Lección Travesía Bíblica

Navegando por los Evangelios

Lección 378: Eligiendo las Reglas en lugar del Redentor

Pasajes Bíblicos Estudiados: Mateo 12:1-21; Marcos 2:23–3:12; Lucas 6:1-11; Juan 5:1-47.

Únete a este viaje a través de los evangelios mientras exploramos cómo Jesús desafió las tradiciones de los fariseos al realizar milagros extraordinarios en el día de reposo. Desde la curación de un hombre inválido hasta su confrontación con los líderes religiosos, cada momento revela la profunda verdad sobre la relación de Jesús con Dios y su poder sobre la ley.

Jesús Sana a un Paralítico el Sábado

En este punto de nuestra Travesía por los Evangelios, Jesús ha estado ministrando más o menos por un año. Las noticias sobre Jesús se han divulgado por todos lados. Pero, déjeme decirle, a medida que su popularidad crece, también lo hacen los celos de los líderes judíos contra él.

En este momento aquí en Juan 5, Jesús y Sus discípulos han ido a celebrar una fiesta en Jerusalén. El Señor se acerca a Betesda, un estanque natural de agua allí rodeado de grandes columnas.

El versículo 3 describe la escena. Cerca de este estanque “yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos“. Algunas traducciones ponen el versículo 4 comentando que algunas personas esperaban por el “movimiento de las aguas”. Esta era una superstición de que el agua era agitada periódicamente por un ser espiritual invisible como un ángel, y la primera persona que se metiera en el agua sería sanada.

Bueno, notará en el texto que Jesús simplemente ignora la superstición. Él no la valida. Él solo se acerca a un hombre que ha sido inválido durante treinta y ocho años y le dice aquí en el versículo 6:

¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús (ignora todo eso y solo) le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. (Juan 5:6-9)

Este milagro ocurre un sábado. Y como puede esperar, los líderes judíos van a aparecer. Ellos escucharon la conmoción y ven al hombre sanado que todos conocían. Estuvo allí todos esos años, y ahora está caminando, y cargando su camilla sobre su hombro.

Entonces lo detienen, demandan saber quién lo sanó y quién le dijo que cargara su camilla en el sábado. Él no le había preguntado el nombre a Jesús, así que no puede responder. El versículo 14 dice que Jesús, un poco más tarde, se encuentra con él de nuevo cuando está en el templo. Así que ahora este hombre sabe quién es el que lo sanó. Se nos dice en el versículo 15: “El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado.

El versículo 16 dice que los líderes judíos comienzan a perseguir a Jesús, porque hacía estas cosas el sábado”. ¡Que importa este asombroso milagro! Jesús solo echa leña al fuego diciéndoles en el versículo 17: ” Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan 5:17).

En otras palabras: “Ustedes, que son religiosos, deben saber que solo Dios puede sanar así. Bueno, Él es mi Padre, y Él y yo estamos en la misma página. Trabajamos juntos”.

El siguiente versículo explica:

Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios (Juan 5:18).

 

Jesús Afirma ser a Dios

Escuche, cualquiera que diga que Jesús nunca afirmó ser Dios, nunca afirmó ser algo más que un profeta, no ha han leído la Biblia. Estos líderes querían matar a Jesús por esa razón. Él afirmaba ser igual a Dios el Padre, Y en caso de que no lo escucharon bien, Jesús sigue diciendo en el versículo 21: ” Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida“. Jesús ahora afirma tener el mismo poder que Dios el Padre.

Él dice en el versículo 22: “El Padre . . . dio todo juicio al Hijo” (Juan 5:22). Wow. Que tremendas afirmaciones de Jesús. Un día, hermano, el mundo de los incrédulos, según lo que Jesús dijo aquí, será juzgado y nada menos que por Jesús, Dios el Hijo. Así que, él afirma igualdad en posición (autoridad) con Dios el Padre.

Jesús continúa afirmando igualdad al recibir adoración como el Padre. Él dice en el versículo 23 que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió (Juan 5:23).

No es posible ignorar estas palabras: la afirmación de que Jesús es igual en poder, posición y alabanza con Dios el Padre.

