Por qué el Papa No es Bíblico ni Cristiano

Escrito por Peter Goeman, profesor del Seminario Teológico Shepherds. Publicado originalmente bajo el título  “Why the Pope is not Biblical or Christian“.

¿Es el Papa el líder del mundo cristiano? Regularmente interactúo con jóvenes creyentes que asumen que la Iglesia Católica Romana es solo una variación del cristianismo legítimo, similar a la diferencia entre bautistas y presbiterianos. Sin embargo, las diferencias entre el catolicismo y otras ramas del cristianismo son muy significativas. De hecho, estas diferencias son irreconciliables.

Es por eso que los protestantes celebran la Reforma cada 31 de octubre. El 31 de octubre de 1517, un joven sacerdote llamado Martín Lutero colocó 95 tesis en la puerta de un castillo en Wittenberg, Alemania. Estas 95 tesis fueron revolucionarias y terminaron siendo un catalizador para el comienzo de la Reforma alejándose de la doctrina y la enseñanza católica.

El catolicismo y un camino diferente a la salvación

Una de las diferencias más significativas entre la iglesia católica y los que se separaron del catolicismo es el tema de la salvación. La teología católica enseña que el hombre debe trabajar en cooperación con Dios para ayudar a lograr su justificación. Sin embargo, como explico en otro artículo, el énfasis católico en las obras es contrario a la enseñanza Bíblica de que la salvación es toda por gracia. Entonces, en un sentido muy real, los católicos rechazan la creencia central del cristianismo. Aunque los católicos son etiquetados como “cristianos”, la realidad es que, si mantienen la teología católica, son parte de los miles de millones de cristianos que no son verdaderos cristianos.

El Catolicismo y la Inerrancia del Papa

Además de los problemas significativos de la creencia católica sobre la salvación, los católicos también tienen creencias erróneas acerca del rol del Papa como un líder infalible de la iglesia. Note las palabras de James O’Connor sobre el Papa Católico.

Enseñamos y declaramos que es un dogma de fe que el Pontífice Romano… no puede errar cuando, ejerciendo su oficio de maestro supremo de todos los cristianos, define, con su autoridad apostólica, lo que debe creerse en cuanto a la fe o debe ser rechazado como contrario a la fe por la Iglesia universal en materia de fe y moral; y sus decretos o juicios, irreformables por sí mismos, deben aceptarse y celebrarse con la plena sumisión de la fe tan pronto como se tenga conocimiento de ellos.

James O’Connor, El don de la infalibilidad, 7.

Ahora, solo quiero aclarar que tengo buenos amigos que son miembros de la Iglesia Católica Romana (ICR). Definitivamente los amo y los aprecio. Sin embargo, al mismo tiempo, me entristece verlos otorgar autoridad y poder indebidos a alguien que afirma ser el “vicario [representante especial] de Cristo en la tierra”. Por lo tanto, me gustaría desafiar a mis amigos que creen en la autenticidad del Papa a considerar los siguientes pensamientos.

¿La Biblia da razones para creer que Pedro fue el primer Papa?

Los teólogos de la ICR defienden que Mateo 16:18-20 enseña que es aquí donde Pedro recibe su comisión papal. Sin embargo, es irónico que solo unos versículos más adelante, Pedro demuestra su naturaleza impetuosa y pecaminosa al jugar el papel de Satanás, tratando de obstaculizar a Cristo (Mateo 16:22-23). También hubo una ocurrencia similar en Mateo 17 en el Monte de la Transfiguración. Pedro vuelve a hablar impetuosamente y Lucas nos recuerda que Pedro no sabía lo que decía (Lc 9,33).

Si es cierto que Mateo 16 nos dice que Pedro fue comisionado de alguna manera especial, entonces parece extraño que más adelante en Lucas 22:24-30 los discípulos todavía estén discutiendo sobre cuál de ellos era el mayor. Pedro tendría el argumento definitivo en esa discusión.

Después de la ascensión de Cristo, uno esperaría que Pedro actuara de acuerdo con su posición como cabeza de la iglesia. En cambio, Pablo lo reprende por actuar en contra de los mandamientos de Cristo (Gálatas 2:11). No es exactamente algo de lo que el Papa debería ser culpable.

Por último, el propio testimonio personal de Pedro en 1 Pedro 5:1 indica que no se identificó a sí mismo como un gobernante supremo en la iglesia, sino que se identifica como un anciano al mismo nivel con los que estaban ministrando en esa área.

Esta pequeña muestra de las Escrituras parece indicar que otros no veían a Pedro como papa, ¡ni él mismo tampoco! Pero, supongamos que las razones anteriores no importan, y Pedro fue el Papa de todos modos. Hay otro problema adicional y significativo.

Si Pedro fue el primer Papa, ¿dónde está la evidencia de una sucesión ininterrumpida del Papa actual?

El ICR enseña la sucesión papal desde Pedro hasta el Papa actual. ¿Por qué uno esperaría que esta autoridad especial se transmitiera de individuo a individuo?

Las Escrituras guardan un completo silencio con respecto a la sucesión papal de persona a persona. La idea de la sucesión papal no puede sustentarse en las Escrituras. Además, aunque las Escrituras guardan silencio sobre el tema, probar históricamente la sucesión papal también tiene serios problemas. He escrito en otro artículo sobre la mancha en el papado católico, pero permítame resumirlo de esta manera.

Durante 1378-1415 dC, el papado estaba tan corrompido que en un momento (a principios de 1400) había tres personas que decían ser papas y se maldecían unos a otros. Esto se llama acertadamente el “Gran Cisma Papal”, y fue una de las causas del debilitamiento de la autoridad de la iglesia católica, lo que finalmente condujo a la Reforma protestante. Algunas personas no tardaron mucho en darse cuenta de que la ICR estaba corrupta y ya no seguía las Escrituras. No hace falta decir que cuando crees en la sucesión papal, pero hay tres papas para elegir, se vuelve un poco más difícil mantener a tus seguidores.

Para ser breve, terminaré con una pregunta. Si lee su Biblia con claridad y naturalidad, ¿se le presenta la imagen de una persona que tiene un poder especial sobre la iglesia? ¡Pues déjeme decirle que si! ¡Pero, este individuo es Jesucristo! Él solo es la cabeza de la iglesia, y su autoridad nunca se transmite por sucesión.