Lección 17: Aprendiendo a Decir las Palabras Apropiadas

Lección 17: Aprendiendo a Decir las Palabras Apropiadas

Pasaje Bíblico: Tito 2:11-14
¿Quiere usted medir su crecimiento en la gracia de Dios? Pablo nos enseña que la gracia de Dios nos enseña a decir tres cosas – y nuestro crecimiento en la gracia se puede medir por la frecuencia en que las decimos. ¿Qué son estas tres cosas? Descubrámoslas juntos en estos versículos. 

 

Introducción

Carl McCunn era un agradable tejano que amaba la vida al aire libre. A fines de los años ’70, él se mudó a Alaska y consiguió empleo manejando camiones para   la empresa de petróleo Trans-Alaska. Ganó mucho dinero y he hizo muchos amigos. Sacó muchas fotos y planeó una expedición que hasta el día de hoy, sorprende a todos los que escuchan su historia.

A los 35 años de edad, él salió en una expedición fotográfica por los bosques de Alaska. El dedicó un año para planear cada detalle de su viaje. Luego de asesorarse y comprar provisiones, en la primavera de 1981, él contrató a un piloto para que lo llevara a un lago remoto a unos 130 kilómetros al norte de la ciudad de Fort Yukón.

El llevó dos rifles, una escopeta, 600 kilos de provisiones y 500 rollos de fotos.

Finalmente llegó y puso su carpa allí, en medio de nada mas que naturaleza, donde pasaría 5 meses explorando, escalando, pescando, cazando y fotografiando el esplendor de lo que lo rodeaba.

Pero él no estaba al tanto de un pequeño detalle que pasado por alto y eventualmente le costaría la vida.

Él no había acordado con nadie para que lo fueran a buscar.

El no se dio cuenta de esto hasta el mes de Agosto. Su única esperanza era que uno de sus amigos recordara su plan de volver en 5 meses y se diera cuenta de su ausencia.

Así que, cada día, él salía a buscar comida y miraba al cielo, esperando un rescate.

Nadie vino.

Para fines de Septiembre, el lago se congeló y la nieve comenzó a amontonarse. Se volvió imposible salir a caminar. Sus provisiones ya se estaban acabando y sus municiones eran escasas.

Los detalles de sus últimos días los conocemos porque luego se encontró un diario de 100 páginas cerca de su cuerpo, donde de describió esos últimos meses de hambre y frío. Las autoridades lo encontraron aproximadamente un año después de que este hombre salió en su expedición.

Y en su diario, encontramos una de las frases mas trágicas de su vida. Él escribió: “Pienso que debería haber previsto mejor mi partida.”[i]

Él había planeado cada detalle de su expedición… pero nunca planeó su regreso.

Él había planeado todo para su sobrevivencia… pero no había hecho planes para el fin de su viaje.

Francamente, esa es la historia de la mayoría de las personas en la actualidad. Se la pasan pensando en vivir y nunca piensan en el día en que dejaran este mundo.

Aproximadamente, 2 personas mueren cada segundo que pasa. Mas de 6 mil por hora – 155.000 por día… unos 57 millones por año.

Lo que me parece maravilloso es que la gracia de Dios nos provee todo lo necesario no solo para vivir en este mundo, sino también para dejarlo.

De hecho, la única manera en que vamos a vivir en este mundo yendo en la dirección adecuada y la única manera en que vamos a dejar este mundo yendo al destino correcto – es por la gracia de Dios.

Somos salvos por gracia –vivimos por gracia – aprendemos por gracia – morimos en la gracia y vamos al cielo basados en la promesa de la gracia de Dios para aquellos que creen Su evangelio.

En Tito capítulo 2, donde le invito a abrir su Biblia, el apóstol Pablo ha estado dando una charla familiar. Y ahora, después de hablarle a cada miembro de la familia en específico, él vuelve a dirigirse a toda la familia y dice: “Escuchen, todo esto se trata de la gracia de Dios obrando en sus corazones y vidas.”

