombre ni siquiera tuvo su minuto. Él queda sin recompensa, y para colmo, prontamente lo olvidan.

Podría estudiar un pasaje como este, que habla de las sorpresas desafortunadas en la vida, y nos muestra este ejemplo desalentador y luego preguntarse: ¿para qué molestarse entonces? ¿de qué sirve buscar la sabiduría de bajo del sol?

 

Principios sobre la Sabiduría

Salomón anticipa esta posible reacción así que lanza una inspirada campaña publicitaria a favor de la sabiduría. Él va a entregar 3 principios que van a aclarar el tema y animarnos a buscar la sabiduría.

Este es el primero:

Tal vez la sabiduría no gane la mayoría de los aplausos, pero sigue siendo lo correcto.

Fíjese otra vez en el versículo 16:

dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras” Eclesiastés 9:16b

Quizas quiera subrayar la palabra “mejor” – va a aparecer tres veces en estas tres afirmaciones.

La palabra “mejor” simplemente se puede entender como “lo correcto”. Este es el camino correcto, la senda correcta, la elección correcta.

Déjeme agregar también este pensamiento: podemos ver un ejemplo del Evangelio en estas palabras. El Señor Jesús fue como ese campesino – un hombre pobre pero sabio, finalmente rechazado por la multitud, humillado hasta la muerte, que se entregó para salvar a los suyos, rescatando nuestras almas perdidas de la destrucción. Él tomó la decisión correcta pero el mundo, en lugar de una buena recompensa le paga con rechazo.

Hoy en día, usted puede ser rechazado debido a su perspectiva, a su opinión y estilo de vida basado en la palabra de Dios; pero es mucho mejor seguir a Cristo y ser rechazado por la tierra, que ser aplaudido por el mundo y perder su alma.

Puede que la sabiduría no gane la mayoría de los aplausos, pero sigue siendo lo correcto.

Segundo,

Puede que la sabiduría no gane la mayor audiencia, pero sigue siendo lo correcto.

Leamos el versículo 17:

Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los necios” Eclesiastés 9:17

En otras palabras, la voz más fuerte no siempre es la voz más sabia.

Salomón está describiendo a un líder que se hace escuchar. Habla fuerte. Y, aqui, la idea es que las personas que están con él lo alientan y se tragan toda la necedad que escuchan. Él está está rodeado de necios – Salomón escribe, “es un gobernante entre necios”.

Este líder ruidoso y vociferante puede estar en el hogar, donde los gritos sustituyen a las suaves palabras sabias; puede estar en la iglesia donde la comunicación se reemplaza por la discusión; puede estar en los gobiernos del mundo, donde los insultos sustituyen un buen liderazgo.

Salomón dice aquí, que unas pocas palabras tranquilas con sabiduría son mejores, incluso si se ven ahogadas por los gritos necios de todos los que lo rodean.

Recuerde, en la Biblia, el necio no es la persona que reprobó todos los exámenes en el colegio, es una persona que desafía y niega la autoridad de Dios.

A veces esas personas tienen el micrófono – ellos captan la audiencia más grande. Pero no se desanime. Y no trate de competir con más gritos. Salomón dice: “Puede que la sabiduría no tenga la mayor audiencia, pero sigue siendo lo correcto”.

Tercero,

Es posible que la sabiduría no gane la discusión, pero sigue teniendo la razón.

Mire el versículo 18:

Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; pero un pecador destruye mucho bien” Eclesiastés 9:18

Los necios derriban y destruyen. De hecho, Salomón señala la desalentadora realidad de que una persona puede destruir muchas cosas buenas. Basta con mirar a Hitler: cuantas personas creyeron lo que dijo y la catástrofe que eso produjo. Basta con mirar a Darwin: cuantas personas creen lo que escribió – y las dolorosas repercusiones que ha tenido en la sociedad.

Desafían a Dios y apuntan sus armas contra Su verdad. Salomón dice: “Aunque un pecador rebelde parece destruir las cosas más rápido de lo que la sabiduría las construye, la sabiduría sigue siendo la manera correcta de vivir.

