Lección 5: El Amor No es Ciego

Lección 5: El Amor No es Ciego

Pasaje Bíblico: 1 Juan 2:7-9.

¿Puede un cristiano verdadero sentir odio? En estos versículos, Juan nos exhorta a guardar un “nuevo mandamiento,” para que abandonemos la cegadora influencia del pecado y vivamos una vida llena de amor y luz.

Introducción

He leído que, en los Estados Unidos, alguien queda ciego cada veinte minutos. Según la Federación Nacional de Personas Ciegas, hay unos 25 millones de adultos en ese país que sufren de gran deterioro visual incluyendo ceguera total.

Por años mi querida suegra sufrió de ceguera, resultado de la diabetes. Mi esposa aún tiene en nuestra casa la lupa que su madre usaba para leer su Biblia, mientras perdía de a poco su visión.

Si Dios nos diera a escoger que discapacidad física tener, estoy seguro de que muy pocos escogerían vivir con ceguera.

Ahora, Según las cartas del apóstol Juan, el cristiano toma decisiones cada día que afectan su capacidad de ver; decisiones que le permiten caminar en la luz o vivir en las tinieblas de una ceguera voluntaria.

En uno de sus pasajes más directos y desafiantes hasta ahora, Juan nos exhorta a dejar la oscuridad atrás. Y él comienza este mensaje en el capítulo 2, versículo 7 de 1 Juan con un término cariñoso para todos nosotros. Es el término amados, traducido simplemente “hermanos” en algunas Biblias.

Así que antes de dar esta reprensión verbal, Juan demuestra su cariño para con sus hermanos en la fe. Como cuando un padre le dice a su hijo, “Voy a castigarte, pero es porque te amo.” Y el niño le dice, “Me gustaría que no me amaras tanto de esa manera.”

Juan comienza en el versículo 7 con la palabra agapetoi (αγαπετοι). Él la va a usar seis veces en esta carta. Es posible que haya reconocido el sustantivo agápe, entre medio de ese término cariñoso. Esta es la palabra griega para una amor profundo, preocupado, fiel, sacrificado, comprometido, y eterno.

Agápe no es caprichoso o temporal. No está controlado por emociones, está determinado por la voluntad – y la voluntad lleva el fruto de la emoción y el afecto.

Para la persona común en la calle, el amor es algo que puede cambiar como el clima y se puede remplazar como un par de zapatos.

Y no era para nada distinto en el primer siglo. De hecho, Seneca, el filósofo romano que vivió durante los tiempos del apóstol Juan, escribió que las mujeres romanas de la alta sociedad recordaban y contaban el paso de sus años con los nombres de los esposos que habían tenido. Ellos iban y venían con las estaciones.

Hasta este día, el mundo está totalmente de acuerdo con la idea de enamorarse… pero uno puede desenamorarse tan rápido como se enamora.

Esa es la razón por la que Dios usa una palabra que no habla de un simple enamoramiento; Él usa una palabra que habla de la voluntad de amar. Warren Wiersbe comenta acerca de este término, escribiendo que el agápe bíblico no se trata de atracción, sino de determinación.[i]

No es cuestión de ver si funciona… es una cuestión de disponerse a hacerlo funcionar.

Y lo sorprendente es que este tipo de amor sacrificado no es solo para nuestra pareja y los miembros de la familia, es para todo el cuerpo de Cristo y aún más.

Así que no es coincidencia que mientras Juan comienza a hablarnos acerca de que debemos amarnos los unos a otros, él comienza diciéndonos que nos ama como hermanos en la fe. Él ama con este tipo de amor profundo, fiel y comprometido – expresado en este término, amados.

Lo que es sorprendente – y estoy seguro de que los amigos de la niñez de Juan pensaron lo mismo – es que, al llegar a anciano, el apóstol Juan se volvió muy amoroso en vez de amargado e irritable. Así era Juan cuando Jesús lo llamó a ser uno de sus discípulos. Jesús incluso le puso por sobrenombre “hijo del trueno,” por su temperamento explosivo (Marcos 3).

Lucas capítulo 9 registra que Juan le pidió al Señor que hiciera caer fuego del cielo sobre un pueblo que no quiso hospedarlos por una noche. Señor, incendiemos la ciudad… se lo merecen.

Impetuoso, apasionado, egoísta, y obstinado…

Pero ahora leemos la carta de este anciano apóstol – y aunque Juan todavía es apasionado, temerario y directo, él se asegura de que todos entendamos que detrás de esta instrucción hay agápe … él habla con amor.

