Lección 19: Corriendo detrás de la Zanahoria

Lección 19: Corriendo detrás de la Zanahoria

Pasaje Bíblico: Eclesiastes 6:7-9.
Vaya al centro comercial y verá docenas de personas persiguiendo cosas que creen que les traerán satisfacción. Pero cuando lo consiguen, siguen insatisfechos y lo que realmente desean parece estar fuera de su alcance. ¿Cómo podemos encontrar una satisfacción que realmente dure? Salomón nos da la respuesta en estos versículos.

Introducción

La frase “correr detrás de la zanahoria” ha existido desde hace mucho tiempo. La imagen que viene a la mente es la de un desafortunado burro motivado por una zanahoria que el granjero puso en la punta de un palo largo que va asegurado a su arnés. El burro tira del arado para alcanzarla a pesar de que está fuera de su alcance. La expresión se ha utilizado para referirse a las personas que persiguen algo que realmente quieren tener, pero que siempre está fuera de su alcance.

Hace poco más de un año, la Escuela de Negocios de Harvard, llevó a cabo un estudio entre más de 4.000 millonarios de Estados Unidos y llegó a una observación muy interesante.[i] El equipo de investigación le hizo una serie de preguntas a cada uno de estos millonarios con relación a su posición en la vida. Una de las preguntas era cuánto dinero tenían, y el rango oscilaba entre uno y más de 100 millones de dólares.

Cuando les preguntaron qué tan felices eran en una escala del 1 al 10, muy pocos respondieron: 10. La siguiente pregunta fue cuánto dinero más necesitarían para alcanzar el 10 en la escala de la felicidad. La mayoría respondió que, si tuvieran al menos el doble, alcanzarían la felicidad. Lo interesante para el equipo de investigadores, es que independientemente de que tuvieran uno o cien millones, la respuesta era la misma: querían el doble.

El líder de la investigación, Michael Norton, dijo que descubrieron un problema sorprendente que yacía debajo de la superficie. Descubrieron que la pregunta más relevante no era tanto, “¿Tengo suficiente?”; sino “¿Tengo más que los que me rodean?”.

Él ilustró sus conclusiones escribiendo: “Si alguien tiene 50 millones de dólares, pero se muda a un vecindario en el que todo el mundo tiene mucho más que eso, obviamente dejará de ser feliz”.[ii]

No es que estos millonarios no tuvieran lo suficiente, es que querían más, y lo más grave, es que querían más que los demás.

Esta enfermedad no sólo ha infectado a los millonarios, es la condición de cada corazón pecador de la humanidad. La encontramos en la guardería, donde un niño tiene un juguete que el otro quiere; aparece en la sala de la escuela secundaria, donde alguien tiene el teléfono nuevo que otro desea.

Los publicistas de hoy son muy conscientes del poder de hacer que los niños corran detrás de las zanahorias también, y ahora las empresas gastan miles de millones de dólares al año para llegar a niños de entre 2 y 12 años. De hecho, antes de empezar el jardín de infantes, los niños influyen cómo se gastan 300.000 millones de dólares diciéndoles a sus padres todo lo que quieren, desde lo que tipo de ropa prefieren, y cuales juguetes les gustan hasta la comida que quieren desayunar.[iii] No tiene nada que ver con el hecho de que vaya a una escuela pública, cristiana, o en casa; tiene que ver con su corazón pecador, que desde muy pequeño entiende cómo ir corriendo detrás de la zanahoria.

Pero el problema real y más peligroso para todos nosotros – más allá de los dólares y los centavos y los juguetes y los cereales – es que la zanahoria resulta ser una distracción brillante. Sea lo que sea, lo que la gente persigue tiene la capacidad de distraer su mente, de engañar su corazón y malgastar su energía; alejándola del verdadero significado y propósito que Dios tiene para ellos. De hecho, la zanahoria resulta ser la herramienta más grande de Satanás para distraer el corazón humano de considerar los asuntos importantes de la vida y la muerte. Jesús lo llamó los afanes de este mundo y el engaño de las riquezas y las codicias de otras cosas (Marcos 4:19). El Señor Jesús también advirtió: ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? (Mateo 16:26). En otras palabras, aquí hay alguien que les ganó a todos en la carrera y tiene más que todos a su alrededor; pero luego muere – y ahora ¿qué es lo más importante?

