Lección 27: Un Sentido Común Poco Común

Lección 27: Un Sentido Común Poco Común

Pasaje Bíblico: Eclesiastés 10:1-3.
Salomón describe a la persona necia, que carece de sentido común, para que veamos el peligro de vivir de esa manera y procuremos vivir sabiamente. Dios le ofrece luz y sabiduría no sólo para esta vida, sino tambien para la vida eterna.

Introducción

En la mañana del 22 de febrero de 1911, un inventor llamado Gastón Hervieu subió a la Torre Eiffel para probar un nuevo paracaídas que había diseñado para los pilotos. Revisó la velocidad del viento, tomó un respiro para calmar los nervios y empezó la prueba. Su paracaídas funcionó perfectamente descendiendo con seguridad hasta el suelo. Gastón no realizó el salto personalmente, sino que le aseguró un maniquí de 75 kilos al paracaídas.

Otro inventor en la carrera para perfeccionar el paracaídas pensó que este había sido un acto de cobardía. Reichelt, un sastre austriaco, denunció que Gastón había usado un maniquí y un año más tarde llegó a la Torre para demostrar que tenía razón – y que su paracaídas era superior.

Mientras posaba para la multitud de reporteros y fotógrafos, anunció: “Estoy tan convencido de que mi paracaídas va a funcionar que yo mismo saltaré con él”.

Gastón estaba allí y sostuvo a Reichelt para intentar disuadirlo. Había razones técnicas por las que no podía funcionar. Para empezar, estaba usando menos de la mitad de la cantidad de tela que se utilizaba en los paracaídas probados. Un equipo de expertos también habían dado su opinión y le advirtieron a Reichelt, que el paracaídas era demasiado pequeño probablemente se rompería el cuello en la caída.

Al final, resultó que no iba a ignorar a todos, sino que también iba a ignorar a su propia experiencia. Él ya había probado este paracaídas con maniquíes y todos se habían estrellado. Él mismo lo había probado saltando de 9 metros en un pajar y se había estrellado, lo había probado a 6 metros sin la paja y se había roto una pierna al caer.

Pero no quería escuchar a nadie y siguió adelante.

Los periodistas que cubrieron el acontecimiento registraron que cuando saltó de la torre, cayó durante casi cinco segundos acelerando constantemente hasta golpear el suelo a 95 kilómetros por hora. Murió instantáneamente.

Él se convirtió en un ejemplo dramático de las tantas tragedias que vemos hoy; pero también se convirtió en un ejemplo de alguien que carece lo que llamamos sentido común.

A este hombre no le faltó educación, tampoco le faltaba un buen trabajo; no le faltó valor, determinación o persistencia:

  • le faltó sentido común para aplicar lo que había aprendido en el pasado en lo que pensaba hacer en el futuro;
  • le faltó sentido común para saber cuándo escuchar en lugar de hablar;
  • le faltó ese importante, intangible y protector sentido común, que ya no es tan común que digamos.

Un sentido común poco común.

Salomón ha descrito en varias ocasiones en su diario de vida a esta clase de individuos. En su Libro de los Proverbios los describe como una persona simple, ingenua, terca e intencionalmente ignorante.

De hecho, Salomón usará términos como necio e insensato más de 100 veces en sus libros de sabiduría.

En el capítulo 10 de Eclesiastés, Salomón va a utilizar estos términos nueve veces.

Locura o necedad, describe a la persona que diríamos que carece de sentido común.

 

La Persona Falta de Sentido Común

Y Salomón comienza el capítulo 10 con tres ilustraciones de esta persona. Fíjese en el versículo 1:

Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable” Eclesiastés 10:1

En el mundo antiguo, hacer un perfume era una ciencia altamente especializada. En la generación de Daniel en Babilonia, los sabios o magos se encargaban de proteger las mejores fórmulas. En los días de Ester, la realeza tenía mercaderes recorriendo el mundo en búsqueda de la última fragancia – colonias, lociones y perfumes.

Pero, por supuesto, aún la botella más cara de perfume podía perder todo su valor instantáneamente – y es evidente que ocurrió varias veces como para que Salomón lo haya visto. Moscas o insectos caen en la fórmula y arruinan todo el perfume.

