Pasaje Bíblico: Eclesiastés 5:8-12.
Que te mantiene despierto en la noche? ¿Cuentas impagas, luchas matrimoniales, un miedo personal? Incluso el rey Salomón, el hombre más sabio de la historia de la humanidad, pasó muchas noches sin dormir. Pero también tiene la revelación divina para ayudarnos a controlar nuestras preocupaciones, superar nuestros problemas y descansar cómodamente en la voluntad de Dios.
Lección 16: Cómo Dormir Bien a la Noche
Introducción
Mi esposa y yo estábamos viendo un programa de televisión este fin de semana, y notamos que un comercial de una almohada aparecía una y otra vez. El creador de esta almohada garantizaba que iba a dormir bien a la noche. Debimos haber visto ese comercial unas 50 veces. Hasta me dio sueño. Esa almohada es bastante popular y de hecho este hombre ha vendido 41 millones de unidades, y eso es porque toda la gente quiere lo mismo, algo que les ayude a dormir bien por la noche.
Tal vez tenga la edad suficiente como para saber que la cantidad promedio de sueño que necesita suele ser una hora más. Oh, sólo una horita más. Y muchas veces, el problema es que usted apenas se acaba de dormir. Lo ha intentado todo. Se pone música relajante. Trata de contar ovejas. Se pone a leer Levítico que normalmente lo pone a dormir, pero ni siquiera eso funciona. Simplemente no puede dormir a la hora que se acuesta.
Una de las primeras cosas con las que usted tiene que lidiar al convertirse en padre, es acostumbrar a sus hijos a quedarse solos, a ponerlos en su cuna y que se vayan a dormir… al menos en teoría.
La pasada navidad, nuestra hija menor vino a nuestra casa con su familia para celebrar las fiestas. Ella tiene un bebé de un año. Estaba exhausta cuando llegó. El pequeño también estaba agotado, pero no quería acostarse en su nuevo y extraño ambiente y en una cuna a la que no estaba acostumbrado.
Mi esposa y yo podíamos oírlo calmarse, para luego despertarse de nuevo y empezar a sollozar otra vez. Él no quería que su madre estuviera fuera de la habitación. Finalmente, fue a eso de las 10 de la noche, cuando todos los demás nietos estaban dormidos (y queríamos que siguieran así), que subí las escaleras y me ofrecí voluntariamente para dar una mano y probar suerte.
Su mamá lo acostó de nuevo en la cuna y se fue mientras yo ocupaba su lugar sin que él se diera cuenta. Las luces estaban apagadas. Estaba completamente oscuro. Él no podía verme, pero yo podía hacerlo porque tenía un chupete que brillaba en la oscuridad. Era como un faro. Se movía por todos lados, arriba y abajo mientras miraba para todas partes. Él no podía verme, aunque yo estaba a menos de un metro de distancia. Cuando se levantó y empezó a llorar, di un paso adelante, lo acosté de nuevo y le puse el chupete en la boca sin decir una palabra. Al principio eso le hizo un lio en la cabeza: una persona invisible acababa de acostarlo nuevamente. Se quedó acostado un minuto antes de levantarse y volver a llorar. Me acerqué y volví a acostarlo. Después de unos minutos volvió a levantarse, pero yo di un paso al frente y lo volví a acostar. Esto continuó durante una hora, hasta que finalmente me quedé dormido. No, broma, él por fin se durmió.
Una encuesta que leí hace poco, afirma que los estadounidenses son los que tienen más dificultad para conciliar el sueño. Estados Unidos, Francia y Taiwán se encuentran entre las tres naciones más privadas de sueño del mundo. Me pareció interesante, aunque no me sorprendió ver que este estudio mostrara que casi el 70% de las personas que no pueden conciliar el sueño, tienen ansiedad o preocupación relacionada de una u otra forma con asuntos financieros.[i] Esto incluye: estabilidad laboral, ahorros para la jubilación, cuentas de inversión, deudas, su nivel de ingresos, facturas que vencen, posibles pérdidas por los cambios en los mercados y la bolsa, cambios en la empresa que podrían afectar su trabajo, las cuentas de la universidad, reparaciones necesarias en el hogar, etc., etc., etc.
