Lección 13: Rehusando Vivir como Caín

Lección 13: Rehusando Vivir como Caín

Pasaje Bíblico: 1 Juan 3:11-18.

Mientras el apóstol Juan nos sigue enseñando acerca de la vida que caracteriza al cristiano, él decide presentarnos un ejemplo negativo que ilustra cómo el creyente no debe ser.

Introducción

Es probable que una de las historias más conocidas del libro de Génesis sea el trágico evento en el capítulo 4 conde Caín tomó la vida de su hermano menor Abel, convirtiéndose así en el primer asesino en la historia de la humanidad.

Su nombre se convirtió en un sinónimo de problemas.

Y aun el estigma de ese nombre, permanece hasta el día de hoy. De hecho, aun no conozco a nadie que haya nombrado a su hijo Caín, en honor al primer hijo de Adán y Eva.

Me parece interesante que el único evento del Antiguo Testamento que es mencionado por el Apóstol Juan en todas sus cartas es el relato Bíblico de Caín y Abel.

Y Juan va a comunicarle al creyente que una de las marcas distintivas de un cristiano es que su vida no se asemeja a la de Caín.

Características de Caín

Abramos nuestras Biblias en 1 Juan capítulo 3. En los versículos 11-18, Juan básicamente va a subrayar tres características de Caín.

La primera característica de Caín es:

  1. Su acto de asesinato.

Note como Juan comienza en el versículo 11. Porque éste es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.

Paremos por un momento antes de meternos en Génesis y estudiar a Caín y Abel. Juan escribe, este es el mensaje que habéis oído desde el principio.

Esta palabra traducida mensaje aparece en el Nuevo Testamento solo 2 veces – y las dos veces se encuentran en 1 Juan. Juan no está refiriéndose a un sermón o a un discurso, sino a la responsabilidad básica de cada creyente.[i]

Amarnos unos a otros es la obligación y la marca distintiva de cada cristiano. Quizás usted ha estado en un concesionario de autos y le mostraron un auto con equipamiento estándar – lo que significa que el vehículo tiene cuatro ruedas, un volante y un motor. Si quiere un alza-vidrios eléctrico es opcional – no está en el equipamiento estándar. Los asientos de cuero, y los techos corredizos no son parte del equipamiento básico.

Lo que Juan está diciendo aquí en el versículo 11 es que amarse unos a otros no es una opción extra que puede agregar a su vida por un poco más de dinero. Es el mensaje básico de cada creyente.

En otras palabras, el amarnos unos a otros está considerado en el equipamiento estándar de la vida del creyente.[ii]

De hecho, el tiempo presente del verbo amar indica que esta es una acción continua y habitual.[iii]

El amor no es un techo corredizo que puede abrir cuando hay buen clima – es más como el volante que lo mantiene en su lado de la calle.

Ahora, lo que Juan hace después es mostrarnos como se ve una vida que se ha descarrilado y está por caer a un precipicio. Estas son las características de Caín que llevan a la ruina – estas son lo opuesto a lo que nuestras vidas deberían representar.

Note nuevamente – versículo 11. Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.

Él no podía soportar la vida piadosa de su hermano. Él lo mató – escribe Juan

La palabra traducida matar solo aparece aquí y en el libro de Apocalipsis. Es un verbo que se refiere a matar de forma violenta.

De hecho, en la traducción griega del Antiguo Testamento, conocida como la Septuaginta – traducida antes del nacimiento de Jesús – esta palabra era usada cuando un sacerdote le cortaba la garganta a un animal para ser sacrificado.[iv]

Puede quizás insinuar que Caín usó el mismo cuchillo, que Abel había usado para preparar sus sacrificios a Dios, para cortar la garganta de su hermano en la violenta lucha que terminó en la muerte de Abel.

Él lo odiaba lo suficiente como para matarlo.

Las características de Caín incluyen su acto exterior del asesinato. Pero note lo siguiente, también incluyen la característica interna del odio.

  1. La característica interna del odio

Caín odiaba a Abel. Ese odio fue alimentado por años… y eventualmente el odio que había guardado en su corazón salió a la luz en el acto de homicidio.

En otras palabras, el asesinato está en el corazón antes de que este en las manos.[v]

Note la progresión en el versículo 13. Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.

Eso no significa a todo esto, que el asesinato es el pecado imperdonable. El asesinato, tal como cualquier otro pecado fue pagado por Jesucristo en la cruz. Sin embargo, es imposible que Dios perdone el pecado de asesinato si el asesino rehúsa arrepentirse y confesarlo.