Mientras estudiaba, me encontré con una representación artística de esta misma advertencia. Pintado se encuentra al Gran Engañador, a Satanás oculto bajo un manto y montado en un burro, mientras sostiene un palo con la tentadora zanahoria colgando delante de la cara del animal. Mientras que el burro está distraído persiguiendo la zanahoria, se acerca cada vez más al borde de un precipicio.

 

Advertencias Divinas

Así es la raza humana. Está buscando, deseando, queriendo y corriendo para tener algo más, hábilmente distraída de la realidad de que su vida está en peligro. Estos son los temas serios que ocupan la mente de Salomón mientras escribe la siguiente sección de su diario de vida. Él va a describir claramente la realidad de ir corriendo detrás de una zanahoria y la frustración de ser vencido en la carrera por otras personas – y en última instancia – la vida desperdiciada al final de la carrera.

Son temas serios y no creo que estén aquí por casualidad. Tal vez esta descripción es una advertencia especial de Dios para usted hoy. Así que tome su Biblia y ábrala conmigo en Eclesiastés 6, y mientras recorremos los tres versículos siguientes, quiero resumir lo que dice Salomón en forma de tres verdades. Son advertencias que Dios nos da a través de Salomón; son tan aplicables hoy como lo eran hace 3.000 años cuando Salomón las escribió en su diario.

La primera advertencia es ésta:

Su vida puede estar llena, y al mismo tiempo su corazón estar vacío.

Fíjese en el versículo 7:

Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su deseo no se sacia. (Eclesiastés 6:7).

La palabra boca, se usa de manera figurativa para describir las necesidades físicas, incluidas la comida, vivienda y ropa.

La palabra trabajo, se refiere lo que hace para ganarse la vida. Trabaja duro, cobra el sueldo para pagar las facturas y comprar la comida. No hay nada malo en trabajar duro y tener éxito en ese trabajo; de hecho, eso puede traer gloria a Dios y credibilidad a su testimonio.

Tal vez recuerde que Salomón nos dijo antes en el capítulo 5, que nuestro trabajo, nuestros talentos y nuestras habilidades son un don de Dios. Pero Salomón se refiere aquí a algo más que un trabajo que paga por las necesidades físicas del diario vivir. De hecho, podría traducir la última frase del versículo 7 como – sin embargo, su apetito no se sacia. Es decir, nunca logra estar satisfecho.[iv]

Está trabajando duro. Siempre está ocupado. Nunca para, pero todavía existe este deseo. La palabra hebrea traducida como deseo o apetito es nefesh, que también se traduce como alma, el ser interior – la mente, la voluntad y la emoción. Podríamos referirnos a esto como el corazón.

Lo que Salomón está diciendo, es que en la vida aquí debajo del sol – que es la expresión que usa para referirse a la vida sin sentido, apartada de la comunión con Dios y la satisfacción que solo el da – una persona puede estar ocupada, ser productiva y meterse de cabeza en el consumismo y comprar todo lo que pide su boca, y nunca encontrar satisfacción en su corazón. La vida de una persona puede estar llena, pero su corazón permanecer vacío.

Aquí está la segunda advertencia:

Mejorar su posición en la vida no significa que esté teniendo éxito en la vida.

Ahora Salomón hace dos preguntas retóricas para probar su punto – versículo 8:

Porque ¿qué más tiene el sabio que el necio? ¿Qué más (o sea, que ventaja) tiene el pobre que supo caminar entre los vivos?(Eclesiastés 6:8).

Salomón espera que respondamos: “Ninguno tiene ventaja!”.

En otras palabras, si para lo único que vive alguien es para satisfacer su boca, sus apetitos físicos, ni siquiera el sabio tiene ventaja sobre el necio, y el pobre no tiene ventaja por saber cómo manejarse con las personas.[v]

Salomón plantea y responde la pregunta con la dura realidad: ¿tiene alguien ventaja sobre los demás en esta carrera por alcanzar la zanahoria? Y da dos ejemplos para demostrarlo. Uno es: “qué pasa con la persona más inteligente de la sala? Bueno, a menos que tener un promedio de calificaciones perfecto equivalga a felicidad y satisfacción, la respuesta es no. Y la respuesta es “no”. Nuestro mundo está lleno de licenciados y doctores brillantes e infelices.