La gracia de Dios.

Note lo que dice el versículo 11. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado…” Es decir, todo lo que he estado diciendo esta directamente relacionado con la gracia de Dios.

Ya sea un hombre o una mujer mayor, un hombre o una mujer joven, o incluso un sirviente, “…la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres.”

La pregunta es: ¿Qué ha hecho usted con esta oferta de salvación? Este es el plan de Dios para su partida de esta vida.

Ahora, note cuidadosamente que Pablo no esta diciendo que todos los hombres son salvos. El no esta predicando el universalismo.

Esta oración que comienza en el versículo 11 y llega hasta el 14, está conectada con los versículos anteriores, donde Pablo ha estado hablando de distintas categorías de personas.

Podríamos parafrasear  el versículo de la siguiente manera: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado trayendo salvación a todo tipo de personas.”

Sea usted un hombre o mujer; viejo o joven; esclavo o libre; rico o pobre; judío o gentil; casado, soltero o viudo; con hijos o sin hijos; ciudadano o extranjero.

Cualquiera puede ser miembro de la familia de Dios –y esa membresía se obtiene únicamente al creer en el evangelio de la gracia de Dios.

Pero la gracia no se termina una vez que somos salvos. Uno crece en la gracia – como dice 2 Pedro 3:18 – o sea, uno desarrolla el carácter lleno de gracia del Señor Jesús.

Pablo dice, efectivamente, “Escuchen, quiero detenerme en esto por unos minutos más; quiero explicarle a cada miembro de la familia, cómo es que la gracia de Dios impacta cada aspecto de su vida.”

Eso es lo que él hace en los versículos 11 al 14.

Entonces, lo que quiero hacer ahora es bosquejar lo que Pablo está por decir de la siguiente manera: En este pasaje encontramos tres palabras o expresiones que debemos aprender a decir.

De hecho, si usted quiere medir su crecimiento en la gracia de Dios, soló hágase la pregunta: ¿Con cuanta frecuencia estoy diciendo estas tres cosas?

Y la primera palabra que tenemos que aprender a decir, por la gracia de Dios en nuestras vidas, es una pequeña palabra –No. N-O.

Dejando su vida pasada

Esto tiene que ver con el estilo de vida que uno debe rechazar a diario.

Note nuevamente lo que dice el versículo 11. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres – y ahora, escuche lo que la gracia produce – enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos…”

Pablo personifica la gracia y dice que esta se manifiesta, que aparece, y comienza a enseñarnos a decir “no.”

Y yo que pensaba que la gracia se caracterizaba por decir “si.” Y lo hace, pero lo primero que la gracia nos enseña es a decir no.

La palabra traducida ‘enseñándonos’ tiene maravillosas implicaciones.

Pablo podría haber escogido la palabra ‘didasko’ (διδασκω) que hace referencia a una instrucción más formal, como en un una sala de clases. Didasko solo funciona cuando uno acude a cierta hora para la lección.

Pablo no usa esa palabra, sino que usa el verbo griego ‘paideuo’ (παιδευω) de donde sale la palabra Castellana ‘pedagogía’. Esto hace referencia a enseñarle a un niño – generalmente a un padre enseñándole a su hijo pequeño.[ii]

Este tipo de enseñanza es informal, frecuente y se da a través del día, cada vez que surge la oportunidad.

En otras palabras, la gracia de Dios es un maestro que nos enseña en todo momento… cada vez que existe una oportunidad para aprender algo.

Lo que significa que la gracia nos enseña a nuestro a nuestro ritmo personal. La gracia es como un maestro que refuerza la materia según lo vamos necesitando y conforme a nuestro estilo de aprendizaje.

La gracia es el tutor perfecto.

