Lección Travesía Bíblica

Lección 366: Los Creadores de Reyes Llaman a la Puerta

Pasaje Bíblico: Mateo 2

El plan de Dios era anunciar el nacimiento del Rey de los judíos, protegerlo a Él y a Su familia y proveer para sus necesidades. Nada de eso podía ser frustrado por los planes del malvado Herodes, ni por ningún otro poder en el universo.

Transcripción

Si le preguntara: “¿Cuántos magos visitaron a Jesús en Belén?”, Quizás diga, y la mayoría también respondería: “Tres”. Si preguntara cuándo llegaron, quizás diga: “Bueno, vinieron al establo a adorar al niño Jesús justo después de nacer”.

Pero ninguna de esas respuestas es la correcta. Veamos lo que los Evangelios realmente dicen sobre lo que sucedió.

El Evangelio de Lucas dice que después de que nació Jesús y la familia se presentó en el templo cuarenta días después, eventualmente María y José regresaron a Nazaret en Galilea. Lucas dice en el capítulo 2, versículo 40: “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él”.

Estas palabras están resumiendo la infancia de Jesús. Pero Mateo capítulo 2 agrega algunos detalles antes de que Jesús creciera en el pueblo de Nazaret.

La Identidad de los Magos de Oriente

Mateo escribe en el versículo 1:

Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle“. (Mateo 2:1)

Estos “magos” o sabios son de Persia. Los magos eran los profesores universitarios de las ciencias, idiomas y aún matemáticas e ingeniería. También se asociaban con la práctica de la astrología y la magia: magos y magia provienen de la misma palabra.

Estos hombres eran responsables de educar a la familia real, de hecho, nadie podía ascender al trono sin recibir la bendición de los magos. Los llamaban creadores de reyes allí en Persia.

Mateo nos dice que buscaban al recién nacido “rey de los judíos”. Han visto “su estrella” y la siguieron hasta Jerusalén, pero la perdieron de vista al llegar.

La Profecía de la Estrella

La palabra traducida “estrella” (astēr) se puede traducir “brillo”. Esta no era una estrella normal, y ya sé que, eso va a arruinar muchas tarjetas de Navidad. Esta era una luz brillante en el cielo que era obviamente sobrenatural.

Esta era la misma luz que había guiado al pueblo de Israel al viajar por el desierto en Éxodo 13. Esta fue la luz que hizo brillar el rostro de Moisés después de hablar con Dios en Éxodo 34. También esta es la misma luz brillante que derribó a Saulo al suelo en el camino a Damasco en Hechos 9.

Esta “estrella” no es sino la gloria Shekhiná de Dios, la brillante luz de su gloria. Y eso, por cierto, explica cómo apareció y luego desapareció cuando los magos llegaron a Jerusalén, obligando a que le pidieran a Herodes la dirección.

Ahora, no se nos dice cómo fue que los magos conectaron esta luz brillante con el reciente nacimiento del Mesías. Pero sí sabemos que unos quinientos años antes, el líder de los magos allí en Babilonia y Persia no practicaba la magia. Ese líder y mago era un hombre judío llamado Daniel. Los otros exiliados tenían a su disposición el Antiguo Testamento.

Me imagino que Daniel enseñaba un estudio bíblico para sus compañeros magos mostrándoles las profecías mesiánicas como la de Números 24:17, escrita siglos atrás y decía: Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel“. En otras palabras, el futuro Rey, el Mesías, será como una estrella brillante en la tierra de Israel.

Daniel habría estudiado la profecía de Isaías 60, donde leemos en el versículo 3:  “Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento”; y el versículo 6: “traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová”.

La Biblia nos dice que el Rey será como el brillo de una estrella. En Apocalipsis 22:16, se hace referencia a Jesucristo como “la brillante estrella de la mañana”. 

Mire, estos magos en particular son descendientes espirituales de Daniel, parte de generaciones de creyentes que buscado la señal del Mesías. Y ahora la han visto: la brillante estrella en el oriente. Una luz brillante sobre la tierra de Israel.