Y seamos cuidadosos aquí también: Juan no está diciendo que uno tiene vida eterna al amar otras personas; él está diciendo que la evidencia que tenemos vida eterna es que amamos a otras personas – especialmente a los hermanos – esto es, a aquellos que son parte de la familia de Dios junto con usted.

El apóstol Juan dice aquí en el versículo 14 – hemos pasado de muerte a vida. Literalmente, hemos dejado el reino de la muerte y ahora pertenecemos al reino de la vida.

El odio y el asesinato pertenecen en el reino dominado por Satanás quien es un asesino desde el principio (Juan 8:44).[vi]

Lo que Juan está comunicando aquí es que somos más como Caín y el reino de la muerte cuando nos odiamos unos a otros y somos más como Cristo y el reino de la vida cuando nos amamos unos a otros.

Y encontramos algo sorprendente en este pasaje, y es que Dios evidentemente compara el asesinato con el odio. Lo que significa que Dios nos toma como responsables no solo por las acciones de nuestras manos, sino por las actitudes de nuestro corazón.

Las acciones y las actitudes pueden ser igualmente destructivas. Y el odio es una de las características claves del mundo.

Recuerda lo que dice el versículo 13, note,

Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece – o los odia.

El apóstol Juan usa aquí lo que los estudiantes de griego llaman un condicional de primera clase Él no está refiriéndose a un odio improbable hacia el creyente (si es que el mundo llegara, en una de esas, a odiarlo). No, él se está refiriendo a un odio anticipado.

Con eso en mente, podríamos expandir el versículo 13 y diría, no os extrañéis si el mundo os aborrece… porque lo hará.

¿Pero por qué?

Se supone que los cristianos son los mejores ciudadanos. Ellos obedecen el mandato de Dios de cumplir con su palabra, pagar sus impuestos, ayudar a otros, vivir vidas de humildad y sacrificio… ¿por qué es que el mundo odia a los cristianos?

Por las mismas razones que Caín odiaba a Abel.

 

Tres razones por la que el mundo odia al creyente:

Primero, por la forma en que el cristiano vive.

La vida íntegra del cristiano indirectamente condena a todos a su alrededor. Una vida de pureza, por un lado, produce respeto, pero por el otro lado provoca celos y una convicción interna de pecado. La forma en que los cristianos viven literalmente expone la corrupción del mundo a su alrededor. No solo eso – el mundo odia al creyente en segundo lugar,

 Por el evangelio que el creyente cree.

  • Nuestro evangelio habla de pecado y redención
  • Nuestro evangelio habla de condenación y justificación
  • Nuestro evangelio habla del peligro del infierno y la promesa del cielo
  • Nuestro evangelio es exclusivo y no da lugar para otros dioses o caminos a Dios.
  • Nuestro evangelio no es una de muchas creencias, sino la única fe verdadera
  • Nuestro evangelio declara como falsa a toda otra religión, y no ofrece otro camino a Dios el Padre sino a través de Jesucristo.

Viaje hoy alrededor del mundo– a Irán, Pakistán, el sur de Asia, el norte de África, a Corea del Norte, Arabia Saudita, Bután, Afganistán, Laos, Uzbekistán, China y Sudan, y descubrirá la realidad que no presentan en las noticias o los diarios – que aquellos que se convierten al cristianismo lo hacen a costa de sus propias vidas.

Como una familia de misioneros que estamos apoyando. Ellos están entrenando pastores secretamente en uno de esos países – y estos pastores arriesgan sus vidas y las vidas de sus familias si los atrapan estudiando la Biblia.

Lea la biografía de Hudson Taylor y verá como él nunca logró establecer una iglesia sin antes experimentar violentos disturbios – los aldeanos solo venían a hacerle preguntas durante la oscuridad de la noche – como Nicodemo que vino a Jesús durante la noche para proteger su reputación – y posiblemente su vida (Juan 3).

El mundo odia al cristiano por la forma en que vive, por el evangelio que cree.

En tercer lugar, por el futuro que le espera.

Influenciado por el mismo diablo y sus demonios, el mundo actúa como las garras de satanás para aprisionar, torturar, desacreditar e incluso matar a aquellos que, en las palabras de Jesucristo, un día heredaran la tierra (Mateo 5:5) Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Satanás no es un buen perdedor. Él sabe que en un futuro le espera una condena segura y eterna; y que nosotros reinaremos con Cristo. Por eso nos odia, e influencia al mundo para que nos odie de la misma manera.

El mundo odia al creyente por las mismas tres razones que Caín odió a Abel.