Incluso, como creyentes, sabemos cómo eso se siente. Nuestras mentes empiezan a dar vueltas y nuestros corazones están como un niño de un año en un lugar nuevo y extraño. Olvidamos fácilmente que, aunque no podemos verlo, nuestro Padre Celestial está en la habitación con nosotros a menos de un metro de distancia.
En unos de sus consejos más prácticos, Salomón nos enseña básicamente sobre un par de cuestiones que pueden robarnos la paz, la confianza e incluso quitarnos lo que él llamará el dulce sueño.
La Opresión de los Pobres
Hay dinero de por medio… pero eso no es todo. Le invito a abrir su Biblia en el diario privado de Salomón que conocemos como Eclesiastés y vuelva al capítulo 5. Vamos a retomar nuestro estudio donde lo dejamos en el versículo 8. Aquí encontramos el primer problema que Salomón señala:
“Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello” (Eclesiastés 5:8a).
Salomón se refiere a los más pobres de todos, al jornalero que está siendo oprimido por algún asunto.[ii]
La palabra traducida “perversión”, viene de una palabra hebrea que hace referencia a robar o a despojar a alguien de sus posesiones. A este hombre le están robando su tierra o sus bienes, o le están robando un veredicto justo en una corte. Como es pobre, no tiene dinero para un buen abogado defensor, no puede permitirse el lujo de faltar al trabajo para defenderse; no puede quedarse esperando, pero tampoco puede acelerar el proceso.[iii]
Él está en lo más bajo de la cadena alimenticia y no tiene forma de salir de su problema. Sin embargo, Salomón le aconseja, que no se asombre del asunto.
No te maravilles. El verbo significa sobresaltarse, tener miedo y estar desconcertado.[iv]
La situación escapa a su control. No parece justo, es el tipo de situación que puede mantenerlo despierto toda la noche. No está bien y no hay nada que pueda hacer al respecto.
Salomón define el típico sistema gubernamental burocrático de la época, y sabe de qué está hablando porque él era el jefe absoluto de su propio reino. Así es como los gobiernos del mundo, los sistemas políticos e incluso los sistemas corporativos funcionan normalmente. Si usted está abajo en el orden jerárquico, a menos que tenga alguna influencia o el dinero para hacer algo de ruido, probablemente nunca lo van a escuchar.
Continúe en el versículo 8:
“No te maravilles de ello (así es como funciona) porque sobre el alto vigila otro (oficial) más alto, y uno más alto está sobre ellos” (Eclesiastés 5:8b).
Solomón describe la cadena alimenticia burocrática. Los altos funcionarios son vigilados por otros superiores y así sucesivamente. Su jefe tiene un jefe, que a su vez tiene otro jefe. Salomón dice que todos se vigilan unos a otros. La idea detrás de esta palabra es difícil de traducir; no queda claro en el lenguaje si se vigilan unos a otros para protegerse y que no los descubran o se vigilan para asegurarse de que nadie saque más provecho del que debe. En cualquier caso, el pobre sale perdiendo.[v]
A continuación, Salomón añade cínicamente en el versículo 9:
“Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos” (Eclesiastés 5:9).
En otras palabras, si entendemos esta frase en su contexto cínico y negativo, vemos que Salomón dice que todo el mundo está en la jugada, todos se aprovechan de otros. La Nueva Traducción Viviente dice: ¡Hasta el rey saca todo lo que puede de la tierra para su propio beneficio! El rey está comprometido con los campos de cultivo porque recibe su porción. En otras palabras, incluso el rey no es parte de la solución, es otra parte del problema.[vi]
Viaje hoy alrededor del mundo o mire las noticias internacionales. La mayoría de los gobiernos están descritos de alguna manera aquí en el diario de Salomón. Escuchamos mucho sobre los diferentes ismos: socialismo, fascismo, nazismo y capitalismo. Estos son sistemas de gobierno que tratan la riqueza, el poder y los derechos personales de forma muy diferente los unos de los otros.
A propósito, desde que Salomón escribió este libro, la gente ha vivido bajo todo tipo de gobiernos en el mundo. Los imagino leyendo con gran asombro el consejo de Salomón, de que no se maravillen, o asombren o desesperen por la injusticia que ven a su alrededor.
