Lección 11: Más Allá de Nuestra Imaginación

Lección 11: Más Allá de Nuestra Imaginación

Pasaje Bíblico: 1 Juan 3:2-3.

El mundo ignora la verdadera identidad y el futuro del cristiano; sin embargo, mucho peor es que el cristiano aveces pasa por alto estas maravillosas realidades que van más allá de nuestra imaginación. En este programa estudiaremos estas dos realidades, y cómo deberían afectar nuestra vida.

Introducción

Su madre italiana le puso por nombre Marcos, en honor al escritor del evangelio y discípulo de Cristo, con la esperanza de que él también se convirtiera en un vocero de las verdades del evangelio cuando creciera.

Cuando Marcos – o Marco en italiano – tenía solo 17 años, comenzó su épica travesía con su tío y su padre – una travesía a mediados del siglo 13 que duraría más de 25 años.

Ellos eventualmente se convertirían en los primeros europeos en entrar al enorme imperio chino, liderado por Kublai Kan en lo que ahora es conocido como Beijing.

Marco Polo se convirtió en el amigo y ayudante favorito de Kublai Kan – el gobernante más poderoso del reino más grande sobre el planeta en aquel entonces. Por muchos años, el emperador rehusó que Marco volviera a su casa en Venecia – usándolo en cambio como explorador y representante de la corte.

Él pudo ver y luego escribir acerca de las ciudades chinas que hacían ver las grandes capitales europeas como aldeas campestres. Incluso las descripciones del palacio del emperador hacían ver a los castillos de Europa como pequeñas chozas. La sala de banquetes en el palacio del emperador, según Marco Polo, era lo suficientemente grande como para sentar a 6000 invitados, y cada persona recibía utensilios de oro puro para comer.

Marco Polo fue el primer europeo en ver dinero en papel y un elaborado sistema postal. Él escribiría acerca del poder explosivo de la pólvora – y pasarían 400 años antes de que Europa produjera tanto acero como Marco Polo afirmaba que China estaba produciendo para el año 1267.

Después de servir al emperador por casi dos décadas, Marco recibió el permiso para volver a casa. El zarpó hacia Venecia cargado con oro, seda, especias, y la receta de una invención culinaria china – pasta.

Los italianos se llevaron todo el crédito.

Muchas personas rehusaron creer sus historias acerca de la riqueza, el comercio, la arquitectura y la cultura china… muchos creyeron que estaba inventando todo.

A sus 70 años, Marco Polo se encontraba en su lecho de muerte y la leyenda cuenta que los miembros de su familia lo animaron a confesar antes que muriera si había exagerado o mentido – él no tenía nada que confesar. De hecho, lo que sabemos es que el murió después de susurrar sus últimas y famosas palabras, “no les he contado ni la mitad de todo lo que vi, porque supe que no me creerían.”[i]

1300 años antes de que Marco Polo describiera lo que había visto en China, un apóstol de Jesucristo llamado Juan escribió acerca de su maravillosa travesía al mismo palacio celestial. El documento que registra ese evento hoy lo llamamos el libro de Apocalipsis. Allí Juan describió lo que vio y oyó en el cielo – cosas que aún nos cuestan imaginar.

Aun antes de que Juan tuviera el privilegio de ver la ciudad celestial, él ya había estado animando a los creyentes con la promesa del cielo. Juan estaba claramente cautivado por la certeza de nuestro futuro como herederos del reino, por nuestra posición como hijos de Dios.

Volvamos a primera Juan, capitulo 3 y versículo 1 –

Mirad cual amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios.

En otras palabras, no olviden quienes son

  • Ustedes han nacido espiritualmente en la familia de Dios
  • Ustedes han sido adoptados como hijos por Dios
  • Y ustedes han sido desposados con el Hijo de Dios

Ahora ustedes son parte de la realeza – miren esto escribe Juan somos hijos de Dios.

Hace un tiempo atrás, el segundo hijo del príncipe de Gales vino a Estados Unidos por una visita de 7 días. Imágenes y noticias seguían apareciendo en mi teléfono, así que me metí en un artículo para ver por qué había tanto alboroto. Descubrí que su visita no era una visita oficial; no vino porque tenía algún mensaje de parte de su abuela, la Reina de Inglaterra; no era porque él tenía algo que ofrecer o contribuir. Todo el alboroto era por el simple hecho de que él era un miembro de la familia real, y él estaba recibiendo el trato y el respeto que merecía como tal. No era por algo que tenía, sino por la familia a la que el pertenecía. Las personas querían ver al príncipe de cerca.