Lo mismo pasa hoy. Si va a comprarse unos de esos frapuccinos exageradamente caros en Starbucks, luego abre la tapa para revolver el caramelo en su moca de chocolate blanco y se da cuenta de que una mosca muerta está flotando en el café, usted no se va a acercar al mostrador y pedirle al empleado: “Joven, ¿le molestaría tomar una cuchara y sacar esta mosca para que pueda tomar mi café?”.

No, va a querer uno nuevo.  Esa mosca lo arruinó todo. Esa pequeña criatura lo contaminó todo.

Salomón está tratando de hacer una conexión que no nos gusta hacer cuando se trata de nuestras vidas, pero el sentido común nos dice que es verdad.

Tal como una mosca muerta puede estropear un costoso perfume, una pequeña necedad puede opacar toda una vida caracterizada por una buena reputación.

Si lo ponemos como un principio, podríamos resumir esta ilustración de la siguiente manera:

Los pequeños pecados terminan ensuciando una buena reputación

Sólo una pequeña necedad, una pequeña mentira, un pequeño gasto personal en la cuenta del trabajo o una pequeña exageración en la hoja de vida. Lo hemos visto en líderes de la iglesia y gobernantes de países influyentes.

De repente esa necedad sale a la luz y roba la reputación de ese aroma de integridad, dignidad y honestidad.

El mundo quizás diga: “Está bien, relajémonos un poco. No es la gran cosa. Acercarse al límite tanto como pueda sin que lo atrapen”.

El sentido común susurra: “Aléjese lo más lejos posible de ese límite”.

He visitado gente en la cárcel y recibo cartas de presos que me cuentan su historia – de cómo todo empezó con un pequeño paso de necedad.

En 1859 Charles Spurgeon, el famoso pastor de Londres predicó un sermón titulado “Pequeños Pecados” y dijo: “Los [más sabios entre nosotros] siempre han temido los pequeños pecados; reconocen que en el infierno rebosan los pecados pequeños. Hay un mundo de iniquidad escondido en una sola acción, en un pensamiento pecaminoso y debemos evitarlos con temor. Los pequeños pecados conducen a los grandes – así que manténgase alejado de ellos.

Los pequeños pecados eventualmente acaban por ensuciar o incluso destruir una buena reputación.

Salomón nos da otra ilustración de la falta de sentido común y escribe en el versículo 2:

El corazón del sabio lo guia hacia la derecha, mas el corazón del necio a su izquierda” Eclesiastés 10:2

Si lo ponemos en forma de principio, podríamos resumirlo así:

La perspectiva del corazón acabará dominando la dirección de una persona

Cuando Salomón escribe que los sabios se mueven a la derecha y los necios a la izquierda, no está haciendo una declaración política.

Tampoco quiere ofender a los zurdos.

Él revela aquí una verdad categórica. Se está refiriendo lo que esa cultura, así como el mismo vocabulario bíblico dice sobre la mano derecha:

  • La mano derecha es la mano de la bendición – desde los días de los Patriarcas (Génesis 48);
  • está asociada a la protección divina – Dios nos sostiene de la mano derecha (Salmo 17:7);
  • hace referencia a la autoridad de Dios, por eso Jesús está sentado a la diestra del Padre (Colosenses 3:1);
  • Hasta el día de hoy levantamos la mano derecha al hacer un juramento en la corte y prometemos decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad;
  • Y hasta el día de hoy estrechamos la mano derecha cuando hacemos un compromiso de palabra, una promesa o un acuerdo.
  • Y hasta el día de hoy, nos saludamos unos a otros estrechando la mano derecha.

Salomón simplemente dice aquí, que la sala de control maestro que determina y domina nuestra dirección, moviéndonos hacia la izquierda o hacia la derecha es el corazón.

Lo que usted cree acerca de Dios, la vida, la verdad, el bien y el mal, residen en su corazón, y Salomón escribe, que este nos inclinan y dominan las decisiones que nos mueven hacia la derecha o hacia la izquierda.

Todo en la vida obedece en última instancia al corazón.