Pablo escribe que la gracia nos instruye- y el tiempo verbal es presente, por ende indica que esta es una acción continua.[iii]

Si usted se perdió una o dos lecciones ayer, la gracia se va a manifestar hoy y le va a enseñar. Y si usted no entendió o no aprendió bien la lección – cosa que ninguno de nosotros va a lograr dominar completamente en esta vida, ya que nuestra lección imitar el carácter y la naturaleza de nuestro Dios – la gracia va a aparecer una y otra vez para enseñarnos las lecciones nuevamente… de hecho, este maestro va a estar con nosotros por el resto de nuestra vida.

Y la gracia nos va a enseñar a como vivir y decir estas tres palabras.

Y como dijimos anteriormente, la primera palabra es “no”. Note el versículo 12. “enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos…”

La palabra ‘renunciar’ significa rechazar, repudiar, negar.[iv]

Pablo esta diciendo: “Este es el tipo de vida que usted está dejando atrás. El estilo de vida al que debe de renunciar.”

Un matrimonio joven de nuestra iglesia me dijo hace poco que ellos decidieron renunciar a toda cosa que pudiera entrometerse en su crecimiento y su compromiso con Dios – ellos se deshicieron de todas las bebidas alcohólicas, tiraron a la basura colecciones de música, revistas, y libros, y comenzaron a gastar su dinero de otra forma. Ellos dijeron: “Ya no queremos estar con un pie adentro y otro afuera. Vamos a renunciar de una buena vez las cosas de nuestra vida pasada.”

Pablo toca este mismo tema en su carta a los creyentes de Éfeso, cuando dice: “Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles (los incrédulos), que andan en la vanidad de su mente,18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;

19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.

20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo – en otras palabras, La gracia no les enseñó a vivir de esta manera – 22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Efesios 4:17-24)

Todo eso nos dice que, aprender a vivir en Cristo, bajo la tutela de la gracia, significa que, en primer lugar, nosotros debemos aprender a decir que no a ciertas cosas.

La persona que dice: “Vivo bajo la gracia. Eso significa que le puedo decir que si a todo,” no esta siendo instruida por la gracia. Porque la gracia nos enseña, en este texto, a decir que no.

Un autor dijo que es imposible crecer en Cristo sin aprender la disciplina del rechazo.[v]

Y así es que uno crece en todo aspecto de la vida. Si usted tiene hijos, sabrá muy bien cuanto tiempo y energía uno gasta criándolos y entrenándolos y protegiéndolos ¿por medio de que palabra? –No

No…no.

Usted le va a decir eso a un niño muchas más veces que la va a decir que si.

Su hijito se estira para agarrar esa figura de porcelana del estante, y usted le dice “No, no.”

El lo mira a los ojos, y sin pestañear agarra ese objeto prohibido. El ha decidido que usted no es tan estricto como aparenta ser. El ha decidido que lo puede desafiar.

Es como si le dijera: “Esto es lo que pienso de tu: ‘no no’.

Y parte del desafío de crecer y madurar también es responder a la palabra “no.” Sin esa palabra, seria difícil sobrevivir. O sea, que tiene de malo jugar en medio de la calle, comer caramelos para la cena y jugar en la lluvia mientras hay una tormenta eléctrica… cada una de esas cosas parecen muy divertidas cuando uno es chico. Pero alguien le dijo no, y le arruinó la fiesta.

La verdad es que necesitamos de la gracia para que nos enseñe a que cosas decirle que no, porque nuestros padres no van a estar siempre para hacerlo, si es que ha tenido el privilegio que le enseñen en primer lugar.   

Francis Schaeffer, un autor y filosofo cristiano, escribió, hace ya mas de 40 años, “Estamos rodeados de un mundo que no le dice que no a nada. Tenemos una sociedad que no se niega nada. Cualquier concepto de la palabra “no” se evita lo más posible. Y desde luego, este ambiente encaja perfectamente con nuestra disposición natural, porque, desde la caída de la humanidad, nosotros no nos queremos negar a nada.”[vi]

No es de sorprenderse entonces que necesitamos la instrucción diaria de la gracia.