Juan agrega al final del versículo 1 – el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él

En otras palabras, ellos no tienen idea que usted es miembro de la divina familia real. Ellos no tenían idea que cuando pasaron al lado suyo; que cuando no quisieron saludarlo, ellos estaban dándole la espalda a un futuro príncipe o princesa de linaje real – un miembro de la realeza que un día se sentará sobre un trono para reinar juntamente con el eterno creador Jesucristo.

Nadie está tratando de sacarle una foto o peleándose por su autógrafo… y eso es porque no tienen idea de quién es usted. Pero Juan no está preocupado de que ellos lo estén pasando por alto… él está preocupado porque es posible nosotros estamos pasando por alto esta increíble verdad acerca de nuestra identidad.

Convicciones Para Desarrollar

Así que lo que Juan va a hacer en estos próximos 2 versículos es presentarnos dos convicciones y tres reacciones que debemos imitar; dos convicciones y tres reacciones.

  1. Y la primera convicción es la convicción de quienes somos.

El escribe para agregar énfasis – versículo 2 – Amados, ahora somos hijos de Dios.

Es como si Juan dijera, “sé que ya lo dije antes, pero quiero decirlo nuevamente: somos hijos de Dios.”

No olvide a que familia pertenece. Usted pertenece a la familia de Dios… note la palabra – ¡ahora! Amados, ahora somos hijos de Dios.

Como si dijera, “no espere por sus vestiduras blancas y su corona… no espere ver el reino de Cristo sobre la tierra para reconocer su estatus.”

Juan describe el reino brevemente en Apocalipsis 19 y 20… y seguramente él habría admitido que no describió ni la mitad de la grandeza y esplendor y magnificencia y la gloria del reino que Jesús gobernará.

Pero el apóstol Juan quiere que desarrollemos una convicción interna que produzca una actitud externa. Esto es quienes somos, ya sea que el mundo lo reconozca o no. Somos, ahora mismo, hijos de Dios. Esta es la maravillosa convicción acerca de quiénes somos. Y eso es solo el comienzo.

La primera convicción es una convicción acerca de quiénes somos.

  1. La segunda convicción es acerca de quienes seremos

El versículo 2 dice:

Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

A todo esto, no pase por alto la certeza de Juan.

Pero sabemos que cuando él se manifieste…

Juan usa un verbo traducido sabemos que da la idea de conocer y observar hasta quedar totalmente convencido.[ii]

La palabra que usa para ver – le veremos tal como él es – es un verbo que se refiere no solo a ver con nuestros ojos – a percibir y reconocer su existencia – sino que da la idea de observar con aprecio y estima.[iii]

En otras palabras, cuando Cristo venga, el Espíritu de Dios hará un trabajo dentro de nosotros para que logremos apreciar inmediatamente al Hijo de Dios con una profundidad que nunca habíamos experimentado en nuestra vida – en aquel día vamos a magnificar y exaltar y apreciar y glorificar en adoración a nuestro Señor como nunca.

Vamos a reconocerlo, vamos a saber que es Cristo cuándo él se manifieste. Esta manifestación es una referencia a su venida en el rapto, no a su segunda venida en gloria al final de la tribulación. Aquí Juan está dirigiéndose a los creyentes que estarán vivos sobre la tierra para cuando Jesús venga por su iglesia – es aquel momento donde nuestros cuerpos serán glorificados en un instante y por fin se desprenderán de la naturaleza pecaminosa.

Cuando le veamos… note – seremos tal como él es.

Eso marcará el fin de nuestra tan ansiada santificación. nuestro encuentro futuro cara a cara con Cristo va a completar nuestra transformación a su imagen.[iv]

Seremos por siempre enteramente santos… Juan escribe, que seremos como Cristo.

Esto no significa que nos vamos a convertir en pequeños dioses omnipresentes, omnipotentes, u omniscientes. Pero si significa que nuestros cuerpos glorificados serán inmortales… perfectos… nunca se van a corromper… nunca más serán corrompidos por el pecado.

Esto es lo que Pablo estaba deseando al final de su testimonio personal en Romanos 7 cuando dice:

Quien me librará – me sacará – de este cuerpo de muerte… esta carne pecaminosa.