Y lo que Salomón escribe aquí es la verdad de que si su corazón está inclinado a la derecha lo llevará hacia Dios, y si lo está hacia la izquierda lo alejará de Él.

Si se inclina a la derecha, básicamente estará acercándose hacia la autoridad del trono de Dios y Su palabra; si lo hace hacia la izquierda, se estará alejando de la autoridad de la palabra de Dios y Su gloria.

Me parece interesante que 3.000 años después de que Salomón escribió esto en su diario, nuestro mundo todavía usa el vocabulario divino con el que Salomón escribió esta escritura inspirada, con respecto a la derecha y la izquierda.

Comúnmente se llama a un cristiano conservador como un evangélico de derecha, y el que niega cosas como la inspiración y los valores de la Escritura como uno de izquierda.

Puede que no le guste la descripción que Salomón hace aquí en el versículo 2: “El corazón del sabio lo inclina a la derecha, pero el del necio a la izquierda”; pero eso es lo que dice. Y recuerde, Dios busca aquí que evalúe su corazón.

Y la pregunta que necesitamos hacernos es: ¿Hacia dónde me está llevando mi corazón, hacia dónde me estoy inclinando?”

El sentido común diría, que usted necesita inclinarse hacia Dios, Su palabra y Su gloria. Pero la necedad dirá: “No, no te arruines la fiesta. No te preocupes por Dios – probablemente ni siquiera existe”.

Oh no, ese pequeño elemento intangible creado por Dios… dentro de nosotros llamado sentido común, nos dice que:

Los pequeños pecados eventualmente terminan ensuciando una buena reputación

Las perspectivas del corazón, eventualmente dominarán la dirección de una persona.

Ahora aquí encontramos una tercera ilustración – versículo 3:

Y aun mientras va el necio por el camino, le falta cordura, y va diciendo a todos que es necio” Eclesiastés 10:3

Salomón nos dice aquí que una persona necia efectivamente carece de sentido común. Aunque nunca diga una palabra, sólo va por el camino de la vida; pero su conducta dice que su insensatez es mayor de lo que él cree.

Podríamos poner el texto en forma de principio y decirlo de esta manera:

Los necios serán eventualmente distinguidos por sus acciones

No podrán ocultarlo. Se les notará.

Un autor comenta que esta persona no es consciente de cuan obvia es su necedad, y que es muy probable que piense que es sabio a pesar de que es un necio.

Recuerde, en las Escrituras un necio no es un término despectivo, es uno descriptivo para el que niega al Dios Creador.

Esto se describe con más detalle en Romanos capítulo 1, donde los que niegan que Dios creó los cielos y la tierra en lugar de darle gracias, se niegan a reconocerlo con sus especulaciones sobre los orígenes del mundo, junto a sus normas morales equivocadas que se alejan cada vez más del estándar divino, y Dios hace este anuncio:

 Pues habiendo conocido a (o acerca de) Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, Romanos 1:21-22a

Algunas de las personas más brillantes, talentosas, populares y educadas del planeta personifican la verdad de esta advertencia – se envanecen en sus razonamientos.

Me encontré con un estudio que analizaba los escritos de personas famosas de los últimos 200 años. Este estudio exhaustivo buscaba determinar lo que estas personas creían sobre el significado de la vida.

  • El 17% de ellos, creía que la vida era simplemente para disfrutarla porque después de la vida todo se acaba.
  • El 11% dijo, que la vida no tiene sentido en absoluto. Clarence Darrow escribió que la vida es como un barco, “sacudido por las olas y el viento; un barco que no tiene rumbo, timón, brújula, o piloto, simplemente flotando por un tiempo y que luego se pierde entre las olas”.
  • El 5% pensaba, que nosotros creamos nuestro propio significado en la vida, como Carl Sagan que escribió: “Vivimos en un vasto y asombroso universo… donde la humanidad se aferra a un oscuro trozo de roca. El significado de nuestras vidas. . . depende de nuestra propia sabiduría”.

“El significado de nuestras vidas, proviene de nuestra propia sabiduría”. Bueno, cómo le está yendo al mundo con su sabiduría. Es como saltar de la Torre Eiffel con un paracaídas que ha fallado una y otra vez, pero aun así lo seguimos intentando.