Pablo escribe, “La gracia nos va a enseñar a decir lo que nos cuesta tanto decir – decir no a la impiedad y los deseos mundanos.”

Y ¿Que son los deseos mundanos? Sencillamente, estas son las cosas de las que se sentiría avergonzado de hacer, si supiera que Dios lo está mirando.

Esas son las cosas a las que tenemos que decir, no.

Viviendo la vida presente

Pero hay mas. La gracia no solo nos enseña que debemos de abandonar nuestra vida pasada, sino que nos enseña a vivir nuestra vida presente.

Note lo que dice Pablo a continuación en el versículo 12. “Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente…”

No solo aprenda a decir “no.” La gracia quiere enseñarle también a saber cuando decir “si.”

De hecho, el versículo nos indica que nosotros debemos vivir de esta manera piadosa, al mismo tiempo que estamos negando nuestra vida pasada.

Es decir, le estamos diciendo que no a la impiedad y a los deseos mundanos, mientras que, al mismo tiempo, le decimos que si a vivir justa y piadosamente.

Un concepto equivocado, muy común entre los cristianos, es que uno va a llegar un día a al punto en que ya no va a tener que decir mas que no – que la vida cristiana se va a volver fácil – y eso obviamente que trae mucho desánimo.

O sea, la creencia común es que un creyente maduro y sabio llega a un punto en que las tentaciones ya no lo van a afectar y ya no va a tener que decir que no.

Según lo que dice la palabra de Dios, ese no es el caso.

Aun  el apóstol Pablo admitió de manera transparente en Romanos capitulo 7 que luchaba con la tentación, de tal manera que exclamó, “Miserable de mi! Quien me librará de este cuerpo de muerte.”

Hasta que lleguemos a la presencia del Señor, siempre vamos a necesitar decirle “no” a algo – y al mismo tiempo, vamos a tener que decirle “si” a lo que es correcto.

Y, ya que no podemos vivir la vida Cristiana sin tener que decir “no” a ciertas cosas; de la misma manera, no podemos vivir sin tener que decir “si” a otras cosas.

Querido oyente, el cristianismo no se trata solamente de decir “no, no, no.” No solo rechazamos la impiedad, sino que abrazamos la piedad en su lugar.[vii]

No solo nos despojamos del viejo hombre, sino que nos vestimos del nuevo. (Efesios 3)

Y Pablo nos dice que la gracia va a enseñarnos a decir que “si” a tres atributos diferentes:

El primero, lo encontramos aquí en el versículo 12, y es la sobriedad –o prudencia . Esta palabra ya ha aparecido varias veces en esta carta.

  • La sobriedad es una de las características que deben tener los ancianos, los líderes de la iglesia (capitulo 1).
  • Lo mismo que los hombres mayores en el capitulo 2, versículo 2.
  • También se espera que las esposas y madres jóvenes sean de esta manera (Tito 2:5).
  • A los hombres jóvenes se les dicen que sean sobrios, en el versículo 6.

Pero ahora Pablo explaya la aplicación de esta palabra a la iglesia entera.  Nadie esta exento de decirle “Si” a esta característica.

Esta palabra significa ‘vivir con discreción’, ‘pensar y actuar con dominio propio.’

Es una palabra que se usa para describir a alguien que tiene una mente sana. Es decir, un creyente que no permite que su mente sea controlada o distraída por la cultura o las circunstancias.[viii]

Es decir, esta persona decide cada día en su mente, que va a seguir la verdad de Dios.

Pablo luego agrega otra asignatura al plan de estudio de la gracia – el creyente no solo debe de vivir sobriamente, sino también justamente.

Pablo usa esta palabra en otras dos oportunidades en sus cartas –una para defender sus acciones como justas (1 Tesalonicenses 2:10), y la otra para describir la obligación moral del creyente a dejar de pecar y vivir una vida justa (1 Corintios 15:34).[ix]

Vivir justamente significa simplemente que uno vive y se rige por el estándar divino de lo que es justo.