El Mandamiento de Amar

Con eso, él comienza a decirnos como debemos asegurarnos de evitar la oscuridad del odio y caminar en la luz del amor.

Versículo 7. Amados, no os escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que habéis tenido desde el principio; el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído. (1 Juan 3:2-7)

En otras palabras, el concepto de amarnos unos a otros no es nada nuevo.

Y es verdad que, para el tiempo en que Juan escribió esta carta, el mandamiento de amar a Dios no era para nada nuevo, pero si estaba siendo ignorado.

Hace tiempo ya que los Rabinos habían empezado su gran trabajo de explicar y detallar la ley de Moisés. Ellos iban a través de la Torá – los primeros 5 libros del Antiguo Testamento, escritos por Moisés – y buscaban cada mandamiento, cada orden, cada prohibición y cada regla; y con ellas creaban varias tradiciones y reglas y sus propias listas de prohibiciones.

Por ejemplo, ellos catalogaron que habían 613 mandamientos en el Antiguo Testamento, los cuales supuestamente se relacionaban con la 613 partes que ellos creían que componen el cuerpo humano. Ellos también catalogaron que habían 365 mandamientos negativos o prohibiciones, lo que consideraban importante, porque ese número correspondía a una prohibición para cada día del año.[ii]

A ellos le encantaba este tipo de cosas. El problema era que todo eso remplazó el amor a Dios.

Juan dice efectivamente, ustedes recuerdan el gran mandamiento – es muy antiguo – esta desde el principio – amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma, fuerza y mente… y amarás a tu prójimo como a ti mismo (Deuteronomio 6 y Levítico 19).

Entre todas sus listas de mandamientos, ¿han pasado por alto el mandamiento de amar? Bueno, recuérdenlo, no es nuevo, está desde un principio y es el diseño original de Dios para nuestras vidas.

Hasta ahora… todo bien. Lo que Juan escribe tiene sentido – el mandamiento de amar no es nuevo, es antiguo.

Pero luego… Juan escribe en el siguiente versículo – versículo 8, Por otra parte, os escribo un mandamiento nuevo…

Un momento… pensé que esto no era nuevo.

Permítame explicarle, querido oyente. La palabra que Juan usa para nuevo, aquí no está refiriéndose a algo nuevo en tiempo (kairos en griego); sino a algo nuevo en calidad (Kainos).[iii]

En otras palabras, Juan no está diciendo, “miren, aquí hay algo totalmente nuevo que nunca se ha visto hasta ahora; no, Juan está diciendo, Miren hay una nueva calidad – una nueva forma de demostrar amor ágape que es totalmente única.”

Note, él continúa contándonos en la mitad del versículo 8 – Por otra parte, os escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en Él.

O sea, Jesucristo nos ha mostrado una nueva calidad de amor. Y él espera que imitemos su demostración de amor en nuestras propias vidas.

Así es como Jesús puede decirles a sus discípulos

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros (Juan 13:34).

Querido oyente, dele a su vida un borrón y cuenta nueva cada día, y allí escriba agápe; y viva su vida demostrando este amor en cada oportunidad que tenga.

Francamente, el mundo no va a saber que pensar acerca de sus acciones, y las de la iglesia tampoco.

Sigamos leyendo el versículo 8 – Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él – y todos decimos ¡Amén! – y en vosotros. Y todos decimos, “Ay no.”

Esto no es solo para Jesús… es para todos nosotros también… debemos demostrar este tipo de amor.

Juan está informándonos que este tema es más grande de lo que pensamos. No solo estamos demostrando el amor de Cristo, estamos demostrando la luz de Cristo.

Note la última parte del versículo 8 –

porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.

El evangelio de Lucas registra la profecía de que la venida de Cristo sería la aurora de lo alto. En otras palabras, él sería el amanecer divino. Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte (Lucas 1:78-79).

El nacimiento de Cristo marcó el amanecer de la luz eterna. Aún hay tinieblas, pero mientras la luz del evangelio de Cristo se propaga, las tinieblas se remplazan por luz.

Para Juan, amor y luz son parte de un mismo evangelio – y estos deberían ser parte de la vida de cada creyente.

Note la advertencia en el versículo 9.

El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.

Ahora hay algunos que creen que Juan pasa a hablar acerca de no-creyentes, o falsos creyentes. O sea, es imposible que un cristiano pueda odiar a otra persona… ¿o sí?

La palabra que Juan usa aquí para aborrecer simplemente significa detestar – tener una actitud de desprecio hacia alguien y considerarlo como un enemigo.[iv]

¿Es posible que un cristiano deteste a alguien de esa manera?