Juan escribe, este es el momento —cuando él se manifieste seremos como el…

¿De qué está convencido Juan?

De que hay mucho más por venir… que, de hecho, ni siquiera sabemos la mitad de todo lo que va a pasar.

Francamente, la Biblia ni siquiera nos dice la mitad de toda la gloria de nuestro estado eterno, cuando estemos en la presencia de Jesucristo

Pero me encanta la forma en que Juan lo expresa en este este texto – y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser.

En otras palabras, que las apariencias no lo engañen.

Un autor ilustró este concepto de la siguiente manera: Solamente con mirar una bellota, ¿podría alguna vez imaginarse que se convertiría en un gran árbol de roble? Solamente con mirar una oruga arrastrándose sobre la tierra, ¿podría pensar que, un día, esta se elevaría sobre polvo con bellísimas alas de muchos colores y haría su hogar sobre las flores del campo? No, porque aún no se manifiesta lo que ha de ser.[v]

Querido oyente, esta es la convicción del apóstol Juan – usted y yo somos hoy solo una sombra – un susurro – de lo hemos de ser un día.

No hemos visto nada aún.

  • La primera es una convicción acerca de quiénes somos
  • La segunda es acerca de quienes seremos.

Dos convicciones… y ahora tres reacciones.

 

Tres Reacciones Para Imitar

En otras palabras, si realmente creemos que somos hijos de Dios, hijos del Rey del universo… si realmente creemos que el Señor Jesucristo va a manifestarse y nosotros seremos inmortales, perfectos, transformados a su imagen, ¿que vamos a hacer ahora al respecto? Note el versículo 3.

 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Permítame explicar este versículo y mostrarle las tres reacciones que se encuentran aquí.

  1. Primero, necesitamos redefinir continuamente nuestra ambición.

 Juan usa la palabra traducida esperanza para la expectación de la futura venida de Cristo y la vida eterna que gozaremos en su presencia.[vi]

Esa intuición de que vamos a vivir para siempre en algún lugar ha sido parte de cada civilización en la historia de la humanidad.

Aunque las ideas y descripciones de la eternidad y la vida después de la muerte son distintas en cada cultura – hay algo que permanece igual, alrededor del mundo, y que emana del corazón del ser humano – es este deseo, creencia, o convicción de que este mundo no es todo lo que hay.[vii]

Y están en lo correcto, aunque su esperanza está en las leyendas y testimonios de hombres que ya han muerto hace mucho tiempo.

Nuestra esperanza está en algo radicalmente distinto.

Nuestro mapa hacia el más allá no está basado en las enseñanzas de alguien que hoy se encuentra en una tumba. No, nuestro mapa es una persona resucitó, salió de la tumba y corroboró su afirmación de ser el camino la verdad y la vida (Juan 14:6)

Nuestra esperanza no se encuentra en una leyenda ficticia – sino en el evento históricamente validado de la resurrección de Jesucristo – quien fue visto por más de 500 testigos antes de ascender al cielo (1 Corintos 15:6)

Nuestra esperanza está anclada – está arraigada – en nuestro Salvador quien resucitó, ascendió al cielo y prontamente volverá.

Pero, a decir verdad, nosotros como creyentes podemos perder de vista nuestra esperanza.

Nunca he conocido a un cristiano que diga que no le interesa ir en el cielo a estar con el Señor. Pero la verdad es que el creyente puede empezar a desear este mundo mucho más de lo que desea y espera la venida de Cristo y su reino.

Podemos empezar a actuar como ciudadanos de este mundo en vez de extranjeros y peregrinos.

En otras palabras, La idea que Juan comunica en este versículo es que esta esperanza debe ser atesorada, activamente, y diariamente. Debe ser evidente en el creyente que esta esperanza es importante en su vida.

  • Si mira sus finanzas, descubrirá si Jesús realmente es importante para él.
  • Si mira su calendario, encontrará que sus planes indican que Jesús es importante para él.
  • Y que aquellos que pertenecen a la familia de Dios también le importan.
  • Y que aquellos que aún no conocen a Jesucristo también le importan.
  • Hable con él acerca de su colegio, o trabajo y descubrirá que sus estudios y su carrera son simplemente medios, son los lugares donde el Señor lo ha puesto para ser luz y sal – son los lugares en donde puede demostrar que Dios es lo que más importante en la vida.