  • Porque la vida obediente de Abel dejaba en evidencia la vida desobediente de Caín
  • Porque la ofrenda de Abel fue hecha de la forma exclusiva que Dios había establecido – la cual apuntaba al sacrificio del cordero de Dios, el redentor; mientras que la ofrenda de Caín fue hecha como él quería – él había establecido su propia religión, donde sus mejores esfuerzos se suponían que lo acercaran a Dios.
  • Y tercero, porque Dios aceptó la ofrenda de Abel, y rechazó la de Caín… y gracias a eso, él fue alimentando su odio hasta que se convirtió en el primer asesino de la historia de la humanidad – homicidio premeditado.

Y tenga en mente que Caín no era un ateo – él era profundamente religioso.

Se nos dice en Génesis 4:3 Y aconteció que al transcurrir el tiempo, Caín y Abel – trajeron sus ofrendas           

Thomas Manton señaló que esta frase, “y aconteció que, al transcurrir el tiempo,” se refiere a un sacrificio anual. Ellos literalmente vinieron al haber transcurrido un año del anterior sacrificio.[vii]

Esta práctica se habría originado con el sacrificio expiatorio que Dios había hecho de parte de sus padres, Adán y Eva, cuando pecaron contra Él. Dios había sacrificado animales y los había vestido con las pieles de esos animales después que hubieron comido del fruto del árbol prohibido.

Así empezó la practica

Los sacrificios no fueron inventados por el ser humano; estos fueron establecidos por Dios como una ilustración del evangelio – donde un inocente muere en lugar de un pecador arrepentido.

Caín y Abel habían estado ofreciendo sacrificios anuales a Dios – lo que más adelante se convirtió en una práctica en el pueblo de Israel. El sumo Sacerdote presentaba un sacrificio anual durante el día de la expiación en el tabernáculo. Luego ese sacrificio se empezó a hacer en el templo; y por último, Jesucristo, se presentó como el sacrificio final por el pecado como el Cordero de Dios.

Adán y Eva, Caín y Abel, y cada creyente del Antiguo Testamento después de ellos, entendieron el concepto de la expiación por el pecado y trajeron sus sacrificios – los cuales apuntaban y representaban la venida de nuestro Salvador Jesucristo (Isaías 53).

A Caín y a Abel no se les ocurrió de repente hacer un altar de piedras, y después matar y quemar un animal inocente encima de esta.

La expiación no fue su idea, fue la idea de Dios “porque sin derramamiento de sangre no se hace remisión”.

Ahora hay tres cosas que necesitamos aclarar para entender el asesinato de Abel y como esto se relaciona con el mundo en que vivimos.

Primero, necesitamos entender que Caín no mató a Abel la primera vez que fueron a ofrecer sacrificios.

Ellos habían estado siguiendo el ejemplo de sus padres y habrían estado haciendo sus propios sacrificios anuales ya por mucho tiempo.

De hecho, los eruditos del Antiguo testamento han estimado que Caín y Abel tenían unos 100 años cuando ocurrió esta tragedia.[viii]

La rebelión de Caín en contra del método de sacrificio prescrito por Dios había estado creciendo por años.

El asesinato de Abel en Génesis 4 no ocurrió la primera vez que se presentaron delante del altar. Ellos habían estado haciendo sacrificios quizás por cien años ya.

En segundo lugar, necesitamos entender que Caín no sufrió de ningún tipo de injusticia.

Moisés escribió en Génesis 4 que Caín trajo una ofrenda del fruto de la tierra, la cual él evidentemente había cosechado, y Abel trajo las primicias de su ganado que él obviamente había criado.

El Señor rechazo la ofrenda de Caín y aceptó la de Abel.

Abel obviamente tenía una ventaja injusta… pobre Caín; él había escogido el rubro equivocado.

El apóstol Juan aquí en el versículo 12 deja que claro que sus obras – una referencia a su ofrenda – eran distintas. La ofrenda de Caín era malvada – y eso es porque representaban el esfuerzo de sus propias manos – y la ofrenda de Abel era justa – o buena – porque había sido hecha conforme a las instrucciones que Dios había establecido.

Lo tercero que me gustaría señalar es que Dios le advirtió claramente a Caín acerca de la rebeldía de su corazón.

Moisés registra en Génesis 4 que después de rechazar su sacrificio de vegetales, Dios le advirtió a Caín del peligro de su orgullo.

¿Puede imaginarse esa escena?