Tristemente si….

El problema con la otra interpretación de este pasaje – de que aquí se está hablando de falsos creyentes – es que no es consistente con la audiencia de Juan – los amados – o tampoco es consistente con el vocabulario que vemos aquí.

Juan escribe en el versículo 9, y aborrece a su hermano. Él no usa el termino genérico para prójimo, o la humanidad en general. El contexto no permite tampoco la posibilidad a que este refiriéndose a un hermano biológico.

Juan está refiriéndose a alguien quien es un miembro de la familia de Dios gracias al nuevo nacimiento a través de la fe en Cristo.[v]

Él está hablando específicamente acerca de nosotros, los creyentes. Si nosotros, hermanos y hermanas en Cristo, nos odiamos unos a otros, actuamos con resentimiento, nos despreciamos unos a otros; prácticamente, hemos vuelto a las sombras de las tinieblas.

Y Juan está diciendo, amados, ninguno de ustedes pertenece a las tinieblas… vengan a la luz… demuestren la luz y el amor de Cristo. Salga de las sombras de odio, amargura, celos, y todas esas otras cosas que pertenecen en la oscuridad.

Corrie ten Boom y su familia fueron atrapados por los Nazis y enviados a un campo de concentración por esconder judíos en su casa. Después de que Corrie fuera liberada y que la 2da Guerra Mundial terminara, ella viajó a Alemania para dar su testimonio acerca del amor y el perdón de Dios.

Mientras ella estaba parada en frente de la congregación y contaba su testimonio, ella reconoció a un hombre sentado en la audiencia. Él había sido uno de los guardias más despiadados en el campo de concentración donde ella había estado prisionera; el mismo campo de concentración donde su hermana había muerto.

Ella escribió, era una cosa hablar acerca del amor de Dios y su perdón… pero fue otra cosa completamente distinta demostrarla en esa situación.

Al final del servicio, para su consternación, el hombre vino al frente y se paró en fila junto a otros para saludarla. Su sombrero y su abrigo oscuro le traía recuerdos de él en su abrigo negro, y su gorro con el emblema de nazi en el campo. Ella empezó a agitarse y sentir frio.

Cuando llego el turno del hombre, se acercó y le dijo en voz baja, “ahora soy cristiano. Le pedí a Dios que me perdonara por todas las cosas crueles que hice en ese campo donde estabas; esta noche vengo a pedirte a ti también que me perdones.”

¿Como podría perdonar ella a este hombre, cuando el rostro desnutrido de su hermana venía a su memoria y los recuerdos de su cruel muerte aun la llenaban de dolor y tristeza? El antiguo guardia Nazi extendió su mano, y los segundos parecieron siglos. Ella escribe que sintió que Cristo la impulsó a responder, y ella extendió su mano y tomo la de él. Inmediatamente, una calidez sobrenatural y sublime inundó su corazón y con lágrimas cayendo sobre sus mejillas dijo “te perdono, mi hermano, te perdono de todo corazón.”[vi]

Esto es de lo que Juan está hablando… esto es lo que significa dejar atrás las tinieblas del odio y vivir en la luz del amor.

La verdad es que, aunque quizás nuestras situaciones sean mucho menos dramáticas que esa, nosotros cada día también podemos escoger vivir en oscuridad o en luz. ¿Va a escoger caminar en las sombras o en la luz?

 

Principios de Vida: Amor y Odio.

Ahora, con eso, Juan provee dos principios de vida en los próximos 2 versículos. Aquí está el primer principio:

  1. Una vida de amor ilumina nuestro camino.

Juan escribe en el versículo 10: El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.

El permanecer en la luz significa simplemente vivir en – caminar en – sentirse en casa en – la luz.[vii]

¿Quiere caminar de tal manera que la luz ilumine su camino? Bueno, aquí hay un descubrimiento fascinante. Juan dice efectivamente, el amor es la linterna.

¿Quiere discernimiento en su vida? Prenda la linterna de amor. Juan nos informa que entre más brillante es su amor, más brillante es la luz que ilumina sus próximos pasos en la vida.

Así que, la idea no es querer ver cuán poco amor podemos demostrar. ¿o sí? ¡Vamos a querer ver cuánto más podemos amar!

Entre más amamos, más luz tenemos en nuestro camino; y entre más luz, menos es la posibilidad de que tropecemos en el camino de la vida.