Eso es lo que significa tener nuestra esperanza en Él. Él es nuestro tesoro.

Un periódico en Chicago contenía un artículo acerca de un hombre que solía trabajar en una planta de acero. Este antiguo trabajador escribió un libro donde describía el hermoso e impactante espectáculo de luces que disfrutaban todos los días. En un área de la fábrica, millones de partículas plateadas flotaban incandescentes por el aire. Por años, trabajadores y visitantes iban a ver el espectáculo, el cual era especialmente pintoresco por la noche. Pero, no mucho tiempo después, se descubrió que esas partículas de eran extremadamente peligrosas para la salud… todas estas visitas habían estado en contacto con partículas plateadas de asbesto… y muchos de los empleados de la fábrica estaban ahora sufriendo de cáncer, como era caso del autor. El hizo el siguiente comentario – “y pensar que todos solíamos pelearnos por ese trabajo.”[viii]

Que gran ilustración. Qué cosas son su ambición el día de hoy… cosas que hoy todos anhelan… pero que realmente son distracciones peligrosas.

El apóstol Juan está diciendo efectivamente aquí que, si nosotros somos de hecho hijos de Dios y si Cristo viene pronto, deberíamos redefinir constantemente nuestros deseos – nuestros verdaderos tesoros… nuestra ambición.

  1. En segundo lugar, necesitamos estar ocupándonos continuamente de nuestra pureza.

Note, Juan escribe, en el versículo 3, Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo…

Obviamente esta no es una referencia nuestra regeneración – a alguna habilidad personal de purificarnos a nosotros mismos del pecado.

Juan ya ha dejado en claro en capítulo 1, versículo 7 que la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado.

Pero aquí Juan esta simplemente destacando nuestra responsabilidad de vivir por Cristo en pureza.

La palabra purificar es una palabra que se refiere a una limpieza ceremonial. Como los sacerdotes en el Antiguo Testamento que debían lavarse las manos, y lavar los instrumentos del templo, para que estuvieran ceremonialmente limpios para el servicio.

La palabra puro, originalmente se refería a algo que estaba ritualmente limpio. Eventualmente, en el Nuevo Testamento llegó a referirse a una persona dedicada completamente a Cristo.[ix]

Nuevamente, este es un verbo en tiempo presente que significa que debemos purificarnos regularmente – a diario.

Esto simplemente hace referencia a la disciplina de vivir piadosamente.

 El apóstol Pablo le escribió a Tito algo parecido a lo que Juan está enseñándonos en este pasaje. Tito 2:12-13 dice que:

Renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

La purificación involucra la batalla diaria de en nuestra mente, con nuestros pensamientos, con nuestras palabras, con nuestros ojos, con nuestras manos, nuestras desilusiones, nuestros miedos, nuestros insultos, nuestros enemigos, nuestros planes, nuestros deseos etc., etc.[x]

¿Vamos a purificarnos diariamente o a acercarnos más y más hacia una vida de impureza cada día?

¿Cuán cerca del límite planeamos llegar?

Me encontré con una ilustración bastante trágica acerca de esta misma idea. Hay un libro que documenta que casi 700 personas han caído en el Gran Cañón en los últimos 140 años. Muchos han muerto como resultado de un accidente en avión o helicóptero; otros se ahogaron mientras hacían rafting en el rio; otros tomaron sus propias vidas saltando hacia el precipicio. Pero según este autor, una gran cantidad de personas murieron a causa de haber ido más allá del borde y haber caído por su propio descuido. Como un padre de 38 años en 1992 quien estaba tratando de asustar a su hija adolecente, haciendo como que saltaba hacia el otro lado de la barrera de contención. El movía sus brazos haciendo como si estuviera perdiendo el equilibro. Luego, viendo que había una cornisa del otro lado, hizo como que se caía y se dejó caer a la cornisa. Aunque habían un montón de señaléticas prohibiéndolo, él salto al otro lado de la baranda, no logró hacer pie y cayó por 120 metros hacia su muerte.[xi]

Porque un cristiano querría ir al Gran Cañón llamado pecado y decir, “me pregunto cuántas señales de peligro puedo ignorar hoy. Me pregunto cuan cerca puedo estar del borde sin caerme.”

Porque querría pensar de esa forma… especialmente ya que somos hijos de Dios… y nuestra inmortalidad y el reino de Cristo está a la vuelta de la esquina.

