Lección Travesía Bíblica

Lección 358: El Comienzo de las Buenas Nuevas

Pasaje Bíblico: Juan 1:1-3
¿Quién es Jesucristo? La respuesta a esa pregunta es absolutamente crítica para nuestro destino eterno. El Evangelio de Juan llega a ese punto inmediatamente, describiendo a Jesús en sus primeros versículos como el eterno Dios Creador.

Introducción

Hoy comenzamos nuestra Travesía Bíblica por el Nuevo Testamento, en específico, los Evangelios. La palabra evangelio, en el idioma griego, significa “buenas nuevas.” Y le digo que estas son ¡muy buenas noticias!

Los cuatro evangelios, escritos por Mateo, Marcos, Lucas y Juan, cubren la vida y ministerio de Jesucristo.  Todos estos autores, inspirados, guiados por el Espíritu Santo, escribieron testimonios de la vida y el ministerio del Señor que vieron por sí mismos o registraron el testimonio de otros testigos.

Se nos dan solo unos cincuenta y dos días de la vida y ministerio de Jesús. Desearía que fueran diez veces más largos; pero tenga esto en cuenta: aunque no tenemos todo lo que nos gustaría saber acerca del Señor, se nos da lo suficiente para saber, para convencernos, de que en verdad es el Mesías, el Hijo de Dios y el Salvador de los que creen en Él.

El Evangelio de Juan detalla el propósito de los evangelios en el capítulo 20, versículo 30:

Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro; pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre. (Juan 20:30)

Ahora antes de seguir navegando permítanme poner el mapa en la cubierta, por así decirlo, mientras nos preparamos para zarpar por los Evangelios. Mire, dondequiera que esté ahora, quienquiera que sea, estoy feliz de que se haya unido a esta Travesía por la Palabra de Dios. Quizás usted no conozca a Jesús como su Salvador, y estoy orando para que este viaje lo lleve directamente al puerto de salvación y protección y seguridad eterna en Cristo.

Y antes de izar las velas del barco y partir, quiero aclarar que vamos a estudiar los Evangelios cronológicamente; o sea, vamos a estudiarlos en el orden en que ocurrieron los hechos. Esto eliminará cualquier repetición que encontremos en estos cuatro libros, pero más importante aún, quiero darle una idea de lo que pudo haber sido ir con Jesús por su vida hasta su cruz, su resurrección y su ascensión al cielo.

Así que, podría esperar que comencemos con el nacimiento de Jesús. Pero primero tenemos que escuchar el anuncio de Juan. Por cierto, Juan escribió después de Mateo, Marcos y Lucas, y él sin duda tenía sus libros como referencia.

Juan comienza con una declaración de unas verdades clave acerca de Jesucristo – él nos da en el capítulo 1 unos distintivos del Señor – verdades que veremos hoy. En primer lugar, es esto: Jesucristo es el Dios eterno.

Leemos en el versículo 1:

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. (Juan 1:1)

Primero, debemos entender que el Verbo aquí es Jesucristo. El versículo 14 nos dice que: “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.

En este versículo 1 vemos tres frases críticas que debemos entender. La primera es “En el principio era el Verbo”. Eso declara que Jesús ha existido por siempre. Es decir, Él no comenzó a existir cuando nació, Él existió como Dios el Hijo desde la eternidad pasada.

La segunda frase es esta, “y el Verbo era con Dios”. Eso describe a Jesús como íntimamente cercano a la Deidad. La tercera frase, “y el Verbo era Dios”, claramente dice que Jesús es nada menos que Dios, Jehová.

Un verbo interesante aparece tres veces en el versículo 1. Es el verbo “era”: “En el principio era el Verbo; y el Verbo eracon Dios, y el Verbo era Dios”.

El tiempo verbal griego comunica un continuo estado eterno. Podríamos aún expresar la frase así

En el principio era [y es y siempre será] el Verbo, y el Verbo era [y es y siempre será] con Dios, y el Verbo era [y es y siempre será] Dios.

Encontramos aquí, en primer lugar: Jesucristo es, y siempre ha sido y siempre será, el Dios eterno.

La segunda verdad que Juan introduce es esta: Jesucristo es la eterna explicación.

También, en el versículo 1 vemos tres veces la siguiente expresión “el verbo”: “En el principio era el Verbo; y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”.

Esta es la palabra griega logos. Logos se puede traducir también: “explicación”. Léalo de esa manera por un momento: “En el principio era la Explicación, y la Explicación era con Dios, y la Explicación era Dios”.

Comprendamos que, en la religión griega, en el primer siglo, recibir una explicación de Dios era imposible. De hecho, unos cien años antes que naciera Cristo, Platón les dijo a otros filósofos: “Puede ser que algún día venga de Dios un Verbo, un Logos, una explicación, que revele todos los misterios y aclare todas las cosas”. [1]

Y, ¿sabe qué? La explicación ya ha llegado del cielo, en la carne. ¿Y qué es lo que el verbo nos explica? Para empezar, el Señor responde a la pregunta más inquietante de todas: “¿De dónde venimos?” Hoy en día, se gastan miles de millones de dólares mirando al universo buscando responder a esa pregunta. Y aquí está la respuesta. Versículo 3: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.

Jesucristo no sólo es el eterno Dios; No sólo es la divina explicación – la verdad de Dios; Él es también el divino Creador – que es la tercera gran verdad que vemos en estos versículos: Jesucristo es el Creador de todo.

La Biblia dice en su primer versículo, Génesis 1:1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Y ahora aquí viene el Evangelio de Juan, versículo 1: “En el principio era el Verbo”. Y en el versículo 3, leemos que Jesús fue el agente creador. Él fue el verbo que salió de la deidad. Las primeras palabras en Génesis 1:3 las dijo Jesús: “Hágase la luz.”

El apóstol Pablo lo clarifica aún más:

Porque en él fueron creadas todas las cosas (hablando de Jesús), las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. (Colosenses 1:16)

Obviamente que a la raza humana no le gusta la idea de que Dios el Hijo, Jesucristo, es el Creador. ¿Por qué? Porque si es el Creador, Es más que un buen maestro o un ejemplo moral. Y, es que, Si es el Creador, entonces es el Dios todopoderoso, eterno, que gobierna el universo.

Y a medida que estudiemos los Evangelios, quedará muy en claro que Jesús afirma ser Dios en la carne. Si usted está pensando:  “No, Él no fue tan lejos”, solo escuche lo que está escrito en Juan 10:33. Algunos judíos – están tratando de apedrear a Jesús, y ¿por qué quieren matarlo? Le dicen aquí a Jesús: “Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.” Era absolutamente claro para Su audiencia que Jesús decía ser más que un hombre.

Escuche esto: si Jesucristo es el divino Creador, el resto de la Biblia debe decir la verdad sobre Jesús, que en verdad murió por sus pecados y que puede también llevarte al cielo un día. Y si Jesucristo es el Rey del universo, tiene el derecho de ser Rey sobre tu vida y la mía.

Está turbado o sin esperanza y se está preguntando en este momento: “¿qué propósito tiene mi vida?”, la respuesta se encuentra en Jesucristo. Pida que lo salve y sea su Pastor.

Porque Jesucristo es quien es, Él puede hacer lo que dice. Cumplirá cada promesa que haya hecho; y vamos a escuchar muchas promesas en nuestro viaje por la vida y el ministerio, las buenas nuevas, de Jesús.

 

[1] Citado en James Montgomery Boice, The Gospel of John: An Expositional Commentary, Volumen 1 (Zondervan, 1975), 40.