También hay muchos estudiosos de la Biblia que creen que Juan puede estar refiriéndose no solo a evitar nuestro propio tropiezo, sino que también a ayudar a otros a evitar que tropiecen al amarlos.

Esto se ve en varias versiones de la Biblia que traducen este versículo, “no hay causa de tropiezo en él.” en vez de “y en él no hay tropiezo.”

Juan pudo haber tenido cualquiera de las dos ideas en mente – ambas son ciertas. Cuando uno ama a sus hermanos, uno evita tropezar y cuando uno ama a otros uno termina ayudándolos a evitar tropiezos también, ¿no es cierto?

Cuando escoge ver lo mejor en ellos… cuando escoge actuar amorosamente con ellos… usted quizás está guiándoles en sus caminos hacia algo mejor – hacia algo que glorifique a Dios.

El Dr. Howard Hendricks partió a la presencia del Señor hace un tiempo atrás. El tocó las vidas de literalmente millones de personas con su influencia. Él enseñó en el seminario de Dallas por unos 60 años a más de 10.000 estudiantes. Estoy tan agradecido a Dios de permitirme ser uno de ellos.

Leí las reseñas biográficas puestas en internet mientras miraba su funeral también por internet.

Howard había crecido en un hogar dividido donde sus padres se habían divorciado poco tiempo después de que naciera. El solía decir que él fue quien separó la familia. Su abuela hizo lo mejor que pudo para criarlo, pero él era un niño bastante difícil. Él se describía a sí mismo como un niño rebelde y problemático.

Su profesora de quinto grado en Filadelfia una vez comentó que Howard Hendricks era el estudiante que tenía más probabilidades de terminar en prisión cuando creciera.          

La misma profesora de 5to grado en una ocasión se enojó tanto por lo insoportable que estaba siendo en clase que lo ató a su silla con una soga y le tapó la boca con cinta adhesiva. Hoy en día un profesor recibiría una demanda por hacer esto.

Su corazón empezó a cambiar radicalmente cuando conoció a su profesora de sexto grado – una profesora que lo impactó desde sus primeras palabras.

El primer día en 6to grado, su profesora se le acercó, lo miró y le dijo, “he escuchado mucho acerca de ti. Pero no les creo una sola palabra.”

Hendricks escribió después, “esas palabras cambiaron mi vida.”

La luz iluminó su camino, salvándolo quizás de un tropiezo tras otro. Todo porque una profesora demostró gracia y amor.

Otro autor resumió este versículo muy bien cuando escribió, “el amor nos hace escalones en vez de piedras de tropiezo.”[viii]

Una vida de amor ilumina el camino de nuestra vida.

  1. La falta de amor atenúa la luz sobre el camino de la vida.

Note el versículo 11. Pero el que aborrece a su hermano (note que aún estamos hablando de creyentes) está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

Juan usa un verbo participio en presente traducido el que aborrece a su hermano. Esto nos da a entender que esta es una característica persistente.[ix]

Esta persona es conocida por ser odiosa.

Juan dice, esta persona ha escogido vivir en las sombras – apagar la luz y andar en la oscuridad.

Juan incluso agrega, sus ojos están cegados – un verbo que registra el impacto cegador del odio en el corazón de esta persona.[x]

Como los corrosivos efectos de la diabetes en mi suegra que, de a poco, le fue quitando la vista; Juan advierte aquí que, cuando un creyente permite que el odio se asiente en su corazón, él quizás piense que sigue siendo el mismo. Pero, sin darse cuenta, en realidad, él ha estado perdiendo lentamente su vista espiritual y su camino se ha estado oscureciendo cada vez más.

El odio pone cortinas sobre las ventanas de nuestra alma para que no reciban la luz de Dios.

Warren Wiersbe comenta lo siguiente acerca de este versículo – ¿Que le pasa al creyente cuando no ama a su hermano? Él vive sin luz. Él piensa que ve mejor que los demás; pero él está, en realidad, cegado por las tinieblas de su propio espíritu lleno de odio. Este es el tipo de persona que causa problemas en los estudios Bíblicos y en las asambleas de la iglesia. Él piensa que es el gigante espiritual entre ellos; pero en realidad es un bebé espiritual, con poco entendimiento o discernimiento espiritual.[xi]

Esta es la advertencia de Juan: El amor no es ciego, el odio lo es. El amor no le tapa los ojos, el odio sí. El amor no rehúsa ver, el odio sí.

El amor ve… el amor abre los ojos del corazón… abre las cortinas sobre las ventanas del alma… deja las sombras atrás.