Y permítame comentar lo siguiente: Cada día que pasa escuchamos que el mundo habla de sus “valores.”

Tienen valores familiares… valores personales… valores que pueden mejorar al país… las personas viven “según sus valores,” etc.

Pero, querido oyente, esa palabra ‘valores’ no significa absolutamente nada… porque puede definirse de cualquier manera que la persona quiera definirla.

Puede que usted valore la vida, pero otra persona puede valorar, con la misma pasión, el supuesto derecho de quitarle la vida a un bebé antes de nacer. Puede que usted valore el matrimonio tradicional, pero hay otros que con la misma pasión valoran el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La palabra ‘valores’ es subjetiva –se define por lo que usted cree personalmente. Algunos pueden valorar un hotel porque tienen habitaciones aptas para fumadores –mientras que otros valoran un hoteles porque no permiten que se fume en la propiedad. La gente tiene todo tipo de valores en cuanto a todo.

Esos valores están basados en lo que usted cree, siente y quiere hacer. Y los valores son tan variados como el viento.

Lo que se ha perdido en la actualidad, es lo que la palabra “valores” ha reemplazado… y nosotros no lo notamos hasta que finalmente desapareció.

Estoy hablando de la palabra “virtud.”

Y existe un mundo de diferencia entre los valores y las virtudes.

El diccionario Webster, definió virtud como conformidad a los estándares del bien y la justicia. No nos sorprende entonces que esa palabra ha desaparecido. Los estándares objetivos del bien y la justicia están siendo remplazados por una cultura relativista que no quiere conformarse a ningún estándar absoluto de moralidad o espiritualidad.[x]

Los valores, por definición, no se conforman a ningún estándar de bien o mal –sino que son creados por la persona que quiere ser percibida como alguien virtuoso.

O sea, alguien dice: Yo me aferro firmemente a estos valores…” y la gente piensa “Oh, esa si que es una persona virtuosa.”

Pero no, no es así. Esa es una persona de valores –y una persona de valores no es necesariamente una persona virtuosa.

Una persona que se aferra a sus valores, solo se está aferrando a un estándar que le hace sentir bien… en el momento… porque los valores pueden cambiar, las virtudes no.

William Sangster, un famoso pastor Ingles que ministró en la época en que el Titanic se hundió, contó en uno de sus sermones, acerca de una mujer rica que estaba en uno de los botes salvavidas, a punto colocado en el Océano Atlántico.

Ella se acordó de algo que se había olvidado en el barco y estaba tan desesperada por conseguirlo que la dejaron bajarse del bote e ir a buscarlo. Los oficiales le dieron unos minutos para que regresara al bote salvavidas. Ella corrió hacia su habitación. Se acercó al estante sobre su cama – ahí había una caja con sus alhajas y algunos diamantes. Ella empujó la caja hacia un lado y esta se estrelló en el suelo. Detrás de la caja, habían 3 naranjas. Ella las agarró y corrió devuelta hacia el bote salvavidas. Este pastor ingles comenta: En este momento de peligro, el temor por perder la vida cambio los valores de las personas… cosas de muchísimo valor pasaron a ser inútiles y lo que antes no tenia mucho valor, se convirtió en objetos de valor incalculable.[xi]

El día llegara, cuando el mundo esté delante de Dios y descubra que, según Su estándar de justicia, la mayoría de sus valores no tenían virtud alguna.

Pablo dice, “Ahora que eres un creyente en Cristo, deja que la gracia de Dios te enseñe, por medio de Su palabra y Su espíritu, lo que es justo.”

Y Pablo agrega una tercera palabra –piadosamente.

Esto es lo opuesto a la impiedad –la impiedad es lo que el creyente debe rechazar.

Esto tiene que ver con tener una actitud apropiada hacia Dios y las cosas de Dios.

Es parecerse a Dios – tener su santa perspectiva y carácter.

Pablo nos está diciendo como debemos vivir en este siglo.