La Reacción de Herodes

Podrá imaginarse, como Mateo 2, versículo 3 dice: que Herodes se “turba” por esta noticia – turbado por estos magos y su anuncio del recién nacido Rey de los judíos (Mateo 2:3). No está dispuesto a compartir su trono con nadie.

De hecho, se nos dice que “toda Jerusalén [se turbó] con él.” Esto es noticia de primera plana. De hecho, Herodes llama a los líderes religiosos judíos y les pregunta dónde se supone que nacería el Mesías, y ellos si lo saben. Citan al profeta Miqueas, quien dice que Belén es donde nacería el gobernante y pastor de Israel (Miqueas 5:2). Entonces, Herodes los dirige hacia Belén para encontrar al Niño y les pide a los magos que vuelvan a para reportarle porque dice que él también quiere adorar al bebé – lo que es mentira.

Cuando los magos viajan hacia Belén, que queda a una corta distancia, imagine lo que va a reaparecer: la estrella, esta luz resplandeciente. Mateo escribe en el versículo 9 que la estrella ” iba delante de ellos, hasta que, llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.”

Ahora, ¿Era ese un establo o un pesebre? No. Mateo escribe en el versículo 11:  “Al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María”. La palabra típica para un bebé es brefos, pero Mateo usa la palabra paidion, que se refiere más que nada a un niño pequeño.

El Significado de los Tres Regalos

Los magos le presentan a Jesús, el niñito, tres regalos – que recordará, fueron profetizados como leímos hace poco. Esto no significa que solo había tres reyes magos. No se nos da el número exacto. Yo creo que pudo haber un gran número de sabios. Creo que vendrían con muchos soldados persas para proteger los costosos regalos que traían. Oro siendo uno de ellos.

El oro era un regalo para un rey. El incienso lo usaban los sacerdotes en la adoración. La mirra solía mezclarse con agua y se usaba al preparar el cuerpo de un difunto para su entierro. Mire, el regalo del oro señalaba que Jesús es el Rey, el incienso señalaba que Él es nuestro Sumo Sacerdote. La mirra señalaba el hecho de que Él vino a morir.

Encontramos en el versículo 12 que los magos son “avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, “. También leemos en el versículo 13 que un ángel se le apareció a José en un sueño y le instruyó que despertara a todos y empezara a empacar inmediatamente y “huyera a Egipto . . . porque Herodes buscaría al niño, para matarlo”.

Entonces José y María empacan lo más rápido que pueden y con Jesús huyen para Egipto… y llegan a salvo. Note esto: siglos antes el profeta Oseas hizo esta declaración mesiánica: “De Egipto llamé a mi hijo” (Oseas 11:1). El plan de Dios el Padre desde siempre fue llamar a Su Hijo de Egipto sano y salvo. Y sepa que ningún poder en el universo puede alterar el plan de Dios, incluido un pequeño rey paranoico llamado Herodes.

¿Y qué pasa con todo ese oro, incienso y mirra? Bueno, eso va a cubrir todos los gastos que José tendrá que pagar para cuidar a su familia mientras se esconden de Herodes en Egipto.

A continuación, leemos en el versículo 19:

Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel. (Mateo 2:19)

En el versículo 23 José obedece:

Habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que [Jesús] habría de ser llamado nazareno. (Mateo 2:23)

¿Ha notado el hecho de que cada detalle estaba planeado o profetizado? Nada fue descuidado por el Señor. Escuche, no tenemos razón para creer que Dios se preocupa menos por nosotros. La verdad es que le ama tanto como Él ama a Su Hijo. El apóstol Pablo dice en Efesios 2:4 que Dios es rico en misericordia por su gran amor para nosotros.

Así que, no importa cuáles sean sus circunstancias hoy —difíciles, peligrosas – aún como José y María huyendo por sus vidas – desalentadoras con todos los cambios — usted puede confiar en el cuidado del Señor y en Su atención a los detalles. Incluso si parece que lo está llevando a Egipto ahora, usted estará a salvo en las manos de su poderoso Dios.