La otra ilustración pregunta “¿qué pasa entonces con el hombre pobre? Este hombre es pobre e implícitamente no tiene educación. No tiene un apellido de renombre y no puede costearse una educación, pero es inteligente. Él sabe caminar entre los vivos, escribe Salomón; en otras palabras, sabe hacer amigos y hacer conexiones para mejorar su posición en la vida. Entonces, ¿es él quien lleva la ventaja en el camino hacia la felicidad? No, de hecho, se sentirá igualmente frustrado porque no asciende lo suficientemente rápido. A otro le han subido el sueldo. A otro le han dado la promoción. A otro le dieron el mejor trato.

Solomon presenta como ilustración a personas de ambos extremos del espectro. Está diciendo que la zanahoria no está más cerca de un brillante miembro de la academia, que de un pobre hombre sin ninguna educación que ha aprendido a vivir de su ingenio. Las personas que viven en los dos extremos del espectro son igualmente incapaces de alcanzar esa tentadora zanahoria de la realización y la satisfacción en la vida.

Mejorar su posición en la vida no es prueba de que esté triunfando de verdad. Hay muchos directores ejecutivos y famosos que lo demuestran.

Aquí es la tercera advertencia:

Siempre habrá algo más que no tiene.

Fíjese en el proverbio que dice Salomón en el versículo 9:

Más vale vista de ojos que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu(Eclesiastés 6:9).

¿Qué ve usted? En otras palabras, ¿qué ve que tiene en su mano ahora mismo? ¿Qué le ha dado Dios hoy? ¿Quiere perseguir el viento? ¿Quiere terminar su vida vacío, resentido y sin alegría? Entonces persiga las cosas que quiere y niéguese a disfrutar de lo que ya tiene.

No le está diciendo que no sueñe en grande o que no intente algo ambicioso o algo impactante en la vida, simplemente le está diciendo que es mejor tener un poco y disfrutarlo, que soñar con cosas que no le pertenecen.[vi]

Las palabras aquí traducidas el deseo que pasa, son literalmente el nefesh viajero – el alma errante.[vii] El corazón que sigue vagando en busca de satisfacción.

Llámelo como quiera: insatisfecho, inquieto, la crisis de los cuarenta, el pasto es más verde del otro lado de la cerca. Son expresiones, que delatan a nuestros corazones pecaminosos, que empezaron desde la infancia a querer algo que no tenemos.

Así fue Salomón. Nunca satisfecho. Siempre en busca de algo más y mejor. Lea su biografía de descontento en el primer libro de Reyes. Nunca se quedó con una esposa – tenía que tener una más; nunca tuvo suficiente oro, marfil o piedras preciosas – tenía que tener un cargamento más; nunca tuvo suficientes casas y jardines – se aburrió de esas y tuvo que construir otras. Era un alma errante por excelencia.

Él dice aquí en el versículo 9: todo era vanidad; todo era vacío; todo era aflicción de espíritu. Era correr tras el viento. Él dice esencialmente: “Nunca pude atrapar esa zanahoria tampoco”.

Este es el corazón humano. Este es su corazón y el mío separado de Cristo y la satisfacción que Él da. Es estar atado a la tierra en vez del Cielo.

Querido oyente, si Cristo no es suficiente:

  • si la voluntad de Dios no es lo suficientemente interesante;
  • si caminar según la palabra de Dios no es lo suficientemente bueno;
  • si disfrutar de la presencia y el placer de Dios no es lo suficientemente satisfactorio, entonces nada será suficiente.

Siempre habrá algo más que no tiene. Hay algo que no puede tener o que no ganó en esta carrera detrás de la zanahoria.

 

Conclusión

Encontré un estudio fascinante sobre los medallistas olímpicos y su actitud en el podio luego de recibir sus medallas. Se descubrió que los medallistas de bronce eran mucho más felices que los de plata. Los medallistas de plata se concentraban en lo cerca que habían estado de ganar el oro, por lo que no estaban satisfechos con la plata; pero los medallistas de bronce se concentraban en lo cerca que habían estado de no ganar nada en absoluto, y simplemente estaban contentos de estar ahí arriba en el podio.[viii]

Aquí tiene tres advertencias de un hombre que supo experimentarlas todas. Se las reitero para enfatizarlas y añadir una aplicación a cada una de ellas:

Advertencia #1:

Su vida puede estar llena y al mismo tiempo su corazón permanecer vacío.

Así que no se confunda.