Los creyentes viven en este mundo, pero no vivimos para el mundo; no debemos de vivir como el mundo –pero vivimos en el mundo.

Y así es como debemos vivir en él.

Teniendo en mente nuestra vida futura

Entonces, la gracia nos enseña dejar de lado nuestra vida pasada, nos enseña a vivir la vida presente, pero hay algo más que debemos aprender en el plan de estudio de la gracia …la gracia nos enseña a tener una perspectiva correcta de la vida venidera.

Note lo que dice el versículo 13. “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.”

Este versículo es uno de los más claros de todo el Nuevo Testamento en cuanto a la deidad del Señor Jesucristo.

Algunos intentan decir que Pablo esta hablando de ambos, Dios Padre y de Dios el Hijo –“ nuestro gran Dios y nuestro Salvador, Jesucristo.”

Pero en griego hay un solo artículo – es decir, “nuestro gran Dios” es “el Salvador, Jesucristo.”[xii]

Podríamos parafrasearlo de la siguiente manera: “Jesucristo es el Salvador y nuestro gran Dios.”

Además, siempre que el Nuevo Testamento habla de la manifestación de Dios, se refiere a Jesucristo.[xiii]

Lo que tiene sentido, ya que Colosenses 1:15 nos dice que Cristo es la manifestación visible del Dios invisible.

Y ¿Qué va a hacer Jesucristo, nuestro gran Dios y Salvador? Él va a aparecer. ¡El se va a manifestar!

Y nosotros cada día esperamos ese momento.

La iglesia, en toda época, espera el rapto y la aparición de Jesús en las nubes.

  • Los creyentes de Tesalónica fueron alabados por esperar la venida de Cristo (1 Tesalonicenses 1:10)
  • Pablo les dijo que serian librados de la ira venidera en ese mismo versículo.
  • Pablo también escribe que él esperaba estar vivo cuando Cristo viniera por su Iglesia (1 Tesalonicenses 4:17)
  • Cristo va a venir a la tierra para establecer Su reino por mil años- y va a descender con la iglesia, (Apocalipsis 19).

Pablo aquí nos esta diciendo que tenemos que esperar ese día en que Cristo venga por Su iglesia.

Cristo va a cumplir su promesa de proteger a Su novia de la ira que vendrá sobre planeta tierra durante 7 años- un periodo que conocemos como la Gran Tribulación. Y después de eso, los creyentes descenderemos desde el cielo con Cristo y disfrutaremos del reino de Cristo en la tierra por mil años.

No tenemos tiempo ahora de hacer un repaso de los eventos detallados en Apocalipsis – si le interesa, puede encontrar nuestra serie de estudios de Apocalipsis en nuestra página web.

Pero por ahora, el punto es el siguiente: la gracia nos enseña a mirar hacia el cielo. La gracia nos enseña a mirar hacia el futuro, a la venida del Señor- que podría ser hoy mismo.

La gracia nos enseña a decir “no” y “si” y aquí tenemos la tercera expresión –“quizás hoy”.

Quizás sea hoy –que nuestro Dios y Salvador, Jesucristo venga a llevarnos a casa.

Ese es el plan de escape. ¡Cristo es quien nos viene a buscar! Para llevarnos de vuelta a casa.

Querido oyente, ¿Ha planeado usted su partida?

Muchas personas dicen – yo estoy listo para toda la vida – tengo todas las provisiones necesarias.

¿y que? Un día va a morir. La pregunta es, ¿tiene una salida?

Su salida, y su plan de rescate es justamente, “El camino, la verdad y la vida- Nadie viene al Padre sino por Él, Jesucristo.” –Juan 14:6

Y Pablo dice, “Ya que estamos hablando acerca de nuestro gran Dios y salvador, permítame decirle lo que El ha hecho por los que depositan su fe en El.’

Primero, el versículo 14 nos dice que Él: “se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad…”

Él nos redimió. Cada esclavo o siervo al que Tito le estaba hablando entendía esa frase a la perfección–provenía del mercado de esclavos.