 

Definiendo la Sabiduría

Entonces, ¿qué es exactamente la sabiduría? A través de la Escritura, encontramos que la sabiduría se describe como una forma de vida. Permítame darle una definición concisa:

Sabiduría es la habilidad dada por Dios, para tomar la decisión correcta, por la razón correcta, en el momento correcto y con la motivación correcta.

Ahora escuche esto: Apartado del Espíritu de Dios no se puede hacer esto; no se puede vivir sabiamente. De hecho, la Biblia nos dice que: Cristo es el poder de Dios, y la sabiduría de Dios. Es decir, Él es la personificación de la sabiduría divina (1 Corintios 1:24).

La persona que rechaza a Jesucristo rechaza la sabiduría.

Sí, puede tomar una decisión correcta, pero por una razón egoísta; puede tomar la decisión correcta, pero con la motivación equivocada; o en el momento equivocado, o por la razón equivocada.

Pero la capacidad de tomar la decisión correcta, por la razón correcta, en el momento correcto y con la motivación correcta, es un acto de sabiduría y esto sólo viene de Dios.

Si le falta sabiduría, ¿a quién se la va a pedir? ¿A dónde puede ir a buscarla? Santiago dice:

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” Santiago 1:5

El mundo incrédulo, ha intentado a lo largo de los siglos determinar el origen de la sabiduría aparte del Dios Creador.

La religión celta y la hindú dicen que la sabiduría proviene de una de sus muchas diosas.

En la antigua Grecia se creía que la sabiduría provenía de Zeus. Creían que Zeus se había tragado a su esposa embarazada por celos… y que luego dio a luz a la criatura a través de una abertura en su cabeza. Y ya que esta nació de su cabeza o mente, se convirtió en la diosa de la sabiduría. La llamaron Atenea. La ciudad de Atenas, Grecia, reconocida por sus logros intelectuales, fue nombrada en su honor. La sabiduría era a veces representada físicamente como un búho, lo que dio lugar a la superstición y que persiste hasta nuestros días, de que el búho es un ave sabia.

El mundo incrédulo tiene razón en cuanto a que la sabiduría no se originó con el ser humano.

La Biblia dice que viene del Creador. De hecho, Él es la suma y sustancia de la sabiduría. …el único y sabio Dios (Judas 25)

Y Dios nos comunica su sabiduría a través de su Palabra.

Pablo se lo recordó a Timoteo cuando escribió: y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo 3:15-17)

Entonces, la Palabra de Dios no solo le da sabiduría para la salvación, sino que lo equipa en cada área de la vida.

Por esto debe saturar su mente y corazón con la palabra de Dios: El Rey David escribió: El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo”. (Salmo 19:7).

En otras palabras, la Palabra de Dios imparte al creyente la capacidad de tomar la decisión correcta, por la razón correcta, en el momento adecuado y con la motivación adecuada.

Lo que eso significa es que usted no se puede vivir una vida sabia y estar separado de este Libro.

La sabiduría de Dios y la Palabra de Dios van de la mano.

Escuche, las personas sabias no son necesariamente las que tienen las mejores calificaciones en el colegio; las personas sabias son las que se someten a las Escrituras.

  • Puede que la sabiduría no gane la mayoría de los aplausos, pero sigue siendo lo correcto.
  • Puede que la sabiduría no consiga la mayor audiencia, pero sigue siendo lo correcto.
  • Puede que la sabiduría no gane la discusión, pero sigue siendo lo correcto.

La sabiduría marcará su vida y la cambiará mientras camina con su sabio Dios.

Probablemente, usted nunca encuentre una botella medio enterrada en la arena con una nota que cambie su vida.

Pero Dios le ha entregado una Palabra inspirada, firmada por así decirlo por el mismo Dios; siga esta Palabra, camine por la vida de la mano del Autor y Consumador de nuestra fe – de ese pobre Campesino que se humilló hasta la muerte y muerte de cruz. Rechazado por el mundo, pero ahora ascendido al cielo y sentado a la diestra del Padre en glorioso esplendor.

Así que caminemos con Él, no lo olvidemos durante esta vida llena de acontecimientos inesperados.

Aprendamos a esperar lo inesperado, apoyándonos en Él y su sabiduría, amándole, y confiando en él quien es nuestro sabio Señor y Salvador, Jesucristo.

 

 

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