No es de sorprenderse que Juan dice que si estas son sus verdaderas convicciones – estas deberían ser sus reacciones.

  • Redefina continuamente su ambición
  • Ocúpese continuamente de su purificación

En tercer lugar…

  1. Refleje continuamente al Señor Jesucristo

Note el objeto de su imitación. Versículo 3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Así como él – Cristo – es puro.

Note que Juan no dice que Cristo continuamente se purifica – no, nosotros continuamente nos purificamos – Cristo no necesita hacerlo … él era y es y siempre será puro.

Él se convierte en un ejemplo para nuestra purificación. Él es moralmente intachable, incontaminado y sin pecado.[xii]

Refléjelo.

Necesitamos diariamente

  • Redefinir nuestra ambición
  • Ocuparnos en nuestra purificación
  • Reflejar a nuestro Señor Jesucristo

¿Por qué? Porque junto al apóstol Juan, tenemos estas dos convicciones – la convicción de quienes somos – hijos de Dios

Y la convicción de quienes seremos, cuando Cristo va a manifestarse – seremos tal como Él es, vestidos en santa perfección y gloriosa inmortalidad, por siempre.

Conclusión

Hubo un hombre que entendió muy bien este pasaje de la escritura. Él no tenía un título de un seminario… apenas se había graduado del colegio. Era un trabajador en una fábrica donde el pastor Chuck Swindoll trabajaba cuando era joven. Este hombre mayor, llamado Jorge, básicamente tenía un solo trabajo – barrer el suelo mientras los otros trabajadores mantenían las máquinas trabajando.

Era un trabajo sucio.

Swindoll recuerda que este hombre hablaba mucho de Cristo – él amaba especialmente los pasajes de la escritura relacionados con la venida de Cristo. Swindoll escribe que a veces uno lo podía escacharlo cantar mientras barría. Un viernes por la tarde, cuando ya era casi hora de irse a casa, miró a Jorge y le dijo, “Jorge, ¿está listo para esta noche? “si” me respondió, pero todavía estaba vestido con su sucia ropa de trabajo. El obviamente no estaba listo. Le dije, “no creo que estés listo, tienes que limpiarte y cambiarte primero.” No, me respondió, déjame mostrarte algo. Jorge se sacó el overol y por debajo, tenía ropa perfectamente limpia. Él ya estaba listo. Lo único que tenía que hacer cuando sonara la campana era sacarse el overol, ir a marcar tarjeta, y salir del edificio. Él se dio la vuelta antes de salir, me miró y me dijo algo que nunca olvidé, “como ves”, él sonrió “estaba ya preparado y listo para irme – tal como estoy preparado y listo para cuando Jesús venga.” Se dio la vuelta y se fue.[xiii]

Esa es buena teología.

Juan efectivamente dice lo mismo – porque quienes somos – y por causa de lo que seremos – esto es lo que deberíamos estar haciendo mientras tanto.

Estemos siempre listos… siempre preparados… para el momento cuando Jesús venga por nosotros.

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el día 12/05/2013

© Copyright 2013 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

[i] Adapted from Wikipedia/MarcoPolo;


[ii] Herschel H. Hobbs, The Epistles of John (Thomas Nelson, 1983), p. 80


[iii] Bruce B. Barton, Life Application Bible Commentary: 1, 2 & 3 John (Tyndale Publications, 1998), p. 63.


[iv] D. Edmond Hiebert, The Epistles of John (BJU Press, 1991), p. 138


[v] Roy L. Laurin, First John: Life At Its Best (Kregel, 1987), p. 106


[vi] C. Marvin Pate, The Writings of John (Zondervan, 2011), p. 283


[vii] Ibid


[viii] “Steelworkers Break the Mold,” Chicago Tribune (6-27-01)


[ix] Gerhard Kittel, ed. Theological Dictionary of the New Testament: Volume 1 (Eerdmans, 1964), p. 122+


[x] Joel Beeke, The Epistles of John (Evangelical Press, 2006), p. 119


[xi] “Carelessness Causes Deaths at the Grand Canyon” www.preachingtoday.com/illustrations/2012/july/2070212.html

[xii] Hiebert, p. 140


[xiii] Charles R. Swindoll, The Tale of the Tardy Oxcart (Word Publishing, 1998), p. 507