Principios para Soportar la Opresión
Entonces ¿qué pasa cuando usted está atrapado en un sistema gubernamental, que no ofrece ayuda ni esperanza para el pobre que intenta ganarse la vida? Puede ser el terror del nazismo, la corrupción del comunismo, la injusticia del socialismo o incluso algún prejuicio del capitalismo. El pueblo de Dios ha leído el diario de Salomón durante los últimos 3.000 años, viviendo en todo tipo de culturas y bajo todo tipo de sistemas de gobierno. Pero la verdad del asunto es que la palabra de Dios correctamente interpretada se aplica a cualquier generación, en cualquier cultura y bajo cualquier tipo de gobierno.
Podemos resumir este consejo en un principio:
Confía en la máxima autoridad de todas.
Para este pobre perjudicado que describe Salomón – este hombre que no es uno de los altos funcionarios de la cadena alimenticia del mundo, lo último que podría esperar es conciliar el sueño en la noche. Tiene todos los motivos para preocuparse, inquietarse y quedarse despierto comiéndose las uñas. Hoy no vamos a llegar a los versículos del capítulo 5, donde Salomón va a resolver el asunto; pero lo está insinuando aquí cuando escribe en el versículo 8:
“…no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos” (Eclesiastés 5:8b).
Esto nos está recordando que hay Uno más alto – hay Uno superior a todos. No hay nadie más alto que Dios y Él también está mirando, y usted pertenece a Él porque es parte de Su familia por la fe en Jesucristo, Su Hijo. La almohada más suave que hay y esta no se puede comprar, es confiar en la soberanía de Dios. En última instancia, Él tiene el control. La Biblia nos dice que:
“…no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” (Romanos 13:1).
En otras palabras, cualquier poder mundial, cualquier jefe, cualquier país que tiene algo de poder; tiene ese poder, porque y solo porque Dios se lo ha concedido por un momento limitado para cumplir Sus propósitos divinos.
Salomón escribió en Proverbios 8:15-16, Por mí reinan los reyes, Y los príncipes determinan justicia. Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra.
Como dijo un autor: «las manos de Dios están detrás de los titulares». Dios hará su voluntad, a fin de cuentas.[vii] Dios está guiando la historia hacia el puerto de la eternidad. Así que no se desanime. No se asuste. Mire hacia arriba. Confíe en la autoridad más alta, sobre todo – el Dios vivo y verdadero.
Parte del problema es que permitimos que las noticias dicten lo que pensamos cuando nos vamos a la cama.[viii] Lea su Biblia antes de acostarse a dormir. Ore cuando su cabeza toca la almohada y ponga su confianza en Aquel que está por encima de todo poder terrenal. Puede que esté oscuro, puede sentirse confundido, pero Él está en la habitación. Está a menos de un metro de distancia.
Un creyente escribió un documento, que tiene más de 1.000 años de antigüedad y él recomendaba decir en voz alta antes de acostarse las siguientes palabras: «Apártate Satanás de este lugar y de estas cuatro paredes. Este no es el lugar para ti. No tienes nada que hacer aquí. Este es el lugar para el Señor… este es el lugar para el Evangelio, y aquí es donde tengo la intención de dormir ahora que mi (día) ha terminado; en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén».
El segundo principio que podemos sacar de este pasaje en Eclesiastés capítulo 5 podría expresarse de esta manera:
Busca el mejor tesoro de todos.
Salomón empieza a describir a alguien que acepta lo que Dios le ha dado con satisfacción y gratitud, y se tomará el capítulo entero para exponer el tema. El contentamiento acompañado de un espíritu agradecido es un tesoro que está muy por encima del salario más alto. Salomón comienza una conversación muy franca al respecto aquí mismo en el versículo 10. Él dice:
“El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad”(Eclesiastés 5:10).
Note que Salomón no escribe: “el que tiene dinero no estará satisfecho con el dinero” o “aquel que tiene mucho”. No, el que ama el dinero. . . el que ama el mucho tener. La palabra clave es “amar.” El verbo hebreo significa desear, anhelar.[ix]
Pablo usa esta misma idea en 1 Timoteo 6:10 cuando dice que el amor al dinero es la raíz de toda clase del mal. No es el dinero, sino el amor, el anhelo, el deseo. El amor al dinero escribe Pablo, es la raíz, el primer paso hacia toda clase de males.