No se engañe pensando que porque está ocupado, está involucrado en cosas que son esenciales.

De hecho, como creyente, lo que Dios está haciendo en usted, siempre tendrá prioridad sobre lo que Dios pueda hacer a través suyo. No se usted, pero esta es una advertencia para mí. Yo quiero estar ocupado con mis manos, Dios quiere estar ocupado con mi corazón. No busque una vida ocupada mientras ignora la obra transformadora del Espíritu de Dios en su corazón.

Advertencia #2:

Mejorar su posición en la vida, no significa que esté teniendo éxito.

Así que no se deje engañar.

No equipare el éxito verdadero con el tamaño de su casa o su modelo de vehículo. Desde afuera, Salomón no podía llegar más alto en la cadena alimenticia. Él lo tenía todo. Él lo había logrado.  Si alguien había alcanzado la zanahoria, ése era Salomón.

Ayer estaba leyendo la revista Time a la que estoy suscrito, para seguir irritado con la vida. En realidad, quiero saber qué piensa el mundo de lo que hace el mundo. En este número, aparecía la lista de las 100 mujeres más influyentes y notables del mundo. También leí la lista de los 100 hombres más influyentes. Me tomé unos minutos y hojeé las páginas, aunque no tuve tiempo de verlas todas. Leí sobre unas 20 de estas personas, algunos ya habían muerto, otros estaban vivos, pero al mirar a estas personas grandes e influyentes, lo que vi fue la trágica historia de varias vidas aplaudidas por la humanidad, pero conocidas por haber rechazado abiertamente el Evangelio de Jesucristo y me dolió el corazón. Sentí tanta lástima por ellos. Puede usted imaginarse, tener su nombre en la lista de los 100 hombres o mujeres más influyentes en una publicación internacionalmente conocida, tener un nombre e influencia reconocidos en la historia humana; pero no tener su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero. Junto con la tragedia, de ser engañado aún más por la aprobación y los aplausos… imagínese ser aplaudido en la tierra y luego perderse el Cielo.

Habían ganado el mundo, pero perdieron su alma. No se deje engañar – especialmente por la aprobación del mundo que lo rodea.

Advertencia #3:

Siempre habrá algo por más que no tiene. Comenzó en la guardería… y no va a ser más fácil hasta que esté en su hogar celestial con Cristo, perfeccionado y glorificado.

Así que, mientras tanto, no se distraiga ni esté descontento.

No se ciegue, no se desvíe, ni se enamore de las cosas materiales o algún deseo temporal. Ir corriendo detrás de la zanahoria, es una ilusión que no traerá satisfacción. Es un engaño. Es una distracción de las cosas más importantes de la vida.

La vida no se trata de esa zanahoria, se trata de Jesucristo. La vida con significado se trata de la voluntad de Dios, Su palabra, Su evangelio, Su vida, Su Espíritu transformando nuestras mentes y corazones, y dando propósito y significado en la vida mientras caminamos fielmente con Él para la gloria de Dios.

 

 

Este manuscrito es de un sermón predicado el 3/8/2020 por Stephen Davey.

Copyright 2020 Stephen Davey.

Todos los derechos reservados.

 

 

[i] Adapted from Grant E Donnelly, Tianyi Zheng, Emily Haisley and Michael I. Norton, “The Happiness of Millionaires”: https://www.hbs.edu/faculty/Publication%20Files/donnelly%20zheng%20haisley%20norton_26bec744-c924-4a28-8439-5a74abe9c8da.pdf 

[ii] Adapted from Joe Pinsker, “The Reason Many Ultra-Rich People Aren’t Satisfied With Their Wealth,” The Atlantic (12-4-18): https://www.preachingtoday.com/illustrations/2019/february/study-finds-rich-are-still-not-satisfied.html 

[iii] Katy Kelly & Linda Kulman, “Kid Power”, citation:usnews.com (9-13-04) 

[iv] Michael A. Eaton, Ecclesiastes (IVP Academic, 1983), p. 122 

[v] Adapted from Warren W. Wiersbe, Ecclesiastes: Be Satisfied (Victor Books, 1990), p. 77 

[vi] Adapted from Wiersbe, p. 78 

[vii] John Phillips, Exploring Ecclesiastes (Kregel, 2019), p. 194 

[viii] https://www.preachingtoday.com/illustratoins/2008/july/4071408.html