Adán, Caín y Abel están allí, al lado de ese altar que había estado de pie por más de 100 años. Probablemente, el altar se encontraba justo afuera de la entrada al jardín del Edén, la cual ahora estaba protegida por querubines – ángeles guerreros que sostenían una espada de fuego (Génesis 3:24).

Los eruditos del Antiguo Testamento han conjeturado que este era el mismo lugar donde Adán y Eva habían sido exiliados; el lugar donde la maldición fue entregada juntamente con la promesa dada de un redentor; el lugar ahora resguardado por ángeles – este era el lugar donde Adán y Eva y luego sus hijos vendrían a ofrecer sus sacrificios anuales.

¿Y cómo sabrían si Dios aceptaba su ofrenda?

Concuerdo con otros estudiosos de la palabra en que Dios aceptaba las ofrendas de la misma forma que él aceptó las ofrendas de otros santos del Antiguo Testamento –enviando fuego del cielo.

  • Cuando Aarón, el sumo sacerdote, ofreció sacrificios en Levítico 9, Dios envió fuego del cielo y consumió la ofrenda del altar.
  • Cuando Gedeón ofreció un sacrificio a Dios en Jueces capítulo 6, Dios respondió al enviar fuego del cielo.
  • Cuando Elías se enfrentó a los profetas de Baal en el duelo sobre el monte Carmelo, Dios respondió enviando fuego sobre la ofrenda de Elías y consumiendo el sacrificio (1 Reyes 18).
  • En 1 Crónicas 21, David ofreció sacrificios a Dios y Dios respondió al enviar fuego del cielo.
  • Finalmente, cuando Salomón dedicó el templo a Dios, se nos dice en 2 Crónicas 7 que fuego cayó del cielo y todos los sacrificios fueron consumidos.

Ambos Caín y Abel habían visto el fuego de Dios caer del cielo – demostrando que su ofrenda había sido aceptada. Ellos ya lo habían visto por varios años.

La serpiente que había engañado a su madre obviamente había estado engañando a Caín con las mismas mentiras – “a Dios no le importa lo que haces… haz lo que quieras… ¿ha realmente Dios establecido ese sistema tan rígido de sacrificio? ¿No son todos los sacrificios religiosos aceptables si se hacen con sinceridad?… o sea, estas usando un altar… estas trayendo un sacrificio… tú crees en Dios… has venido en el tiempo indicado… Dios va a notar todas esas cosas buenas y va a pasar por alto todos esos tomates que le has traído en vez de un cordero

Además, ya es tiempo que dejes de comprarle animales a Abel para el sacrificio y traigas tus propias verduras… seguramente Dios no va a ser tan cerrado de mente”

Y Caín seguramente pensó, “si… es cierto.”

Pero el fuego nunca cayó sobre su sacrificio… Caín se alejó avergonzado y lleno de ira.

Como verá, Dios es cerrado de mente.

El evangelio no es una de muchas opciones… es el único camino para que la humanidad se acerque y adore a Dios.

¿Quiere acercarse a Dios? ¿quiere perdón de sus pecados? ¿quiere vida eterna? Dios ha provisto todo eso para usted.

De hecho, Juan escribe aquí en el versículo 16. En esto hemos conocido el amor (así es como conocemos el amor de Dios – así es como podemos acercarnos a Dios el Padre) en que Él – Dios el Hijo – puso su vida por nosotros…

El verbo aoristo activo – él puso su vida – se refiere a un acto deliberado y voluntario. La crucifixión no fue un error. Jesús no fue un mártir. El voluntariamente se sacrificó, y todo fue según el plan de Dios (Hechos 2:23)

Un autor señaló que este texto se parece mucho al de Juan 3:16.[ix]

Juan 3:16 dice, Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna”

Ahora, más adelante en su vida, Juan escribe en 1Juan 3:16 el mismo mensaje – que él, Cristo, puso su vida por nosotros.

La cruz nos habla de un Dios que planeó la forma de alcanzarnos – no porque vio algo bueno en nosotros, sino porque por su gracia quiso salvarnos. Nosotros éramos culpables, merecedores del infierno, amadores del mundo, amadores de nosotros mismos, amadores del pecado; repulsivos ante su santa pureza y, aun así, él nos amó y murió por nosotros.[x]

Oh que amor incomparable
Jesucristo nos mostró
cuando Su preciosa sangre
por nosotros derramó

¿De su amor, quién no recuerda?
¿Quién no le adorará?
Que exaltado siempre sea
nuestro Príncipe de Paz

En el Monte del Calvario
fuentes de infinito amor
aquel gran día se abrieron
Oh, qué inmerecido don!