Este verbo hebreo se utiliza en todo el Antiguo Testamento. Por ejemplo, cuando dice que:
- Rut amaba a Noemí (Rut 4:15)
- Elcana amaba a su esposa Ana (1 Samuel 1:5)
- Abraham amaba a su hijo Isaac (Génesis 22:2)
- Rebeca amaba a su hijo Jacob (Génesis 25:28)
- David el salmista amaba la palabra de Dios – los testimonios y preceptos de la palabra de Dios (Salmo 119)
- Nosotros debemos amar a Dios (Deuteronomio 6:5)
- Jeremías usó el verbo cuando acusó al pueblo de amar el vagar – el alejarse de Dios (Jeremías 14:10)
Obviamente la palabra se usa para algo que una persona realmente quiere – se compromete a buscar, servir y conseguir. Y Salomón escribe aquí, que es posible que alguien esté comprometido con el dinero de esa manera. La palabra que usa para dinero aquí en el versículo 10 se puede traducir como “plata”. Esta persona busca obtener toda la plata que pueda.
Tal vez usted trabaja con este tipo de personas. Sus deseos, conversación, anhelos y deseos son todos acerca de su dinero; su última compra, su última comisión, su último aumento, las cosas que ya tienen o las cosas que realmente quieren. Su aliento y conversación son en cuanto las posesiones materiales.
Lo que Salomón empieza a hacer durante el resto del capítulo y hasta el siguiente, es comenzar a dar razones muy prácticas por las que este tipo de anhelo le van a quitar el sueño.
¿Por qué Amar el Dinero le Quitará el Sueño?
- Nunca tendrá lo suficiente.
Observe de nuevo la primera parte del versículo 10:
El que ama el dinero, no se saciará de dinero. (Eclesiastés 5:10a)
Y Salomón debería saberlo, por cierto. Él llegó a tener tanto. Él importaba 25 toneladas de oro cada año. Se ha calculado que patrimonio de Salomón, hoy equivaldría a unos 2.3 trillones de dólares. Nadie en el planeta se acerca a tener la riqueza que Salomón tenía. Si alguien sabría por experiencia del vacío del dinero – la falta de satisfacción – lo imposible que es llenar el alma y sentir que ha ganado lo suficiente – ese hombre sería Salomón.
- Nunca va a ganar lo suficiente.
Fíjese de nuevo en el versículo 10:
“…y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad” (Eclesiastés 5:10b).
La palabra traducida “mucho tener”, se refiere a las posesiones materiales y la palabra “frutos”, se refiere a los ingresos o activos anuales.[x] Sus cuentas nunca crecerán lo suficiente como para que usted se relaje y diga en la cama por la noche: “por fin mi cuenta bancaria es lo suficientemente grande, mi nómina es lo bastante abultada, mi cuenta de jubilación es lo suficientemente grande».
- Nunca se sentirá lo suficientemente seguro.
Salomón escribe a continuación en el versículo 11:
“Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos?” (Eclesiastés 5:11).
En otras palabras, ¿qué ventaja tiene ver que todo se le escapa de las manos?
¿Qué está ocurriendo aquí? Salomón escribe aquí, que entre más gana usted, más se multiplica la gente que quiere quitárselo. Una versión de la Biblia lo parafrasea así «¡Cuanto más botín obtienes, más saqueadores aparecen (para quitártelo)”!
- ¿Quién es ese familiar que de repente apareció pidiendo ayuda?
- ¿De dónde han salido todos esos amigos que quieren invitarlo a comer?
- ¿Vendrá el gobierno va a exigirme más impuestos?
- ¿Qué pasa si mis inversiones desaparecen de la noche a la mañana?
- ¿Debería proteger su dinero en el extranjero?
- ¿Y si mis empleados tratan de estafarme?
- ¿Este hombre que me ofrece ese plan de inversión honesto o solo me eta tratando de estafar?
- ¿De dónde ha salido toda esta gente?
Habrá escuchado el viejo dicho: «usted no sabía cuántos amigos tenía, hasta que se compró una casa en la playa». Tal vez no tenga una casa en la playa, pero seguro que ha visto cuan cierto es eso.
Una de las cosas que pueden quitarle el sueño en la noche, es la pregunta: ¿Mis amigos me quieren por lo que soy o por lo que tengo y ellos quieren tener o disfrutar? Si usted vive para las posesiones materiales, se va a obsesionar con mantenerlas a salvo y nunca se sentirá lo suficientemente seguro.