Así que escoja amar… de esa forma se iluminara su camino e iluminara los caminos de otros que necesitan sabiduría y ánimo de Dios tanto como usted.

Conclusión

No me sorprendió leer entre los muchos homenajes a la vida y ministerio de Howard Hendricks, un homenaje de parte de Chuck Swindoll, un hombre profundamente impactado su vida y ministerio.

El escribió, “Estaba a punto de completar mi educación en el seminario – cuatro años de estudios intensos en Dallas – y Cynthia y yo estábamos casi seguros de que íbamos a perder nuestro bebe antes que naciera. El estrés personal y financiero durante esos años era ya lo suficientemente difícil como para agregar la angustia de perder a nuestro hijo.

Necesitaba a un amigo con quien hablar; alguien que se preocupara sinceramente por mí. Así que una tarde, después de estudiar en la Biblioteca hasta que la cerraran, pensé que podría encontrar a un profesor que me abrazara y me escuchara. Fui al edificio de docentes y toqué la puerta de una de las oficinas, pero nadie respondió. Seguí caminando un poco más por el pasillo y toqué otra puerta, pero tampoco nadie respondió. Vi una luz brillando debajo de otra puerta así que toqué esa puerta.

Después de un momento un profesor que conocía abrió su puerta. Él me miró y me dijo: Si, Chuck, ¿que necesitas? Me paré allí con lágrimas corriendo por mis mejillas y pude notar en su voz que no quería hablar conmigo. Le dije, “¿lo estoy interrumpiendo? Sí, me estas interrumpiendo – ¿que necesitas? Nada, le dije.

Bueno, me dijo, y cerró la puerta.

A la mañana siguiente, mientras todavía estaba tratando de seguir con mi vida a pesar de todas mis emociones – mientras luchaba con mi depresión y los miedos de perder a nuestro bebe, y quizás aún perder a mi esposa también, me encontré con el Profesor Hendricks. Él había oído las noticias… él se acercó y me abrazó y me dijo, “cuéntame… que pasa.” Él escuchó… empatizó… me contó acerca de su propia experiencia de perder un bebe años atrás, y como él y su esposa se habían podido recuperar de esa tragedia. Desde ese día en adelante, yo quería aprender lo más que pudiera de parte de él, porque sabía cuánto se preocupaba por mí.

Él luego agrega, “he aprendido que las personas no se preocupan de cuanto sabes, hasta que saben cuánto te preocupas por ellos.”[xii]

Encuentro fascinante que el Apóstol Juan no nos dice que estamos en peligro de perder nuestra vista espiritual y volver a las sombras si

  • No sabemos leer el Nuevo Testamento en griego.
  • Si no hemos memorizado sus epístolas.
  • Si nos hemos perdido una reunión o dos en las últimas semanas.

En cambio, él dice, encienda la linterna de amor. ¿Esta brillando?

Para terminar nuestro estudio, permítame dejarlo con estas preguntas:

  • ¿En que puede tropezar o caer por estar guardando odio para con otros?
  • ¿A quien conoce usted que podría animar al comunicarle que usted se preocupa genuinamente por él o ella?
  • ¿Quien podría necesitar de su luz para ayudarle a iluminar su camino y traerlo devuelta al camino de la luz?
  • ¿A quien debería servir y ayudar abnegadamente esta semana?
  • ¿En qué cosas o en que causas debería comprometerse nuevamente?
  • ¿A quien le está pidiendo Dios que ame el día de hoy?

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el día 10/03/2013

© Copyright 2013 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

[i] Adapted from Warren W. Wiersbe, Be Real: I John (David C. Cook, 1972), p. 56.

[ii] John Phillips, Exploring the Epistles of John (Kregel, 2003), p. 48.


[iii] John MacArthur, 1-3 John (Moody, 2007), p. 64.


[iv] Life Application Bible Commentary: 1,2 & 3 John (Tyndale House, 1998), p. 37.


[v] Roy L. Laurin, First John: Life at its Best (Kregel Publications, 1987), p. 62.


[vi] Corrie ten Boom, Tramp for the Lord (Christian Literature Crusade: Revell, 1974), p. 55, adapted from John Phillips, p. 46.

[vii] D. Edmond Hiebert, The Epistles of John (BJU Press, 1991), p. 90.


[viii] Wiersbe, p. 62.


[ix] Hiebert, p. 91.


[x] Ibid, p. 92.


[xi] Adapted from Wiersbe, p. 61.


[xii] Adapted from Charles R. Swindoll, Insights on Luke (Zondervan, 2012), p. 280.