Cual gran río, de lo Alto,
sin cesar Su Amor fluyó
sobre el mundo derramando
paz, justicia y compasión.[xi]

Pero Dios no solo dijo que nos amaba. La Biblia nos informa que, porque de tal manera nos amó Dios, que dio. Juan escribe aquí, él puso su vida por nosotros.

Y Juan no termina allí, sino que continua para hacer una increíble aplicación – note la frase que sigue en el versículo 16 “también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.”

El amor sacrificial no es solo un atributo divino. No es solo para Jesús – es para nosotros también.

Esto significa que debemos rehusar vivir como Caín

Como vera, cuando rehusamos vivir como Caín – cuando rechazamos las acciones y las actitudes de Caín – lo que estamos haciendo es rechazar su acto de asesinato; su característica interna de odio; y tercero, estamos resistiendo

 

  1. La actitud externa de la indiferencia.

Note la ilustración de Juan en el versículo 17. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

Personalmente, creo que Juan aún está pensando en Caín, cuando da esta ilustración.

Recuerda cuando Dios vino a Caín y le preguntó, “Caín, ¿donde está tu hermano Abel? y Caín respondió con indiferencia y sarcasmo, “¿acaso soy yo guarda de mi hermano?”

Caín quizás estaba haciendo un juego de palabras en su respuesta – “se supone que tengo que hacer guarda de mi hermano como él hacia guarda de sus ovejas?

¿Quién me puso de niñero de mi hermanito? Ese no es mi trabajo.

El apóstol Juan dice, esa es nuestra responsabilidad.

Note, el que ve a su hermano en necesidad y cierra contra él su corazón ¿cómo mora el amor de Dios en él?

Juan está refiriéndose a un cristiano viendo a otro cristiano en necesidad. Esto no significa que no vamos a ayudar a quien no sea cristiano, pero a lo que va aquí es que es de especial importancia que la iglesia se preocupe por los suyos.

¿Ve a su hermano en necesidad? pregunta Juan

La palabra para ver viene de una palabra griega de donde sacamos nuestra palabra teatro. O sea, Juan nos imagina como espectadores, mirando cuidadosamente como un creyente pasa por necesidad sobre el escenario de la vida.

Y en vez de responder en ayuda, Juan dice, cierran su corazón – literalmente cierran su corazón de un portazo – baja la cortina para no seguir viéndolo sufrir sobre el escenario

Es mucho más fácil orar por los millones de personas que no ve, que es comprar alimentos para alguien en su iglesia que si ve.

¿Quiere evitar la actitud indiferente e insensible de Caín? Entonces acepte el hecho de que usted es el guarda de su hermano. Eso significa que está obligado a amar y cuidar y ayudar y orar y servir y entregar sus derechos y dedicar su tiempo y su ministerio y aun su vida, si es necesario por su hermano en la fe.

Resistamos imitar las actitudes de Caín – al mirar atrás hacia la cruz donde nuestro Príncipe de paz murió por nosotros. Allí nuestros fríos corazones se vuelven a calentar; allí nuestros corazones endurecidos se ablandan nuevamente; allí nuestros corazones egoístas se abren nuevamente.[xii]

La autopreservación es la ley de Caín, el sacrificio es el amor de Dios

Decida hoy, querido oyente, a dedicar su vida, no a vivir como Caín, sino a reflejar a Cristo.

 

 

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el día 03/06/2013

© Copyright 2013 Stephen Davey

Todos los derechos reservados

 

 

[i] Herschel H. Hobbs, The Epistles of John (Thomas Nelson, 1983), p. 89


[ii] Adapted from Bruce B. Barton, Life Application Bible Commentary: 1, 2 & 3 John (Tyndale, 1998), p. 71

[iii] Fritz Rienecker/Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 791


[iv] D. Edmond Hiebert, The Epistles of John (BJU Press, 1991), p. 151


[v] Hiebert, p. 158


[vi] Ibid


[vii] Thomas Manton, By Faith: Sermons on Hebrews 11 (The Banner of Truth Trust, 2000), p. 115


[viii] R. Kent Hughes, Hebrews (Crossway, 1993), p. 252


[ix] Roy L. Laurin, First John: Life At Its Best (Kregel, 1987), p. 131


[x] Sam Gordon, Living in the Light: A Walk through 1, 2, 3 John (Ambassador, 2001), p. 130


[xi] Ibid


[xii] Adapted from Joel Beeke, The Epistles of John (Evangelical Press, 2006), p. 139