Y a medida que Jesús continúa hablando, respalda sus afirmaciones con testigos. En el versículo 33, cita el testimonio del profeta Juan el Bautista, quien dijo que Jesús podía perdonar el pecado. Segundo, en los versículos 36-37, el Señor añade el testimonio de Dios el Padre. Su voz se escuchó cuando Jesús se bautizó y dijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” En tercer lugar, Jesús dice que Moisés es un testigo. Él dice en el versículo 46: “Si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.” (Juan 5:46).

En otras palabras, la ley y los profetas, y aún Moisés que tanto reverenciaban, todos apuntaban a Jesús, el Redentor. El problema es que estos líderes prefieren tener sus reglas y regulaciones  mucho más de lo que quisieran un Redentor.

 

Jesús Declara Ser el Señor del Sábado

Ahora Marcos retoma la narración aquí en el capítulo 2 y en el versículo 23 nos lleva al siguiente evento que pasó un día sábado. Esta vez, los líderes se enojan con los discípulos de Jesús porque recogen y comen granos de trigo mientras caminan el sábado (véanse también Mateo 12:1-8; Lucas 6:1-5).

En el versículo 25, Jesús señala que aún David y sus hombres comieron panes del tabernáculo para sobrevivir, cuando estaban huyendo del rey Saúl. Así que, la ley del sábado no se dio para privar a las personas de lo que necesitaban.

Jesús lo resume bien en el versículo 27, diciendo: “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.  Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo“. Jesús claramente dice que el sábado era para beneficiar a la gente, para que pudieran descansar. Para enfocarse en adorar. Pero Jesús es “el Señor… del sábado”, lo que significa que Él tiene la autoridad para determinar cómo se aplican las regulaciones del sábado.

Déjeme agregar que, en la dispensación del Nuevo Testamento, nuestro día de reposo se ha cumplido en Jesús nuestro Salvador. Por eso adoramos el domingo de hecho, uno puede adorar cualquier día, a cualquier hora y en cada momento que quiera, porque encontramos descanso en Jesús.

 

Jesús Sana a un Otra Vez un Sábado

Ahora, otro evento un sábado toma lugar. Marcos capítulo 3, nos dice que un hombre en la sinagoga tiene una mano seca. Y Los líderes están sentados en la primera fila, y Jesús simplemente saca el tema y pregunta en el versículo 4: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal?

Obvio que los deja callados. Así que sigue en el versículo 5:

[Jesús] mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.

Los fariseos se levantan de sus asientos y se marchan. Están furiosos. Y saben que Jesús los puso en su lugar. Y comienzan, dice el versículo 6, a tramar “cómo destruirlo”.

Mientras tanto, Jesús no baja el ritmo ni un poco. Mateo y Marcos nos dan un resumen de los días y semanas que siguen, a medida que Jesús continúa demostrando su poder divino afirmando ser igual a Dios (ver Mateo 12:15-21; Marcos 3:7-12).

 

Aplicación para hoy

Pero, ¿qué significa esta contienda entre Jesús y estos líderes judíos para nosotros hoy? Bueno, nos da una ilustración de la esclavitud causada por la religión. Estos líderes son sinceros, pero están esclavizados por ceremonias religiosas y reglas hechas por hombres y tradiciones que no tenían ninguna conexión con la Biblia. 

Durante estos días, en los evangelios, y aún hasta el día de hoy, la religión puede atascarse en rituales y reglas que lo hacen sentir que es mejor que otras personas, pero que nunca abordan los problemas del corazón.

Tal vez te estás aferrando a algo hoy porque, bueno, esa es la forma en que te criaste o así es como tus líderes espirituales exigieron que vivieras. Francamente, si lo piensas, sabes que es solo una lista de reglas. No hay relación con la Biblia con esas reglas y regulaciones o tradiciones. No hay conexión con el Redentor.

Déjeme invitarte a revaluar tus tradiciones religiosas con la Palabra de Dios y dejar a un lado todas esas cosas en que está confiando.

El evangelio te va a invitar a confiar solo en Cristo, descansar en Cristo, disfrutar de la libertad que Dios da, el perdón que tienes y la satisfacción que tienes en Él. El evangelio te invita a descansar en Cristo.