La sabiduría de este mundo ha fracasado en responder a las preguntas de la existencia humana:

  • ¿De dónde venimos?
  • ¿Cuál es el significado de la vida?
  • ¿Hay un Dios en el universo?
  • ¿Hay algo más allá de esta vida?
  • ¿Y qué hago con esta culpa que siento en mi interior?

Tal vez tenemos que esforzarnos más y mirar un poco más lejos en el universo – sigamos buscando las respuestas en el universo.

Por eso, hace unos años, investigadores de la Universidad de California en Berkeley, anunciaron que formarían parte de un proyecto de millones de dólares para hacer viajes espaciales y ver si hay vida inteligente en el universo. Tal vez obtengan algunas respuestas. El plan es enviar pequeñas naves que viajen a una quinta parte de la velocidad de la luz hasta la galaxia Alfa Centauri.

Stephen Hawking que todavía vivía en ese momento, expresó el propósito de este proyecto afirmando que: “Es importante saber si estamos solos en la oscuridad o no”.

  • Que importa la palabra de Dios.
  • Que importa la evidencia histórica.
  • Que importa la profecía cumplida.
  • Que importa la tumba vacía.

Pero necesitamos hacer algo religioso – el sentido común nos dice que somos criaturas religiosas. Por lo tanto, la religión interviene y sólo agrega mayor confusión:

  • Más especulaciones que no pueden limpiar la culpa del pecado;
  • que no ofrecen confianza más allá de la tumba;
  • que no ofrecen un Salvador más allá de nosotros mismos;
  • que simplemente nos dice que estamos bien, pero intentemos hacerlo mejor.

Y así, la humanidad:

  • atribulada por las moscas muertas del pecado en su carácter;
  • perturbada por un corazón pecaminoso que domina su dirección;
  • turbada por la necedad que percibe en el mundo que le rodea;
  • se aferra a una religión falsa que elimina la expiación de Cristo por nuestro pecado y nuestra redención.

Sí, tiene sentido para la persona que es honesta consigo mismo que necesita a Dios, pero no quiere al Dios de la Biblia, Así que va a usar la Biblia lo suficiente para sonar religiosa.

 

Conclusión

Hay una iglesia en el norte de California de la que leí recientemente. Tiene retratos de personas famosas colgados en su hermosa entrada. Hay un retrato de Sócrates y otro de Eleanor Roosevelt. Hay un retrato de Abraham Lincoln, uno de Ghandi e incluso uno de Jesús – como el pintor se lo imaginó. Sobre los retratos hay una frase de la Biblia, escrita en hermosas letras doradas y dice: “Todos sois hijos de Dios”.

Me imagino a la gente entrando y saliendo de ese lugar impactada por el mensaje de que todo el mundo es hijo de Dios.

Que trágico:

  • Una cosa es tener un corazón que le lleva a tomar una decisión equivocada;
  • una cosa es tener una reputación manchada por algún pecado expuesto;
  • una cosa es pensar que usted es sabio cuando la gente a su alrededor puede ver que en realidad no lo es, y esas cosas pueden realmente arruinar su vida ahora;
  • pero es otra cosa– y mucho mas importante y trágica – creer el mensaje equivocado y ser engañado no sólo en esta vida, sino en la vida eterna.

Como verá, esa iglesia que mencioné sólo puso la primera parte del versículo. Este se encuentra en Gálatas 3:26

Omitieron la última parte del versículo. El versículo entero dice: …pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.

Escuche a Jesucristo que le dice, que deje de vagar en las tinieblas de sus vanos razonamientos y especulaciones – y dice en Juan 8:12: “ Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Él le dará luz y sabiduría para su vida hoy.

Entonces:

  • ¿Hacia dónde se está inclinando su?
  • ¿A quién está siguiendo?
  • ¿Qué dirección está tomando, no sólo en esta vida, sino en su viaje hacia la vida eterna?

Acérquese hoy al Señor con humildad, buscando su sabio consejo y santidad. Eso el sentido común que no es muy común tristemente en el mundo. No lo ignore. Le salvará de muchos males y le llevará por el camino correcto hoy y siempre.

 

 

Copyright 2020 Stephen Davey

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