En el mercado de esclavos de aquella época, una vez que el comprador hubiera pagado el precio por su esclavo, el nuevo dueño le quitaría las cadenas y el esclavo se convertiría en su propiedad.

Jesucristo nos compro, de la esclavitud del pecado para que seamos suyos… y esa es la razón por la que Pablo le dice a Tito en el primer versículo que él es un siervo, un esclavo de Jesucristo.

Y note: Él nos redimió, lo que hace referencia al acto de Cristo en la cruz, donde pagó el precio para comprarnos con su sangre – de toda iniquidad.

De toda iniquidad– esto significa que mañana usted no puede cometer un pecado que Cristo diga, “ah, por ese yo no pagué.”

No, toda iniquidad – pensamiento, acto y deseo pecaminoso – ha sido pagado en la cruz con la muerte de nuestro Salvador.

Y Pablo agrega que Cristo se dio a si mismo –  “para purificar para sí un pueblo propio”

El nos redimió en el pasado… nos esta purificando en el presente… y note, Él nos esta haciendo celosos de buenas obras.

La pregunta es entonces: ¿Estamos siendo celosos de buenas obras? ¿Somos verdaderamente serios en cuanto a nuestra fe y relación con Dios?

Un autor cuenta que una vez estaba predicando en Chicago y al finalizar la conferencia, tomó un taxi para ir al aeropuerto.

El dice: “El taxista era Musulmán y nos pusimos a conversar. Pasamos por en frente de una Mezquita muy grande, así que le pregunte cuantos hombres se reunían allí para orar. El me dijo, en la reunión de las 4 PM van unas 1.500 personas. Pero a la reunión de las 4 de la mañana no van tantos, tal vez unos 900.”

Este autor escribe: ¿Se imaginan que a la iglesia fueran 900 creyentes todos los días a orar a 4 de la mañana?[xiv]

Él luego comentó acerca de cómo, tristemente, la mayoría de los que dicen ser cristianos, no parecen tomar su fe tan en serio como los Musulmanes.

Querido oyente, ¿Que mensaje le estamos comunicando a nuestro mundo con nuestras acciones?

¿Nos están escuchando decirle que ‘no’ a las cosas malas? ¿nos están viendo decirle que si a las cosas buenas? ¿nos escuchan hablar acerca del regreso de Cristo? ¿Nos observan vivir con la anticipación de que puede ser hoy?

Pablo escribe: “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.”

Un día – tal vez hoy mismo – Él vendrá a buscarnos. Mientras tanto, debemos saber decir estas tres expresiones: “No”… “Si”… “Quizás hoy.”

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey

© Copyright 2012 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

[i] Max Lucado, God’s Story Your Story (Zondervan, 2011), p. 93 

[ii] Adapted from Charles R. Swindoll, Insights on 1 & 2 Timothy, Titus (Zondervan, 2010), p. 299 

[iii] John A. Kitchen, The Pastoral Epistles for Pastors (Kress Christian Publications, 2009), p. 532 

[iv] Charles Ray, First & Second Timothy, Titus, and Philemon (AMG Publishers, 2007), p. 178 

[v] Adapted from R. Kent Hughes, The Disciplines of a Godly Man (Crossway Books, 1991), p. 73 

[vi] Hughes, p. 345 

[vii] Kitchen, p. 533 

[viii] Adapted from John MacArthur, Titus (Moody Press, 1996), p. 117 

[ix] Kitchen, p. 534 

[x] Diana West, The Death of the Grown-Up (St. Martin’s Press, 2007), p. 71

[xi] Quoted in The Tale of the Tardy Oxcart, Charles R. Swindoll; Word Publishing, Nashville, 1998; p. 469 

[xii] Kitchen, p. 536 

[xiii] MacArthur, p. 120 

[xiv] Woodrow Kroll, The Vanishing Ministry in the 21st Century (Kregel, 2002), p. 40