Solo piense en frustración que creció en el corazón Salomón, a medida que llegaba al final de su vida, y terminó escribiendo acerca de ello en este diario que conocemos como el libro de Eclesiastés.
- Nunca dormirá lo suficientemente profundo.
Salomón escribe en el versículo 12:
“Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia” (Eclesiastés 5:12).
¿Se ha dado cuenta cómo Salomón ha cerrado el círculo? Aquel hombre, el jornalero que no podía obtener un trato justo en la corte o en el trabajo y del cual Salomón sintió lástima en el versículo 8, ahora tiene la ventaja cuando se apagan las luces y las estrellas salen por la noche. Mírelo durmiendo. Ahora mire ¿quién vive mejor? El dinero y todo lo relacionado con este, tiene la capacidad de mantenerlo despierto por la noche.[xi]
Conclusión
Este pobre hombre que tiene la facilidad de dormir se describe en el capítulo 5 como alguien que se contenta con lo que Dios le ha dado. ¿Quiere usted dormir bien? Tal vez deba empezar con estos principios prácticos:
- Confíe en la máxima autoridad de todas; en otras palabras, ponga su cabeza en la suave almohada de la soberanía de Dios. Es la almohada más suave y que el dinero no puede comprar.
- Confíe en se Dios soberano que está involucrado íntimamente en su vida… y lo ama. Puede que no lo vea en la oscuridad de la noche, pero Él puede verlo a usted. Él está más cerca de lo que imagina.
- Confíe en la autoridad más alta de todas.
- Y busque el mejor tesoro de todos: contentamiento en el lugar donde Dios lo ha puesto y dándole gracias por lo que Él le ha dado.
El pastor Bud Robinson predicó durante muchos años en los 1900. Él nunca pudo acceder a una buena educación, pero le predicaba a la gente en la frontera, en las pequeñas ciudades y en el campo. Era profundamente sincero y sorprendentemente fructífero en su ministerio. Cuando era mayor, unos amigos lo llevaron en una ocasión a la imponente ciudad de Nueva York. Él nunca había estado en una gran ciudad y ellos querían mostrarle lo asombrosas que eran de las grandes tiendas y todos los últimos inventos. Después de mostrarle la ciudad, lo escucharon orando junto a su cama la noche antes de volver al campo: «Señor, gracias por dejarme ver todos los lugares turísticos de Nueva York. Y sobre todo, gracias porque no vi nada que yo quise tener.»[xii]
Así se metió en la cama y durmió profundamente.
Este manuscrito es de un sermón predicado el 2/9/2020 por Stephen Davey.
Copyright 2020 Stephen Davey
Todos los derechos reservados.
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[i] Meredith Melnick, «Why Americans Are Among the Most Sleepless People in the World,» Time (11-11-10); Meredith Melnick, «Sleep America: Are You Getting Enough Rest at Night?» Time (3-4-11)
[ii] John Jarick, translator; Gregory Thaumaturgos Paraphrase of Ecclesiastes; 231 A.D. (Scholars Press, 1990), p. 125
[iii] Adapted from William D. Barrick, Ecclesiastes: The Philippians of the Old Testament (Christian Focus, 2015), p. 95
[iv] R. Laird Harris, Gleason Archer, Bruce Waltke, Theological Wordbook of the Old Testament: Vol. II (Moody Press, 1980), p. 972
[v] Tremper Longman III & David E. Garland, General Editors: The Expositor’s Bible Commentary: Vol. 6 (Zondervan, 2008), p. 307
[vi] Adapted from Philip Graham Ryken, Ecclesiastes: Why Everything Matters (Crossway, 2010), p. 131
[vii] David Jeremiah, Searching for Heaven on Earth (Integrity Publishers, 2004), p. 119
[viii] Richard Foster, Leadership, Vol. 3, no. 1.
[ix] Samuel Tregelles, translator, Gesenius’ Hebrew and Chaldee Lexicon of the Old Testament (Mott Media, orig. 1847; reprinted 1982), p. 16
[x] Michael A. Eaton, Ecclesiastes (IVP Academic, 1983), p. 117
[xi] Adapted from Ryken, p. 133
[xii] Jeremiah, p. 126